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domingo, 4 de noviembre de 2012

SALUDO DE NUESTRA DIRECCION REGIONAL "VICTOR DIAZ LOPEZ"



Enviamos un gran saludo a todos los compañeros y todas las compañeras de la zona sur que han aportado decididamente al triunfo obtenido en las recién pasadas elecciones municipales. Sabemos que con el aporte de cada uno de ustedes hemos conquistado un nuevo paso para consolidar nuestra línea política. Estamos seguros que el objetivo de derrotar  a la derecha e instalar un nuevo referente nacional ha avanzando de buena forma a nivel nacional, ya que de un total de 4.094.732 de votos válidamente emitidos el Pacto “por un chile justo” presento 2.085 candidatos a concejales de los cuales fueron elegidos 501, nuestro pacto logró 905.092 votos lo que significa obtener cerca de 22,10% de la votación nacional.
Nuestro partido + independientes por su parte presentó 574 candidatos de los cuales fueron electos 102 concejales, lo que significa un aumento de 60 concejales. Nuestra votación alcanzó 263.204 votos con un 6,42%.  Hay que señalar que en la elección de 2008 obtuvimos el 6.07%.
En la región metropolitana obtuvimos 35 concejales de los 131 candidatos presentados con 115.300 votos lo que representa 8,29%.
En nuestro regional podemos decir con alegría y esperanza de nuestra política que hemos reelecto a nuestros 5 concejales y hemos elegido a 5 nuevos concejales y concejalas comunistas.

Concejales reelectos.

Nombre
Comuna
Distrito
Votos
%
1
Sergio Robles
La Granja
25
1071
5,05
2
Margarita Urra
El Bosque
27
2680
8,36
3
Nelson Cornejo
PAC
28
2585
8,37
4
Gloria Rodríguez
PAC
28
3689
12,40
5
Elizabeth Henríquez
Lo Espejo
28
1725
9,46


Nuestros nuevos Concejales electos y nuevas concejalas electas.

Nombre
Comuna
Distrito
Votos
%
1
Eduardo Cancino
PAC
28
1575
5,10
2
Erika Martínez
San Miguel
28
1626
6,43
3
Camila Donato
Macul
27
2087
8,54
4
Gustavo Arias
San Joaquín
27
1124
5,60
5
Max Pardo
San Ramón
25
1030
5,03

DIRECCION  REGIONAL SUR "VICTOR DIAZ L"

