El pasado 25 de
Julio se cumplieron 140 años de la entrega a imprenta del Primer Tomo de “El
Capital” de Carlos Marx. En tal ocasión, la Comisión Nacional
de Educación del Partido y el curso “Amaranto-Capital”, que Miércoles por medio
tiene lugar en Carmen 340, de 19.30
a 21 hrs,
organizamos un gran evento de conmemoración en el local central de la CUT , que se llenó de
participantes. Crece el interés por estudiar “El Capital” de Marx.
Este breve artículo
intentará resumir los conceptos de Plusvalía y Acumulación del Capital, para
estimular a quienes lo lean a profundizar en ellos, ojalá estudiando la obra cumbre mencionada.
El concepto de
Plusvalía proviene de la Teoría del Valor de Marx y
explica la esencia de la relación económica que conocemos como sistema
capitalista: de ella nace el Capital, que no es otra cosa que Plusvalía
acumulada.
Cuando Marx y
Engels escribieron “El Manifiesto Comunista”, en 1848, no tenían aún claro el
concepto de Plusvalía.
En uno de sus
párrafos dicen textualmente:
“ Examinemos el trabajo asalariado. El precio medio del trabajo
asalariado es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de
subsistencia indispensables al obrero para conservar su vida, como tal obrero.”
Pero, como
descubrieron más tarde, el Salario no paga el Trabajo asalariado, sino la Fuerza de Trabajo. El
Salario es el precio medio de la
Fuerza de Trabajo, no del Trabajo.
¿ Qué
diferencia hay entre Trabajo y Fuerza de Trabajo ?
Fuerza de Trabajo es la capacidad del hombre de trabajar y Trabajo, es
esa capacidad en acción.
No se puede trabajar sin tener capacidad de trabajo, pero se puede tener
capacidad de trabajo y no trabajar. A eso se le llama Cesantía o, en el mejor
de los casos, descanso.
Cuando la
reacción europea aplastó las luchas de clase en Francia y en el centro de
Europa, que estremecieron ese continente entre 1848 y 1852, Marx y Engels
tuvieron que asilarse en Inglaterra. Allí comenzaron a analizar más a fondo la
nueva relación económica que estaba surgiendo, el capitalismo, al comprobar,
como lo dicen en cartas que intercambiaron, que las cosas no habían sucedido
como ellos esperaban y que no conocían a fondo la sociedad en que vivían.
Por eso se
pusieron a estudiar.
De esos estudios
nació, entre otras obras, el libro “Contribución a la Crítica de la Economía Política ”(1857)
y luego, “El Capital”(1867, Primer Tomo) donde exponen su
Teoría del Valor.
1.-
Esta es una de
sus propuestas teóricas fundamentales y de aquí nace lo medular de su aporte a
la ciencia social y económica del mundo de hoy
Dice Marx, en
su primer párrafo de “El Capital”:
“La riqueza de
las sociedades en que impera el régimen capitalista de producción se nos
aparece como un inmenso arsenal de mercancías y la mercancía como su forma
elemental. Por eso, nuestra investigación arranca del análisis de la
mercancía.”(Pag. 3)
¿ Que es la Mercancía ? Responde
Marx:
“La mercancía
es, en primer termino, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer
necesidades humanas, de cualquier clase que ellas sean. El carácter de estas
necesidades, el que broten por ejemplo del estómago o de la fantasía, no
interesa en lo más mínimo para estos efectos.”
“Ni interesa
tampoco, desde este punto de vista, cómo ese objeto satisface las necesidades
humanas, si directamente, como medio de vida, es decir como objeto de disfrute,
o indirectamente, como medio de producción.”
Es decir, la
mercancía puede ser un medio de vida, de consumo de la gente o un medio de
producción, una máquina, una herramienta, materia prima, energía, edificio,
vehículo, etc.
“La utilidad de
un objeto lo convierte en valor de uso.”(Pag.3)
“Los valores de
uso forman el contenido material de la riqueza, cualquiera que sea la forma
social de ésta. En el tipo de sociedad que nos proponemos estudiar, los valores
de uso son, además, el soporte material del valor de cambio.”(Pag.4)
¿ Qué es el
valor de cambio de las mercancías ?
Es la
posibilidad de que una mercancía sea cambiada por otra distinta. No
tiene sentido cambiar un kg. de pan por otro kg. de pan igual.
En los orígenes
de esta relación económica, que nace en la antigüedad, -3 mil a 4 mil años
antes de nuestra era, los fenicios ya eran grandes mercaderes -, el intercambio
mercantil se realizaba mediante el trueque.
