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jueves, 14 de junio de 2012

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ARCHIVO :PCCH

VIGENCIA DEL PENSAMIENTO DE CARLOS MARX



Raymond Aron , destacado intelectual francés, de decidida posición anticomunista, fue consultado después del derrumbe de los socialismos en Europa del Este sobre la "muerte de Marx y del marxismo". Su respuesta fue: " Los que se apresuran a enterrarlo harían mejor si primero lo leen." Era anticomunista Aron, pero no .... tonto.
Afirmar la vigencia del marxismo no puede ser un "acto de fé" ni la pretensión inconsistente de que cada afirmación de los textos de Marx sea irrefutable. Una adhesión acrítica a las contribuciones de Marx sería precisamente la negación de la vigencia que mantiene su creación teórica. El mismo, en vida, corrigió muchas veces sus conclusiones cuando nuevos datos y descubrimientos de la ciencia que ampliaban los conocimientos de la humanidad.
Vigencia no puede significar tampoco que en los textos de Marx, como en un libro sagrado, podamos encontrar las respuestas acabadas a los problemas de hoy. Marx murió hace casi 120 años y la historia ha seguido cursando: buscar en sus textos el análisis concreto de la realidad concreta, que es el alma del marxismo, equivale a cuestionar y no validar su vigencia.
El marxismo "no es un dogma sino un guía para la acción" es una frase bien conocida. También muy repetida, incluso en los períodos de predominio de dogmatismos. Pero, a pesar de todo, sintetiza el único modo de aproximarse seriamente a la creación teórica de Marx.
En una exposición necesariamente breve sería absurdo pretender abarcar todo. Me propongo apenas dar algunas señales de lo que funda mi convicción que el aporte teórico del marxismo mantiene validez y que no debemos acercarnos a Marx como a una bella pieza de museo que nos ilustra sobre un pasado noble y muchas veces heroico, pero ya incapaz de indicarnos algo válido para el presente y el futuro.
Muchos autores han descrito, para bien o para mal, el largo camino de Marx desde su juventud al lado de los jóvenes hegelianos hasta la instalación de las bases de su teoría, de lo que nosotros denominamos marxismo, denominación que, como sabemos, él rechazó en vida.
Ese rechazo ( "yo no soy marxista") es una señal teórica esencial. Es que Marx descartó la construcción de un sistema filosófico y, en cambio, elaboró presupuestos teóricos que le permitieran instalarse en el corazón de los acontecimientos y abordar la dilucidación de la práctica humana y, para decirlo con sus palabras, con la determinación no sólo de interpretar el mundo sino de transformarlo.
En Marx es inseparable la condición de teórico de la de revolucionario y ello es un aspecto nada desdeñable de su vigencia, es su lección de ética. Rememorémoslo: " Me burlo de los hombres que se dicen "prácticos" y de toda su sabiduría. Si se quiere ser un bruto se podrá naturalmente dar la espalda a los sufrimientos de la humanidad y ocuparse del propio pellejo".
Hizo de su tarea descubrir y actuar para la emancipación humana superando las alienaciones que agobian a los seres humanos. Así concebía la necesidad de hacer historia, es decir, poner en movimiento la sociedad para superar los sufrimientos de la humanidad. Buscó del lado de la religión, de la filosofía. del estado y la política, del arte, para llegar a la conclusión que el "acto generador de la historia hay que buscarlo en la producción material en la tierra y no en la formaciones brumosas del cielo". Su análisis penetrante del capitalismo, la puesta en relieve de sus contradicciones, de sus leyes de desarrollo, produjo conocimientos que constituyen aproximaciones contundentes a la verdad, que pueden ser ciertamente enriquecidos pero yendo adelante y no hacia atrás.
El tema de nuestros días para evaluar la vigencia o no de las categorías elaboradas por el marxismo es el de responder si los nuevos desarrollos de la sociedad actual, los llamados procesos de globalización, impulsados por la vertiginosa aceleración de los avances tecnológicos han dejado obsoletos los análisis de Marx , han modificado o incluso acabado con la lucha de clases modificando de raíz la contradicción fundamental trabajo-capital tal como Marx lo expuso.
Esa es la visión que sotienen influyentes sociólogos como Alain Touraine, Anthony Giddens y muchos otros.
Para Touraine, por ejemplo, la lucha anticapitalista pierde sentido ya que la propiedad privada de los medios de producción deja de ser el centro de producción de la sociedad llamada post industrial. La escena es ocupada entonces no por los explotados enfrentando a los explotadores sino por el conflicto entre detentores y no detentores de información estratégica.
