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miércoles, 17 de septiembre de 2014

4 RAZONES PARA SEGUIR PENDIENTE DE JAVIERA OLIVARES LA NUEVA PDTA DEL COLEGIO DE PERIODISTAS .

1- No le teme a los grandes consorcios periodísticos   (Ni a Carlos Peña)
Javiera Olivares criticó las inserciones publicadas en El Mercurio y La Tercera, pagadas por adherentes al golpe militar de 1973, justo antes que se cumpliera el aniversario 41 de esa fecha.  "Quisiera aprovechar de entregar mi mayor rechazo y preocupación por el inserto publicado hoy en el diario El Mercurio, y ayer en La Tercera, que reivindica el acuerdo de la Cámara de Diputados que pedía la intervención Militar en 1973”, dijo el mismo 11 durante la marcha de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.  "Nuestro Código de Ética señala expresamente que el  ejercicio periodístico está al servicio de la verdad, los principios democráticos y los derechos humanos, por ello no me parece correcto ni coherente al actual sistema democrático reivindicar y ‘recordar’ un documento que pedía la intervención militar a un gobierno democráticamente electo”, agregó. 
Lo mejor es que esta declaración provocó la respuesta de Carlos Peña, rector de la UDP, columnista de El Mercurio y referente de la opinología informada.  “es malo esgrimir explicaciones históricas para justificar crímenes, es igualmente malo esgrimir principios morales para impedir que se reflexione sobre los hechos",escribió Peña.
El conato de pelea siguió con la respuesta de la dirigenta. "el columnista se pronuncia en similar sentido al señalar que se trataría de la promoción de una interpretación de los hechos del pasado. Lo cierto es que el texto publicado hace mucho más que eso. Legitima, desde luego, el derrocamiento del gobierno constitucional de Salvador Allende y el régimen dictatorial. Pero, más grave aún, se desprende de él –con total claridad– una amenazante interpelación al actual gobierno", escribió.
El rector inquieto como siempre, respondió este martes. “Temo que la presidenta del colegio  de Periodistas (...)  confunde el contenido del discurso con la posibilidad de expresarlo. Tiene todo el derecho a oponerse a lo primero; pero no tiene ninguno a poner límites a la segundo”, sostuvo Peña.
Y en el que parece ser el último capítulo de este intercambio Javiera Olivares contestó en el diario El Mostrador  "El fondo del asunto que se ha planteado, no tiene que ver con la publicación de este documento histórico, sino con un emplazamiento de los adherentes del inserto pagado, situación que es delicada, porque hace una extrapolación del gobierno de Salvador Allende con la actual administración  e insinúa la posibilidad de resolver desavenencias en un sistema democrático a través de una intervención militar”.
2- Es la primera mujer al frente del gremio
Javiera Olivares ya había tenido un intento por ingresar a la directiva del colegio en la lista que fue derrotada por el PS Marcelo Castillo. Ahora, a los 36 años se convierte en la primera mujer en presidir el gremio y tiene claras sus metas, entre ellas combatir la precariedad laboral del sector, construir una confederación de trabajadores de las comunicaciones y trabajar para garantizar la libertad de expresión, entre las más importantes.
3 -Tiene experiencia  en medios de comunicación.
Javiera Olivares egresó de la Universidad Católica y lejos de ser una periodista corporativa ligada solamente a la actividad gremial o académica, ha trabajado en medios, entre ellos La Nación Domingo, La Tercera y Telesur, donde fue enviada especial a Siria.
4- Aumenta el rango de influencia del PC
La periodista trabaja en el equipo de comunicaciones del Partido Comunista, y al hacerse cargo del colegio de periodistas aumenta el poder que la colectividad tiene en otros gremios importantes, como el Colegio de Profesores con Jaime Gajardo, y la CUT con Bárbara Figueroa. Además de la representación record que tiene el partido en el Congreso con 5 diputados.
fuente : publimetro

TERRORISMO : EL NUEVO MONTAJE DE LA DERECHA PINOCHETISTA.

Sin duda, los datos de la realidad son serios y preocupantes. No es un detalle el que comiencen a proliferar tanto las bombas reales como aquellas que son denunciadas con ánimos distractores y para mantener y exacerbar los temores y cuidados de la población.
Nadie quiere vivir en un medio enrarecido por la invasión de métodos que nada tienen que ver con la confrontación de proyectos económico-sociales cuyo escenario, la “cancha”, es por naturaleza el debate político. Y que mientras más inclusivo, mejor.
Sería de una ingenuidad extrema e incluso culposa, el que no nos detuviéramos a averiguar lo que se oculta tras estos últimos hechos.
Un breve recuento: gana las últimas elecciones una coalición que se presenta con un programa de transformaciones de una profundidad al menos innegable: la Nueva Mayoría, con sus reformas tributaria, educacional, política y laboral.
¿Habrá que advertir que ese programa afecta al centro mismo de las contra-reformas implantadas por la dictadura cívico militar que impuso el mandato recibido desde el centro político imperial y las altas cúspides del poder empresarial “criollo”?
Es cierto, legítimo e incluso natural, que tales reformas no conciten la unanimidad de las fuerzas del cambio que sostuvieron, trabajadores y jóvenes, el peso mayor de la resistencia a la dictadura y que fueron la barrera de contención para el restablecimiento de esa forma de gobernar, salvando el interregno piñerista ya superado por la historia.
Se le había extraviado el libreto, a la derecha. Incluso, se había conmocionado con algunas deserciones “al centro”. Debieron renunciar, al menos comunicacionalmente, a la omnipotencia de sus “coroneles”. Tienda propia levantaba su caudillo, el recién salido domiciliado en La Moneda. Y en esas condiciones, ¿qué hacer? Por cierto, estaba el recurso al “diálogo”, a la reedición de los viejos aunque no del todo superados “consensos”. Pero ello conllevaba el riesgo de aceptar al menos la pertinencia de “las reformas”. Y aunque con ganancias evidentes y nuevos bríos para atrincherarse en su minoría parlamentaria, política y social, algo les faltaba para recuperar el protagonismo, para volver a los grandes titulares, marcar las pautas, instalar el libreto –el “relato”, sentenció uno de sus líderes.
Y llegó “El Miedo”, bombas y bombitas mediante y mucha, mucha, primera plana de su prensa. Y mucho “republicanismo”. Sospechoso, al menos, el escenario que quieren reeditar, y para cuya instalación no serán los dineros los que les hagan falta. ¿Que las bombas y cualquier otro atentado a la seguridad pública es reprochable, perseguible y sancionable?: qué duda cabe.
Pero sí hay otras dudas. Ante cualquier crimen, el investigador serio se hace preguntas elementales. Una de ellas, ¿a quién aprovecha?
El objetivo primordial de estos atentados es desequilibrar… Es alterar la órbita política. Sacar del debate público las reformas en trámite.
“Terrorismo” es la gran palabra, obesamente reproducida por los mayores terroristas de nuestra historia.
Por eso, ¡Atención!, ¡Cuidado!, ¡Achtung!: la vieja derecha está operando. Ella es, en sí misma, una bomba de tiempo que acecha al pueblo, a la ciudadanía, a este Chile que en este septiembre se busca entre los escombros de una dictadura que aún no responde por sus culpas, latrocinios y crímenes de lesa humanidad.

FUENTE : EDITORIAL DE "EL SIGLO"