Quienes
intercambiaban mercancías eran productores privados, libres e independientes,
dueños del fruto de su trabajo, que entregaban parte de lo que producían
recibiendo a cambio lo que les faltaba y era producido por otros. Después de
que esto se inicia con el trueque, aparece el Dinero, que facilita y acelera el
intercambio mercantil, pero que no altera la esencia del fenómeno. El Dinero
asume el papel de representante general del valor.
¿ Qué tienen de
común dos mercancías distintas, es decir, dos objetos que tienen valores de uso
distintos, para que puedan cambiarse, en una operación voluntaria que beneficia
a los dos participantes de ese cambio ?
Ambas son hijas
del trabajo humano y lo que se compara, al intercambiarlas, es cuánto trabajo
costó cada una para ser producida. Quienes realizan este intercambio no lo
saben, pero lo hacen. Y este desconocimiento general sigue hasta el día de hoy.
Marx fue el
primero que descubrió a fondo la esencia de ese intercambio, de esa relación
humana, y dice, en “El Capital”, Primer Tomo:
“Si prescindimos del carácter concreto de la actividad productiva y, por tanto, de la
utilidad del trabajo, ¿qué queda en pie de él? Queda, simplemente, el ser un gasto de
2.-
fuerza humana de trabajo. El trabajo del sastre y el del tejedor,
aún representando actividades productivas
cualitativamente distintas, tienen
de común el ser un gasto
productivo de cerebro humano, de
músculo, de nervios, de brazo, etc.; por
tanto, en este sentido, ambos son trabajo
humano. No son más que dos formas distintas de aplicar la fuerza de trabajo
del hombre.” (Pag.11)
De aquí surge su propuesta de distinguir un doble carácter en el trabajo
humano productor de mercancías: por un lado aparece el trabajo concreto,
productor de valores de uso y por otro lado, considerando ese mismo trabajo en
forma abstracta, como trabajo abstracto, aparece la fuente generadora del valor
que es transportado por el bien de uso que ese trabajo produjo: la mercancía.
El trabajo concreto del tejedor es distinto del trabajo concreto del
sastre, ambos producen cosas distintas, tejido el primero, ropa hecha el
segundo. Como distinto es el trabajo del panadero, del carpintero, del
agricultor, del pescador, del cocinero, etc.
De ese trabajo concreto distinto surgen productos con valor de uso
distinto, que satisfacen necesidades diferentes.
Pero todos ellos ponen en acción la capacidad humana de trabajar.
Considerado en este sentido, todos son hijos del trabajo humano en abstracto y
son comparables. De ese trabajo humano considerado en forma abstracta nace el
valor que se almacena en la mercancía. El valor no es otra cosa, en esencia,
que trabajo humano abstracto materializado en un mercancía y su magnitud se
mide por el tiempo de trabajo promedio que en la sociedad, en una época
determinada, se emplea en producirla, tiempo que se mide en horas, días, meses,
años.
La magnitud del valor materializado en una mercancía está determinada por
el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla. Si un productor
concreto, por inhabilidad en su trabajo, se demorara más tiempo en producirla,
la sociedad, a través del mercado, sólo le reconocerá como valor el que
socialmente es aceptado como normal
“Tiempo de trabajo socialmente necesario es aquel que se requiere para producir un
valor de uso cualquiera, en las condiciones normales de producción y con el
grado medio de destreza e intensidad de trabajo imperantes en la sociedad.
Mercancías que encierran cantidades de trabajo iguales o que pueden ser
producidas en el mismo tiempo de trabajo representan, por tanto, la misma
magnitud de valor.” (Pag.6 y 7)
Por cierto, en cada época de la humanidad, el tiempo necesario para
producir algo va cambiando, por el aumento de la productividad del trabajo, por
la incorporación de la técnica y la ciencia al proceso de producción y ello se
refleja en la disminución del valor almacenado en cada producto, pues, con los
nuevos inventos en el proceso de producción, se producen mucho más productos en
el mismo tiempo.
Marx señala:
“El trabajo es,
en primer término, un proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso
en que éste realiza, regula y controla mediante su propia acción su intercambio
de materias con la naturaleza. En este proceso, el hombre se enfrenta como un
poder natural con la materia de la naturaleza. Pone en acción las fuerzas
naturales que forman su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano,
para de ese modo asimilarse, bajo una forma útil para su
propia vida, las materias que la naturaleza le 3.-
brinda. Y a la
par que de ese modo actúa sobre la naturaleza exterior a él y la transforma,
transforma su propia naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él
y sometiendo el juego de sus fuerzas a su propia disciplina.” (Pag. 130)
Sí, con el
trabajo el hombre no sólo modifica la naturaleza, sino también se modifica a sí
mismo. El ser humano de hoy es muy diferente al hombre de épocas pasadas.
Si la fuente
creadora de valor, del cual deriva la plusvalía, es el trabajo, prestémosle más
atención al trabajo.
