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martes, 21 de abril de 2015

BIOGRAFÍA DE PABLO PICASSO


Figura excepcional como artista y como hombre, Picasso fue protagonista y creador inimitable de las diversas corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX, desde el cubismo hasta la escultura neofigurativa, del grabado o el aguafuerte a la cerámica artesanal o a la escenografía para ballets. Su obra inmensa en número, en variedad y en talento, se extiende a lo largo de más de setenta y cinco años de actividad creadora, que el pintor compaginó sabiamente con el amor, la política, la amistad y un exultante y contagioso goce de la vida.
Famoso desde la juventud, admirado y solicitado por los célebres y poderosos, fue esencialmente un español sencillo, saludable y generoso, dotado de una formidable capacidad de trabajo, enamorado de los barrios bohemios de París, del sol del Mediterráneo, de los toros, de la gente sencilla y de las mujeres hermosas, afición que cultivó sin desmayo.
Pablo Diego José Ruiz Picasso, conocido luego por su segundo apellido, nació el 25 de octubre de 1881, en el n.º 36 de la plaza de la Merced de Málaga, como primogénito del matrimonio formado por el pintor vasco José Ruiz Blasco y la andaluza María Picasso López. El padre era profesor de dibujo en la Escuela Provincial de Artes y Oficios, conocida como Escuela San Telmo. La primera infancia de Pablo transcurrió entre las dificultades económicas de la familia y una estrecha relación entre padre e hijo, que ambos cultivaban con devoción. El niño era un escolar menos que discreto, bastante perezoso y muy distraído, pero con precoz facilidad para el dibujo, que don José estimulaba.
En 1891 la familia se traslada a La Coruña, en cuyo Instituto da Guarda son requeridos los servicios del padre como profesor. Pablo inicia sus ensayos pictóricos, y tres años más tarde su progenitor y primer maestro le cede sus propios pinceles y caballetes, admirado ante el talento de su hijo. En 1895, Ruiz Blasco obtiene un puesto docente en la Escola d'Arts i Oficis de la Llotja de Barcelona. Pablo resuelve en un día los ejercicios de examen previstos para un mes, y es admitido en la escuela. En 1896, con sólo quince años, instala su primer taller en la calle de la Plata de la Ciudad Condal.
Dos años más tarde, obtiene una mención honorífica en la gran exposición de Madrid por su obra Ciencia y caridad, todavía de un realismo académico, en la que el padre ha servido de modelo para la figura de un médico. La distinción lo estimula a rendir oposición al curso adelantado en la Academia de San Fernando, mientras sus trabajos, influenciados por El Greco y Toulouse-Lautrec, obtienen nuevas medallas en Madrid y Málaga.
En 1898 realiza su primera muestra individual en Els Quatre Gats de Barcelona. Finalmente, en el otoño del año 1900 hace una visita a París para ver la Exposición Universal. Allí vende tres dibujos al marchante Petrus Mañach, quien le ofrece 150 francos mensuales por toda su obra de un año. Pablo es ya un artista profesional, y decide firmar sólo con el apellido materno. En 1901 coedita en Madrid la efímera revista Arte Joven, y en marzo viaja nuevamente a París, donde conoce a Max Jacob y comienza lo que luego se llamará su «período azul». Al año siguiente expone su primera muestra parisiense en la galería de Berthe Weill, y en 1904 decide trasladarse definitivamente a la capital francesa.
Picasso se instala en el célebre Bateau-Lavoir, en el número 13 de la calle Ravignan (hoy plaza Hodeau), alojamiento variadamente compartido por artistas sin blanca, entre otros el también español Juan Gris. Allí, Pablo traba amistad con Braque y Apollinaire, y se enamora de Fernanda Olivier. Durante tres años pinta y dibuja sin cesar, rendido a la influencia de Cézanne, mientras elabora con Braque las líneas maestras del cubismo analítico, cuya gran obra experimental, Las señoritas de Aviñón, es pintada por Picasso en 1907.
