CHILE

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martes, 10 de noviembre de 2015

DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE, GUILLERMO TEILLIER, EN EL ACTO DE LANZAMIENTO DE LA CONVOCATORIA AL XXV CONGRESO NACIONAL DEL PC. SALON DE HONOR, CONGRESO NACIONAL, SEDE SANTIAGO.


Compañeras y compañeros, amigas y amigos:

Quiero en primer lugar saludar la presencia de todos ustedes, en especial a los dirigentes de células, comités comunales y comités regionales, que asisten a este acto de lanzamiento de la Convocatoria al XXV Congreso Nacional del Partido Comunista de Chile. De partida hay que decir que este es el primer congreso, en sus 103 años de vida, que realiza nuestro Partido formando parte de un Gobierno. Por tanto, es un hecho inédito en nuestra historia y creo que esto merece el saludo de todos nosotros.
En primer lugar, voy a leer con mucho aprecio la carta de saludo que nos ha enviado Michelle Bachelet, nuestra Presidenta de la República.
“Estimado diputado Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista de Chile.
Estimados dirigentes y militantes,
Queridas amigas y amigos,
Quiero agradecer la invitación a acompañarlos en el inicio del XXV Congreso del Partido Comunista de Chile. Y aunque no me es posible acompañarlos presencialmente, quiero estar con ustedes hoy por este medio, y expresarles mis deseos de éxito en un espacio que es muy importante no sólo para la vida partidaria, sino que también para el conjunto de las fuerzas agrupadas en la Nueva Mayoría.
Este Congreso que comienza los encuentra formando parte plena del Gobierno. En hora buena, porque el Partido Comunista es y ha sido una organización política a quien la democracia chilena y la ampliación de los derechos sociales, a lo largo de su historia, debe mucho.
Es participación suya, yo la agradezco.
Primero, por el rol activo y protagónico que en mi Gobierno han tenido los ministros y cuadros comunistas que nos acompañan. Segundo, porque reafirmando su tradición, ustedes han sabido ser leales al Gobierno y a su Programa, especialmente cuando más se ha necesitado.
Y bien sabemos que en el duro ejercicio de gobernar, eso merece ser destacado.
Ese protagonismo y esa lealtad que han sido fundamentales para la marcha del Gobierno, se requieren ahora para abrir nuevas etapas.
Si hasta ahora hemos logrado concretar parte importante de nuestros compromisos programáticos -donde sobresalen las reformas tributaria y educacional, y la sustitución, después de tanto empeño, del sistema binominal por uno democrático- necesitamos redoblar la energía y reforzar la unidad para avanzar en otros ámbitos desafiantes.
Aún debemos conducir un proceso constituyente que no estará exento de complejidades y resistencias.
Pero confío en que estaremos nuevamente a la altura para poder llegar a puerto habiendo cumplido con la palabra que empeñamos ante los chilenos.
Ciertamente, la búsqueda permanente de un orden social más justo no se restringe a los avances de hoy y los que conduciremos hasta la culminación del Gobierno.
Esto no se acaba en 2018.
Por el contrario, cumplir con las tareas del presente constituye la base sobre la cual podemos seguir imaginando un país que efectivamente da cabida a todos sus hijos, un Chile más igualitario donde los trabajadores, las mujeres, los pequeños emprendedores, el mundo de la diversidad encuentran las herramientas para su desarrollo pleno.
Y para enfrentar esas nuevas tareas, es imprescindible contra con todos quienes creemos en la lucha contra la desigualdad, en el protagonismo de los ciudadanos. No podemos asumir retos de esa magnitud sino es con la unidad férrea de los demócratas progresistas.
Si fuimos capaces de construir la coalición más amplia de nuestra historia, estoy segura que tendremos esa misma capacidad para enfrentar las tareas que el futuro nos demanda. Le dije en el Caupolicán el 4 de octubre: somos los actores de una historia en marcha. Por lo mismo, tenemos la responsabilidad de preservar en este empeño común. Porque el éxito de este esfuerzo está, como nos decía Neruda: “En la unidad del tiempo que amanece”.
Sé que ustedes serán aliados de primera línea en la proyección de este actor histórico amplio y diverso que se requiere para sostener los cambios de largo plazo que hemos iniciado en nuestro Gobierno.
Les reitero mis deseos de éxito en el debate que inician, y estoy segura que las conclusiones del Congreso serán un aporte fundamental para nuestra proyección hacia un porvenir mejor.