Para, Giddens, - "No existe un socialismo nuevo: está muerto. Es una doctrina económica que no tiene futuro... . Lo que sí tiene futuro son los valores asociados al socialismo, especialmente la necesidad de inclusión, de instrucción para gente que no tiene medios para protegerse a sí misma....En la actualidad no existe una alternativa a una economía de mercado... . El gobierno, entonces, debe ser capaz de guiarlos a través de inversiones en la misma gente, en educación... En definitiva, en lograr que la población sea capaz de adaptarse y moverse en la nueva realidad para obtener de ello una sociedad decente y humana. A nuestro juicio no es posible tener una economía verdaderamente competitiva si es que no se logran esos pasos previos, ya que de lo contrario, la sociedad se quebraría y sería incapaz de reproducirse a sí misma en forma efectiva."
En esas condiciones, el desarrollo está determinado esencialmente por las relaciones entre los ciudadanos y el estado y ya el partido de clase no tiene espacio, ahora son los partidos de ciudadanos.
No cabe dudas que el derrumbe de la Unión Soviética y los países socialistas del este europeo así como las derrotas de numerosas revoluciones de liberación en países del tercer mundo han contribuído a que la idea del fin de las utopías revolucionarias haya hecho camino.
Y en este clima ideológico ¿puede extrañar que mas allá de Touraine o Giddens, surjan quienes den el paso siguiente y, pura y simplemente, instalen definitivamente el fin de la historia? Una mano lava a la otra y las dos lavan (o ensucian?) la cara.
Reflexionemos. Lo primero que debemos constatar es que fenómenos como la globalización no son para nada ajenos a las previsiones de Marx.
Era realista a cabalidad. Adversario tenaz del sistema capitalista puso en evidencia que "la burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y por consiguiente las relaciones de producción". Constató la capacidad del régimen burgués de desarrollar aceleradamente las fuerzas productivas.
Hablando de la tendencia histórica de la acumulación capitalista en el período aún premonopolista del capital escribió lo siguiente: " ( A partir de un momento del desarrollo del capitalismo se trata ) de expropiar ya no al trabajador independiente sino al capitalista, al jefe de un ejército o una escuadra de asalariados. Esta expropiación se realiza por la leyes inmanentes de producción capitalista, que conducen al concentración de capitales. Correlativamente con esa centralización, con la expropiación de un gran número de capitalistas por un puñados de ellos mismos se desenvuelven en escala siempre creciente la aplicación de la ciencia y de la técnica, la explotación conjunta y metódica de la tierra, la transformación de las herramientas en poderosos instrumentos solo utilizables colectivamente, la economía de medios de producción, el entrelazamiento de todos los pueblos en las redes del mercado universal y con ello el carácter internacional del régimen capitalista.
Y agregó: " A medida que disminuye el número de los potentados del capital que usurpan y monopolizan todas las ventajas de este período de evolución social, crecen la miseria, la opresión, la degradación, la explotación, pero también la resistencia de la clase de los trabajadores cada vez mayor, mas disciplinada unida y organizada por el propio mecanismo de producción capitalista."
Esto fue escrito hace mas de 140 años.
Y hace 140 años no se podía prever ciertos fenómenos que nos corresponde a nosotros dilucidar.
La idea de la desaparición del proletariado como sujeto histórico toma pie de los cambios experimentados por las fuerzas productivas y los consiguientes cambios en relaciones de producción que, como hemos visto, el Manifiesto pronostica aunque sus autores no podían ni pretendieron poder adivinar en sus formas precisas. En Chile, por ejemplo, el proletariado minero-industrial, que constituyó el núcleo decisivo de las fuerzas anticapitalistas en las décadas pasadas ha disminuído su peso relativo y ha crecido en cambio la proporción de asalariados que trabajan en sector servicios. Sin embargo, en este sector se engloban cada vez mas procesos que son generadores directos de plusvalía y se hace cada vez mas imprecisa la distinción entre bienes y servicios. Pensemos por ejemplo en el software informático, en la producción de videos, en la publicidad, en la agricultura basada en la biotecnología, y muchos otros procesos algunos también antiguos como la educación, que convertida en fuente de lucro es servicio y a la vez un bien de mercadeo.
Hay, no obstante, una cambio mas radical que hay que aprehender mas consistentemente.