Continúa Marx:
“Aquí, no vamos
a ocuparnos, pues no nos interesan, de las primeras formas de trabajo, formas
instintivas y de tipo animal. Aquí partimos del supuesto del trabajo plasmado
ya bajo una forma en la que pertenece exclusivamente al hombre. ”
“Una araña
ejecuta operaciones que semejan a las manipulaciones del tejedor, y la
construcción de los panales de las abejas podría avergonzar por su perfección,
a más de un maestro de obras. Pero, hay algo en que el peor de maestro de obras
aventaja, desde luego, a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de
ejecutar la construcción, la proyecta en su cerebro. Al final del proceso de
trabajo, brota un resultado que antes de comenzar el proceso existía ya en la
mente del obrero; es decir, un resultado que ya tenía existencia ideal.”
“Los factores
simples que intervienen en el proceso de trabajo son: la actividad adecuada
a un fin, o sea , el propio trabajo, su objeto y sus
medios.”
“El hombre se
encuentra, sin que él intervenga
para nada en
ello, con la tierra (concepto que incluye también,
económicamente, el del agua ), tal y como en tiempos primitivos surte al
hombre de provisiones y de medios de vida aptos para ser consumidos
directamente, como el objeto general sobre que versa el trabajo humano.
Todas aquellas cosas que el trabajo no hace más que desprender de su contacto
directo con la tierra son objetos de trabajo que la naturaleza brinda al
hombre. Tal ocurre con los peces que se pescan, arrancándolos a su elemento, el
agua; con la madera derribada en las selvas vírgenes; con el cobre separado del
filón”.
“Por el
contrario, cuando el objeto sobre que versa el trabajo ha sido ya, digámoslo
así, filtrado por un trabajo anterior, lo llamamos materia prima.”
(Pag 131)
Además, en el
desarrollo del proceso de trabajo el hombre descubre la posibilidad de utilizar
la piedra, el palo como herramientas y, luego, empieza él mismo a producir
instrumentos de trabajo, embalajes, equipamientos y luego maquinarias,
estimulando el desarrollo de la artesanía, de la industria, luego de la
ingeniería, la tecnología y la ciencia aplicada en el proceso de producción.
Marx señala que
“ lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace,
sino el cómo se hace, con que instrumentos de trabajo se hace.”
(Pag.132)
Esto va
marcando el desarrollo de las Fuerzas Productivas de la sociedad humana,
cuyo avance va determinando las relaciones sociales imperantes en cada época.
“Los
instrumentos de trabajo no son solamente el barómetro indicador del desarrollo
de la fuerza de trabajo del hombre, sino también el exponente de las
condiciones sociales en que se trabaja.”
“El trabajo devora
sus elementos materiales, su objeto y sus instrumentos, se alimenta de ellos;
es, por tanto, su proceso de consumo. Este consumo productivo, se
distingue del consumo individual en que éste devora los productos como medios
de vida del ser 4.-
viviente,
mientras que aquél los absorbe como medios de vida del trabajo, de la fuerza de
trabajo del individuo, puesta en acción.” (Pag.132)
El valor que una mercancía lleva en sí y con el cual se
presenta al mercado está determinado, por tanto, por el valor nuevo creado por
el trabajo humano con que fue producida, más el valor de los medios de
producción con que fue producida y que se transfieren a ella. Ese “valor
pretérito”, encerrado en los medios de producción se transfiere en su
totalidad, en el caso de las materias primas o en proporción al desgaste que
tienen al producir esa mercancía, en el caso de las máquinas, herramientas,
edificios, etc.
El proceso
productivo va cambiando a lo largo de las épocas. El pequeño taller individual
del artesano se ve reemplazado por la fábrica llena de máquinas. Surge la
revolución industrial en el siglo 18 y muchos productores individuales ya no
pueden competir con la industria naciente. El artesano ya no puede seguir con
su taller, pues lo que él produce es más caro que la producción industrial
emergente. Sólo salva su capacidad de trabajar, su experiencia y aparece en el
mercado una nueva mercancía: la mercancía Fuerza de Trabajo.
¿ Quién la
lleva al mercado para venderla ?
Su propio
dueño, el artesano arruinado, el productor individual que ya no puede mantener
su taller. Y la vende por su valor, que está determinado por el valor de los
medios de vida que él requiere para poder estar en condiciones de trabajar.
¿ Quién compra
su mercancía ?
El capitalista
industrial, que tiene máquinas y materias primas para que muchos obreros
trabajen para él.
El obrero,
persona libre e independiente, dueño de su capacidad de trabajar, vende esa
mercancía, su Fuerza de Trabajo, por su valor y quien se la compra, el
capitalista industrial, se apropia del valor de uso de esa mercancía, el
Trabajo, que realizará ese obrero en su fábrica.