Reciban un abrazo fraterno,
Michelle Bachelet Jeria.”
Agradecemos sinceramente esta carta.
Vamos a saludar a las autoridades que nos acompañan, no a todas, porque la lista es muy larga.
Voy a mencionar a las Ministras y los Ministros. El orden no significa ninguna preferencia de nada, simplemente es como los voy a mencionar. Nicolás Eyzaguirre, Ministro de la Secretaría General de la Presidencia; Ministra del Trabajo, Ximena Rincón; Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Claudia Pascual; Mahmud Aleuy, Subsecretario, en representación del Ministro del Interior, Jorge Burgos; Heraldo Muñoz, Ministro de Relaciones Exteriores; Ministra de Educación, Adriana Delpiano; Marcos Barraza, Ministro de Desarrollo Social; Javiera Blanco, Ministra de Justicia; el Ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz; Máximo Pacheco, Ministro de Energía; Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.
Están presentes presidentes y representantes de los partidos de la Nueva Mayoría, Subsecretarios, parlamentarios, jefes de servicio, Alcaldes, concejales, cores. Los quiero saludar en la persona de Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, el alcalde promotor de las farmacias municipales y populares.
Dirigentes sociales, sindicales, estudiantiles y de la pequeña empresa. Representantes de los pueblos originarios y del mundo de la cultura y el arte. A todos ellos los quiero saludar en las personas de Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, y de Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores.
Y como el nuestro no es un proceso aislado ni separado de lo que transcurre en A. Latina y el mundo saludamos afectuosamente a las representaciones extranjeras que se encuentran presentes: de la República de Cuba, de la República Bolivariana de Venezuela, la representación de la República Socialista Vietnam, de la República Árabe Siria, de la Federación Rusa, del Estado Plurinacional de Bolivia, de la República de El Salvador. Con ello nos están demostrando su interés por conocer nuestra posición y la situación de cambios estructurales por los que lucha hoy y en los años venideros el pueblo de Chile.
Quiero saludar a Javiera Reyes, hoy es vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), militante de las Juventudes Comunistas, que encabeza una lista para presidir la FECH, junto al Partido Progresista (PRO) e Izquierda Ciudadana (IC).
No puedo dejar de saludar a la secretaria general de las Juventudes Comunistas (JJCC), Karol Cariola.
La lucha en el contexto internacional
La situación internacional siempre ha estado presente en nuestros debates de manera relevante.
El modelo de acumulación capitalista, sustentado en la concentración y en la especulación financiera casi sin límites, que mantiene, a nuestros países en desarrollo, cautivos de enormes desigualdades, está haciendo crisis, al menos en América Latina.
Esta crisis que se extiende explica las actuales tensiones militares en diversas partes del mundo, y las intervenciones guerreristas directas de los Estados Unidos y de algunos de sus aliados, a pesar de que hace rato ya que terminó la Guerra Fría, intervenciones que no son otra cosa que efecto de la voracidad permanente por dominar las fuentes de riquezas naturales. La crisis humanitaria más grande desde la Segunda Guerra Mundial, la de los inmigrantes, que por millones buscan algún lugar en donde pervivir y muchos mueren en ese intento dramático, son también expresión de este mismo fenómeno, al igual que el terrorismo que sacude a naciones enteras.
En este contexto internacional y regional, la lucha por la democracia, la igualdad, la justicia social, la paz y la integración de las naciones y de los pueblos, por un nuevo orden mundial, adquiere una gran importancia. Chile debe seguir dando pasos más sostenidos y seguros para incorporarse a los procesos de integración que cursan en nuestro continente. Nuestro país sostiene una buena relación con China, las cuales pueden ampliarse, así como con los países que conforman el llamado BRICS. En el cual además de China están Brasil, India, Rusia y Sudáfrica. De paso, agradezco la invitación que nos hizo el Partido Comunista Chino a algunos presidentes y alcaldes de partidos de la Nueva Mayoría, para visitar esa gran nación, lo que nos permitió conocer de manera muy exhaustiva la forma como China enfrenta su proceso de desarrollo político, económico, social y cultural, que se revela bastante exitoso y digno de conocer, estudiar y tener en cuenta. Agradecemos el alto nivel que se le otorgó a nuestros encuentros y por cierto la atención y el afecto con que fue tratada nuestra delegación y los deseos de estrechar más las relaciones existentes. En nuestro partido, al menos, vamos a entregar una cuenta detallada de nuestra presencia en China.