PLUSVALIA Y ACUMULACION DEL CAPITAL



El pasado 25 de Julio se cumplieron 140 años de la entrega a imprenta del Primer Tomo de “El Capital” de Carlos Marx. En tal ocasión, la Comisión Nacional de Educación del Partido y el curso “Amaranto-Capital”, que Miércoles por medio tiene lugar en Carmen 340, de 19.30 a 21 hrs,  organizamos un gran evento de conmemoración en el local central de la CUT, que se llenó de participantes. Crece el interés por estudiar “El Capital” de Marx.
Este breve artículo intentará resumir los conceptos de Plusvalía y Acumulación del Capital, para estimular a quienes lo lean a profundizar en ellos, ojalá  estudiando la obra cumbre mencionada.
El concepto de Plusvalía  proviene de la Teoría del Valor de Marx y explica la esencia de la relación económica que conocemos como sistema capitalista: de ella nace el Capital, que no es otra cosa que Plusvalía acumulada.
Cuando Marx y Engels escribieron “El Manifiesto Comunista”, en 1848, no tenían aún claro el concepto de Plusvalía.
En uno de sus párrafos dicen textualmente:
Examinemos el trabajo asalariado. El precio medio del trabajo asalariado es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de subsistencia indispensables al obrero para conservar su vida, como tal obrero.”
Pero, como descubrieron más tarde, el Salario no paga el Trabajo asalariado, sino la Fuerza de Trabajo. El Salario es el precio medio de la Fuerza de Trabajo, no del Trabajo.
¿ Qué diferencia hay entre Trabajo y Fuerza de Trabajo ?
Fuerza de Trabajo es la capacidad del hombre de trabajar y Trabajo, es esa capacidad en acción.
No se puede trabajar sin tener capacidad de trabajo, pero se puede tener capacidad de trabajo y no trabajar. A eso se le llama Cesantía o, en el mejor de los casos, descanso.
Cuando la reacción europea aplastó las luchas de clase en Francia y en el centro de Europa, que estremecieron ese continente entre 1848 y 1852, Marx y Engels tuvieron que asilarse en Inglaterra. Allí comenzaron a analizar más a fondo la nueva relación económica que estaba surgiendo, el capitalismo, al comprobar, como lo dicen en cartas que intercambiaron, que las cosas no habían sucedido como ellos esperaban y que no conocían a fondo la sociedad en que vivían.
Por eso se pusieron a estudiar.
De esos estudios nació, entre otras obras, el libro “Contribución a la Crítica de la Economía Política”(1857) y luego, “El Capital”(1867, Primer Tomo) donde exponen su Teoría del Valor.
1.-
Esta es una de sus propuestas teóricas fundamentales y de aquí nace lo medular de su aporte a la ciencia social y económica del mundo de hoy
Dice Marx, en su primer párrafo de “El Capital”:
“La riqueza de las sociedades en que impera el régimen capitalista de producción se nos aparece como un inmenso arsenal de mercancías y la mercancía como su forma elemental. Por eso, nuestra investigación arranca del análisis de la mercancía.”(Pag. 3)
¿ Que es la Mercancía ? Responde Marx:
“La mercancía es, en primer termino, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas, de cualquier clase que ellas sean. El carácter de estas necesidades, el que broten por ejemplo del estómago o de la fantasía, no interesa en lo más mínimo para estos efectos.”
“Ni interesa tampoco, desde este punto de vista, cómo ese objeto satisface las necesidades humanas, si directamente, como medio de vida, es decir como objeto de disfrute, o indirectamente, como medio de producción.”
Es decir, la mercancía puede ser un medio de vida, de consumo de la gente o un medio de producción, una máquina, una herramienta, materia prima, energía, edificio, vehículo, etc.
“La utilidad de un objeto lo convierte en valor de uso.”(Pag.3)
“Los valores de uso forman el contenido material de la riqueza, cualquiera que sea la forma social de ésta. En el tipo de sociedad que nos proponemos estudiar, los valores de uso son, además, el soporte material del valor de cambio.”(Pag.4)
¿ Qué es el valor de cambio de las mercancías ?
Es la posibilidad de que una mercancía sea cambiada por otra distinta. No tiene sentido cambiar un kg. de pan por otro kg. de pan igual.
En los orígenes de esta relación económica, que nace en la antigüedad, -3 mil a 4 mil años antes de nuestra era, los fenicios ya eran grandes mercaderes -, el intercambio mercantil se realizaba mediante el trueque.
Quienes intercambiaban mercancías eran productores privados, libres e independientes, dueños del fruto de su trabajo, que entregaban parte de lo que producían recibiendo a cambio lo que les faltaba y era producido por otros. Después de que esto se inicia con el trueque, aparece el Dinero, que facilita y acelera el intercambio mercantil, pero que no altera la esencia del fenómeno. El Dinero asume el papel de representante general del valor.
