CHILE

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jueves, 27 de febrero de 2014

INVITACIÓN !!!


" DE VUELTA A LA REALIDAD "

Ocurre todos los años y como suele decirse: el año comienza en marzo. Compras de útiles y uniformes escolares, renovación de patentes de automóviles, cuentas no muy alegres tras esforzadas vacaciones de aquellos que lograron tomárselas en algunos de los lugares de turismo interior.

Quedarán en el recuerdo las invasoras imágenes del Festival de Viña del Mar, aunque nada garantiza que no se incurrirá en la consabida operación “rumiaje” con que suelen prolongarse tan farandulescas disputas de raiting.

En otras palabras, volverá la realidad a discurrir por calles y plazas de Chile. ¿Y cuál será esa realidad?

En primerísimo lugar, el cambio de mando. Es decir, la salida de una coalición de gobierno que poco deja al haber para la inmensa mayoría de los chilenos, y con ello el advenimiento de una administración renovada que, como lo indica su nombre, constituye una “Nueva Mayoría” resuelta a abordar a fondo los cambios estructurales que han venido madurando en la conciencia nacional.

La tarea no es fácil, pues las carencias son abundantes y afectan a un alto porcentaje de la población.

Sin duda, estarán presentes en el debate las urgencias por solucionar el enorme déficit en salud. Lo mismo, en el terreno de la educación y de la vivienda. El drama –porque lo es- que significan estas realidades no hicieron sino profundizarse bajo la administración en pocos días saliente.

Las expectativas son muchas y la justa impaciencia no debiera conspirar en contra de un programa de gobierno sinceramente comprometido con el pueblo. Y es que no hay que olvidar que si la derecha viene de sufrir una aguda derrota electoral, no ha perdido ni mucho menos el filo de sus garras. Dispone, para empezar, de un virtual monopolio comunicacional, frente al cual el nuevo gobierno deberá actuar con decisión para garantizar el acceso mayoritario a una información objetiva.

Pero también está el peso de un poder económico que no sólo se manifiesta en la plena identidad de los representantes políticos de la derecha con los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras, sino que se ejerce y en grado considerable en la penetración de sus más calificados exponentes en instituciones públicas y enclaves diseñados por la dictadura. Todo esto, sin contar con el previsible activismo que desplegarán los partidos de la derecha –UDI, RN y sus derivados- desde el propio parlamento y otros órganos de la institucionalidad.

Algunos postularán, y tal vez no de mala fe, la conveniencia de una suerte de “calma chicha”, para el cumplimiento de las etapas por recorrer en el cumplimiento del programa de gobierno de la presidenta Bachelet.

Otros, pondrán el acento en el activismo social para impulsar los cambios acordados y apoyados por la ciudadanía.

Pretender que los movimientos sociales se llamen a retiro, sería no sólo una muestra de falta de realismo político, sino un grave error pues es en ellos justamente en donde radica gran parte de la fuerza que se requiere para dar vía libre a las esperanzas. Y tal vez, por qué no decirlo, una suerte de ingratitud al negar el protagonismo de quienes han hecho los mayores y lúcidos esfuerzos para este cambio trascendental de nuestro ciclo político.

Así, pues, ni lo uno ni lo otro y cada cual en su papel irrenunciable. La hora es demasiado seria, grave diríase, como para perder la brújula y olvidar dónde están los adversarios y enemigos.

Empuje y responsabilidad ciudadana. Si bien es cierto que no todo

puede hacerse en un día, también lo es que no hay un día que perder

FUENTE : EDITORIAL DE " EL SIGLO "

miércoles, 26 de febrero de 2014

INVITACIÓN !!!

Estimad@s Compañer@s

Junto con saludar, informamos que las actividades de nuestra zonal, con motivo de la conmemoración del día internacional de la mujer, adjuntamos invitación para el Seminario "Las mujeres la igualdad de genero", que se realizara en la comuna de la Pedro Aguirre Cerda, el lunes 3 de marzo a partir de las 17:00 hrs. en el COSAM, ubicado en La Marina N° 2459

Esperando contar con vuestra presencia que dará realce a nuestra actividad

se despide atentamente

Leonardo Gutiérrez Ch
PRESIDENTE
CUT Zonal Sur
Cel + 56 9 91 65 14 35

INVITACIÓN !!!


martes, 18 de febrero de 2014

DIPUTADO GUILLERMO TEILLIER PDTE DEL PCCH ,POR DECLARACIONES DE PIÑERA





Las siguientes fueron las respuestas del diputado Guillermo Teillier, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, y presidente delPartido Comunista de Chile, a preguntas de medios de prensa.



-¿Qué le parecen las declaraciones del Presidente Sebastián Piñera donde afirmó que la CELAC es sólo un foro político que no contribuye realmente a la integración?



-Fue una declaración absolutamente contraria a la preocupación que tiene la mayoría de Mandatarios latinoamericanos y caribeños. El éxito de la CELAC en La Habana dejó una impronta positiva para la Región que, por ejemplo, no se dio en la Cumbre en Chile, precisamente por la posición ambigua del Presidente Piñera que ahora queda nítida ante la comunidad internacional. En la Cumbre de la CELAC se debatieron temas políticos, pero también se analizó y se llegó a acuerdos para avanzar de manera concreta en la integración comercial, cultural, energética, educativa, en salud, en América Latina y El Caribe.



-¿A qué atribuye esas declaraciones del Presidente?



-Las afirmaciones pretenden amenazar los acuerdos de la Cumbre de la CELAC en La Habana y tratar de fortalecer la Alianza del Pacífico, que es un acuerdo parcial, que no permite un relacionamiento con otros pactos de integración, y que se levantó como una alternativa y en pugna con la CELAC y el MERCOSUR. Por esa vía, se pretende aislar a nuestro país, lo que es de esperar sea revertido durante el próximo gobierno.



-El senador Ignacio Walker dijo que el Presidente Nicolás Maduro, en Venezuela, tiene “el deber de respetar los instrumentos legales estatuidos por los países de América Latina” y afirmó que su visión sobre Venezuela “es una cuestión de principios, nosotros no tenemos doble estándar”.



-Creo que no es el Presidente Nicolás Maduro el que irrespeta los instrumentos legales, sino que es la postura y la acción desestabilizadora y violenta de la oposición de extrema derecha en Venezuela, la que al perder en la competencia electoral, plantea un camino no acorde con los principios establecidos por los países latinoamericanos. Todos los pasos que ha seguido el gobierno de Venezuela están dentro del Estado de Derecho y las normas internacionales. Nuestra postura es de solidaridad con el pueblo venezolano en general, respeto a las autoridades legítimamente electas y estamos en contra de propuestas desestabilizadoras y en contra de cualquier intervención extranjera que pretenda agudizar la situación en Venezuela. La experiencia de Chile es muy decidora respecto al desenlace imprevisible que puede tener el apoyar esas posiciones de la derecha en Venezuela.



-Se plantea que apoyar a la oposición venezolana es apoyar a las fuerzas democráticas.



-Se pueden tener distintas miradas, pero nadie puede desmentir que el gobierno venezolano es democrático, fue elegido democráticamente y que el movimiento bolivariano es esencialmente democrático y respetuoso de los procesos legales y participativos. No se puede olvidar que los que dicen defender la democracia en Venezuela dieron un Golpe de Estado contra el ex Presidente Hugo Chávez. Y ahora protagonizan hechos de violencia y de desestabilización. El propio Capriles, que perdió en la elección, no está de acuerdo en las acciones violentas de la extrema derecha. Lo que hay que defender es el sistema democrático en Venezuela y ser respetuosos de la gobernabilidad que se ha establecido democráticamente en múltiples actos electorales que no se pueden desconocer.

FUENTE : PRENSA

BOLETÍN UTOPÍA N ° 21

AÑO 4 – BOLETÍN Nº 21 
Utopía 
ENERO – FEBRERO 2014
_________________________________ ____________________________
COMISIÓN DE EDUCACIÓN - REGIONAL SUR 
VÍCTOR DÍAZ LÓPEZ” - PC
educacionregionalsur@gmail.com
pc-educacionregionalsur.blogspot.com
Educación Regional Sur Partido Comunista de Chile

INFORME AL PLENO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE REALIZADO EL 21 DE DICIEMBRE DE 2013.

Estimados compañero(as):

Sin duda este Pleno se realiza en un momento político crucial para el devenir de nuestro país y, según la prensa nacional e internacional, nuestras resoluciones podrían considerarse históricas para nuestro Partido

Lo cierto es que nuestra política, implementada metódicamente desde los años 90 hasta hoy, que plantea como la contradicción principal en nuestro país la que se da entre neoliberalismo y democracia y que busca su definición mediante lo que concebimos como una revolución democrática, para lo cual era preciso convocar a una gran convergencia político social por los cambios, se ha concretado hasta un punto en que se dan todas las posibilidades para iniciar un proceso de transformaciones institucionales, políticas y sociales y un desarrollo democrático en el sentido de la representatividad de las instituciones y la participación ciudadana, que cuestiona el neoliberalismo y su modelo de distribución de la riqueza.

Recordemos que ya en el año 1996, Gladys Marín, a nombre de nuestro partido propuso públicamente, a la entonces concertación, un pacto electoral instrumental que tuviera como objetivo cambiar la Constitución o al menos cambiar el sistema electoral binominal, uno de los amarres establecidos por la dictadura para preservar incólumes la institucionalidad antidemocrática y el sistema económico al que le da sustento. También se planteaba cambios en la legislación laboral y la necesidad de avanzar en verdad y justicia.

Hay que tener en cuenta que nuestro partido se encontraba excluido de llegar al Congreso y poco se escuchaban sus planteamientos en los sucesivos gobiernos concertacionistas, que seguían implementando la política de los consensos con la derecha. Pasaron varios años de lucha constante, política, ideológica, social y electoral, antes de que se empezara a hacer patente la voz de la calle y se manifestara una crisis de representación y el descontento social.

El partido seguía proyectando su política en la esfera social y electoral, levantó varias candidaturas presidenciales procurando la unidad de la izquierda “extraparlamentaria”. Su incidencia social se incrementaba, sin embargo esta no se reflejaba en los resultados electorales y hacia infructuosos los intentos por materializar políticamente las demandas sociales. En esa búsqueda de romper los muros de contención, en el año 2006 acordó dar su apoyo en segunda vuelta a Michel Bachelet, mediante un acuerdo que se proponía cambiar el sistema electoral binominal, lo que no fue posible por el sistema de quórum calificados. Ese paso táctico tuvo dos consecuencias: por una parte la negativa del P. Humanista y sectores de izquierda a apoyar tal decisión, pero por otra, permitió establecer una apertura al diálogo para romper la exclusión.

El año 2008 se produjo un pacto electoral por omisión para la elección de alcaldes. El año 2009 en que pusimos de relieve nuestra plataforma con la candidatura de Jorge Arrate, decidimos ir juntos en un pacto instrumental parlamentario con la concertación lo que permitió la elección de 3 diputados comunistas. Tanto los acuerdos municipales como los parlamentarios contaron con el apoyo de M, Bachelet. Ese mismo año, aun con nuestro apoyo en segunda vuelta, la concertación, después de 20 años, perdió el gobierno, lo que era presumible ya desde el año 2008, porque se había agotado su posibilidad de seguir siendo gobierno sin dar respuestas concretas a las demandas de todo orden y a la crisis larvada que se hacía cada vez más patente en la sociedad y que horadaba a la propia concertación con su división interna, que fue un factor importante de su derrota. Recordemos la movilización de los “Pingüinos“, la de los subcontratados del cobre y los forestales entre otros, que ya demostraban el creciente descontento social.

La llegada al gobierno, de la derecha, mediante elecciones después de 52 años, suponía varios peligros, entre ellos, el de entronizar la alternancia en el poder de dos bloques sin cambio alguno, perpetuando la política de los consensos, la institucionalidad vigente y el modelo neoliberal.