Somos entusiastas partidarios del proceso que lleva al restablecimiento pleno de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y esperamos que ello permita el pronto y definitivo término del bloqueo unilateral a Cuba.
Apoyamos y hacemos esfuerzos porque el diálogo por la paz en Colombia llegue a un buen puerto y culmine con la integración política de las FARC y otros grupos armados a la vida política en Colombia. Los pueblos y las naciones de América pueden avanzar en superar históricos problemas sociales si lo hacen con integración y con la paz. Por eso, es un objetivo muy relevante que América sea una zona de paz, tal como lo planteó la reunión de CELAC en La Habana, Cuba.
En estos días se están produciendo procesos electorales que observamos con mucha atención, en especial en Argentina y también en Venezuela, país en el cual se ha concentrado una ofensiva desestabilizadora de fuerzas externas. No podemos dejar de expresar nuestra solidaridad con ese pueblo hermano, como lo hacemos con el pueblo palestino que de nuevo sufre la agresión extranjera, que trata de impedir su determinación como pueblo.
En relación a los países vecinos, Chile debe privilegiar el diálogo, para enfrentar y superar históricas diferencias que nos mantienen en un clima de cierta tensión, que no nos ayuda a nosotros y tampoco a esos pueblos hermanos.
Un saludo afectuoso de nuestro partido a cada uno de ustedes representantes de diversos países con nuestro agradecimiento por su participación en este evento.
Proceso de discusión en el Congreso del Partido
Permítanme ahora hablar de nuestra realidad, de nuestro congreso; ¿qué es?, ¿qué significado tiene para los comunistas la realización de un Congreso Nacional y también en sus expresiones de base, de comuna y de región?
Permítanme explicarlo de una manera práctica. Ayer en Concepción sostuvimos un diálogo con un centenar de militantes, pero partimos al revés: primero hicieron las consultas los asistentes. Y pongo algunas a modo de ejemplo: ¿por qué no se controla la forma cómo se gastan los fondos que se traspasan a los municipios, como podemos hacerlo? ¿Cómo hacemos para que no se paralice la construcción de la tercera etapa del Hospital de Higueras en Talcahuano? Y ¿cómo hacemos para revertir la debacle que está sufriendo este puerto?, porque todo se va para San Antonio. ¿Qué pasa con el Pro Empleo del Estado que sostiene a alrededor de 25.000 cesantes en la VIII Región, por qué no se revierte esta situación creando fuentes productivas de empleo? ¿Por qué ni las autoridades de Gobierno ni el municipio han reconstruido los 12 monumentos históricos que existen en Lota para posibilitar la existencia de un circuito turístico que podría ser la industria que levante la economía de la zona deteriorada desde el cierre de las minas de carbón? ¿Qué pasa con los pescadores artesanales que al cumplir cierta edad o jubilar de manera miserable, los retiran del registro y no les renuevan la matrícula? ¿A quién se las entregan?: a las grandes empresas. Bueno, las preguntas fueron varias.
La respuesta general fue: estos son los temas que debe discutir el congreso regional y los congresos comunales. Sobre la base del conocimiento real de los problemas hay que construir el programa comunal y regional de los cuales deben emanar las medidas de solución que propongamos, por ejemplo a los candidatos a alcaldes y concejales de la Nueva Mayoría para la próxima elección y a las organizaciones sociales que son las que sufren los problemas. Ello conlleva también el permanente análisis crítico a la gestión de gobierno regional o comunal. Es una forma de prepararnos para el proceso de descentralización, que se discute en el parlamento que dará mayor autonomía a las regiones y que debe también aprobar la elección popular de los intendentes en el año 2017.
Lo mismo deben hacer las células que son nuestras asambleas de base en su ámbito, ya sea una empresa, una junta de vecinos, una escuela o universidad, una comunidad mapuche, etc.
Esto no quiere decir que estas instancias estén constreñidas sólo a discutir las políticas comunales o regionales, tienen el derecho y el deber de hacerlo, así como todos los militantes, en todas las instancias, tienen el deber y el derecho de discutir y acordar las políticas generales y nacionales del Partido.
Si bien es cierto, es el Comité Central el que propone la Convocatoria que estamos dando a conocer hoy día, esta adquiere su verdadera riqueza con la discusión que se genera desde la base y que nos hemos propuesto transformarla en una discusión abierta. Es un proceso que culmina en el Congreso Nacional, donde de forma democrática, se votan las propuestas o contrapropuestas, para finalmente llegar a la síntesis y a las resoluciones del Congreso. Ello se transforma en la línea política unitaria del Partido que suele llamarse también la Línea Política para un período de 4 años.