¿ Qué tienen de común dos mercancías distintas, es decir, dos objetos que tienen valores de uso distintos, para que puedan cambiarse, en una operación voluntaria que beneficia a los dos participantes de ese cambio ?
Ambas son hijas del trabajo humano y lo que se compara, al intercambiarlas, es cuánto trabajo costó cada una para ser producida. Quienes realizan este intercambio no lo saben, pero lo hacen. Y este desconocimiento general sigue hasta el día de hoy.
Marx fue el primero que descubrió a fondo la esencia de ese intercambio, de esa relación humana, y dice, en “El Capital”, Primer Tomo:
 “Si prescindimos del carácter  concreto de la actividad  productiva y, por tanto, de  la  utilidad del trabajo, ¿qué queda en pie de él?  Queda, simplemente, el ser un gasto de
2.-
fuerza humana de trabajo. El trabajo del sastre y el del tejedor, aún  representando actividades  productivas  cualitativamente  distintas,   tienen   de   común el ser un gasto productivo de cerebro humano, de músculo, de nervios, de brazo, etc.;  por tanto, en este sentido, ambos son trabajo humano. No son más que dos formas distintas de aplicar la fuerza de trabajo del hombre.(Pag.11)
De aquí surge su propuesta de distinguir un doble carácter en el trabajo humano productor de mercancías: por un lado aparece el trabajo concreto, productor de valores de uso y por otro lado, considerando ese mismo trabajo en forma abstracta, como trabajo abstracto, aparece la fuente generadora del valor que es transportado por el bien de uso que ese trabajo produjo: la mercancía.
El trabajo concreto del tejedor es distinto del trabajo concreto del sastre, ambos producen cosas distintas, tejido el primero, ropa hecha el segundo. Como distinto es el trabajo del panadero, del carpintero, del agricultor, del pescador, del cocinero, etc.
De ese trabajo concreto distinto surgen productos con valor de uso distinto, que satisfacen necesidades diferentes.
Pero todos ellos ponen en acción la capacidad humana de trabajar. Considerado en este sentido, todos son hijos del trabajo humano en abstracto y son comparables. De ese trabajo humano considerado en forma abstracta nace el valor que se almacena en la mercancía. El valor no es otra cosa, en esencia, que trabajo humano abstracto materializado en un mercancía y su magnitud se mide por el tiempo de trabajo promedio que en la sociedad, en una época determinada, se emplea en producirla, tiempo que se mide en horas, días, meses, años.
La magnitud del valor materializado en una mercancía está determinada por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla. Si un productor concreto, por inhabilidad en su trabajo, se demorara más tiempo en producirla, la sociedad, a través del mercado, sólo le reconocerá como valor el que socialmente es aceptado como normal
“Tiempo de trabajo socialmente necesario es aquel que se requiere para producir un valor de uso cualquiera, en las condiciones normales de producción y con el grado medio de destreza e intensidad de trabajo imperantes en la sociedad. Mercancías que encierran cantidades de trabajo iguales o que pueden ser producidas en el mismo tiempo de trabajo representan, por tanto, la misma magnitud de valor.” (Pag.6 y 7)
Por cierto, en cada época de la humanidad, el tiempo necesario para producir algo va cambiando, por el aumento de la productividad del trabajo, por la incorporación de la técnica y la ciencia al proceso de producción y ello se refleja en la disminución del valor almacenado en cada producto, pues, con los nuevos inventos en el proceso de producción, se producen mucho más productos en el mismo tiempo.
La Mercancía, que tiene Valor de Uso y Valor, es hija del Trabajo humano. Pero el trabajo humano es mucho más antiguo que la Mercancía.
Marx señala:
“El trabajo es, en primer término, un proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso en que éste realiza, regula y controla mediante su propia acción su intercambio de materias con la naturaleza. En este proceso, el hombre se enfrenta como un poder natural con la materia de la naturaleza. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, para de ese modo asimilarse, bajo una forma útil para  su  propia  vida, las materias  que la naturaleza le 3.-
brinda. Y a la par que de ese modo actúa sobre la naturaleza exterior a él y la transforma, transforma su propia naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él y sometiendo el juego de sus fuerzas a su propia disciplina.” (Pag. 130)
Sí, con el trabajo el hombre no sólo modifica la naturaleza, sino también se modifica a sí mismo. El ser humano de hoy es muy diferente al hombre de épocas pasadas.
Si la fuente creadora de valor, del cual deriva la plusvalía, es el trabajo, prestémosle más atención al trabajo.
Continúa Marx:
