El
pensamiento integracionista,
en América Latina, ha
estado latente desde
los procesos de independencia, que se
inician, 1808 en
adelante. Base de este
pensamiento lo podemos encontrar en Simón Bolívar, José Martí y
Carlos Mariátegui.
Desde esa época se viene desarrollando una relación dialéctica entre
emancipación- dominación,
por lo
cual el proceso de
integración regional ha
pasado por distintos periodos
a lo largo de la historia en
América latina. El
pensamiento integracionista ha
estado en una disputa constante
con el pensamiento
panamericanista.
En este
contexto emerge Unasur, como
la expresión de la unión de los pueblos suramericanos, que
refleja su desarrollo
como una necesidad
histórica. Para comprender con mayor
profundidad La Unión de
Naciones Sudamérica (Unasur) debemos contemplar a América
Latina en el nuevo orden mundial y
específicamente en el reordenamiento del sistema interamericano iniciado en el periodo
de George Busch
(1989- 1993) hasta el
periodo de George W.
Busch (2005-2009).
El pensamiento Martiano y el integracionismo,
tienen una profunda relación dialéctica
que a través de
este breve trabajo
se intentara develar.
Introducción:
La
integración regional,
aparece hoy como una
necesidad histórica que
los pueblos no pueden eludir.
Teniendo en cuenta la larga
historia del concepto
de integración (desde Bolívar,
Martí) acá la abordaremos como
el reconocimiento de la
diferencia, en el proceso de
integración regional, las diferencias
no son eliminadas ni
ordenadas jerárquicamente si no
que aceptadas como tales,
dando así a una
profundización al multiculturalismo (Grande,2006:33).
Al
proceso de integración regional, le
anteceden décadas de
dictaduras militares, que a
través de la doctrina de
seguridad nacional, impusieron un modelo
económico, político e ideológico
como el neoliberalismo, desarmó toda la base
repùblicana creando de esta
forma una crisis de
soberanías puesto que
los Estados Desarrollistas comienzan
a ser desmantelados. La
respuesta a la crisis
de soberanía viene
a dar una articulación
entre el movimiento social
y político de emancipación,
que exige del Estado un
mayor protagonismo en
defensa de los intereses
del país, esta articulación del movimiento político
con el movimiento social
es la base de la construcción del
nuevo sujeto histórico
por los cambios, que se está
desarrollando en América
Latina. La base política
de los procesos de
integración y especialmente el desarrollo de Unasur
la debemos buscar
en el surgimiento de este nuevo sujeto
por los cambios, que silenciosamente se viene
articulando en la región, que
necesariamente pasa por lo que José
Martí llamo la” segunda independencia”(frente los Estados
Unidos) y la refundación de las Repúblicas y los Estrados nacionales multinacionales de Nuestra
América (Suarez,2008:108)
Proceso de
reestructuración del Sistema
Interamericano:
Para
comprender el desarrollo del proceso de integración en América Latina, necesariamente debemos
a lo menos dar una
mirada al proceso
de restructuración del sistema
interamericano, llevado a cabo
por distintos gobiernos norteamericanos, empezando por el
gobierno de Ronald Reagan que consistió
en la pacificación de América Latina
(Regalado,2006:166). El inicio
del mandato de George
Busch (1989-1993)consistió en legitimar a los gobiernos neoliberales,
como base fundamental de las
democracias en América
Latina, en este periodo el
proceso de dominación del
imperialismo se da en tres
aéreas, desde el punto de vista político, se impone
a las democracias representativas como
único sistema democrático
para la región, desde
el punto de
vista económico el
establecimiento del Área de
Libre Comercio de las
Américas (Alca) y
desde el punto de vista
militar el aumento de la presencia
militar norteamericano en la región. En 1992 en
la asamblea de la OEA,
se aprobó el protocolo
de Washington, que en
esencia prohibía, la integración de miembros
que no respetasen a
las democracias representativas. El
periodo de William
Clinton (1993-1997) se caracterizó
por el fracaso de la
implementación del ALCA,
dando un proceso
de estancamiento de la
restauración del sistema
interamericano y avance
de las posiciones progresistas
que se ven reflejadas
en triunfos electorales en varios
países de la región. El
segundo periodo de William Clinton (1997-2001) se
desarrolla un significativo aumento
de las luchas populares en
América Latina. La siguiente
administración
norteamericana encabezada por
George W. Busch (2001-2005) está
marcada por el aumento
de la agresividad del gobierno
norteamericano ante el avance
de la izquierda y los
movimientos sociales. En este
periodo se desarrolla
la guerra preventiva como
respuesta al ataque
a las torres gemelas, este
fue la excusa para
invadir a varios países
y usó este
contexto para reactivar
el proceso de restructuración del sistema
interamericano, estancado en la administración anterior.