Sin ir más lejos, el Congreso anterior, el XXIV Congreso Nacional, estableció los lineamientos de la política que buscaba construir en el país una correlación de fuerzas políticas y sociales proclive a las reformas estructurales y al cumplimiento de muchos objetivos programáticos de los comunistas, coincidentes con los de otras fuerzas y sobre todo con el movimiento social que remeció a Chile con sus manifestaciones del año 2011. Fue lo que denominamos un proceso de convergencia política y social para los cambios.
Este lineamiento político fue determinante en nuestra decisión de formar parte del gobierno de la Nueva Mayoría, en base a un programa construido por los 7 partidos que la integran, refrendado y originado en algunos de sus principales acápites en el pensamiento de la Presidenta de la República.
En el XXV Congreso realizaremos un examen de nuestro desempeño como partido gobernante, un análisis respecto del cumplimiento del programa y la gestión de gobierno.
Y lo que es de suma importancia, deberemos decidir si continuamos o no esta relación de gobierno con los partidos de la Nueva Mayoría y nos proyectamos a un nuevo período presidencial para consolidar lo avanzado y seguir caminando en la democratización del país, en justicia social e igualdad.
“Están las condiciones para seguir adelante”
En la Convocatoria que presentamos hoy, el Comité Central plantea que están las condiciones para seguir adelante, porque pese a todos los problemas surgidos de la relación perversa entre política y negocios, a pesar de la campaña mediática casi incontrarrestable del temor a las reformas, a pesar de la ralentización del crecimiento económico y a pesar de las catástrofes naturales que han afectado a regiones importantes del país, el programa se está cumpliendo, vemos en ello la voluntad política de la presidenta y de los partidos de la Nueva Mayoría y un creciente apoyo de la ciudadanía en la medida que se va develando la verdad sobre los efectos positivos que estas reformas tendrán en nuestra sociedad.
Se trata de reformas gruesas, estructurales, históricas y fundamentales en diferentes planos. Nosotros valoramos lo que hemos hecho como gobierno, y lo consideramos muy positivo en todos los planos. Y entendemos que la derecha se resista, trate de generar climas de descontento y de rechazo. Pero ellos mejor que nadie saben que estamos cambiando asuntos importantes de un sistema económico y político excluyente, en no pocos aspectos heredados de la dictadura de Pinochet.
Sólo a modo de ejemplo, cuanto temor trataron de introducir respecto de la reforma tributaria, que esta afectaría a las PYMES, a la clase media, que hasta las pensiones más modestas se verían afectadas. Pero que pueden decir ahora cuando el Banco Mundial establece que el 73% de la recaudación de la reforma tributaria proviene del 0,1% de los más ricos de nuestro país, algunos de los cuales seguramente son los mismos que han incrementado su riqueza con la colusión de los pollos, de las farmacias, del papel confort y quizá cuantos productos más, que aún no se descubren. Esperamos que la ley anti colusión que se discute en el Parlamento considere penas drásticas para estos delincuentes de “cuello y corbata” y nunca más se cometa el error de dejar al país y a la sociedad sin las herramientas para que sean enjuiciados.
Como no va a ser importante el haber terminado con el sistema electoral binominal, el aprobar el voto de los chilenos en el exterior.
Debemos congratularnos por la eliminación del lucro, de la selección y el copago en la educación básica y media privada subvencionada. Por la aprobación de la agenda corta del magisterio. Y lo ya avanzado respecto de carrera docente y el ingreso reciente del proyecto de fortalecimiento de la educación pública, más conocida como desmunicipalización.
Está la creación del Ministerio de la Mujer, ya aprobado y la creación de los ministerios de las Culturas, y el de Asuntos Indígenas por enviarse al Parlamento.
Apoyo a la glosa en educación, y una real reforma laboral
Estamos hablando de algunas de las reformas y leyes aprobadas, y quiero referirme a dos de ellas que están en curso de aprobación y fijar nuestra conducta frente a su tramitación porque se han producido algunos matices que nos preocupan.
Una está referida a la glosa que se discute en los marcos del Presupuesto de la Nación y que plantea la gratuidad en la educación superior, a unos 200.000 estudiantes pertenecientes al 50% de los más vulnerables que estudian en universidades del CRUNCH y otras, y centros de formación técnica e institutos profesionales sin fines de lucro, que cumplan con cierta normativa. El Partido Comunista está por aprobar esta glosa como parte de un proceso que culmina con la discusión del proyecto de ley que determinará de forma definitiva la gratuidad en la educación superior.