Marx llamó la atención sobre el profundo cambio que implicó el paso de la manufactura a la gran industria. " En la manufactura, describe, los asalariados forman parte de un mecanismo vivo, en la fábrica son incorporados a un mecanismo muerto, que existe independientemente de ellos. En la manufactura y los oficios el trabajador se sirve de las herramientas, en la fábrica, él sirve a la máquina.
Y adicionalmente subraya: "La gran industria mecánica culmina la separación entre el trabajo manual y las potencias intelectuales de la producción que se transforman en poderes del capital sobre el trabajo" .
La nueva revolución científico técnica constituye una negación de la negación de ese proceso. Una parte de los asalariados, probablemente creciente, se sirve de nuevo de los instrumentos. Se han producido cambios en las condiciones del trabajo. El capital requiere hoy de una parte de los trabajadores asalariados productores directos de plusvalía que laboren con autonomía y libertad para desarrollar potencial creativo y, en muchos procesos, necesita impulsar el trabajo en colectivos con ciertos grados de autonomía y no sometidos a la regla del capataz. No era esa la tendencia en los tiempos de Marx ni tampoco en tiempo del Chaplin de Tiempos Modernos. Lo es hoy. Por eso emergen nuevos conceptos de organización como los de reingeniería, calidad total y otros, todos ellos adaptaciones necesarias del capitalismo a los nuevos desarrollos de las fuerzas productivas, formas de gestión dirigidas a mantener la explotación. Del mismo tenor y modelo de acumulación en acto, son las propuestas como la llamada polivalencia, la flexibilización laboral, la externalización, el subcontrato. Presentadas todas como la inevitable consecuencia del progreso científico y tecnológico, son, en la condiciones del capitalismo, otras tantas formas de asegurar el incremento de la tasa de ganancia en base a la adaptación rápida de la empresa a los cambios en el mercado.
Cada una de ellas es el reflejo del caracter capitalista de la incorporación de los avances tecnológicos y, a la vez, intentos de debilitar la resistencia de los trabajadores. Pero, contradictoriamente son tambien formas que hacen mas evidente la inutilidad de la burguesía como clase y el rol central del trabajo vivo como creador de riqueza .
¿ No sigue siendo entonces lo esencial que estamos en presencia del trabajo asalariado bajo dominio del capital? En esas condiciones ¿ha desaparecido la clase obrera, en el sentido en Marx la definió o por el contrario continúa expandiendose como la clase mas numerosa? En nuestro país la artificial división que se estableció en las leyes sociales entre obreros y empleados puede facilitar confusiones pero es evidente que la inmensa mayoría de los asalariados son sujetos de explotación capitalista y son parte de una misma clase social: el proletariado moderno.
Es una realidad que los niveles de organización y de conciencia de clase en muchos sectores no es todavía la que alcanzaron las fuerzas mas significativas del proletariado en el período anterior pero ello no modifica su posición objetiva en la estructura social que genera el capitalismo ni es un hecho fatal que su conciencia de clase para sí aún no se exprese.
En una carta de sus años de juventud Marx escribió bellamente que quería ser escuchado " por la humanidad sufriente que piensa y por la humanidad pensante que es oprimida". En el nuevo tiempo que se abre camino crecen las posibilidades materiales para que así ocurra .
La tarea de los marxistas de hoy es comprender a fondo estos procesos y aprender a asentar en ellos las nuevas formas de organización para llevar adelante la lucha de clases para hacer realidad los cambios radicales en la sociedad, descubriendo y construyendo las formas de lucha adecuadas a las nuevas realidades.
Estamos sin duda en presencia de cambios muy grandes. Con una intención claramente ideológica, instrumental, se instala la idea del cambio de época. Puede ser que valga la pena encontrarle un nuevo nombre a este período. También el período del feudalismo fue dividido por los historiadores. Se podría apreciar lo nuevo como, por ejemplo, el paso de la Baja Edad Media a la Alta. Lo esencial sigue siendo, en todo caso, que seguimos atenazados por el capitalismo.
¿Quienquiera que mire objetivamente la realidad puede contradecir que la sociedad moderna esta marcada por la contradicción flagrante entre una producción siempre mas social y la persistencia de la apropiación privada de ese producto social que Marx expone como la contradicción fundamental del capitalismo?
¿Quienquiera que mire objetivamente la sociedad actual podrá ignorar la persistencia de la tendencia a la centralización y concentración del capital?