Durante
el proceso de
restructuración del sistema interamericano, es que distintos Estados
Latinoamericanos han comenzado a desarrollar un rompimiento epimestologico
respecto al pensamiento dominante(Stolowicz,2008:135)que se expresa en
optar por estrategias regionalistas, para mejorar su integración al sistema internacional. Estas
estrategias se relacionan, bajo los parámetros del regionalismo abierto. Desde el punto
de vista político es
fortalecer la capacidad de cada grupo regional y en lo económico
combina la apertura externa y el mantenimiento
de las relaciones de los
países miembros para
mejorar la competitividad y
eficiencia económica.
La integración regional
en Sud- América tiene
un gran dinamismo, con el lanzamiento
de distintas iniciativas
tales como:
ALBA: Alternativa
Bolivariana para los
pueblos de Nuestra
América.
Comunidad Sur
Americana de Naciones
(Unasur) en la primera
cumbre energética sur
americana, la componen
Brasil,Argentina,Venezuela, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Chile,
Surinam y Guayana, celebrada en
Isla Margarita, abril del 2007.
Dentro
del proceso global de orientación neoliberal de la economía mundial, es muy
importante constatar la trasformación del campo político en América Latina
(Houtart,2007:145) por lo tanto las iniciativas
integracionistas se perciben en la esfera de la trasformación y
coexisten con esquemas de integración ya existentes en la región
suramericana como es el
mercado común del sur (merco sur) y la comunidad
Andina (can). Las características de la
integración regional están dadas
por las asimetrías y disparidades económicas
y sociales. Tras
una primera etapa de
integración basada en la agenda
comercial (regionalismo abierto) se
ha asumido una agenda más
amplia, destacando las materias de energía, infraestructura y
finanzas. La creación de Unasur se
plantea un nuevo modelo de integración, como es una zona de libre comercio suramericana
de complementación de economías, crecimiento
y desarrollo con la intencionalidad de
reducir las asimetrías en
América Latina. El
objetivo político de Unasur: está planteado
como alternativa al sistema
capitalista actualmente dominante, por
lo tanto una –sur expresa
un nuevo concepto de
regionalismo, en la zona Sur-sur, otorgando prioridad
al dialogo político
(González,2011:267). Tanto en el
avance de una-sur como
referente de integración
también debemos prever
dificultades para su
consolidación desde una
mirada política e
ideológica. La pobreza
asoma como la dificultad social, el
nacionalismo expresado en la soberanía y el
territorio, como también la no
ratificación del tratado
de constitución por
parte de los estados, Unasur será
solo encuentro de
voluntades.
Los
desafíos de Unasur están
dirigidos a reducir
las desigualdades en el
campo económico, tecnológico, territorial y
político. Desde el punto de vista
social, formular políticas sociales
a nivel regional, para mejorar
las condiciones sociales
de los habitantes de la
región. Las desigualdades
en los temas sociales, han
conformado a cuatro grupos
de estados que se encuentran en relaciones
asimétricas, debido a sus estándares sociales:
a.- Chile,
Uruguay, Argentina
B.-Brasil,
Colombia, Venezuela
C.-Ecuador, Perú
D.-Paraguay, Bolivia, Surinam y Guayana
(González, 2011:275)
En
el proceso de
integración regional, se
viene desarrollando con mucha
fuerza, después de los cambios
estructurales del capitalismo
y la reorganización del
sistema interamericano, la
construcción de un
nuevo sujeto histórico
por los cambios en América
Latina. Este nuevo
sujeto histórico no puede
ser ignorado, especialmente cuando la etapa del Neoliberalismo fue
presentada, después de la caída del Muro de Berlín, como la fase final de la
historia de la humanidad (Simoes,2009:155) poder analizar las
soberanías, los estados en los procesos
de integración regional de América. El sujeto
histórico, es un actor
transformador y visible
en la historia,
no puede verse en
forma absoluta. Este
sujeto histórico toma un
rol fundamental en el
desarrollo de las
democracias participativas en la región.