El Congreso de nuestro partido puso de relieve la nueva situación política que se creaba en el país, planteó la necesidad de desplazar a la derecha del gobierno como un primer paso para conformar una nueva mayoría que convocara a fuerzas políticas desde el centro a la izquierda, capaz de asumir un nuevo gobierno asociado a un programa único de transformaciones profundas, factibles de cumplir en un período de 4 años, pero con una clara perspectiva de desarrollo posterior.

Nuestros planteamientos iban en la dirección opuesta a una refundación de la concertación o a involucrarnos en un nuevo gobierno de la concertación.

El esfuerzo del partido se centró en dos direcciones muy concretas, uno, buscar el acuerdo político y dos, contribuir a la lucha social a fin de dejar claro que no era posible elegir un nuevo gobierno que no tomara en cuenta las demandas sociales y políticas del pueblo movilizado.

El gigantesco desarrollo de la lucha social en los planos de la educación, laboral, medioambiental, territorial, que no sólo plantea puntos reivindicativos, sino que ponen como lo principal cambios institucionales y económicos, crea un marco objetivo para que avancen los acuerdos políticos, electorales y programáticos.

Tal posibilidad se abre paso en medio de la disputa con la derecha que infructuosamente bregó por mantener la política de los consensos tratando de influir en la DC para que no participara de un acuerdo amplio y también con sectores de izquierda que se niegan a la posibilidad de llegar a acuerdos con partidos de la ex concertación.

Recordemos también que el primer paso en esta etapa de acuerdos fue el nuevo pacto por omisión en la elección de alcaldes de 2012 y la elección de concejales en dos listas de oposición en la que fuimos junto al PPD, al PR y a la IC, lo que dio como resultado una primera derrota de la derecha y un avance sustancial en la representación de nuestro partido, campaña que se hizo además tras el objetivo de la unidad y la necesidad de reformas de fondo.

Fue un acierto del partido poner en el centro de la discusión la necesidad de un programa único que recogiera gran parte de las demandas ciudadanas. El haber tenido acuerdos, previos a las candidaturas presidenciales, sobre reforma educacional y tributaria y estando sobre la mesa la necesidad de cambios institucionales, incluyendo en ello el cambio de la constitución, dejó claro que existían condiciones para una gran convergencia unitaria.

En ese momento, Michelle Bachelet, que mantiene una gran aprobación en las encuestas, expresa su disposición a ser candidata de una nueva mayoría para llevar adelante el cambio de constitución, la reforma tributaria y la reforma de la educación y se vislumbra como la candidatura que puede representar y unir a la oposición.

Lo que viene después es conocido. En las primarias en que se define la candidatura presidencial única, el partido decide apoyar a M. Bachelet por sobre la opción propia o de otra candidatura y se dispone a contribuir de inmediato en la construcción definitiva del programa, lo que desde nuestro punto de vista fue fructífero y oportuno.

Esta es una síntesis muy apretada de cómo hemos llegado a la situación actual. Una situación caracterizada por el triunfo abrumador de Michel Bachelet y la Nueva Mayoría y una derrota en toda la línea de la derecha representada en la llamada Alianza por Chile, en un proceso electoral de varios meses que significó elecciones primarias, primera vuelta presidencial, junto a la parlamentaria y de cores y posteriormente, ya como ratificación definitiva del triunfo, la segunda vuelta presidencial, que ganó Bachelet con el 62% de la votación.

La NM eligió 67 diputados y 21 senadores que con los independientes hace factible alcanzar los quórum necesarios para llevar adelante la mayoría de los objetivos programáticos propuestos.

Nuestro Partido logró elegir 6 de los nueve candidatos a diputados que, en conjunto, obtuvieron 280 mil votos. A ello hay que agregar los 16 cores electos, elección en la que obtuvimos 346 mil votos.

Una revisión muy somera, también, nos indica que al inicio de este nuevo período que se abre en el país, contamos con importantes responsabilidades en numerosas organizaciones sociales, laborales, estudiantiles, territoriales y otras, sobre lo que será necesario hacer una ponderación muy exacta, porque en gran medida este factor será muy determinante en lo que viene para apoyar y garantizar el cumplimiento del programa. Las responsabilidades que tenemos en la CUT, en el Colegio de Profesores, en la Confederación del Cobre, en la Confederación Forestal, en el sector público y en el agro, en liceos y universidades, y otras, con su independencia y autonomía, deben ser dialogantes y contributivas en el no fácil camino de las reformas anunciadas, más aun cuando al parecer existen sectores que se disponen a boicotear toda posibilidad de diálogo y establecer una oposición ciega al gobierno sin considerar las propuestas de cambio.

El partido debe disponerse a su vez a contribuir en el fortalecimiento de los conglomerados sociales, pero en especial el que hemos definido como el sujeto principal de la construcción de las fuerzas emancipadoras, esto es, los trabajadores.

Estamos hoy, objetiva y subjetivamente, en mejores condiciones para plantearnos un desafío de rasgos históricos, esto es, caminar con rumbo seguro hacia los primeros pasos de la Revolución Democrática que Chile necesita.

Las condiciones histórico-políticas nos permiten visualizar no sólo el desplazamiento de la derecha del gobierno, sino la posibilidad de su derrota histórica, ideológica y estratégica y la conformación de un nuevo cuadro de correlaciones de fuerza que nos pueden permitir avanzar hacia un nuevo estado democrático.

No podemos adelantar que actitud va a tomar la derecha. La UDI ha dejado entrever su posición obstruccionista a todo avance democrático y de justicia social, pero está claro que la UDI popular está en bancarrota y ha perdido su fuerza hegemónica en la derecha y puede que algún sector de esta más liberal apoye puntos del Programa de M. B., alejándose de un ambiente de fronda interna, de “cuchillos largos” como dijo el Presidente Piñera y también de la dispersión y lucha por el poder con vistas al 2017.

En este cuadro, como ya hemos dicho, un factor crucial de lo cual va a depender el éxito del futuro gobierno es el cumplimiento del programa comprometido ante el país. Hemos señalado que nuestra participación en la campaña de Michelle Bachelet, incluyendo lo que fue nuestro aporte a la elaboración de su programa, nos ha llevado a la convicción de que ese programa sintetiza una propuesta de cambios de fondo que cuentan con la simpatía de la gran mayoría de las chilenas y chilenos. En esa misma medida, hacemos nuestro ese programa y nos jugaremos por realizarlo a integridad y en beneficio del pueblo.

Estimados compañero (as):

Este Pleno ha sido convocado para establecer la mejor forma en que nuestro partido puede contribuir al cumplimiento del programa y por tanto debe considerar su posible incorporación al gobierno de Michelle Bachelet, en el supuesto, por cierto, que sea la propia Presidenta la que llame a los comunistas a colaborar con su gestión como mandataria. Por nuestra parte, hemos declarado que consideramos que tenemos un legítimo derecho a participar del futuro gobierno, en tanto hemos contribuido con lealtad y nuestro mejor esfuerzo al triunfo de nuestra abanderada y de las fuerzas que la respaldan.

Bajo esta premisa es que consideramos necesario expresar públicamente nuestra disposición y voluntad de formar parte del próximo gobierno encabezado por la Presidenta Michel Bachelet.

Sabemos que de no mediar la voluntad política de quienes conducen el proceso, el programa se quedará prisionero de las páginas que se escribieron con las mejores intenciones. Más aún, la realización de un programa de cambios como los propuestos alterará necesariamente las condiciones que hoy prevalecen en la sociedad chilena. La Presidenta electa ha situado con gran precisión este problema teórico y práctico en su importante discurso del 15 de diciembre y ha entregado claramente su posición.

Para no equivocarnos en el análisis, debe quedar claro que no surge directamente del programa un cuestionamiento del capitalismo como sistema. No se visualiza la contradicción Capital –Trabajo como la generadora principal del conflicto social. No es el Programa del Partido, es el Programa que un conglomerado de 7 partidos hace suyo y comprometiéndose con su cumplimiento. No es de extrañar que desde nuestro punto de vista queden muchas cosas pendientes, pero no olvidemos que este período y este programa forman parte de un proceso ascendente de lucha y de conquistas sociales y políticas.

La gran importancia al Programa radica en que se propone una transformación estructural del país, actuando sobre tres ejes principales: Nueva Constitución, Reforma Educacional y Reforma Tributaria. Paralelamente, se marcan énfasis en tópicos propios de la gestión de gobierno en un país como Chile, signado por un diagnóstico que sitúa a la desigualdad como expresión central y también como causa de las contradicciones de todo orden que conmueven a la sociedad en sus múltiples dimensiones. De allí que se aborden en el Programa asuntos del Programa Económico General del Gobierno, Laborales y Previsionales, de Salud, de Energía y Medio Ambiente, Culturales, de Pueblos Originarios y de Género, de DDHH, Discriminación y de Justicia, de Políticas Sociales, entre otros de los 33 temas principales que se incorporaron al trabajo de preparación programática.

Dada esta profundidad de las propuestas programáticas debemos elevar nuestra capacidad de incidir en el desempeño del Estado y sus instituciones como un importante aporte a la correlación de fuerzas favorables al cumplimiento del programa. No podemos ser neutrales, porque ello sería objetivamente un retroceso en las actuales condiciones, que son muy diferentes a las que primaron en Chile en las últimas décadas.

Así como seguimos buscando todos los caminos para influir y crecer en el seno de la sociedad civil; en los movimientos sociales; en las instituciones de representación del poder comunal y local; así como se muestra acertada y ahora proyectada la determinación de llegar al Parlamento, con seis diputados, junto con una mirada a largo plazo que signifique elegir más diputados, senadores, más alcaldes y concejales y más consejeros regionales, hoy el tema es avanzar también con nuestra presencia en el poder ejecutivo, en el gobierno. Se trata de una lógica dialéctica cuya base es la construcción de fuerza y la incidencia en el cuadro dinámico que hemos ayudado a construir, para poder seguir avanzando en las transformaciones que Chile precisa.

Y también señalamos que al calor de estos avances, requerimos hacer cambios y mejorar en todo lo que podamos, para estar a la altura de los nuevos desafíos. Se acrecienta la confianza en nuestra política y en nuestras propias capacidades, para adoptar con optimismo y fuerza las medidas y acciones que nos permitan mejorar en breve tiempo.

El pilar más avanzado del programa de Michelle lo conforma su propuesta de Nueva Constitución.

La propuesta reconoce que el Pueblo debe recuperar su potestad constituyente (su carácter de Soberano) y ejercerla, en la medida que se trata de aprobar una Nueva Constitución y no solo una reforma de la actual.

El proyecto propuesto en el programa plantea la conformación de un “Estado social y democrático de Derecho” – se reconocen y consagran 14 tipos de derechos en el texto preliminar propuesto – avanzando desde el concepto del pleno respeto de los DDHH fundamentales establecidos en anteriores Constituciones nacionales y en el ordenamiento internacional, a un concepto superior, que busca reconocer a las personas derechos sociales por el solo hecho de ser parte de una sociedad de iguales.

A nivel del régimen político, el documento apunta a terminar con el sistema electoral binominal y reemplazarlo por un sistema electoral de representación proporcional. Se propone el término del odioso sistema actual de quórum calificados (o supra mayoritarios) que, en combinación con el binominal, constituyen los eslabones principales del mecanismo que ha permitido a una minoría de chilenos poderosos ejercer un veto sistemático sobre la mayoría durante los pasados 30 años. El Plebiscito vinculante se introduce como la herramienta que permite hacer efectiva la soberanía popular.

Desde el punto de vista del modelo de desarrollo, el texto propuesto cuestiona el carácter meramente “subsidiario” del Estado en materia económica y social, estableciendo que: “Corresponde también al Estado garantizar el derecho a la educación, al trabajo, a la vivienda, a la protección de la salud, a la seguridad social” entre otros, así como “el derecho a la cultura”. Se encuentra bien resuelto el vital asunto de la propiedad social de los recursos naturales, sujeta por tanto, su explotación por privados, a royalties.