“Aquí, no vamos a ocuparnos, pues no nos interesan, de las primeras formas de trabajo, formas instintivas y de tipo animal. Aquí partimos del supuesto del trabajo plasmado ya bajo una forma en la que pertenece exclusivamente al hombre. ”
“Una araña ejecuta operaciones que semejan a las manipulaciones del tejedor, y la construcción de los panales de las abejas podría avergonzar por su perfección, a más de un maestro de obras. Pero, hay algo en que el peor de maestro de obras aventaja, desde luego, a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de ejecutar la construcción, la proyecta en su cerebro. Al final del proceso de trabajo, brota un resultado que antes de comenzar el proceso existía ya en la mente del obrero; es decir, un resultado que ya tenía existencia ideal.”
“Los factores simples que intervienen en el proceso de trabajo son: la actividad adecuada a un fin, o sea , el propio trabajo, su objeto y sus medios.”
“El hombre se encuentra,  sin que él  intervenga  para  nada  en  ello,  con la tierra    (concepto que incluye también, económicamente, el del agua ), tal y como en tiempos primitivos surte al hombre de provisiones y de medios de vida aptos para ser consumidos directamente, como el objeto general sobre que versa el trabajo humano. Todas aquellas cosas que el trabajo no hace más que desprender de su contacto directo con la tierra son objetos de trabajo que la naturaleza brinda al hombre. Tal ocurre con los peces que se pescan, arrancándolos a su elemento, el agua; con la madera derribada en las selvas vírgenes; con el cobre separado del filón”.
“Por el contrario, cuando el objeto sobre que versa el trabajo ha sido ya, digámoslo así, filtrado por un trabajo anterior, lo llamamos materia prima.” (Pag 131)
Además, en el desarrollo del proceso de trabajo el hombre descubre la posibilidad de utilizar la piedra, el palo como herramientas y, luego, empieza él mismo a producir instrumentos de trabajo, embalajes, equipamientos y luego maquinarias, estimulando el desarrollo de la artesanía, de la industria, luego de la ingeniería, la tecnología y la ciencia aplicada en el proceso de producción.
Marx señala que “ lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino el cómo se hace, con que instrumentos de trabajo se hace.” (Pag.132)
Esto va marcando el desarrollo de las Fuerzas Productivas de la sociedad humana, cuyo avance va determinando las relaciones sociales imperantes en cada época.
“Los instrumentos de trabajo no son solamente el barómetro indicador del desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre, sino también el exponente de las condiciones sociales en que se trabaja.”
“El trabajo devora sus elementos materiales, su objeto y sus instrumentos, se alimenta de ellos; es, por tanto, su proceso de consumo. Este consumo productivo, se distingue del consumo individual en que éste devora los productos como medios de vida del ser 4.-
viviente, mientras que aquél los absorbe como medios de vida del trabajo, de la fuerza de trabajo del individuo, puesta en acción.” (Pag.132)
El valor que una mercancía lleva en sí y con el cual se presenta al mercado está determinado, por tanto, por el valor nuevo creado por el trabajo humano con que fue producida, más el valor de los medios de producción con que fue producida y que se transfieren a ella. Ese “valor pretérito”, encerrado en los medios de producción se transfiere en su totalidad, en el caso de las materias primas o en proporción al desgaste que tienen al producir esa mercancía, en el caso de las máquinas, herramientas, edificios, etc.
El proceso productivo va cambiando a lo largo de las épocas. El pequeño taller individual del artesano se ve reemplazado por la fábrica llena de máquinas. Surge la revolución industrial en el siglo 18 y muchos productores individuales ya no pueden competir con la industria naciente. El artesano ya no puede seguir con su taller, pues lo que él produce es más caro que la producción industrial emergente. Sólo salva su capacidad de trabajar, su experiencia y aparece en el mercado una nueva mercancía: la mercancía Fuerza de Trabajo.
¿ Quién la lleva al mercado para venderla ?
Su propio dueño, el artesano arruinado, el productor individual que ya no puede mantener su taller. Y la vende por su valor, que está determinado por el valor de los medios de vida que él requiere para poder estar en condiciones de trabajar.
¿ Quién compra su mercancía ?
El capitalista industrial, que tiene máquinas y materias primas para que muchos obreros trabajen para él.
El obrero, persona libre e independiente, dueño de su capacidad de trabajar, vende esa mercancía, su Fuerza de Trabajo, por su valor y quien se la compra, el capitalista industrial, se apropia del valor de uso de esa mercancía, el Trabajo, que realizará ese obrero en su fábrica.