Pronto sobreviene el asombro y el escándalo ante un estilo deforme que rompe todos los cánones y va ganando nuevos adeptos, al tiempo que su audaz inventor expone en Munich (1909) y en Nueva York (1911). Pablo ha encontrado una nueva compañera en Marcelle Humbert, y siempre seguido por Braque, se lanza a inventar el cubismo sintético, que los acerca al borde de la abstracción (en su extensa y tan variada obra, Picasso jamás llegaría a abandonar la figuración). Poco después, se muda de Montmartre a Montparnasse, y se abren exposiciones suyas en Londres y Barcelona.
En 1914, con la guerra, llegan las tragedias: Braque y Apollinaire son movilizados, y Marcelle muere súbitamente ese otoño. Pablo abandona prácticamente el cubismo, y busca otros caminos artísticos. Los encuentra en 1917, cuando por medio de Jean Cocteau conoce a Diáguilev, que le encarga los decorados del ballet Parade de Eric Satie. El fin de la guerra le trae un nuevo amor, la bailarina Olga Clochlova, y también un nuevo dolor: la muerte de Apollinaire a consecuencia de una grave herida en la cabeza. Se casa con Olga en 1918, y hasta 1925 trabaja en diversos ballets que dan cauce a su evolución pictórica.
Un viejo retrato de su madre, pintado en 1918, le valdrá el millonario premio Carnegie de 1930, que le permite adquirir una suntuosa villa campestre en Boisgelup, y pasarse más de un año viajando por España. Por entonces vuelve a la escultura y mantiene un romance con Teresa Walter, del que nace su primera hija, Maya. La Clochlova inicia un escandaloso juicio para conseguir el divorcio, que el juez se niega a conceder. Despechado, Picasso se enamora de Dora Maar.
Al estallar la Guerra Civil, Picasso apoya con firmeza al bando republicano, y acepta simbólicamente la dirección del museo del Prado, mientras en 1937 pinta elGuernica en París. Dos años después se realiza una gran exposición antológica en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Deprimido por el triunfo de los nacionales y la posterior ocupación de Francia por los nazis, pasa la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial trabajando en su refugio de Royan.
En 1944, se afilia al Partido Comunista Francés y da a conocer 77 nuevas obras en el Salón de Otoño. Después se entusiasma por la litografía y por la joven y hermosa pintora Françoise Guillot, con la que convive hasta 1946. Se inicia así su etapa de Vallauris, en la que trabaja en sus magníficas cerámicas. Con Françoise tendrá dos hijos: Claude, nacido en 1947, y Paloma en 1949.
En 1954, el infatigable anciano se fascina por una misteriosa adolescente de delicado perfil y largos cabellos rubios llamada Sylvette D., que acepta posar para él a cambio de uno de los retratos, a su elección. El trato se cumple y su resultado produce algunas de las obras más conocidas y reproducidas del pintor, como el famoso perfil de Sylvette en la butaca verde.
Si la fascinación por la etérea Sylvette había sido platónica, no tuvo el mismo cariz su atracción por Jacqueline Roqué, joven de extraodinaria belleza a la que tomó como compañera en 1957, un año antes de pintar el gigantesco mural para la UNESCO. Fértil milagro del arte y de la vida, Picasso seguirá creando, amando, trabajando y viviendo intensamente hasta morir en 1973. Dejó tras de sí la mayor y más rica obra artística personal de nuestro siglo, y una fabulosa herencia que provocó agrias disputas hasta recaer en un ser de pacífico nombre: Paloma, su hija.
fuente : biografías 

TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN ¿ COMUNICACIÓN DEMOCRÁTICA ?

Ya hace casi 200 años los postulados marxistas advertían que las ideas de la clase dominante son -en todas las épocas- las ideas dominantes, arguyendo que quienes ejercen el poder material en la sociedad, buscan también hegemonizar el poder de las ideas. Se iniciaba así la elaboración de un vasto cuerpo teórico predictivo respecto de los efectos de los medios de comunicación de masas como herramienta de subordinación.[1]


Desde la perspectiva crítica, se publicarían innumerables análisis sobre los mass media, pasando por los enfoques marxistas más tradicionales, hasta la teoría derivada de la Escuela de Frankfurt y sus intelectuales más contemporáneos. Desde clásicos como Antonio Gramsci y hasta Max Horkheimer, Theodor Adorno y Herbert Marcuse, la idea de que la cultura de masas es el principal medio gracias al cual el capitalismo habría alcanzado un proceso de dominación extremadamente sutil, ha sido una problematización clave para quienes estudian teoría de la comunicación.
En este escenario teórico, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICS) irrumpieron irrefrenables como nuevo desafío teórico. Es importante tener claro que, si bien hoy la Globalización neoliberal imperante ha sido la plataforma para que las nuevas tecnologías de información se extiendan y con ellas se produzca prácticamente la instantaneidad de los mensajes, esto no necesariamente redunda en mayor democratización comunicativa.
Variadas experiencias parecen ilustrar que la revolución de las tecnologías de la información, la comunicación y el conocimiento han permitido instalar el componente subjetivo de la Globalización neoliberal, es decir, el fundamentalismo de mercado con la consecuente transnacionalización valórica de éste. Denominado por ciertos analistas como Infocapitalismo, sus armas de expansión civilizatoria serían la microelectrónica y la cyber cultura, que sobrepasarían los sistemas de producción e incluso trastocarían el comportamiento de los individuos a nivel local[2]. Bajo esta matriz de análisis, las nuevas tecnologías parecen ser las principales generadoras de la más sofisticada herramienta difusora de valores y prácticas culturales. Cabe entonces hacer la siguiente pregunta: ¿Son las plataformas provistas por la revolución tecnológica espacios de democratización de la cultura imperante?
Efectivamente la masificación de las nuevas tecnologías ha otorgado mayores posibilidades de acceso a la información, de transmisión instantánea de mensajes y con ello, incluso ha podido ser -en algunas ocasiones- un elemento al servicio de discursos contra hegemónicos o herramientas de organización de sectores sociales críticos al modelo de desarrollo neoliberal. Sin embargo, en su mayoría, las nuevas tecnologías tienen un correlato símil al lenguaje globalizante, cuyo afán informador en la mayor parte de las ocasiones parece cumplir un rol de carácter doctrinario. Diversos son los ejemplos de grandes potencias mundiales utilizando las nuevas tecnologías de información como herramientas de hegemonía cultural y dominación, a partir de un complejo entrecruzamiento de fuerzas políticas, sociales y culturales[3]. Claros son los casos de la información tergiversada que se ha producido durante las últimas invasiones de Estados Unidos en Oriente Medio, especialmente en Irak y Libia, donde el relato mediático refrendó el combate de armas de destrucción masiva, primero, y un supuesto afán democratizador, después. Claro es también el reciente caso de guerra civil en Siria, donde la información adulterada ha tendido a confundir la aspiración expansionista de Estados Unidos y su interés en el petróleo del vecino Irán, con un supuesto impulso auto democratizador del pueblo sirio.
¿Optimismo?
Con todo, parece ser demasiado optimista la propuesta teórica que augura una gradual e inexorable democratización de la cultura a través de las diferentes redes sociales y plataformas generadas por las TIC.
Si bien, las nuevas tecnologías son una alternativa poderosísima que puede convertirse en herramienta que coadyuve a construir correlaciones de fuerza distintas en la esfera política y cultural, es evidente que aquello no representa una amenaza al indiscutible poder de las compañías trasnacionales y su lógica cultural de mercado que domina la sociedad mundial.
Como alternativa a este escenario un tanto pesimista, resulta interesante revisar la propuesta teórica del Departamento de Economía y Política Internacional del Centro Cultural de la Cooperación de Argentina, que plantea el concepto de Redes de Resistencia Global (RRG), una especie de resistencia política a la nueva realidad mundial. De acuerdo a esta matriz de análisis, el objetivo  compartido por los miembros de esta nueva resistencia, es luchar contra la globalización neoliberal y sus consecuencias (la concentración de la riqueza y el poder, la extensión de la pobreza y de malas condiciones laborales, la destrucción de la naturaleza, etc.).
La articulación de las RRG en un mundo cultural ensordecido por un monólogo de oligopolios comunicacionales, se basa en la capacidad de agrupar a organizaciones diversas: algunas centradas en la protección de la naturaleza, otras en las condiciones laborales de los trabajadores del planeta, pero todas unidas por el rechazo a los efectos nocivos de la globalización neoliberal. Las tecnologías comunicacionales funcionales a las formas de organización económica y política expuestas, han sido utilizadas por estas redes para coordinarse y difundir un mismo mensaje en todo el globo, además de ser capaces de converger en acciones simultáneas. En estos casos, cuyo ejemplo claro fueron los estudiantes chilenos movilizados en 2011, las TICS podrían constituir una herramienta para construcciones políticas contra hegemónicas, mas nunca su reemplazo.
[1]                      MARX, Karl, ENGELS, Friedrich. La ideología alemana. Editorial Grijalbo. Barcelona, España. 1974.
[2]                        Camejo, Armando J. Globalización, Tecnología de la Información y Flexibilización Laboral. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Número 19. Universidad Complutense de Madrid. 2008.
[3]                      POLLERI, Federico. Hegemonía Cultural

JAVIERA OLIVARES 
PDTA DEL COLEGIO DE PERIODISTAS
FUENTE : QUINTO PODER