De ese trabajo
surgirán nuevos productos, que serán portadores de nuevo valor. El valor de
esos nuevos productos será igual al valor de los medios de producción que se
emplearon para producirlo, más el valor nuevo creado por el obrero al trabajar
en su proceso de producción.
Este nuevo valor, creado por el trabajo del obrero, por
ejemplo, durante una jornada diaria, es mayor que el valor de los medios de
vida que él necesita para estar en condiciones de trabajar eficazmente durante
esa jornada, es decir, es mayor que el valor de su fuerza de trabajo. Esa
diferencia se llama plusvalía y de ella se apropia el empresario
capitalista industrial que le compró su
fuerza de trabajo.
¿ Qué es la
Plusvalía , entonces ? Es trabajo humano no retribuido, es la
parte de la jornada de trabajo diario del obrero por la cual no recibe nada a
cambio. Toda esa parte se la apropia el dueño del capital.
En la época de Marx la mitad de la jornada de 12 horas
reproducía el valor del salario que se le pagaba al obrero y la otra mitad, 6
horas, creaba la plusvalía. Hoy día, en
muchas empresas, sobre todo
las más grandes, en una hora o poco más,
el obrero produce un valor nuevo con que cubre el monto de su salario y todo el
resto de la jornada es plusvalía para el capitalista.
Y así aparece
en la historia el obrero asalariado.
5.-
Surge con ello
una nueva relación económica en la sociedad humana, cuyas primeras
manifestaciones aparecen en Europa a fines de la Edad Media , en el siglo
17-18 y hoy día se extiende por todo el planeta.
Capitalista y
obrero asalariado son los principales personajes económicos de la época
contemporánea.
Con la
plusvalía, el capitalista cubre, en primer lugar, sus medios de vida, de él y de su familia, que son mucho más
altos que los medios de vida del obrero y su grupo familiar.
Pero la
plusvalía le da mucho más que eso: le permite ir aumentando aceleradamente el
capital que pone en acción. Así se da origen al proceso que marca la esencia de
esta nueva relación social: la
Acumulación del Capital.
Ya en el siglo
19 el sistema capitalista había generado una división de funciones en su
interior, dando origen al capital productivo, al capital comercial y al capital
financiero.
A medida que
este proceso avanza y se desarrolla, va generando a su vez la diferenciación
entre los propios capitalistas: la inmensa mayoría se arruina o sobrevive al
borde da la ruina y una minoría se enriquece acumulando cada vez más plusvalía,
no sólo generada en las empresas que le pertenecen, sino arrebatando plusvalía generada en empresas de otros
capitalistas, que deben cederle la mayor parte de sus ganancias debido al poder
que ejercen las primeras en el mercando, donde monopolizan el poder en el
sector productivo, en el sector comercial y en el sector financiero.
Los capitales
así se centralizan y concentran en manos de cada vez menos empresarios
monopolistas. Ellos controlan la economía de la sociedad, la política, el Estado, manejan los Gobiernos
y en el día de hoy, ejercen el poder mundial en todas las esferas.
En las
estadísticas económicas del mundo de hoy el PIB-Producto Interno Bruto- juega
un papel fundamental.¿Qué es el PIB? Es el valor nuevo creado por los
trabajadores de un país en el curso de un año. El PIB de Chile en el año 2006
fue, en cifras redondas, un poquito menos de 150 mil millones de dólares. Ese
fue el valor nuevo creado por nuestros trabajadores asalariados.
¿ Cómo se
distribuyó ese valor nuevo ? Apenas un 34,9% fue a los salarios de los
trabajadores, el 11,% a impuestos y el 53,7% se lo llevaron las ganancias de
las empresas capitalistas. En 1972, en la época del Gobierno de la Unidad Popular , el
52,2% del PIB se destinaba a salarios.
La clase
capitalista se apropió de más de 80 mil millones de dólares en ganancias
durante el año 2006 y la mayor parte de esas ganancias las concentraron no más
de 100 grupos monopolistas, de un total cercano a 1 millón de empresarios. La
inmensa mayoría de ellos, los microempresarios, las Pymes e incluso medianas
empresas viven acogotadas por las deudas de los bancos y las condiciones
leoninas que les imponen las grandes cadenas comerciales, industriales o de
servicios.
Frente a ellos,
la inmensa mayoría de los 6 millones de asalariados chilenos, que es de donde
nace el valor, recibe un salario inferior a los $ 250.000 mensuales.- Esta es
la realidad que vivimos y es lo que tenemos que cambiar.- Para lograrlo es
necesario estudiar.
-------o-------
Nota: Las
páginas indicadas entre paréntesis corresponden al Primer Tomo de “El Capital”
de Carlos Marx, edición del Fondo de Cultura Económica.
Por Alejandro Yáñez
.
FUENTE : CNE
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