De este modo, entre otras materias, el proyecto supera ampliamente los candados que colocó la dictadura en 1980 al desarrollo de la democracia chilena.

Los desafíos económicos.

La propuesta económica que sintetiza el programa resume los grandes objetivos planteados en el frente de la conducción económica de la NM: enfrentar la desigualdad, erradicar la pobreza, elevar las condiciones de vida de las personas, abrir más oportunidades al desarrollo y generar ingresos que permitan sostener el esfuerzo público para implementar políticas de protección social. En esta línea, las políticas públicas y el crecimiento son las herramientas centrales a considerar.

El análisis del escenario más probable que se conforme de 2014 en adelante no oculta las preocupaciones que resultan del proceso de desaceleración que experimenta la economía chilena desde el inicio del 2013. Un examen más serio obliga a considerar que, en la base de los buenos resultados obtenidos en materia de crecimiento y de empleo de Piñera, se encuentran dos fenómenos que tienen poco que ver con la voluntad de un gobierno de derecha: el superciclo de precios de los comodities, del que el cobre resultó muy beneficiado y, en el plano interno, los positivos efectos que tiene todo proceso de reconstrucción como el que vivió el país luego del sismo del 27F.

“Así, entre 2010 y 2012 el crecimiento promedio del PIB ha sido de 5,7% y el desempleo se ha reducido. Estas son buenas noticias para las chilenas y chilenos. Sin embargo, estas cifras no reflejan cambios de fondo en nuestra estructura productiva que permitan sostener este crecimiento en el mediano y largo plazo, sino que son consecuencia de factores cíclicos”.

De este modo, la previsión que hace el Comando de MB respecto de crecimiento de la economía apunta a superar los aspectos negativos de la desaceleración entre 2014 y 2015, para luego recuperar crecimientos del orden de 5% a partir de 2016, creando unos 600 a 650 mil nuevos empleos en los próximos 4 años

La Reforma Educacional

La Reforma Educacional que se plantea el programa de Michelle Bachelet responde en líneas generales a las demandas que levantó con fuerza el movimiento social por la Educación el 2011. El Programa la considera el “desafío primordial” para resolver la desigualdad. Se acoge la idea de avanzar al reconocimiento de la Educación como un Derecho Social garantizado, que cuente como soporte una Educación Pública completa (desde la sala cuna a la Educación Superior), de cobertura universal, no segregada en su acceso, plenamente gratuita y de calidad.

Las Instituciones del Estado constituirían el núcleo de este sistema de educación, en el que coexistirían entidades del Estado con privadas de carácter público y privadas convencionales.

A nivel de la Reforma de Educación General, el programa señala el fin del lucro con recursos públicos[i] y el término gradual del financiamiento compartido, en la educación básica y media.

De igual forma, respecto del Financiamiento Compartido, se define que en el periodo presidencial se debe gradualmente disminuir el co-pago de las familias, hasta extinguirlo.

En todo caso, lo central en financiamiento y como objetivo del periodo es pasar progresivamente de un sistema de financiamiento en base a la demanda, a uno orientado a la oferta garantizada, particular y especialmente de las escuelas públicas.

En lo que respecta al proceso de des-municipalización este se fundamenta en la creación de un Servicio Nacional de Educación Pública descentralizado en un plazo de dos años, responsable de mejorarla y reposicionarla. La disputa por un nuevo tipo de financiamiento junto a la des-municipalización será la principal lucha conceptual y luego política, teniendo presente que al segundo año de gobierno debiesen entrar en vigencia las reformas propuestas.

Al respecto, se propone una des-municipalización de toda la oferta pública de educación general hacia servicios locales de educación en base a un proceso coherente e integrado a nivel nacional, que desarrollen una gestión al servicio de los aprendizajes. En el nuevo sistema no se contempla la integración administrativa de los municipios y alcaldes.

Es clave considerar que la propuesta señala que el nuevo Servicio Nacional de Educación Pública y los Servicios Locales deben contar con un financiamiento mediante ley de presupuesto de la Nación.

Por otra parte y pensando en las regulaciones, probablemente muy resistidas por múltiples grupos de interés, en lo referido a condiciones para otorgar el carácter público a un establecimiento escolar, lo primero a destacar es que se propone congelar el aumento del número de establecimientos hasta que se cuente con un diseño institucional que permita tomar decisiones sobre el crecimiento de la oferta pensando en las necesidades del país y de las regiones.

De igual forma, se visualizan ajustes a la ley de aseguramiento de la calidad, relevando el rol rector del Estado y del Ministerio de Educación, así como las competencias y atribuciones de la Agencia, la Superintendencia y el Consejo Nacional de Educación.

En materia de Educación Superior se reproducen las mismas preguntas, que responden a la misma realidad de actual privatización de la enseñanza[ii]. Se entiende que el lucro a nivel universitario se mantiene prohibido y se modificará la regla vigente para los CFT y los IP.

Por otra parte, se señala que se avanzará progresivamente (en 6 años) a la gratuidad total de la educación superior, partiendo del compromiso de gratuidad a todos los estudiantes que pertenezcan a los 7 primeros deciles. Entendemos que esta gratuidad total será para aquellas entidades estatales y aquellas que suscriban el llamado compromiso de carácter público. Las otras instituciones, del tipo de la Universidad de Los Andes, si bien estarán sujetas a acreditación obligatoria, no necesariamente suscribirán compromisos de carácter público, lo cual las excluiría del marco de gratuidad asegurada por el Estado.

El Programa releva a las universidades estatales como el pilar del sistema de educación superior, mediante un trato preferencial, en base a más recursos por compromisos públicos. Además, se crean CFT estatales en cada región y se propone un sistema público (instituciones) de acreditación y superintendencia. Todas medidas que se expresarán en una gran disputa política por la nueva ley general de educación superior.
El Programa detalla un conjunto relevante de medidas que apuntan a políticas para los docentes, considerando mayores exigencias a la formación de maestros, una nueva carrera docente, dialogando con los actores del sistema, especialmente los profesores. La carrera deberá considerar el estímulo del desarrollo profesional, una política de remuneraciones mucho más elevada, condiciones laborales adecuadas, un desempeño pedagógico de alto estándar, evaluación del desempeño y retiro del ejercicio en condiciones justas.

Mención especial merecen los esfuerzos que será necesario realizar en materias de Ciencia, Tecnología e Innovación para el desarrollo

Como Partido y como JOTA debemos prepararnos mejor para ese momento de definiciones que marcarán de alguna manera el carácter del proceso. Cuanto antes fijemos posiciones que permitan orientar concretamente al movimiento por la educación pública, más favorable será el terreno para avanzar en la democratización.

Todo ello teniendo claro el carácter extraordinariamente dinámico y cambiante de este proceso.

La Reforma Tributaria

Este eje estratégico del Programa es clave, en la medida que apunta a financiar con recursos frescos y permanentes la Reforma Educacional que se propone. En el documento de la candidatura de Michelle, publicado en el sitio WEB, se lee:

En total se aspira a que la aplicación del conjunto de las medidas tributarias propuestas alcance a un equivalente de un 3.01% del PIB, en régimen, esto es a partir del año 2017.

Apuntando a las tres cuestiones principales en juego en toda reforma tributaria, podemos señalar que quién paga el grueso de la mayor recaudación que se espera obtener es el empresariado grande y mediano, es decir los sectores más poderosos del país. Desde este punto de vista, la reforma tiene un carácter redistributivo, aún cuando no toca la elevada magnitud de los impuestos al consumo (IVA), que son claramente regresivos.

En cuanto al monto de los recursos a obtener con esta Reforma, se estima en régimen unos US$ 8.200 millones anuales. Con esta suma puede cubrirse el desafío de la Reforma Educacional, pero es claro que las cifras se harán estrechas para enfrentar altas expectativas sociales vinculadas a otros sectores de la economía (salud, previsión, transporte, tercera edad, entre otras).

El tercer asunto es considerar el ritmo de aplicación de la reforma tributaria. A nuestro juicio, hay que estudiar muy bien y prever si la gradualidad prevista en el documento programático pudiera generar alguna frustración en los sectores ciudadanos que han comprometido enormes esfuerzos en el movimiento por la Educación y otros movimientos regionales lo que sería aprovechado de inmediato por la derecha. De hecho, la medida más importante desde el punto de vista de aporte de recursos frescos al fisco, la tributación empresarial por utilidades devengadas y no solo retiradas, tardará cuatro años en comenzar a aplicarse. En el período, entonces, solo se prevé utilizar las otras medidas planteadas, lucha contra la evasión, aumento de tributos de empresas de 20 a 25%. Es también relevante señalar que, entrando en un período de cierre del superciclo de precios del cobre, los actuales royalties no jugarán un papel tan relevante en los ingresos fiscales.

El gradualismo aplicado al caso de la Reforma Tributaria podría, y esto es un supuesto, llevar a una lenta implementación de la Reforma Educacional y de otras medidas planteadas en el Programa. Será necesario entonces prestar la mayor atención a la aplicación de los recursos disponibles hasta que la reforma entre a operar a plenitud.

Las Reformas Laborales.

El Programa recoge varias de las propuestas prioritarias señaladas por la CUT y el Partido, enfatizando como medidas básicas a considerar en el corto plazo las siguientes: 1) Concepto de empresa y término urgente del multirrut, lo que permitiría eventualmente abordar la situación de los sindicatos inter-empresas. 2) Aplicación del Convenio N° 87 sobre Libertad Sindical y Protección de Derecho de Sindicalización, ya ratificado por el Congreso Nacional, el que incluye el derecho efectivo a huelga, es decir, fin al reemplazo de trabajadores y al descuelgue. 3) Fortalecimiento del sindicato como sujeto de negociación colectiva, resguardando la titularidad del sindicato como único beneficiario sobre los derechos de la negociación colectiva, lo que conlleva a su vez el fin de los “grupos negociadores”. 4) Una normativa durante el proceso de negociación colectiva que asegure la obligatoriedad en el acceso oportuno de la organización sindical a la información financiera de la empresa. 5) Introducir modificaciones y simplificaciones en el procedimiento de negociación colectiva, de modo tal que se otorgue autonomía y capacidad a las partes, medida que favorecería la negociación de los sindicatos más pequeños. 6) Asimismo, se establece el compromiso de que el piso de la negociación colectiva esté dado por los derechos adquiridos en la negociación anterior. 7) Contar con un nuevo marco legal/laboral que se exprese en un Estatuto del Temporero y de la Actividad Agrícola de Temporada, que dé protección a los trabajadores y trabajadoras del mundo rural. Reajuste del salario mínimo alcanzando la meta de $250.00 en la mitad del próximo gobierno, pero estableciendo desde ya una instancia tripartita que busque mediante informe público, la fijación de un nuevo criterio de reajuste salarial. 9) Incrementar los recursos y coberturas en materia de fiscalización por parte de la Dirección del Trabajo para el cumplimento de la norma laboral, dotándola de mayores atribuciones y capacidades técnicas, potenciando sus especialidad en temáticas de género. 10) Implementación de distintos mecanismos que comprometen al Estado en el fortalecimiento y desarrollo sindical principalmente de mujeres y jóvenes. 11) Y la implementación de una Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.

En cuanto a los trabajadores del Sector Público, el Programa plantea evaluar mecanismos de negociación colectiva para todos los trabajadores de la administración del Estado (empleados públicos), con las particularidades propias de cada sector. Asimismo, se plantea mejorar las condiciones contractuales del personal a contrata y honorarios.

Todas estas medidas plantean una profunda y amplia modernización del Estado con énfasis en los derechos laborales, lo que por el carácter del gobierno de Nueva Mayoría deberá ser con y para los trabajadores, lo que demanda una alta capacidad de elaboración y de propuesta de las organizaciones sindicales.

Sistema Previsional.

