CHILE

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lunes, 18 de marzo de 2013

ENTENDIENDO LAS CIFRAS DEL SALARIO MÍNIMO

Respecto del anuncio del incremento del salario mínimo hecho por el Presidente hace algunos días; algunas consideraciones, en general.
La oportunidad del anuncio se puede comparar con la práctica de algunas empresas que se anticipan al inicio de la negociación colectiva, haciendo una oferta que complica al sindicato, porque se establece la idea en el conjunto de los trabajadores de que es mejor evitar el conflicto. En este caso el gobierno estaría actuando como un protector del capital, especialmente en un año electoral, neutralizando a los trabajadores que se preparan para una negociación que tradicionalmente se realiza en Julio de cada año.
Respecto de la cifra anunciada, se pueden decir que el incremento del salario del año pasado fue de un 6% (3.3% real), esto significó  11 mil pesos. Si aplicáramos el mismo porcentaje de reajuste que el año 2012, tendríamos un incremento de 11 mil 580 pesos, que probablemente representen menos de lo que correspondería al cabo de los 16 meses en que se encontraría vigente, es decir, hasta el mes de julio de 2014. Sin embargo, sería levemente superior a 200 mil pesos como dijo el Presidente.
El  IPC, como base de cálculo, tiene cada vez menos  sentido, si recordamos por ejemplo lo que ocurrió con los precios de los alimentos el año pasado. Deberíamos colocar el acento en el valor que debe tener el trabajo, respecto del capital, especialmente en una economía que crece vigorosa, como gusta decirse desde el poder político y económico. La lucha por  valorar el trabajo no debe darse en el ámbito de lo que el capital -es decir las empresas- quieren, sino que  es necesario estar al tanto de lo que pueden. El sindicato por lo tanto debe conocer los límites de ese poder y las características de esos límites.
No obstante examinemos un aspecto del IPC. La canasta con que se calcula este índice contiene doce ítemes  los que están ponderados con distintas incidencias. Por ejemplo, el que se refiere a alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles  tiene una ponderación de un  13.27 %,  esto significa que los aproximadamente 700 mil chilenos que ganan el salario mínimo deberían destinar unos 25.000 pesos para esos fines.
El Salario Mínimo, afecta por extensión a muchos trabajadores incluyendo al sector público, porque se utiliza como base para referencias y cálculos de otras regalías.
 Vincular el salario mínimo a la Productividad es una cuestión compleja, a pesar de que el Estado ha reconocido en sus cálculos que durante 2010 “se logró revertir la caída que desde 2004 venía mostrando la productividad e iniciar una recuperación. En 2011 el Comité Consultivo del PIB Tendencial estimó un crecimiento de la productividad total de los factores de 0,3% para ese año’’.
La OCDE acepta como formula para la determinación de la Productividad el cociente que resulta de dividir la producción por los insumos, existiendo productividad si la cifra resultante es mayor que uno. En definitiva, las enormes utilidades que exhiben públicamente sectores claves de la economía muestran lo que ocurre efectivamente con la generación de la riqueza, que es producida precisamente por los trabajadores, donde se encuentran los que ganan el salario mínimo. También es cierto el secreto a voces, que una vieja práctica de las empresas chilenas es declarar pérdidas en sus declaración anual al SII, con el objeto de evadir el pago de impuestos y el pago legal de gratificaciones a los trabajadores.
El camino de la generación de la riqueza, es decir el conocido PIB, parece ser lo más razonable para la discusión del salario mínimo. De hecho la OIT lo demuestra con los estudios que está haciendo Catherine Saget al fijar los extremos que debería tener el salario mínimo en los países, de manera tal que por un lado permita una vida digna de sus trabajadores y por otro no provoque problemas de empleo e inflación (que son precisamente los factores que se esgrimen siempre).  Estos estudios han fijado un mínimo del salario equivalente a un 30% del ingreso per cápita y un máximo de un 60 % del mismo.
Cabe señalar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó para 2012 que “Argentina alcanzaría un PIB per cápita de US$ 18.319 y Chile llegaría a US$ 17.974, pero bajo el supuesto que ambos crecerían 4,2%.’’
Haciendo cuentas,  Chile se encuentra precisamente en uno de los más mínimos de los mínimos. Justamente si consideramos la cifra anterior, los 17 mil 974 dólares per capita equivalentes a unos 8 millones 807 mil 260 pesos anuales, que corresponde a 733 mil 938 pesos mensuales. Lo que significa que el salario de 193 mil pesos representa  aproximadamente un 27 % del  ingreso per cápita, lo que nos sitúa entre los más mínimos de los salarios mínimos, por ejemplo de nuestros vecinos. Salario que en algún momento se llamó acertadamente VITAL, palabra que podría incluirse en el lenguaje de los trabajadores, por la importancia del ingreso respecto de la vida.

Por Felipe Valenzuela. Sociólogo (ICAL)