La otra es la reforma laboral hoy en el Senado y que fuera aprobada en la Cámara de Diputados de acuerdo a lo discutido con los partidos y las organizaciones sindicales. Esta reforma tiene la oposición de parte del gran empresariado y de la derecha, con la amenaza de que esto va a alejar las inversiones en nuestro país o va a afectar a la economía, sin embargo invierten en países que tienen una legislación laboral mucho más avanzada que la nuestra y con contenidos similares a los propuestos en la reforma.
Nosotros estamos por la reforma laboral tal como salió de la Cámara de Diputados y nos preocupa que en el Senado se esté pretendiendo revertir algunos acuerdos esenciales para nosotros no transables: Primero, la titularidad sindical sin grupos negociadores, donde los sindicatos son los receptores de lo que negocian y los trabajadores pertenecientes a él y que no sea el empleador el que maneje la extensión de beneficios; queremos sindicatos con derecho a huelga real, sin reemplazo externo, y sin reemplazo interno que es el que se quiere imponer por algunos; y planteamos no poner más trabas a la constitución de sindicatos, por la vía de elevar los quórum para su constitución. En cualquier caso el Partido Comunista apoyara la posición de la CUT a la hora de votar las indicaciones del Senado o la Cámara de Diputados.
Con todo, incluyendo los matices, las reformas que hemos impulsado han tenido una impronta relevante, tal vez no suficiente, pero se han hecho en interacción y en diálogo con la ciudadanía y los movimientos sociales y nosotros queremos respetar ese diálogo y hacerlo más efectivo. Esto es una fortaleza del proceso en curso, no una debilidad. Chile, tras el desplazamiento del dictador del poder total, ha transitado por un sistema político que ha contenido la participación social y ciudadana; que bajo un sistema binominal excluyente, incluso ha reducido la importancia de las elecciones como procesos participativos.
Nueva Constitución y proceso constituyente: “principal tarea democrática del período”
Estas son algunas de las causas que explican la crisis de representación profunda que vivimos y la desafección social y ciudadana.
No hay que temerle al pueblo y a los movimientos sociales. Ciertamente, este camino no es fácil; tiene tensiones; pero es el más justo y el más democrático para superar las profundas y odiosas desigualdades de un sistema económico-social de minorías. Por eso, aún en medio de la difícil situación económica, el diálogo debe ser parte del proceso de implementación de las reformas y de las políticas públicas.
Por ello es que consideramos tan relevante y sustantivo el anuncio de la Presidenta Michelle Bachelet sobre el inicio del proceso constituyente, algo totalmente inédito en la historia política y social de nuestro país, y parte sustantiva del programa del Gobierno de la Nueva Mayoría. Ella ha puesto de relieve que la legitimidad de este proceso, radicará en la amplia y extensa participación ciudadana y popular. Nosotros estamos muy de acuerdo con este llamado, y creemos que aquí se juega, en gran medida, una de las tareas más importantes y trascendentes del presente ciclo de reformas que vive Chile. Tenemos la oportunidad histórica, repetimos, inédita en nuestra historia, de construir una nueva Carta Magna para Chile en donde la opinión de la ciudadanía y la aprobación del nuevo cuerpo constitucional sean refrendadas por el pueblo chileno, que es el Soberano.
Nuestra convocatoria al Congreso Nacional del Partido pone el acento en esta tarea, y llama al conjunto de las fuerzas democráticas a impulsarla decididamente. En rigor, si logramos construir y aprobar una nueva Constitución política para Chile, de contenidos y de formas democráticas amplias y soberanas, estaremos cerrando el largo, complejo y difícil tránsito hacia un real Estado democrático cuya soberanía radique en el pueblo. Se trata, entonces, de la principal tarea democrática del período, y debemos hacer todos los esfuerzos para que el conjunto de la ciudadanía y más allá, pensamos en los jóvenes desde los 16 años, se involucre en ella.
Nosotros, por convicción democrática, postulamos la idea de una Asamblea Constituyente como mecanismo. Pero con la misma fuerza señalamos que el debate debe estar centrado también en los contenidos de la nueva Constitución política. Son procesos inseparables y así debemos asumirlos.
Valoramos que la Presidenta haya propuesto que sea el próximo Parlamento, elegido por un sistema proporcional moderado, el que participe también en aspectos del procedimiento y del mecanismo. No nos cerramos a priori a la participación del futuro Parlamento en este proceso; sin embargo, afirmamos que la base y la legitimidad de cualquier procedimiento o mecanismo debe considerar la Soberanía que radica en el pueblo.