La Nueva Mayoría no ha logrado coincidir en una propuesta definitiva. La propuesta de AFP estatal es claramente insuficiente, aunque como se ha señalado puede jugar el papel de “empresa modelo” del sector y permitiría al Estado controlar una parte que puede llegar a ser significativa del ahorro nacional. Sin embargo, no logrará actuar de manera decisiva en elevar la rentabilidad de los fondos de pensiones ni la tasa de reemplazo. Nuestra propuesta como PC de vincular la suerte de los propietarios de las AFP con la de sus ahorrantes (ligar utilidades de las AFP a rentabilidad de los fondos administrados), si bien fue aceptada en la discusión programática, no figuró posteriormente entre las medidas anunciadas por la Candidata. En definitiva, el programa se está quedando con una ampliación importante de la PBS (pilar solidario focalizado) y una promesa de estudiar un nuevo sistema que supere las debilidades del actual (comisión de expertos nacionales e internacionales).

La Salud, la siguiente reforma de gran alcance

En materia de salud, el programa de MB define la salud como un derecho y lo consagra en la propuesta de Nueva Constitución. El diagnóstico y propuestas en salud es abordado por el programa en tres grandes ejes: déficits de especialidades médicas, infraestructura, y mejor gestión y mayor efectividad de la Atención Primaria (APS).

El programa define una inversión pública US$ 4.000 millones en infraestructura de 20 nuevos Hospitales, Centros de Salud Familiar (100), Centros Comunitarios de Salud Familiar (100) y Servicios de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolución (132), 200 camas críticas y 100 socio-sanitarias; Plan de recuperación de la Posta Central y un plan de mantención de unidades y del parque tecnológico de los principales centro hospitalarios, y 1900 nuevas ambulancias. Se propone un aumento de la cantidad de médicos en APS en 1000 a lo largo de todo el periodo presidencial, 4000 nuevos especialistas e incentivar el ingreso de 5000 médicos a los programas de formación. La creación del Fondo Nacional de Medicamentos y del Fondo Especial de Medicamentos de Alto Costo. Ampliación de programas de salud bucal para mujeres, niños de 2 a 5 años, jóvenes de 4º EM, y población adulta. Y finalmente se convocará a equipo de expertos que proponga Ley de ISAPRES nueva.

Las medidas anteriores aumentan y fortalecen el sector público de salud, con lo que podría disminuir la alta transferencia a privados para resolver los déficits de cobertura y recursos en la salud pública. La prioridad en infraestructura y profesionales médicos del Plan Nacional de Salud 2014 – 2018 busca avanzar en la mayor cobertura de los problemas no atendidos a tiempo hoy en salud hospitalaria y APS. Sin embargo mientras se construyen los hospitales comprometidos habrá una tensión entre la búsqueda de mejor gestión dentro del sistema público de salud y la transferencia de recursos públicos a la infraestructura privada. Es en este punto que se deberá trabajar con los diversos sectores involucrados para inclinar la balanza al fortalecimiento de la gestión y sistema público.

Otras tensiones que pueden estar presentes en la implementación del programa es la conformación de los Fondos de Medicamento General y de Alto Costo, si no se coloca en debate el monopolio de los laboratorios en la oferta de medicamentos. Pudiera darse la paradoja de tener un fondo enteramente gratuito inclusive, y los laboratorios sostener prácticas de colusión en precios para hacer gastar más al Estado.

Equidad de Género y libertades individuales
En el plano de la igualdad y no discriminación de género y de corregir la situación de las mujeres en la sociedad, el programa de la Nueva Mayoría avanza tanto en el diagnóstico como en las propuestas a implementar. De ahí que los y las comunistas podemos decir que la gran mayoría de nuestras propuestas que le entregáramos a la candidata MB están reflejadas en el sentido y forma de la nueva agenda de género que impulsará su gobierno.

Como otros aspectos del Programa es importante que esta agenda de género encuentre su reflejo en la Nueva Constitución.

La nueva agenda de género se basará en los derechos, igualdad y autonomía de las mujeres, de ahí que propone una institucionalidad de mayor rango, como el Ministerio de la Mujer. El programa avanza en la concepción de corresponsabilidad entre Estado, sociedad, empleadores(as), hombres y mujeres, reflejado en propuestas de modificación derecho a salas cunas y jardín infantil para padres y madres trabajadoras, el diseño e implementación de un sistema nacional de cuidado de adultos mayores, necesidades especiales y niños(as). A su vez, permite dotar de condiciones reales de autonomía para enfrentar el mundo del trabajo por parte de las mujeres.

En materia de violencia profundiza políticas preventivas, y de acogida a mujeres víctimas, crea un registro único de casos de violencia contra las mujeres y femicidios, avanzará en la especialización de fiscales y jueces, y modificará la ley de Violencia Intrafamiliar (que invisibiliza la violencia contra la mujer, y sólo la reduce al contexto doméstico) incorporando todo tipo de violencia de género y en todo ámbito.

Sobre derechos sexuales y reproductivos, se pronuncia por legislar sobre estos derechos, incorporando la educación sexual laica y humanista, asegurar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, con disponibilidad efectiva de métodos anticonceptivos incluida la PAE, y “despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo en caso de peligro de la vida de la madre, violación o inviabilidad del feto. Queda sí la inquietud en relación al no pronunciamiento sobre la despenalización de la mujer que aborta (tema propuesto, y que no es un detalle en tanto en el gobierno de Piñera se persiguió y detuvo sólo en el año 2012 a más de 30 mujeres).

El programa de la NM también abre la discusión sobre el matrimonio igualitario, que al igual que la temática de la interrupción del embarazo, debiera implicar para el partido y la NM una articulación con las organizaciones sociales y sectoriales muy estrecha, en tanto la promesa de discusión no garantiza envío de proyecto ley y aprobación del mismo, y por tanto esto será un tema que se deberá evaluarse permanente en función de la correlación de fuerzas que se cree.

Defensa Nacional

En la propuesta de Nueva Constitución que figura en el Programa, se lee que: “las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública serán instituciones esencialmente obedientes al poder constitucional, no deliberantes, disciplinadas y partícipes del desarrollo del país a nivel nacional y regional. Las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública tendrán el monopolio instrumental de la fuerza coactiva. Tendrán como fines la defensa nacional, la seguridad y el orden público, según sea el caso, con pleno respeto de los derechos humanos, del medio ambiente y los recursos nacionales estratégicos de la nación” Se recupera de este modo (y se amplía y enriquece) la concepción presente en el ideario “constitucionalista”, que inspiró el accionar dominante en las FFAA durante un largo período previo al golpe de 1973. Una concepción vinculada a definiciones ya presentes en la Constitución de 1925. No debemos olvidar que fue precisamente el General Carlos Prats – el exponente más destacado del “constitucionalismo” militar – quién señalara con meridiana claridad en 1972 que, respecto de la doctrina militar del Ejército, que “una nueva Carta Fundamental debiera precisar su misión permanente de garantizar la soberanía nacional en el ámbito geo económico y su misión eventual de participar en el resguardo del orden interior, todo ello sujeto a las directivas del Poder Ejecutivo”.

El Programa se concentra en otros aspectos sustantivos de la Defensa Nacional, que se sintetizan en lo siguiente:
“la política de Defensa Nacional tendrá como objetivo principal de mediano y largo plazo, generar una Comunidad de Seguridad en América del Sur que garantice la paz y elimine definitivamente la amenaza de la guerra, siendo el Consejo de Defensa de UNASUR la institución para avanzar en esta materia”.

“Se profundizará con fuerza el proceso ya tan avanzado de diálogo, cooperación e integración con Argentina y se extenderá a Perú; y en la medida en que los objetivos de tal política se materialicen, se podrá revisar el concepto de disuasión, y avanzar hacia un nuevo concepto de política de defensa centrado en la cooperación mutua, la integración y el diálogo. Con Bolivia lo fundamental será retomar el camino del diálogo, iniciado en 1999, y el clima de confianza mutua conseguido durante el período 2006-2010. La plena normalización de las relaciones con Bolivia es un objetivo al que aspiramos”.

“Asimismo, buscaremos dar pasos significativos para la proyección de las relaciones entre América del Sur y el Asia Pacífico”.

Vital asunto de la Energía.

El diagnóstico energético del país y las opciones de superación de la crisis que se avecina han ocupado parte importante de las discusiones políticas durante los meses recientes, sea a nivel de encuentros políticos, ciudadanos o empresariales. La elevación del precio de la energía utilizada en la industria extractiva y de manufactura es ya una amenaza que afecta la competitividad de un país que descansa su crecimiento en la actividad exportadora.

La Presidenta Electa se ha referido a varios asuntos centrales que serían parte de su estrategia energética:

1) En el corto plazo, medidas para fortalecer institucionalidad y de racionalización, así como para mejorar la eficiencia energética.

2) Redefinición de matriz de generación (una de las 50 medidas de los primeros 100 días)

3) Papel relevante del Estado en la necesaria Interconexión entre los actuales subsistemas SIC y SING (la energía del SIC es más cara que la del SING)

4) Promesa 30/30, es decir alcanzar el año 2030 el 30% de la generación con energías renovables no convencionales (excluye hidroeléctricas de grandes embalses)

5) Potenciamiento de las posibilidades de utilización de GNL, incluso reemplazando con este combustible a otros más contaminantes, allí donde sea posible

6) Papel de la ENAP como Empresa del Estado en ese potenciamiento del GNL, y en el aprovechamiento de recursos geotérmicos.

Con todo, el asunto principal en juego es el del papel del Estado en este vital sector de la economía y la sociedad, cuya influencia es necesario fortalecer ante las falencias que ha exhibido el sector privado tanto presentando como ejecutando sus proyectos energéticos, lo que sumado a la débil institucionalidad y a la ausencia de procesos participativos reales, ha terminado por judicializar toda la discusión.

Los especialistas estiman necesaria la planificación con, por supuesto, ordenamiento territorial, evaluación ambiental estratégica, recursos y cambios en la ley.

En este ordenamiento el Estado debe jugar un rol central en la definición, regulación y operación del sector. Una sólida institucionalidad, que no debiese excluir la existencia de una Empresa Nacional de Energía, debe velar por el aprovechamiento racional de los recursos del país, definiendo la matriz generadora, pero también planificando el desarrollo desde el nivel de ordenamiento territorial al de la ejecución de los proyectos y luego controlando la correcta operación del sistema en calidad de suministro y precios. Todo ello sin renunciar a la posibilidad de que el Estado participe directamente en la generación y distribución.

El programa contiene una serie de otros temas, entre ellos los referentes a infraestructura, pueblos originarios, discapacidad, adultos mayores, etc. que sería largo tratar en este informe. Indudablemente quedan asuntos por aclarar y seguramente establecer la manera más eficaz de su cumplimiento. Pero de cualquier manera, es el programa que debemos llevar adelante y nuestro papel será contribuir a esclarecer, a precisar y a fortalecer su contenido. Una actitud distinta será cometer un profundo error.

En todo caso será conveniente realizar un nuevo Pleno del CC en marzo o abril que tome específicamente el tema del cumplimiento del programa y junto con ello el fortalecimiento del partido, su crecimiento y desarrollo ideológico para enfrentar el período y las desafíos presentes y futuros.

Las tareas que asumimos si damos el trascendental paso de ingresar al gobierno significan una alta responsabilidad y un compromiso de una envergadura no fácil de asimilar aún. Cada militante comunista y con mayor razón los cuadros de dirección nacional e intermedia deben conocer a fondo el programa y hacerlo suyo, difundirlo y buscar la comprensión y el apoyo para su cumplimiento. Sabemos, por experiencia histórica, que debemos precavernos de tres fenómenos que pueden darse, uno el de su aceleración a marcha forzada de su cumplimiento lo que finalmente agota sus posibilidades de concretización real, dos su ralentización y menoscabo a través del consenso o la morigeración de sus objetivos por presión de intereses corporativos y la tercera precaución tiene que ver con la vieja receta, pero siempre actual de que nunca hay que perder de vista ni menospreciar a las masas. El cumplimiento del programa es también un asunto de masas, de millones, los mismos que acudieron a las urnas dándole su aprobación, debemos actuar junto a ellas.