De ese trabajo surgirán nuevos productos, que serán portadores de nuevo valor. El valor de esos nuevos productos será igual al valor de los medios de producción que se emplearon para producirlo, más el valor nuevo creado por el obrero al trabajar en su proceso de producción.
Este nuevo valor, creado por el trabajo del obrero, por ejemplo, durante una jornada diaria, es mayor que el valor de los medios de vida que él necesita para estar en condiciones de trabajar eficazmente durante esa jornada, es decir, es mayor que el valor de su fuerza de trabajo. Esa diferencia se llama plusvalía y de ella se apropia el empresario capitalista  industrial que le compró su fuerza de trabajo.
¿ Qué es la Plusvalía, entonces ? Es trabajo humano no retribuido, es la parte de la jornada de trabajo diario del obrero por la cual no recibe nada a cambio. Toda esa parte se la apropia el dueño del capital.
En la época de Marx la mitad de la jornada de 12 horas reproducía el valor del salario que se le pagaba al obrero y la otra mitad, 6 horas, creaba la plusvalía.  Hoy  día, en  muchas empresas,  sobre todo las  más grandes, en una hora o poco más, el obrero produce un valor nuevo con que cubre el monto de su salario y todo el resto de la jornada es plusvalía para el capitalista.
Y así aparece en la historia el obrero asalariado.
5.-
Surge con ello una nueva relación económica en la sociedad humana, cuyas primeras manifestaciones aparecen en Europa a fines de la Edad Media, en el siglo 17-18 y hoy día se extiende por todo el planeta.
Capitalista y obrero asalariado son los principales personajes económicos de la época contemporánea.
Con la plusvalía, el capitalista cubre, en primer lugar, sus medios de vida,  de él y de su familia, que son mucho más altos que los medios de vida del obrero y su grupo familiar.
Pero la plusvalía le da mucho más que eso: le permite ir aumentando aceleradamente el capital que pone en acción. Así se da origen al proceso que marca la esencia de esta nueva relación social: la Acumulación del Capital.
Ya en el siglo 19 el sistema capitalista había generado una división de funciones en su interior, dando origen al capital productivo, al capital comercial y al capital financiero.
A medida que este proceso avanza y se desarrolla, va generando a su vez la diferenciación entre los propios capitalistas: la inmensa mayoría se arruina o sobrevive al borde da la ruina y una minoría se enriquece acumulando cada vez más plusvalía, no sólo generada en las empresas que le pertenecen, sino arrebatando  plusvalía generada en empresas de otros capitalistas, que deben cederle la mayor parte de sus ganancias debido al poder que ejercen las primeras en el mercando, donde monopolizan el poder en el sector productivo, en el sector comercial y en el sector financiero.
Los capitales así se centralizan y concentran en manos de cada vez menos empresarios monopolistas. Ellos controlan la economía de la sociedad,  la política, el Estado, manejan los Gobiernos y en el día de hoy, ejercen el poder mundial en todas las esferas.
En las estadísticas económicas del mundo de hoy el PIB-Producto Interno Bruto- juega un papel fundamental.¿Qué es el PIB? Es el valor nuevo creado por los trabajadores de un país en el curso de un año. El PIB de Chile en el año 2006 fue, en cifras redondas, un poquito menos de 150 mil millones de dólares. Ese fue el valor nuevo creado por nuestros trabajadores asalariados.
¿ Cómo se distribuyó ese valor nuevo ? Apenas un 34,9% fue a los salarios de los trabajadores, el 11,% a impuestos y el 53,7% se lo llevaron las ganancias de las empresas capitalistas. En 1972, en la época del Gobierno de la Unidad Popular, el 52,2% del PIB se destinaba a salarios.
La clase capitalista se apropió de más de 80 mil millones de dólares en ganancias durante el año 2006 y la mayor parte de esas ganancias las concentraron no más de 100 grupos monopolistas, de un total cercano a 1 millón de empresarios. La inmensa mayoría de ellos, los microempresarios, las Pymes e incluso medianas empresas viven acogotadas por las deudas de los bancos y las condiciones leoninas que les imponen las grandes cadenas comerciales, industriales o de servicios.
Frente a ellos, la inmensa mayoría de los 6 millones de asalariados chilenos, que es de donde nace el valor, recibe un salario inferior a los $ 250.000 mensuales.- Esta es la realidad que vivimos y es lo que tenemos que cambiar.- Para lograrlo es necesario estudiar.
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Nota: Las páginas indicadas entre paréntesis corresponden al Primer Tomo de “El Capital” de Carlos Marx, edición del Fondo de Cultura Económica.
Por Alejandro Yáñez
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FUENTE : CNE