La tentación de algunos, especialmente de la derecha, de bloquear el carácter democrático y popular del proceso por la vía de una salida “por el lado”, una salida que ahora deposite en algunas instancias parlamentarias temas del proceso constituyente, la rechazamos de plano. Chile necesita con urgencia terminar con los poderes de veto; con el temor ala ciudadanía; con el chantaje permanente de que la democracia significa poco menos que la ingobernabilidad y dar la espalda al crecimiento económico.
Se trata de abrir paso a las bases sólidas de una nueva gobernabilidad democrática, basada en la justicia social; en la igualdad, en la participación, en la construcción de una identidad nacional que nos permita enfrentar todo tipo desafíos, incluidos los avatares económicos que provienen de una situación mundial originada en el capitalismo financiero.
¡Vamos entonces al proceso constituyente, este es el tiempo del pueblo, que nadie quede excluido de este debate y de este proceso tan trascendente para Chile!
Presente y futuro de las reformas
Podemos afirmar que lo que hemos logrado y lo que estamos construyendo como gobierno y como nueva mayoría es inédito e histórico en nuestro país. Hemos cometido errores, claro que sí. No somos de los que hacen el quite cuando hay que asumir lo que no hemos hecho bien. Lo fundamental es seguir adelante con las reformas en curso, y empezar a sentar las bases para una profunda reforma al sistema previsional que ya no da para más, algo parecido en salud pública, preparar un sistema distinto para terminar con la delincuencia y el narcotráfico que contemple todas las aristas del problema y no sólo la represiva.
Ningún tema estará ausente en nuestro Congreso, ni lo referido a nuestras riquezas naturales, al medio ambiente, al crecimiento y desarrollo sustentable, la falta de desarrollo de la ciencia y la tecnología en nuestro país que se constituye en una carencia notable. Nos preocupa la suerte de los adultos mayores, el establecimiento pleno de los derechos de los pueblos originarios, los derechos de la mujer tan cuestionados en relación a la despenalización de las tres causales de aborto. Nos preocupa nuestra política referida a la riqueza marítima y la prevalencia de una ley de pesca que debemos anular o derogar o modificar profundamente.
Un tema esencial es el de las comunicaciones. No puede ser, se hace impresentable que el 95% de los medios de comunicación sean de propiedad de grandes consorcios lo que evidentemente afecta la libertad de expresión, y que no existan sistemas de comunicación públicos, más representativos de la pluralidad de pensamiento que existe en el país. Es un tema a resolver y pronto. Mientras tanto estamos conminados a transformarnos todos en comunicadores, a usar con eficacia los diversos medios que tenemos a nuestro alcance y sobre todo buscar nuevas formas a través del internet y por cierto del contacto directo con la ciudadanía.
Precisamente, porque las reformas y su consolidación requieren sustento y conducción; y deben proyectarse en un futuro gobierno que incorpore nuevas tareas en los planos económico, político, social y cultural, es que tenemos la convicción de que la Nueva Mayoría debe seguir adelante y hacerse cargo de las carencias, de las necesidades y de lo nuevo que hay que implementar. Esta es la base de una correlación política que, por primera vez en décadas, ha permitido iniciar un camino de reformas importantes. Desde este conglomerado que se ha dado en llamar acuerdo programático, podemos visualizar procesos de amplitud, de entendimientos incluso con otras fuerzas, que vengan a contribuir a un programa, siempre y cuando ello no signifique poner en riesgo una coalición que en corto tiempo ha demostrado su eficacia política.
Las transformaciones que estamos impulsando han generado una reacción fuerte y dura de la derecha y de los sectores reaccionarios que se resisten y se oponen a los cambios estructurales.
Sería un error de diagnóstico grave, considerar que esas fuerzas están derrotadas, aun cuando la derecha y el gran empresariado viven una crisis profunda y tienen problemas para articular una oposición y una alternativa política creíble.
Este no es, precisamente, el momento de triunfalismos o de falsas expectativas.