Hoy más que en otros momentos el Partido debe acentuar su trabajo colectivo, en las decisiones, ante la opinión pública, en el quehacer diario.

Algunos, cada vez menos, pero en especial desde la derecha, nos han querido fustigar y anular ante cualquier pretensión de participar en el gobierno. Apelan a nuestra posible falta de lealtad. Hemos estado dos veces en el gobierno, una con G. González Videla, que inventó una truculenta historia sobre los comunistas para justificar sus compromisos con el imperialismo norteamericano y su apetito sobre nuestras riquezas básicas, dejándonos fuera de la ley. A lo más, la única acusación ajustada a la verdad era nuestra lealtad con los trabajadores y sus movilizaciones, en especial los trabajadores del carbón.

Luego con Salvador Allende, nunca se ha escuchado una crítica sobre la relación del PC con el Presidente y su gobierno, al contrario, se destaca la lealtad del PC.

La otra fuente de inspiración es la política internacional del PC, desde luego adulterada y descontextualizada de tiempo y lugar, apelando a la ignorancia y la unilateralidad de los análisis que casi siempre provienen de una matriz extranjera, repetida por personeros políticos o medios de comunicación.

En materia de política exterior, nuestro partido va a apoyar lo signado en el Programa, que se refiere a políticas de Estado y no creo que estas vayan a ser las de intervenir para desestabilizar a gobiernos de otros estados, en especial de América Latina, esperamos prime una política de integración y buenas relaciones.

Se especula que es imposible que tenga éxito un gobierno en que estén juntos democristianos y comunistas. Lo único que podemos decir es tratemos de construir lo imposible, que ya se ve que no es tan imposible y que solo puede ir en beneficio de cumplir con el programa.

Si los comunistas participamos del gobierno lo haremos con lealtad, todo nuestro esfuerzo estará dirigido a cumplir con el programa y quienes nos representen tendrán que atenerse a las normas de probidad del partido, al no aprovechamiento personal del cargo y quienes reciban sueldo del Estado por cumplir un cargo de gobierno deben comprometerse con una disposición de larga data, parte de ese sueldo debe ir al partido para su fortalecimiento.

Compañeras y compañeros:

Este Pleno ha sido convocado para tomar una decisión trascendental. Si el CC así lo acuerda, efectivamente estaremos dando un paso histórico. Después de 41 años el Partido Comunista de Chile asumirá de nuevo posiciones de gobierno con un claro compromiso programático. No estaríamos en esta discusión si no fuera por el esfuerzo de miles de compatriotas que se la han jugado por dar vida a este nuevo momento político y entre ellos por cierto nuestros militantes y amigas y amigos del partido y la juventud comunista a quienes saludamos por su esfuerzo y entrega que han jugado un papel trascendente. Y sepan que no defraudaremos a quienes confían en nosotros, sabemos que de nuevo muchos ojos estarán puestos en Chile, el país del socialismo de Salvador Allende, el de la lucha heroica contra la dictadura y hoy un país que busca reencontrarse con su historia de luchas y transformaciones en beneficio de la mayoría.

Hagamos honor a nuestra propia historia, a los nuestros que han quedado en el camino de la lucha, pero que siempre estarán con nosotros, a quienes nos han prestado su solidaridad desde dentro y fuera de Chile y que nos desean éxito.

domingo, 16 de febrero de 2014

CARACAS DESBORDA ALEGRÍA POR LA PAZ Y CONTRA EL FASCISMO

CARACAS.— La avenida Bolívar de Caracas se encuentra repleta de fuerzas revolucionarias que con alegría promueven la paz, la solidaridad y el amor por la patria.

La movilización también se realiza para repudiar la violencia que durante los últimos días han desatado sectores fascistas, impulsados por miembros de la derecha, para desestabilizar el país y luego dar un golpe de Estado.

Niños juegan voleibol, jóvenes baloncesto, otros practican con una máquina de bateo, mientras otros cantan y escuchan agrupaciones musicales, todos en un sano y pacífico compartir.

"Estamos aquí, la juventud cree y defiende la paz, la violencia no es el camino. Debe haber respeto; ellos responde a planes golpistas", expresó el joven estudiante Ifraín Bastardo, desde Plaza Venezuela, donde se escucha la música revolucionaria que anima la movilización que culminará en la avenida Bolívar.

Los hechos violentos generados por grupos de choque de la derecha esta semana, con fines conspirativos, ocasionaron cuantiosos daño materiales, causaron tres muertes y dejaron 66 personas heridas.

"Nuestro presidente Maduro nos ha convocado a esta marcha para decirles a esos sectores fascistas que nosotros, desde aquí, creemos que el camino es la paz y el amor. La juventud demuestra hoy el sentimiento patrio, tal como nos enseñó Chávez", añadió el joven de 25 años de edad, militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

"Aquí está una juventud rebelde pero con acción, conciencia e ideología chavista", expresó Jorge Delgado, estudiante que se trasladó a Caracas desde el municipio José Félix Ribas de Guárico.

Señaló que la juventud revolucionaria se identifica con José Félix Ribas, el vencedor de la batalla de la Victoria en febrero de 1814, donde derrotó a las fuerzas conservadoras.

A su voz se unió la de Anthony Vargas, proveniente de Yaracuy, quien dijo que "aquí está la juventud que realmente apoya la paz, que hace el llamado al pueblo venezolano para que nos unamos".

Agregó que ante las acciones violentas de grupos fascistas, los jóvenes seguirán "dando la batalla en la calle el tiempo que sea necesario para demostrar que la revolución continúa".

David Paria, de Guárico, invitó a los grupos violentos a deponer sus acciones y unirse a la juventud revolucionaria. "Depongan la violencia, depongan las armas, aquí está una juventud con ganas de trabajar", enfatizó.

También Betulio Reyes, proveniente del estado Cojedes, manifestó que "pueblo y Gobierno promovemos la paz, la tranquilidad, la unidad y la alegría, esos son nuestros factores que nos mueven".

Reyes lamentó que la derecha haya tomado el camino de la violencia y la desestabilización. "Esto forma parte de un plan de desestabilización, un plan que ya practicaron en el año 2002 cuando ejecutaron un golpe de Estado. Busca desequilibrar la institucionalidad del país y quebrar la moral del pueblo venezolano"

FUENTE : DIARIO GRANMA ( CUBA )

EDUCA -TV . DOLORES IBÁRRURI GÓMEZ ( LA PASIONARIA )

viernes, 14 de febrero de 2014

EL PCCH SOLIDARIZA CON EL PUEBLO VENEZOLANO FRENTE A LA SEDICIÓN GOLPISTA :

Consultado por la cadena televisiva Telesur sobre la asonada golpista en Venezuela, el diputado y secretario general del Partido Comunista de Chile, Lautaro Carmona, manifestó: “Me parece un hecho muy preocupante desde el punto de vista de hasta dónde está dispuesta a llegar la sedición con tal de lograr sus objetivos”.

“No tienen ningún miramiento en lo que son los intereses de los trabajadores, del pueblo en general que es el que ha cambiado su vida, desde la instalación del gobierno encabezado por el Presidente Hugo Chávez -ahora por el Presidente Nicolás Maduro- en una real revolución democrática bolivariana que ha puesto en el centro precisamente el desarrollo del país en beneficio de su gente, pero aquí hay intereses mayores”.

“Quienes conocimos de cerca lo que fue la sedición, la conspiración, las campañas de desestabilización del gobierno popular de Salvador Allende, asociamos indirectamente la campaña de acaparamiento ilegal -y por tanto el desabastecimiento- de los productos de consumo popular, como algo que busca, desde la perspectiva de la guerra psicológica, exasperar los ánimos, crear una condición que al final alguna gente sana, pero equivocada, diga: “aquí cualquier cosa sirve, incluyendo romper la democracia, romper la institucionalidad , si es para resolver los problemas de la vida cotidiana”. (Esa gente) no alcanzan a tomar nota de que se trata de un plan global, de un plan de desestabilización que viene desde el imperio norteamericano incluyendo por cierto con los capitales nacionales para impedir que siga avanzando un proceso que estableciera el legado del Presidente Hugo Chávez”.

“Eso es lo que está cursando, de por medio hay vidas humanas que se pierden, porque a ese clima le hace que haya conmoción, que hayan conclusiones extremas. Creo que el Presidente Maduro hace bien en apelar a todo el peso de la institucionalidad que ha construido la soberanía democrática de Venezuela bolivariana y advertir que no están dispuestos a aceptar que se repita otra vez en el continente una experiencia como la que sufrió nuestro país. Porque a pasado el tiempo, los pueblos se han empoderado mucho mas, hay más claridad de cuáles son sus intereses y cuenta con ese amplísimo respaldo.

“ Estoy hablando de un proceso que ha sido sometido, como nunca, a todas las condiciones de soberanía ciudadana a través del voto y cada vez que eso ha ocurrido, han ratificado el camino que ellos mismos han hecho por opción. Entonces, mi palabra solidaria, desde mi condición de parlamentario y también del Partido Comunista, representando al pueblo chileno, no sólo a los comunistas, que vemos dentro de este país voces interesadas que tienen un solo fin: buscar instalar en el continente gobiernos que sean a la medida del proyecto neoliberal y que se suman a lo que es la sedición venezolana contra el gobierno establecido”, concluyó Lautaro Carmona.

FUENTE : PRENSA PCCH

DECLARACION DE LAS JJCC DE CHILE ANTE LA SITUACIÓN EN VENEZUELA

Ante los hechos que están acaeciendo en la hermana República Bolivariana de Venezuela, las Juventudes Comunistas de Chile JJCC hacemos manifiesto nuestro más enfático respaldo al Presidente Nicolás Maduro, electo constitucional y democráticamente por la soberanía popular, a la amplia mayoría legislativa constituida por el Gran Polo Patriótico y nuestra solidaridad con todo el pueblo venezolano.

Manifestamos a la opinión pública nacional e internacional que las acciones acometidas en el transcurso de las movilizaciones del día 12 de febrero, no se circunscriben solo en legítimas protestas de sectores opositores. Las declaraciones sediciosas y tendientes al magnicidio emitidas por miembros de la oposición como Leopoldo López; las recientes giras realizadas por Henrique Capriles en Estados Unidos y en los organismos miembros de la troika europea; el progresivo boicot económico perpetrado por sectores del gran empresariado nacional y trasnacional como Toyota; la clara convergencia discursiva del gran oligopolio mediático latinoamericano representado en Chile por el Consorcio COPESA; y el público asesinato de ciudadanos constituyen acciones que buscan generar un clima de descontento social y de desestabilización institucional que permita generar las condiciones para implementar el plan golpista del gobierno estadounidense con los sectores fascistas de la oposición venezolana, para detener el proyecto bolivariano.

Dicha articulación se debe a la imposibilidad de revocar el mandato constitucional del Presidente Maduro por la vía democrática, el cual encabeza un bloque político que ha triunfado amplia y legítimamente en la gran mayoría de las elecciones, elecciones además reconocidas por su eficiencia y transparencia por diversos organismos internacionales como Naciones Unidas y la Fundación Carter.

Nos plegamos al llamado de nuestras juventudes hermanas en Venezuela para que todas las fuerzas juveniles revolucionarias permanezcan alertas, vigilantes y combativas en defensa del proceso de Revolución Bolivariana por la vía de su profundización, sin caer en provocaciones.

Hacemos un llamado a la comunidad internacional, los organismos de integración regional como UNASUR y CELAC, y al Gobierno de Chile a respaldar al Gobierno Constitucional y Soberano y abrir puentes para la paz y la convivencia democrática en el país. A su vez, convocamos a las organizaciones sociales y a la ciudadanía en general a solidarizar con un proceso que ha elevado enormemente la dignidad y las condiciones de existencia del pueblo venezolano, además de impulsar con convicción la integración de la Patria Grande.