¿Quienquiera que mire objetivamente el estado de cosas actual no confirma la persistencia de las crisis como inmanente de funcionamiento del capitalismo?
" Las relaciones burguesas de producción y de cambio...toda esta sociedad burguesa, que ha hecho surgir tan potentes medios de producción... se asemeja al mago que no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros."
Esas "potencias infernales" se expresan en las recurrentes crisis capitalistas, en medio de las cuales se destruye sistemáticamente no solo una parte considerable de los productos elaborados sino también de las fuerzas productivas ya creadas.
Es la epidemia de la sobreproducción capitalista que se instala no porque sobren productos en general, puesto que dicha "sobreproducción" coexiste con las necesidades, el hambre y la miseria de millones de seres humanos, sino como consecuencia de la permanencia del sistema capitalista mas allá de su tiempo histórico. En esas condiciones, dice Marx, "la sociedad se encuentra súbitamente retrotraída a una estado de barbarie momentánea. Diríase que la sociedad posee demasiada civilización, demasiados medios de vida, demasiada industria, demasiado comercio".
En el Manifiesto Comunista, que, como hemos dicho, no escatima palabras para poner de relieve el papel revolucionario de la burguesía en la historia de la humanidad se comprueba, con el mismo rigor científico,( el posible en la época en que fué escrito) que ese rol de transformadores de la fuerzas productivas con un sentido progresista los hace portadores de un dominio que puede hacer y hace retroceder a la humanidad a terribles formas de barbarie.
Marx y Engels hablan de "barbarie momentánea". Mirando las cosas con realismo hay que apreciar un salto cualitativo. Se trata de la instalación de formas de barbarie permanentes. Porque ¿ que mas que barbarie es el incremento gigantesco de la delincuencia que tiene su causa esencial en la cruel exclusión social acentuada en la actual fase desarrollo, o la instalación de las mafias como una forma corriente y tolerada de la acumulación primitiva, o la dramática extensión de la drogadicción en todos los niveles sociales, o la intensificación de las formas mas diversas de corrupción como recurso del "exito social"? ¿ Y no es también barbarie pura y simple la frenética destrucción del medio ambiente en aras de la ganancia? Todo el mundo sabe que hay productos y procesos productivos que arriesgan la vida de la humanidad pero continúan siendo realizados porque su detención comprometería utilidades. Todos hemos visto con profunda emoción las imágenes de esos pequeños hijos de compañeras temporeras deformes y sin destino. Que es eso sino barbarie? "Quien comprende y no hace nada es que no comprende nada" es un lema de grupos ecologistas. Es una hermosa frase solo que debemos tener mas en cuenta que el interés del capital es mas fuerte que la razón y el sentimiento y que por ello es necesario el cambio revolucionario.
Les propongo detenernos un momento a reflexionar sobre éste pensamiento de Marx: "En los hechos, es solo con el desperdicio mas enorme del desarrollo de individuos particulares que se asegura y realiza el desarrollo de la humanidad en general en el curso de la época histórica que precede inmediatamente a la reconstitución conciente de la sociedad humana"
La desigualdad social siempre creciente como la causa de la pobreza humana en todas sus dimensiones y la imposibilidad de superar la miseria sin trastocar las bases estucturales de la sociedad capitalista es una contribución original del marxismo. La teoría de Marx surgió cuando ya el clamor de los desheredados de la tierra llevaba muchos hombres a proponer soluciones piadosas (socialistas y comunistas utópicos) o a plantear tajantes rebeldías de destrucción sin proyecto alternativo. Sin menospreciar esos sueños y desesperaciones, aunque criticando unas y otras, Marx y Engels plantearon la opción que nacía de la propia sociedad que debía y debe cambiar.
"El comunismo no es para nosotros ni un estado que debe ser creado ni un ideal al que debe someterse la realidad. Llamamos comunismo al movimiento real que termina con el estado de cosas actual"
Y fueron aún mas a fondo.
No era para nada evidente en la época en que se escribió, por ejemplo, el Manifiesto, el torvo y despiadado proceso de exclusión social que es inherente al régimen del capital. Había también los que promovían, seguramente con otros nombres, la tesis del chorreo. Sin embargo, el análisis marxista pronosticó, en sus líneas gruesas lo que esta pasando ante nuestros ojos. El reino del dinero invierte hasta la ley de la gravedad: chorrea pero hacia arriba.