“Nueva Mayoría: articulación política para las transformaciones”
Necesitamos mantener firme el timón en el curso actual de los acontecimientos. La Presidenta ha reiterado ya en varias ocasiones la dirección principal del rumbo, y nosotros valoramos altamente esa definición política. Creemos que la Nueva Mayoría debe incrementar su papel de sujeto político, de instrumento que ayude a estabilizar el proceso de cambios. En medio de su diversidad y pluralidad, la Nueva Mayoría debe trabajar mucho más para ser una articulación política que ayude a estabilizar la direccionalidad del proceso de transformaciones. No compartimos la idea de que el actual gobierno está poco menos que finalizado; menos que ha llegado la hora de una cierta “restauración” que añora los tiempos pasados, especialmente la década de los noventa y primera del dos mil. La política de los consensos y de los acuerdos; así como la política concebida sólo desde los espacios mediáticos, debe ser superada en pro de fortalecer y profundizar la democracia social y política en Chile.
Pero no vemos a la Nueva Mayoría como una fuerza política para sí misma. La vemos como el principal instrumento que ayude a elevar sustantivamente el protagonismo y la participación social; ciudadana y popular.
Todo muestra que necesitamos hacer grandes esfuerzos para que este protagonismo y participación social y popular sea la base, la garantía, la condición fundamental en la que se sostengan los cambios y las transformaciones que hoy impulsamos y las que están por venir. No podemos caer en el espejismo de que estas transformaciones se consolidarán sólo “por arriba”; sólo por tener un gobierno y una representación parlamentaria e institucional importante. El protagonismo del pueblo es absolutamente necesario y determinante. Por eso, los comunistas invitamos a nuestros aliados a compartir este esfuerzo que no puede esperar. Nuestro propio Congreso Nacional debe debatir en profundidad este aspecto.
La consolidación de un Estado democrático en Chile pasa, necesariamente, por el ejercicio de la participación social y por elevar mucho los estándares de la representación popular, incluidos los municipios; el Parlamento y todas las formas institucionales de representación. Si de verdad queremos superar la severa crisis de representación y desafección ciudadana, necesitamos hacer este esfuerzo de naturaleza estratégica.
“Elevar la calidad de las elecciones”
Del mismo modo, necesitamos hacer un gran esfuerzo cívico y democrático por elevar la calidad de las elecciones.
Los comunistas valoramos los procesos electorales por varias razones. Primero, porque han sido conquistas duras y difíciles de nuestra sociedad. Nadie le ha regalado al pueblo de Chile ningún proceso electoral. Segundo, porque en un Estado democrático, las elecciones dirimen asuntos nacionales, profundos, cuando son procesos participativos y cuando el poder del dinero y de la corrupción no afecta la posibilidad de las y los ciudadanos a ejercer su derecho soberano. Gradualmente, las elecciones en Chile han perdido su valor, y nosotros no vemos eso como algo positivo, muy por el contrario, lo vemos como un peligro. No olvidemos que en la mentalidad de algunos aún persisten los afanes autoritarios. Basta mirar nuestra historia para estar necesariamente alertas.
La historia nos está dando una nueva oportunidad, no la perdamos y superemos nuestras propias insuficiencias para estabilizar lo avanzado, y seguir caminando a paso firme por la senda de las transformaciones que Chile necesita.
Podemos afirmar que solo unidos venceremos.
La lucha y demanda en derechos humanos
Compañeras y compañeros:
Hay un tema que por más que pasen los años, no se olvidan y por ello la demanda por verdad y justicia en Chile, crece en el plano nacional e internacional.
En estos días, hemos recordado una vez más el asesinato del compañero Juan Luis Rivera Matus, un luchador social que fue detenido el seis de noviembre de 1975, por años hecho desaparecer y luego encontrado sus restos en el fuerte Arteaga del Ejército.
Chile entero se estremeció con los recientes antecedentes que el Ministerio del Interior habría entregado a un medio de prensa extranjero, y que señalan que las probabilidades de que Pablo Neruda fuera asesinado, aumentan.
Los horrores del golpe militar y el terrorismo de estado que se impuso en Chile, en los años posteriores, no se olvidan y permanecen como una herida abierta.
Si bien se ha logrado procesar y condenar a no pocos responsables de violaciones a los derechos humanos; hay situaciones que persisten. Centenares de detenidos-desaparecidos y ejecutados políticos claman por verdad y justicia, y sus familiares no han dejado de luchar y exigen que se termine con los pactos del silencio que impiden avanzar.
Nosotros creemos que ha llegado la hora de hacer un nuevo esfuerzo nacional para lograr la verdad y la justicia plena. No será fácil, pero consideramos que se requiere una voluntad política compartida por nuestro Gobierno; por el Parlamento; por las Fuerzas Armadas; por el Poder Judicial; para que retomemos los esfuerzos que las agrupaciones, los familiares de las víctimas y gente comprometida con los derechos humanos han realizado por décadas. Personas tan queridas por nosotros y por la mayoría del país, como Sola Sierra y Gladys Marín, dejaron un legado en este sentido que debemos seguir impulsando sin desfallecer, aunque pasen los años.