Comité Central
Juventudes Comunistas de Chile

jueves, 13 de febrero de 2014

" LA VERDAD TENDRA SU HORA "

El próximo 11 de marzo, nuestro país habrá dado un gran paso hacia una mejor democracia, la que deberá expresarse en los derechos cívicos y la vigencia de las libertades públicas, así como en mejores niveles de vida por la vía de políticas que restituyan los derechos de los trabajadores. Esto, como parte del programa comprometido con la ciudadanía durante la campaña presidencial y parlamentaria reciente.

Junto a las demandas “materiales” esgrimidas por cientos de miles a lo largo del país en los últimos tiempos, están aquellas que, como la plena vigencia de los derechos humanos, conforman ese capítulo vital que tiene que ver así como con la verdad y la justicia, con la propia dignidad de Chile como nación.

Recientes acontecimientos reponen con inusitada fuerza el debate sobre la impunidad y la responsabilidad de un segmento importante de la llamada “clase política”: aquella que, vestida o no de uniforme, protagonizó las más despiadadas persecuciones contra cientos de miles de chilenos durante la prolongada tiniebla de la dictadura.

La verdad se abre paso, y ello es digno de destacar. Pero también es urgente demandar de quienes son depositarios de la verdad de ese período siniestro, ya sea como actores directos o encubridores –los “activos” y los “pasivos”- la renuncia a los “pactos de silencio” que comprometen el cada vez más relativo honor y dudoso prestigio de las instituciones armadas.

Deseable sería, a la vez, que aquellos que se atribuyen roles de severos guardianes de la democracia y los derechos humanos cuando de regímenes que se alejan de las lógicas neoliberales se trata, se miraran al espejo de la realidad y, al menos, guardaran el silencio decoroso al que sus culpas los invitan, como le aconsejaba a su adversario un notorio protagonista de los días de la Revolución Francesa: “trate de merecer el olvido”.

Quiénes son y dónde están, es algo que todo el país conoce. Algunos, por cierto, aún están ocultos, pero muchos gozan de altas protecciones y disfrutan de beneficios que ningún tribunal en el mundo les reconocería. Desgraciadamente, la constancia de tales conductas inmorales e ilegítimas se enfrenta con un silencio no menos cómplice de altas esferas civiles y militares.

La explicitación de la barbarie, la justificación de “la tortura como método”, impacta en los últimos días y sólo pueden refugiarse en la indiferencia quienes se saben culpables por acción, material o intelectual. Ya no es posible refugiarse en “yo vivía en una burbuja”, “yo miraba para otro lado”, “yo nunca creí lo que decían los enemigos del país”.

Nadie podría, razonablemente, extender las responsabilidades a cada uno de los integrantes del minoritario grupo social desde el que salieron los autores de los planes macabros y sus ejecutores más notorios. Pero tampoco es aceptable que solidaridades mal entendidas pretendan cubrir con el amparo del dinero y “las altas relaciones” aquellas culpas que la simple sanidad pública exige sancionar con todo el peso de la ley.

El país está a la espera…

FUENTE : EDITORIAL DE " EL SIGLO "

miércoles, 12 de febrero de 2014

REVOLUCIÓN , CULTURA Y MARXISMO :

Estoy muy impresionado por la presencia del marxismo en el tema que me piden ustedes. Las palabras “cultura” y “revolución” forman parte del lenguaje corriente, pero el marxismo ha estado casi ausente en Cuba durante mucho tiempo. Es una señal muy importante, a mi juicio, que ustedes lo incluyan en sus búsquedas. Hablaré poco de marxismo en esta intervención, pero en realidad en casi toda ella estaré apelando al marxismo, o en diálogo con él.

Es imprescindible conocer y manejar conceptualmente las nociones de revolución, cultura y marxismo, con dos fines básicos, por lo menos: que la conciencia pueda recuperar terrenos que hemos perdido y se vuelva más capaz ante los retos actuales; y trabajar concretamente con esos conceptos y con los valores a los que ellos pueden ser referidos, tanto en el campo específico que nos toca en cada sector como en las dimensiones más generales de la sociedad, las cuales es ineludible abordar y conocer.

Hoy es cuestión de vida o muerte para la Revolución que nosotros aprendamos a pensar, situarnos, valorar y asumir criterios propios; a comprender el movimiento en su conjunto, como pedía Carlos Marx en el Manifiesto Comunista. El compañero Raúl planteó la necesidad de articular y desarrollar un pensamiento propio en su discurso del día 1º en Santiago, reclamo que resulta providencial para nuestro tema.

Debo ser selectivo, aludir a cuestiones que debería exponer en detalle, e incluso ser parcial y omiso. Mi propósito es instigarlos a que sostengamos un diálogo a partir de esta intervención, y alentarlos a que estudien cada vez más. Por las características del asunto que nos reúne resulta imprescindible incluir la dimensión histórica en el análisis; por consiguiente, abordaré elementos que considero esenciales del proceso iniciado en 1959, aunque, como es natural, la actualidad tendrá un lugar principal en nuestro encuentro. Solo insisto en que debemos apoderarnos de la historia del proceso de este medio siglo –que, desgraciadamente, es muy poco conocida–, porque sin ella no se puede pensar bien el presente ni proyectar bien el futuro.

Después de 1945, el capitalismo mundial se vio precisado a realizar cambios y reajustes realmente importantes en su sistema, que se vieron facilitados por el predominio a escala mundial de Estados Unidos en el seno del capitalismo. Su naturaleza, historia, medios y modos de actuar eran más aptos para la nueva transformación que los de los poderes europeos, además de no cargar con el pesado fardo histórico del viejo colonialismo, ni el más reciente del fascismo. Es fundamental para nuestro tema tener en cuenta uno de esos cambios: el gran proceso de democratización de los consumos culturales que emprendió el capitalismo, un instrumento que ha tenido un valor grande y creciente en las reformulaciones de su hegemonía.

Por su parte, los demás países independientes que se modernizaban y los nuevos Estados que se constituían a partir de la terminación de los sistemas coloniales se encontraron ante dos necesidades muy difíciles de separar: asumir una cultura que tenía una tendencia cada vez más universalizante, a la vez que defenderse de los efectos desarmantes sobre las culturas propias y de dominio extranjero que aquella portaba. Sin olvidar la gama extraordinaria de especificidades e identidades que albergan estos países –que en numerosos casos u oportunidades se ha vuelto decisiva–, resolver bien ese desafío ha seguido siendo crucial hasta el día de hoy.

También después de 1945 sucedieron revoluciones de liberación nacional profundas y consecuentes en varios países del que comenzaban a llamar Tercer Mundo, las cuales animaron la formación de un nuevo campo ideológico revolucionario e influyeron en un arco afroasiático de posiciones políticas que aspiraban a ser independientes de la influencia de las grandes potencias.

El socialismo y el marxismo habían sufrido un estancamiento en su centro mundial, desde el trágico final del proceso revolucionario bolchevique en la Unión Soviética durante los años treinta. Pero aquel país emergió triunfante de la prueba mortal de la Segunda Guerra Mundial, y su peso decisivo en la victoria sobre el fascismo alemán le aportó un inmenso prestigio, potencialmente extensible al socialismo. Sucedió entonces un segundo desencuentro funesto para la universalización del socialismo revolucionario marxista en el siglo XX, entre lo que podía ser su motor e influencia principales y los movimientos y las ideas de liberación de los pueblos del mundo que el capitalismo había sojuzgado.[2]

Después de 1953, la URSS no logró ir más allá en cuanto a cambios que algunos reajustes en su sistema, en el del campo que había constituido con varios países europeos y en el conjunto de organizaciones políticas que lideraba a escala mundial. Pero se convirtió en el rival geopolítico mundial de Estados Unidos, y en ese carácter constituyó un factor favorable para el llamado Tercer Mundo, en formas y medidas diversas.

La incapacidad de continuar desarrollando una nueva cultura, diferente y no solamente opuesta al capitalismo, tarea ciclópea iniciada por la Revolución bolchevique, y la apelación cada vez mayor a elementos de la cultura del capitalismo, fueron decisivas en el proceso histórico de la Unión Soviética. Todo el que pretenda situarse bien como socialista en la actualidad está obligado a estudiar aquel proceso.

Menciono al menos que desde los años veinte las experiencias de resistencias, rebeldías y organizaciones habían producido intentos prácticos y cuerpos de ideas dirigidos al desarrollo del socialismo y el marxismo desde las realidades, las necesidades y los proyectos del mundo colonizado y neocolonizado. Su conjunto configura un acervo cultural revolucionario tan valioso como poco difundido y apreciado.

El triunfo de la Revolución cubana fue un evento formidable. En medio del Occidente burgués, al pie mismo de Estados Unidos, un pequeño país inauguró los famosos años sesenta en enero de 1959. Sus noticias, sus fotos, sus imágenes, conmovieron a América Latina y se expandieron por el mundo. El dirigente máximo del movimiento insurreccional y de la guerra revolucionaria, Fidel Castro, se convirtió en el líder supremo de la Revolución, conductor y radicalizador del proceso, educador político principal, artífice y símbolo de la unidad de los revolucionarios y del pueblo, y uno de los líderes políticos protagonistas en la escena internacional.

Para ilustrar lo que significó la Revolución en cuanto a cambios culturales en una multitud de terrenos, transformaciones que habían sido inconcebibles hasta aquel momento, me detengo un momento en el año 1961.

Aquel año es tan famoso y recordado por la campaña de alfabetización como por la batalla de Girón. La primera fue la vía para la multiplicación de los actores capacitados en el proceso de la Revolución: una masa enorme se apoderó de la palabra escrita y la esgrimió como una conquista de la sociedad liberada, se transformaron los datos esenciales de una parte enorme de la actividad cultural y de comunicación, y una primera generación de jovencitos tuvo su gesta revolucionaria posterior a 1958. La segunda fue la puesta en práctica del armamento general del pueblo que había preconizado Marx como requisito de las revoluciones proletarias, en una apoteosis de sangre y victoria que confirmó la capacidad de defenderse de la Revolución, bautizó al socialismo cubano y legitimó a las Milicias como su principal organización de masas.

En 1961 se hicieron palpables los desgarramientos que implicaba aquel proceso descomunal. Cincuenta y siete mil personas se marcharon por el aeropuerto de La Habana hacia Estados Unidos entre junio y agosto, mientras la disyuntiva heroica se expresaba en formas personales y familiares de rechazos y abandonos, o de nuevas razones de uniones más íntimas y fuertes. Entre los momentos estelares y los avatares cotidianos se desarrollaba una familia nueva, hermosa y enorme: la de las compañeras y los compañeros. Al mismo tiempo, se plasmaba una nueva unidad nacional que llegó a excluir de la condición de cubano a quienes se marchaban del país, y se emprendía –quizás demasiado pronto– un intento de organización política de la Revolución, fallido porque pretendió parecerse demasiado a la que regía en el campo europeo de la URSS.

La cubana fue una revolución socialista de liberación nacional, un tipo de revolución que no aparecía en el alud de textos de marxismo que llegaba a Cuba en esos años. Ese carácter le fue dado por la praxis consciente y organizada, primero de una minoría combatiente que se ganó el apoyo popular, y a partir del triunfo, de cientos de miles de personas que se concientizaban y organizaban, y de un consenso popular muy activo y muy decidido.

De ese modo, la Revolución rompió una y otra vez los límites de lo posible, y creó nuevas realidades. Por consiguiente, el hecho mismo de la Revolución, su fuerza y su pervivencia, no se explicaban por un requisito fijado por aquellos textos tan normativos: la obligada correspondencia entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción; más bien lo contradecían. Unir la liberación nacional y el socialismo fue un gran logro revolucionario que Cuba le aportó a la cultura del siglo XX, después de tantas décadas de intentos usualmente frustrados, discusiones estériles y conflictos que más de una vez llegaron a ser trágicos. El concepto de pueblo sirvió para comprender las luchas de clases y patrióticas que se necesitaban, y la acción del pueblo demostró su exactitud sobre el terreno.