" Para oprimir a una clase, es preciso asegurarle unas condiciones que le permitan, por lo menos, arrastrar su existencia de esclavitud. El siervo en pleno régimen de servidumbre, llegó a miembro de la comuna, lo mismo que el pequeño burgués llegó a elevarse a la categoría de burgués bajo el yugo del absolutismo feudal."
El capitalismo se comporta de otro modo. En una primera fase de su desarrollo "necesita anidar en todas partes", arrastra a todos a su corriente. Pero , a partir de un momento del desarrollo social, la burguesía " no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia ni siquiera dentro del marco de la esclavitud porque se ve forzada a dejarle decaer hasta el punto de tener que mantenerle en lugar de ser mantenida por él."
La viga maestra del capitalismo es siempre y en toda circunstancia la explotación del trabajo asalariado, la obtención de plusvalía como base irremplazable del crecimiento incesante del capital, premisa y condición de subsistencia del sistema.
La existencia de un ejército de reserva de asalariados disponibles (cesantes) es una forma de vida del capitalismo. Este ejercito opera como un factor de contención de las demandas "excesivas" de los asalariados que pueden comprometer las tasas de ganancia. Hemos escuchado a Massad.
Pero, cuando la cifra de desempleados supera límites extremos, la cantidad se transforma en calidad y estamos ante la existencia, no ya de un ejército de reserva sino de una humanidad sobrante, de excluídos del sistema, de parias del mercado, que no tienen espacio para desarrollar un trabajo productivo porque el propio régimen se los niega tras haberlos expropiado de sus medios y desplazado de su entorno,(pequeños propietarios, campesinos, minorías étnicas,inmigrantes).
Estamos confrontados con esa realidad. En el mundo de las transnacionales, las 200 mas importantes empresas realizan por si solas el 25% de la cifra de negocios mundial. Todas reunidas, emplean apenas 18,8 millones de trabajadores, lo que equivale al 0.75 % de la mano de obra libre del mundo entero. Ese el paradigma del capitalismo en su fase actual. Por eso, en los países centrales del capitalismo el fenómeno de la cesantía se instala como una condición permanente y siempre creciente aunque haya también desarrollos desiguales. Solo en la Comunidad Europea se cuentan ya 20 millones de cesantes reconocidos. Allí no se contabilizan las oleadas de inmigrantes que día tras día abandonan sus lugares de origen para intentar conseguir en las metrópolis lo que sistema les niega en sus países.
En las actuales condiciones, se produce mas con menos trabajo humano. Pero, cuando se propone la disminución de la jornada de trabajo para hacer partícipe a la sociedad en su conjunto de las nuevas potencialidades creadas por ella, el capital resiste a pie firme y, peor aún, pugna por aumentarlo donde puede, como ocurre entre nosotros. Eso tiene como efecto inevitable el aumento de la humanidad sobrante.
Esos millones de hombres y mujeres sin espacio para un trabajo creador deben ser mantenidos de una forma u otra. Y así sea, como es en realidad, que se les otorgue medios dramáticamente exiguos, ese es un gasto contradictorio con el sistema mismo.
Cuando ya ni siquiera eso es soportable para los humores del capital , suena la hora de la exclusión pura y simple. Emergen dos sociedades: la formal, la del capital respetable y protegido por las leyes, y la informal, la de los excluídos. Entre 1990 y 1995 en nuestra América latina se crearon 15,7 millones de empleos de los que 13,6 millones, es decir el 80%, fueron creados en el area informal.
Es la evidencia flagrante del fracaso del capitalismo como forma de organización de la humanidad.
Hemos llegado al punto en que la burguesía no puede seguir desempeñando el rol de clase dominante ni imponer a la sociedad, como ley reguladora, las condiciones de su existencia como tal, sin conducir a la humanidad por nuevos caminos a formas de barbarie.
Cada fase del desarrollo tiene su ética. La ética del postmodernismo es, quizá mas desnudamente que en cualquier otra época del capitalismo, esa estrecha visión utilitarista y la crueldad consecuente. En el siglo que termina, la organización del movimiento obrero, la amenaza al sistema proveniente de la emergencia de las primeras experiencias de socialismos, que con todos sus defectos realizaron políticas sociales que favorecían a los trabajadores y no podían ser ignoradas, contuvo el antihumanismo que dimana del desarrollo y la absolutización del mercado. Ahora, ha emergido con todo su descaro.