El
desarrollo de los
nuevos movimientos sociales, tiene la
particularidad de romper con
las formas tradicionales de defensa de sus
intereses. Los cambios
comienzan a desarrollarse
con estos nuevos actores que conforman el movimiento
social, que colocados
en la escena pública,
se trasforman en interlocutores legitimo
ante el Estado en representación de sus demandas e intereses.
La necesidad de la
construcción del pensamiento crítico
se hace urgente, ante la hegemonía
norteamericana en la región,
el movimiento político se acerca
en las practicas cotidianas
del movimiento social.
Su unidad está
basada en la acción
que se planteen solucionar
como es la soberanía de los
Estados (Pérez, 2009:21). Para que el
movimiento político emancipador
lidere cambios profundos en el regionalismo
es necesario, la
articulación con el movimiento
social y desde esta relación emprender
la reconstrucción del Estado, con una base
solida de la
sociedad civil.
En
estos procesos de
articulación, prevalece la
tolerancia y flexibilidad,
como condiciones políticas
para mantener la cohesión
y coherencia. Para el movimiento
político emancipador es
esencial el desarrollo
del movimiento social, en
estas instancias las
pequeñeces del partido
u organización política más
que ayudar ponen
obstáculos. La relación dialéctica
del movimiento político y
movimiento social genera una
nueva racionalidad y
forma distinta de ver
el mundo, los cambios necesarios
y posibles.
El
nuevo sujeto histórico,
puesto en este escenario
de integración regional, emerge
como la posibilidad de cambiar
la situación política, económica
y social de la hegemonía neoliberal
en la región, creando formas
alternativas de integración,
que se traduce en
vías progresistas y
democráticas, de gobernar.
Se hace necesario
repensar el rol del Estado, un Estado
democrático que devuelva
a los nuevos actores
sociales, el poder que
les corresponde más allá del
voto.
Las
alternativas del movimiento emancipador, debe consistir
en formar caminos distintos al
modelo neoliberal, como único camino
posible de una verdadera
emancipación, la integración regional
la debemos asumir como
una nueva cultura
humana, donde este
vigente la acción colectiva.
Dado
esta realidad de construcción del nuevo sujeto
históricos por los cambios Unasur no
debe enfocarse solamente en profundizar la democracia política, debe agregar
la económica y social, puesto que no habrá
proyecto nacional emancipador
si no se define el
nuevo internacionalismo, las
alianzas internacionales deben traspasar
a los Estados y tomar relaciones directas
de articulación con los
movimientos sociales y políticos en los diferentes territorios
de América, este
internacionalismo debe representar
las necesidades e
intereses del nuevo sujeto histórico
por los cambios y desde ese
prisma articular una fuerza
real contra el dominio hegemónico
del capitalismo en la región.
La
historia siempre es la
consecuencia de lo que hacen los seres humanos, pensar
que la integración regional
está determinada es un gran
error, se hace
necesario fortalecer el rol de Unasur, dentro del
proceso de cambios estructurales que ha
devenido el capitalismo en los últimos decenios.
Conclusión:
El proceso
de integración regional y
particularmente la formación de Una-Sur,
están dentro de un contexto de reordenamiento estructural
mundial del capitalismo,
en América Latina,
tiene su expresión en el
reordenamiento del sistema
interamericano que comenzó
en el gobierno de Ronald Reagan en la pasificación de la región y las posteriores administraciones norteamericanas que
legitimaron el modelo neoliberal,
el posterior fracaso del
ALCA , y el aumento
de injerencia militar
en la región. Otro
elemento a tener en cuenta
es la construcción
de un nuevo sujeto histórico
por los cambios, que es la base
democrática que tienen
los estados, para la integración regional
que se está desarrollando en
América Latina como
respuesta a la hegemonía
neoliberal en la región. El
rol político al
cual está llamado
a profundizar UNASUR,
esta dado en su capacidad de
articulador con los otros
actores, que están en construcción en los procesos de
integración en nuestra
América.
CARLOS CAÑETE -ARCIS