En una sociedad con realidades y conciencia social referidas a lo mercantil y al dinero desde su primera gran expansión económica hace más de doscientos años, la política práctica y la conciencia política habían sido sumamente desarrolladas desde las revoluciones por la independencia –que violentaron el curso esperable de la evolución económica– y durante toda la época de la república burguesa neocolonial. En la etapa de los veinte años previos a la insurrección –la segunda república–, la sociedad civil y las dimensiones política e ideológica, con sus soluciones cívico-electorales para los problemas esenciales del país, sus organizaciones y su libertad de expresión, tenían mucho más desarrollo y expectativas que la formación económica burguesa neocolonizada. El resultado era un callejón sin salida.

La revolución liberó al país del poder de la burguesía y del imperialismo norteamericano, de hecho y en la dimensión de la hegemonía, mediante el recurso a desatar y multiplicar una y otra vez las fuerzas del pueblo y del poder revolucionario. Implantó la justicia social a fondo, sin temor y sin fronteras, y sometió a sucesivas destrucciones la división de la sociedad entre élites y masas.

A una escala y profundidad que no se habían soñado, se fueron creando una nueva conciencia y una nueva educación política. El cambio de la actitud ante el consumo –que era inducida y reforzada por extraordinarios aparatos de publicidad y marketing– fue realmente ejemplar. Cambió inclusive el sentido de los tiempos, cuando el presente se pobló de una multitud de acontecimientos, el pasado fue requerido para que apoyara a la lucha revolucionaria y revisado, y el futuro dejó de tener plazos cortos y efímeros para las mayorías, y se convirtió en un proyecto liberador muy trascendente que exigía, estimulaba y justificaba, digno de la entrega de los que no les alcanzaría la vida para verlo realizado.

La Revolución tuvo que emprender y llevar a cabo modernizaciones colosales en innumerables aspectos de la vida de las personas, las relaciones sociales y las instituciones, primero por perentorios actos de justicia, pero pronto, como consecuencia de las mismas expectativas que iba creando en una población que crecía sin cesar en capacidades y necesidades.

Pero para ser realmente socialista debía emprender al mismo tiempo la crítica del carácter burgués de la modernidad y de las relaciones y contradicciones que existen entre civilización y liberación. Fidel y el Che supieron comprender, actuar y divulgar en ese terreno complejo pero vital, y le abrieron un cauce formidable al radicalismo revolucionario que había planteado tan tempranamente José Martí. La primera revolución socialista autóctona de Occidente supo enfrentarse a todos los colonialismos.

La gigantesca transformación creó la necesidad de un pensamiento trascendente, razón mucho más válida que la asunción del socialismo para comprender el súbito predicamento que alcanzó la filosofía marxista en Cuba. Lo que vengo planteando –y otras cuestiones que no menciono– levantaba desafíos nunca vistos antes al pensamiento y exigía la construcción de una filosofía de la Revolución cubana.

Agrego solamente dos requisitos tremendos que confrontó desde el inicio el proceso de transición socialista: actuar, en lo fundamental, yendo más allá de la supuesta “etapa del desarrollo” en que se encontraba el país; y revolucionar una y otra vez las condiciones generales de la sociedad, las relaciones e instituciones principales, la actuación revolucionaria y la propia organización social. Estas dos necesidades siguen siendo condicionantes de la transición socialista hasta la actualidad.

La plena conciencia de ellas, y su expresión pública, caracterizó a la dirección revolucionaria. Por ejemplo, el Che dijo: “hemos sustituido la lucha viva de las clases por el poder del Estado en nombre del pueblo”. Concibió a la Revolución como un puesto de mando sobre una economía con apellido, puesta al servicio de los trabajadores y el pueblo al mismo tiempo que dirigida al desarrollo del país y a su defensa.

En la Cuba de los años sesenta existía la conciencia de que aquellas profundas transformaciones serían al mismo tiempo la premisa para desplegar procesos de liberaciones cada vez más profundas y abarcadoras, capaces de subvertir hasta sus propias creaciones previas, en busca de nuevas personas, una nueva sociedad y una nueva cultura.

La Revolución franqueó el acceso a un formidable avance de la conciencia que sería suicida olvidar: la certeza de que todas las sociedades que llaman modernas funcionan garantizando la reproducción general de las condiciones de existencia de la dominación de clase y la dominación nacional, y que ellas han sido y son suficientemente competentes y hábiles para reabsorber y reapropiarse procesos que durante una época fueron revolucionarios.

Después de las nacionalizaciones masivas y la batalla de Girón quedó claro y expreso que Cuba era socialista, pero al mismo tiempo se desplegaron serias diferencias y algunos conflictos dentro del campo de la Revolución, acerca de cuestiones fundamentales de la comprensión del socialismo. Todo el pensamiento existente en 1959, cuya riqueza, amplitud y diversidad es conveniente no olvidar, resultaba, sin embargo, insuficiente desde sus propios principios para enfrentar los nuevos retos. Por cierto, en condiciones muy diferentes, estamos hoy ante una insuficiencia análoga.

Había que poner el pensamiento a la altura de los hechos, de los problemas y de los proyectos, porque él debía ser un auxiliar imprescindible, un adelantado y un prefigurador. Sucedió entonces una colosal batalla de las ideas, que después fue sometida en su mayor parte al olvido y que está regresando, en buen momento, para ayudarnos a comprender bien de dónde venimos, qué somos y adónde podemos ir. El democratismo de los años cuarenta y cincuenta, que había contribuido mucho a formar ciudadanos más capaces y exigentes, no pudo encontrar su lugar en medio de la tormenta revolucionaria.

El socialismo del campo soviético no podía servirle al propósito liberador; el hecho de ser la URSS el principal aliado que tuvimos y el entusiasmo con que nos abalanzamos sobre el marxismo más bien fueron factores de confusión y perjuicio en los terrenos de la política y del pensamiento. La teoría de Marx, Engels y Lenin había sido reducida por el llamado comunismo a una ideología autoritaria destinada sobre todo a legitimar, obedecer, clasificar y juzgar.

Necesitábamos un marxismo creador y abierto, debatidor, que supiera asumir el anticolonialismo más radical, el internacionalismo en vez de la razón de Estado, un verdadero antimperialismo y la transformación sin fronteras de la persona y la sociedad socialista, como premisas militantes de un trabajo intelectual que fuera celoso de su autonomía y esencialmente crítico. Un marxismo que no se creyera el único pensamiento admisible, ni el juez de los demás.

“Pensar con cabeza propia”, entonces, no era una frase, sino una necesidad perentoria. Pero se trataba de un propósito muy difícil, porque el colonialismo mental resulta el más reacio a reconocerse, porta la enfermedad de la soberbia y la creencia en la civilización y la razón como entes superiores e inapelables. La educación sistemática convencional, y una gran parte de la que se adquiere por medios propios, es una formación para convertirse en un colonizado.

Asume formas groseras y formas sutiles. Hay modernizaciones que parecen aportar autonomía, cuando en realidad solamente “ponen al día” los sistemas de dominación. La colonización de las personas sobrevive a la terminación de la colonización territorial y logra perdurar después del cese de la dominación neocolonial. Es una oscura revancha, que un día se despoja de sus disfraces y pasa a reinar.

Sin embargo, la revolución verdadera todo lo puede, y en aquellos años se reunieron las grandes modernizaciones y el ansia de aprender con el cuestionamiento de las normas y las verdades establecidas, la entrega completa y la militancia abnegada con la actitud libertaria y la actuación rebelde, la polémica y el disenso dentro de la Revolución. En todo caso, estaba claro que el pensamiento determinante también tendría que ser nuevo. Por otra parte, para pensar con cabeza propia hay que tener instrumentos. Por eso, leer era una fiebre. Junto a las obras y las palabras de cubanos, una gran cantidad de textos y autores de otros países se consumían o se perseguían.

Es cierto que el dogma y el catecismo, el marxismo como un talismán o como una propiedad privada, seguían vivos y activos, y que cumplían funciones muy diversas, que iban desde darles confianza y seguridad en la victoria futura del socialismo y el comunismo a muchos revolucionarios hasta la de encadenar y empobrecer el pensamiento, imponer autoritarismos y neutralizar voluntades, bloquear iniciativas, crear sospechas, condenar los desacuerdos y, en el terreno intelectual, animar la erudición vacía, la intolerancia y las citas de autoridad. Pero esa doctrina había retrocedido mucho y había perdido legitimidad.

Quiero destacar que existía entonces un gran número de trabajos marxistas latinoamericanos muy valiosos, y seguían apareciendo sin cesar. Entre ellos hubo obras que aportaron mucho, y como marco de esa producción existía entre nosotros y en el continente un ambiente social, político y cultural en el que las nociones marxistas, o las que se le atribuían al marxismo, tenían un amplio espacio de aceptación o de manejo.

Los que tenían conocimientos de esa teoría o estaban adquiriéndolos buscaban, leían y discutían con entusiasmo a autores marxistas europeos, asiáticos y norteamericanos, pero con ánimo de volverse más capaces de utilizar el marxismo frente a sus propios problemas y de formular mejor sus propios proyectos y sus estrategias. La mayoría de los jóvenes no conoce la inmensa riqueza de la obra intelectual latinoamericana del tercer cuarto del siglo XX: se les ha privado de ella. Su rescate puede ayudar mucho a que sea posible enfrentar con éxito los desafíos actuales.

La que considero segunda etapa de la Revolución en el poder –de inicios de los años setenta al inicio de los noventa– fue sumamente contradictoria. Por una parte, registró grandes avances en la redistribución de la riqueza, el consumo personal y la calidad de la vida, con salarios reales superiores a los nominales, servicios de educación, salud y otros universales y gratuitos, y un gran desarrollo de la seguridad social.

El nivel educacional experimentó un salto gigantesco, quizás único en el mundo para un intervalo tan corto, y una gran parte de la población tuvo a su alcance grandes oportunidades de ascenso, aunque la movilidad social fue algo menor que en los años sesenta. Se lograron las mayores producciones azucareras de toda la historia del país, con un nivel alto de mecanización de la cosecha.

El internacionalismo, gran formador de altruismo y escuela superior de socialismo, se expandió y llegó a ser de masas. Pero, por otra parte, Cuba estableció una sujeción económica a la URSS como gran exportadora de azúcar crudo y níquel e importadora de alimentos, petróleo, vehículos y equipos, fórmula que aseguró el presente pero cerró puertas a la autosuficiencia alimentaria y a un desarrollo económico autónomo, a pesar del gran crecimiento de profesionales, técnicos y trabajadores calificados.

Se produjo una profunda burocratización de las instituciones y organizaciones de la Revolución, y la eliminación de los debates entre los revolucionarios. La ideología dominante en la URSS fue impuesta como el único y legítimo socialismo, y se copiaron parcialmente instituciones y políticas de aquel país. Como los rasgos esenciales del socialismo cubano se mantuvieron, el resultado fue híbrido y contradictorio. Un autoritarismo férreo se abatió sobre la dimensión ideológica y los medios de comunicación, sometidos a dura censura y a algo peor, la autocensura. El pensamiento social fue dogmatizado y empobrecido.

Predominaron las ideas civilizatorias sobre las de liberación socialistas. Aunque las características positivas de la etapa les restaban importancia, aparecieron privilegios e intereses de grupos, doble moral, oportunismo o indiferencia, y otros males diversos.

Desde mediados de los años ochenta, Fidel lanzó una campaña política e ideológica llamada de “rectificación de errores y tendencias negativas”, que trató cumplir esas tareas, recuperar el proyecto original de la Revolución en las nuevas condiciones, profundizar el socialismo y enfrentar a tiempo la fase final, que nuestro líder preveía, de la URSS y el llamado campo socialista. Pronto se desencadenaron aquellos eventos tan desastrosos e indecorosos, pero no pudieron arrastrar consigo a la Revolución cubana, que demostró así su especificidad y sus cualidades.

La maestría y la firmeza del líder y la abnegación y la sabiduría política del pueblo, unidos, impidieron la caída del socialismo cubano. Sin embargo, resultó inevitable la abrumadora crisis económica y de la calidad de la vida de los primeros años noventa, que precipitó el final de la segunda etapa de la Revolución en el poder y cambió los datos principales de la situación.