Eso es lo que ponen de manifiesto, por ejemplo, los conceptos de Hayek, gurú del pensamiento único: "La popularidad de la idea que es mejor cooperar que competir demuestra el desconocimiento de la verdadera función orientadora del mercado" es su punto de partida. De allí deriva la tarea capital: "la lucha contra el socialismo, la lucha por abolir todo poder que trate de dirigir los esfuerzos individuales y distribuir deliberadamente sus resultados." Y amonesta airado: "Pueden los intelectuales seguir empecinados en el error de creer que el hombre es capaz de diseñar nuevas y mas adecuadas éticas sociales. En definitiva, tales nuevas reglas constituyen solo una degradación hacia modelos de convivencia... mas primitivos". Y para Hayek no se trata solo del marxismo sino también de la Teología de la Liberación, por ejemplo, y por cierto del llamado Estado de Bienestar alentado por la socialdemocracia, que fué el primer blanco de sus proclamas.
Ante esta realidad, siguen teniendo sonoridad también en este terreno los objetivos que Marx y Engels plasmaron en una frase definiendo la esencia de nuestra postura ética: aspiramos a que el libre desenvolvimiento de cada uno sea la condición del libre desenvolvimiento de todos. Ello solo es posible en una sociedad construída sobre otras bases donde el progreso no sea una maldición para la mayoría sino una posibilidad para todos los seres humanos en su diversidad.
El desarrollo de la teoría es un imperativo de la actualidad. Si no damos cuenta de los cambios que han tenido lugar facilitaremos la permanencia del sistema capitalista con los desastres consiguientes. Equivaldría a ignorar la relevancia que los propios autores consideraron que sería creciente con el tiempo de la importancia de los factores subjetivos en la lucha por el cambio revolucionario.
En un planeta con 5.000 millones de habitantes, poblado por una humanidad que ha accedido a conocimientos que permitirían satisfacer sin apuros todas las necesidades materiales de sus componentes sin destruir el nicho que nos cobija, apenas 500 millones, menos de un 10 %, viven confortablemente mientras 4.500 millones se debaten en medio de necesidades angustiosas y perfectamente solubles y una buena parte de ellos en la miseria sin atenuantes. Si en nuestro mundo, 358 ultra millonarios se apropian de fortunas que equivalen a los ingresos del 45% de la población mundial, es que es indispensable y a la postre inevitable el cambio del régimen social que permite que se genere tal aberración.
"Los comunistas trabajan en todas partes por la unión y el acuerdo entre los partidos democráticos de todos los países." se lee en el Manifiesto. Es una indicación que también vale hoy día. Más aún cuando los valores democráticos que en las luchas contra el viejo régimen tomó como suyos la burguesía en ascenso, hoy los ha lanzado por la borda. Las banderas de la democracia no pueden ser sostenidas sólidamente en otras manos que no sean las de los pugnan por la superación del capitalismo. Un régimen social que es portador de inmensos riesgos para el desarrollo de la humanidad, que segrega y excluye con tal saña, no puede sostenerse sino incrementando siempre mas la coerción. Para confrontarlo con éxito hay que trabajar por unir a todos los afectados por las consecuencias de ese dominio añejo y unir asumiendo que la dimensión internacional de las luchas es hoy, en los tiempos de la globalización neoliberal, un imperativo mas claramente insoslayable.
La alternativa que se propone la construcción de una sociedad superior al capitalismo enfrenta obstáculos colosales. Sería un absurdo irresponsable desconsiderar los éxitos del capitalismo y las derrotas del socialismo, así como no tener en cuenta la desfavorable correlación de fuerzas mundial para realizar las profundas transformaciones estructurales que la situación objetiva demanda. La ofensiva está hoy en manos del capitalismo neoliberal pero eso no demuestra que sea correcta su tesis sobre la eternidad del sistema ni la pretensión de identificar la racionalidad económica con la racionalidad capitalista.
Aún perdura un período de reflujo, es cierto. Pero el topo de la historia sigue hozando.
Quiero terminar con una remembranza de Clodomiro Almeyda a este propósito. Cuando se derrumbó el socialismo en Europa le escuché reflexionar sobre los cursos de la historia llamando la atención sobre el devenir de la revolución francesa. Hubo la Restauración, cierto. Pero hubo enseguida el 30, y en particular el 48 que retomaron el sentido de la historia abierta ente los muros de La Bastilla. La historia está sobre todo por delante y no sólo atrás de nosotros.


JORGE INSUNZA 


MIEMBRO DE LA COMISION POLITICA DEL PCCH