Verdad y justicia, ¡ahora!
El PC no está involucrado en casos de corrupción
Señores y señoras, amigas y amigos, compañeras y compañeros;
No puedo terminar mis palabras sin hablar del Partido, considerando en ello, por cierto, a nuestras queridas Juventudes Comunistas. Es el instrumento que se pone a prueba frente a las responsabilidades de las que nos hemos hecho cargo. Vamos a discutir si el Partido está a la altura de ello y haremos todo lo que sea necesario para que lo esté, desde su fortalecimiento con nuevos militantes, con una mejor educación política e ideológica, con la formación de cuadros para la responsabilidad de gobernar, y para ponernos a la altura de las demandas sociales.
Puedo asegurar rotundamente que ni nuestro Partido, ni sus dirigentes, ni sus parlamentarios o alcaldes están comprometidos con algún hecho de corrupción o cohecho. No obstante ello vamos a actuar acorde con las leyes de transparencia y probidad que se discute en el Parlamento y seguiremos actuando acorde a nuestros estatutos que en estas materias considera la inmediata separación de las filas del Partido.
Ningún funcionario público o parlamentario comunista ocupa el cargo para enriquecerse o para provecho personal. Como es sabido, parte importante de los sueldos son entregados al Partido. Hemos planteado, desde que llegamos al Parlamento la necesidad de bajar los sueldos de parlamentarios a una escala más acorde con lo que percibe la gran mayoría de la ciudadanía que representamos, resguardando desde luego la dignidad del cargo.
Ningún dirigente comunista se va a negar a transparentar su patrimonio o sus conflictos de intereses, si es que los hay.
Creemos firmemente que aquellos que ostentan cargos de representación popular que no hayan aclarado los delitos que se les imputan, no deben repostularse en los procesos electorales venideros.
Cada una de estas aseveraciones veremos queden establecidas en los estatutos del Partido, estatuto que de acuerdo en lo avanzado en la discusión de la nueva ley de partidos políticos, deberán ser sometidos a plebiscito en el que, de acuerdo a la nueva ley, participan todos los militantes que resulten del refichaje que deberemos realizar todos los partidos.
Con esta impronta vamos a ir a las elecciones municipales, junto con la Nueva Mayoría, a elegir más alcaldes y concejales, a elevar nuestro respaldo electoral.
“Este es y seguirá siendo el Partido de las y los trabajadores, del conjunto del pueblo”
Este es y seguirá siendo el Partido de las y los trabajadores, del conjunto del pueblo; el Partido de las reformas y de las transformaciones profundas; el Partido inclaudicable en la lucha por alcanzar un país y una sociedad más justa, solidaria y democrática.
Vamos a discutir y a polemizar, pero siempre teniendo como centro los derechos de las y los trabajadores.
Cuando hablamos de informar mejor y de comunicar mejor, estamos hablando de la necesidad de explicar nuestros objetivos y nuestros logros, pero también de asumir con tenacidad e inteligencia el debate ideológico, la batalla de las ideas, algo imprescindible en este periodo.
El Partido Comunista es, como lo ha sido en toda su historia, coherente con sus principios y su programa. Actúa en base a ellos sin voluntarismos, sino con sentido de realidad. Impulsa los objetivos transformadores sin colocarse en la trinchera testimonial, sino asumiendo la necesidad de construcción de una correlación de fuerzas que permita avances concretos para satisfacción del pueblo.
Hemos sido leales, primero que nada, con el programa de la Nueva Mayoría que el pueblo respaldó mayoritariamente. Hemos sido y seguiremos siendo leales con la gestión de la Presidenta Michelle Bachelet.
En nuestro Congreso Nacional, no sólo estarán los delegados elegidos desde la base y los que asisten por derecho propio, estarán muy presentes aquellos que en diferentes épocas, libre y voluntariamente eligieron el camino de la lucha por la democracia, la justicia social y el socialismo, los que dejaron su vida en ello. Llamo a los militantes de mi partido, a los delegados al congreso a ser dignos representantes de las compañeras y compañeros que con su abnegación y sabiduría fijaron para siempre nuestra vocación de servir con lealtad a los trabajadores y al pueblo.
Muchas gracias.