CHILE

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viernes, 13 de diciembre de 2013

ENTREVISTA AL DIPUTADO GUILLERMO TEILLIER EN EL DIARIO FINANCIERO



- ¿Qué expectativas tiene para el domingo?
- Evidentemente va a haber un triunfo holgado de Bachelet sobre Matthei. No cabe duda que ambas van a subir su votación, pero he visto que Bachelet ha sumado más apoyo de Sfeir, de alcaldes del PRO, de Revolución Democrática, de integrantes del PRI y sectores de estudiantes y la CUT.
- ¿Cómo anticipa el funcionamiento del próximo Parlamento y la Nueva Mayoría?
- Todos los partidos nos hemos comprometido con el programa de Michelle Bachelet, ese no es el programa de ninguno de los partidos en particular, esperamos que todos los sectores y parlamentarios de la Nueva Mayoría nos alineamos en ese programa, ya no caben corcoveos o juegos de piernas, este es el programa  y esto se apoya. Vamos a tener que trabajar muy rápidamente, porque los desafíos son grandes por eso es de esperar que los proyectos lleguen desde un primer momento, aunque no todos van a poder llegar en el primer momento. Lo anunció la candidata, el proyecto de nueva Constitución llegará el segundo semestre del primer año. Para muchos de los proyectos no habrá excusas de que no tenemos el quórum, para lo único que necesitamos un par de votos es para modificar la Constitución, pero alguien nos podría contribuir.
- ¿Hasta qué punto los ex dirigentes sociales y estudiantiles van a poder tener libertad en su accionar?
- La reforma a la educación que plantea Bachelet es un avance notable respecto a lo que ellos están planteando, también tenemos que tener presente que no es posible hacer todo en cuatro años, que tendrá que irse cumpliendo en la medida que también tengamos financiamiento con la reforma tributaria, son dos reformas junto a la educacional que van de la mano, pero no es una cosa fácil, espero que seamos capaces de avanzar con rapidez, pero con permanente diálogo con los movimientos sociales, a eso no hay que tenerle miedo.
- ¿Se ha despejado la duda de la coexistencia entre el PC y la DC en la Nueva Mayoría?
- Lo que sucede es que el hecho de llegar a un programa único facilita las cosas, entonces por un periodo creo que vamos a andar bien, ahora eso no quiere decir que sea para siempre, porque tenemos diferencias y no podemos estar de acuerdo en todo, pero espero que ambos partidos tengamos claro que lo mejor es contribuir a un país desarrollado pero no con un sistema desigual como lo es hoy.
- ¿Qué comisiones esperan integrar en la Cámara Baja?
- En este periodo estuvimos presidiendo algunas, pero ahora como somos seis tenemos la posibilidad de estar en las comisiones más importantes. No hemos estado nunca en Hacienda, Trabajo, Educación ni en Salud ni en Vivienda, pero ahora tenemos que estar en esas comisiones porque ahí se juega el destino del programa de la Nueva Mayoría.
- ¿Y qué pretensiones tiene en un futuro gabinete de Bachelet?
- No hemos decidido aun si vamos a estar en el gobierno, así que eso lo veremos después del 21 de diciembre.
 

¡ A TOMARSE LA HISTORIA POR ASALTO !

Así titula este semanario su edición de hoy, a horas de la gran definición presidencial. Clara referencia al famoso “quisieron tomar el cielo por asalto”, con que Carlos Marx caracterizara admirativamente la epopeya de la Comuna de París.
“Exageración” se podrá decir, y con no poca razón. Pero hay algo que puede justificar esta alusión a un hecho histórico de alcance mundial, ocurrido en Francia en el año 1871.
Al acuñar su expresión, buscaba Marx atraer la atención hacia lo que en ese entonces era casi natural tener por desmesurado, irreal, pura “utopía”: la toma del poder por los trabajadores, el fin de un régimen corrupto, la entronización de una lógica y una ética nuevas en la sociedad y el gobierno. 
Tan fuertes eran los “atributos” del poder así como sus fundamentos ideológicos, que derrotarlo y reemplazar desde sus cimientos su “orden social” parecía tan imposible como “tomar el cielo por asalto”.
Con parecida fortaleza, indiscutible e inexpugnable, se aparece ante muchos en nuestros días el modelo económico y social instaurado desde la dictadura: este neoliberalismo a ultranza, con sus reflejos privatizadores y su democrático deprecio… por las mayorías.
Sometido a la experiencia de casi dos décadas de dictadura y varios años de frustraciones que culminaron con el retorno de la derecha a La Moneda, el pueblo chileno ha retomado su impulso y desde una renovada madurez cívica se prepara para iniciar un nuevo ciclo político.
Sabe que todo lo nuevo que se asoma en el horizonte político es fruto de su esfuerzo, de sus constantes movilizaciones, de la claridad de sus argumentos en favor de cambios profundos.
Sólo un cuarto de quienes concurrieron a votar en primera vuelta, apoyó la postura recalcitrante de la candidatura UDI-RN.
Los otros, la inmensa mayoría, con variantes y señales particulares, se pronunciaron en contra de lo ya exageradamente visto y sufrido.
El mayor triunfo de estos últimos tiempos es haber quebrado la línea argumentativa en apariencia invencible de la continuidad de las injusticias y el abuso de los privilegios. En otras palabras, en haber instalado a la conciencia como protagonista central de la acción política y social.
Derrotado en la calle y en la batalla de las ideas, el modelo impuesto a sangre y fuego entra en su etapa declinante. Más allá incluso de la urgencia reivindicativa de millones de chilenas y chilenos, lo central es el inicio de una nueva etapa histórica: por eso este “¡A tomarse la historia por asalto!”
Tal es, así lo proponemos, el sentido profundo de este domingo en el que en gran número concurriremos a las urnas, porque en su momento también la expresión electoral es una forma legítima e irrenunciable de lucha.
 “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, para todos lo dejó dicho Salvador Allende.
Por eso, a cambiar el futuro, a tomarse por asalto el tiempo de todos, a cambiar la historia con el protagonismo de los trabajadores del campo y la ciudad, de los jóvenes trabajadores y estudiantes, de las mujeres, de los honestos emprendedores, de los luchadores por los derechos humanos y por un medioambiente digno y saludable.    
“Otro Chile es posible”, se lo ha dicho y en nuestras manos de pueblo está el pasar de la consigna a la realidad.
FUENTE : EDITORIAL DE " EL SIGLO "