La gran acumulación cultural revolucionaria propia ha seguido siendo decisiva para el sistema cubano hasta hoy, aunque en buena parte lo es de otro modo. Pero en una medida muy grande y creciente, somos hijos de estos últimos veinte años.

Desde el inicio de la gran crisis la forma de gobierno tuvo que concentrar más el poder, y lo esencial de la política fue la cohesión firme entre ese poder y la mayoría del pueblo, que lo identificaba como el defensor del sistema de justicia social y transición socialista, y de la soberanía nacional. Así fue de hecho, pero no se desató una lucha ideológica que enfrentara el desprestigio mundial al que se estaba sometiendo al socialismo y reivindicara el socialismo cubano, y aunque pudieron expresarse públicamente criterios revolucionarios diferenciados, no se alentaron los debates que tanto necesitaba la nueva situación.

Porque desde esos primeros años noventa se pusieron en marcha importantes transformaciones de la vida, las relaciones sociales y las conciencias dentro de la sociedad cubana, que han erosionado una buena parte de la manera de vivir que conquistó el socialismo en Cuba, y de las representaciones y valores que le correspondían. Esos cambios han sido paulatinos durante más de veinte años, hasta hoy.

La ofensiva de Fidel al inicio del siglo XXI pretendió frenar desigualdades y reforzar al socialismo. Sin embargo, tuvo la insuficiencia grave de abandonar prácticamente la apelación a una divulgación política e ideológica que relacionara las medidas que se tomaban con las características socialistas que conservaba la mayor parte de la vida social y con la necesidad de defender y desarrollar el socialismo.

Dejó de existir un pensamiento estructurado que operara como fundamentación del socialismo en Cuba y, por consiguiente, se vieron perjudicadas las prácticas relacionadas con él en la política, la educación, los medios, la divulgación, la vida cotidiana. Esas dos ausencias se han ido instalando en la cultura cubana.

En la actualidad existe una gran franja cultural en el país que es ajena a la Revolución. Y dentro de la cultura cubana está instalado el rasgo constituido por una despolitización que al inicio –en los primeros noventa– contenía elementos de crítica política o de desilusión; después, ha buscado sus posturas y su legitimidad en la actividad individual, las profesiones, oficios y grupos de pertenencia, y también ha pretendido encontrar referentes en una supuesta tradición nacional, tornada aséptica y expurgado su enorme y tantas veces decisivo componente cívico y político.

En el período reciente, la despolitización es asumida por sectores de población con naturalidad y sin explicaciones.

Esa posición privilegia los asuntos personales y las relaciones familiares y de pequeños grupos, y suele creerse ajena a las militancias y las contaminaciones políticas. En unos, expresa el cansancio o la falta de interés en lo político; en otros, los afanes de la vida del hombre económico, aunque también se combinan las motivaciones. No hace política, pero desempeña, sin duda, funciones políticas: en un campo aparentemente inocuo ayuda a socavar las bases espirituales y morales del socialismo en Cuba.

Convive en paralelo con las convicciones políticas y las costumbres arraigadas durante el proceso iniciado en 1959, como conviven en paralelo en nuestra sociedad un enorme número de relaciones sociales, representaciones y valores socialistas y capitalistas, pero disimula como ninguno sus consecuencias antisocialistas y antirrevolucionarias. Podría llegar a formar parte de la formación de una ideología conservadora de clase media.

Es necesario conocer este proceso de despolitización, sus rasgos y sus tendencias, para actuar con eficiencia respecto a él. Por el componente reactivo que ha tenido, en relación con la politización extremada que rigió durante un largo período la vida del país –que podía llegar a ser agobiadora–, prefiero distinguir el apoliticismo respecto a otro proceso que en las últimas dos décadas ha registrado una expansión y un afianzamiento crecientes: la conservatización social.

Esta última tiene análogas características y consecuencias respecto a lo político y al antisocialismo, pero parece ser aún más neutra que la despolitización, como la portadora de modas, comportamientos, satisfacciones y normas que tienen su referente en algo que porta el aura de lo intemporal. En suma, como una “vuelta a la normalidad” de la sociedad.

La conservatización compite por ser la rectora de los valores y del buen gusto, de la imagen social y de los criterios, del juicio que cada quien se forme acerca de sí y de los demás, de la concepción del mundo y de la vida en nuestra sociedad. Este cáncer es pariente cercano de otro mal que nos corroe, de apariencia más moderna: el enorme consumo de productos culturales norteamericanos.

En 2011 escribí un texto acerca del enfrentamiento crucial que vive el mundo, en el que incluía, como es imprescindible, la guerra cultural mundial, estrategia principal del imperialismo en ese conflicto. Permítanme hacer una larga cita de ese texto, en aras de nuestro objetivo:

Cuba no está fuera de esa guerra: somos un objetivo especial de ella, porque los expulsamos de aquí y hemos resistido con éxito al imperialismo durante más de medio siglo. Ellos quieren restaurar en Cuba el capitalismo neocolonizado, y para nosotros no hay opciones intermedias.

Una entre otras tareas sería trabajar contra las formas cotidianas en que se siembra, difunde y sedimenta ese control, sobre todo las que parecen ajenas a lo político o ideológico, e inofensivas. Por ejemplo, a través del consumo de un alud interminable de materiales se intenta norteamericanizar a cientos de millones en todo el planeta, en cuanto a las imágenes, las percepciones y los sentimientos.

A veces tratan cuestiones políticas, con enfoques variados –aunque prima el conservatismo–, pero la proporción es ínfima en relación con las cuestiones no políticas. Lo decisivo es familiarizar y acostumbrar a compartir con simpatía las situaciones, el sentido común, los valores, los trajines diarios, los modelos de conducta, la bandera, las aventuras de una multitud de héroes, las ideas, los artistas famosos, los policías, la vida entera y el espíritu de Estados Unidos. Sin vivir allá ni aspirar a una tarjeta verde. Es suicida quien cree que esto es solamente un entretenimiento inocente para pasar ratos amables.

¿Qué es noticia al servicio de la dominación, para qué, cómo se trabaja, cuánto dura? En este campo tan crucial para la ideología coexisten los análisis espléndidos o rigurosos de especialistas, que lo muestran o explican muy bien, con el tratamiento que suele darse en la práctica a la información y la consecuente formación de opinión pública.

Se ven y se oyen materiales que constituyen propaganda imperialista acerca de los hechos que realizan contra los pueblos, sin hacerles ninguna crítica, o se repiten sus términos, como el que le llama “servicio internacional” a su ejército de ocupación de un país. No basta con hacer divulgación o propaganda antimperialistas, si ellas conviven con mensajes imperialistas y fórmulas confusionistas. (…)

No es posible ser ciego: están tratando de convertir en hechos naturales hasta sus mayores crímenes, en asunto de noticias sesgadas y empleo de palabras más o menos comedidas. Su apuesta es lograr que los activistas sociales y los intelectuales y artistas que son conscientes y se oponen queden solos y aislados en sus nichos, y sus productos sean consumos de minorías, mientras las mayorías conforman una corriente principal totalmente controlada por ellos. El apoliticismo y la conservatización de la vida social son fundamentales para el capitalismo actual.[3]

Es impresionante cuánto material que responde a esa campaña imperialista ocupa espacio en medios de comunicación que pertenecen al Estado cubano. Es vital crear conciencia acerca de esto, y sobre todo actuar en contra de algún modo que sea efectivo.

En general, el mundo de lo político y el de lo apolítico están viviendo en paralelo, con escasos conflictos y aparentemente sin generar cambios en la situación. Como esto no genera confrontaciones, podría parecer innecesario que quien se sienta revolucionario vea con alarma lo que sucede y actúe en consecuencia. Ese sería un error muy grave. En realidad, esa calmada convivencia solo contribuye a reforzar un proceso sumamente peligroso de desarme ideológico que está en marcha en nuestro país.

A contrapelo de lo anterior, en estos últimos años se ha producido un positivo aumento de la politización en sectores amplios de población, que pone parcialmente en acción el nivel tan extraordinario de conciencia política que posee el pueblo cubano. Emergen sectores no pequeños de jóvenes politizados o con deseo de estarlo, que rechazan el capitalismo. Una parte de ellos podría ir integrando una nueva intelectualidad revolucionaria. Ha crecido bastante la expresión pública de criterios diferentes dentro del cauce del socialismo, pero la socialización de un pensamiento que trate las cuestiones esenciales sigue sin ponerse a la orden del día.

Mientras, se han emprendido transformaciones que pueden ser decisivas respecto a la existencia misma del socialismo cubano, al mismo tiempo que continúan tendencias que vienen del curso de las últimas dos décadas. Se han tomado y se toman medidas económicas muy importantes sin que haya discusión desde una u otra posición en economía política, porque no se invoca ninguna.

Un pragmatismo descarnado es la regla, salpicado por algunas palabras que reiteran que lo que se hace es para el socialismo o en nombre de él. Existe un divorcio total entre las reflexiones críticas y las preocupaciones que expresan revolucionarios socialistas –entre los cuales hay cierto número de dirigentes–, por un lado, y por otro numerosas informaciones y trabajos de opinión que aparecen en medios que pertenecen al Estado, ciegos ante lo que les parece negativo o inconveniente, y aferrados a tópicos que ya no son y a otros que nunca fueron.

Una parte de los aparatos encargados de lo político, del Estado y de otras organizaciones e instituciones sociales, alberga numerosas deficiencias. Entre ellas están la indiferencia ante el deber de apoyar tanto las críticas justas como las iniciativas positivas de las personas conscientes, una inercia descomunal y el ocultamiento o la pasividad ante lo mal hecho. A muchos efectos, es como si hubiera dos países.

Cuba vive una pugna cultural crucial entre el capitalismo y el socialismo. Ella se libra de un modo pacífico que es ejemplar, pero lo que está en juego es la naturaleza del sistema y de la manera de vivir que han regido en este país desde 1959. Hoy tenemos enfrente dos riesgos: a) que no triunfe el socialismo; b) que en algún momento se rompan los equilibrios que rigen esa pugna.

El discurso del compañero Raúl el 1º de enero constituye también, a mi juicio, un llamado a que se plasme la ofensiva política socialista que es tan necesaria. El pueblo cubano ha ejercido la justicia social, la libertad, la solidaridad, el pensar con su propia cabeza, y se ha acostumbrado a hacerlo. A pesar de los enemigos, las insuficiencias y los errores, nos hemos vuelto más capaces de satisfacer las exigencias provenientes de las capacidades y los valores adquiridos por la humanidad durante el siglo XX que los pueblos de la mayor parte del mundo.

Para enfrentar con éxito la contienda cultural que está en curso me parece imprescindible hacer expresa, fortalecer y desarrollar la alianza entre un poder político que mantenga sus fuerzas y esté dispuesto a someterse a un proyecto socialista participativo que lo vaya convirtiendo en un poder popular, y la cultura, que es una dimensión descollante de la vida nacional y al mismo tiempo constituye un potencial capaz de ponerse en acto, si se trabaja en el campo cultural con una combinación de plan y de voluntad revolucionaria, y se eliminan serios obstáculos que confronta.

Esa alianza sería una de las fuerzas principales en una batalla que tendrá dos objetivos: impedir que las personas y la sociedad sean sometidas a un modo de vida y de organización social de explotación, injusticias sociales y cesiones de soberanía; y volver capaces a las personas y la sociedad de desplegar sus cualidades y sus capacidades para defender y desarrollar una sociedad solidaria y socialista.

No será suficiente la crítica más atinada y profunda. Para ser viables y para triunfar estamos obligados a crear una nueva cultura diferente y superior a la del capitalismo. Que logremos ser “cultos y políticos” al mismo tiempo y en las mismas personas será un avance fundamental, porque mostrará que nos estamos dotando de facultades y potencialidades para triunfar en la más difícil de las pruebas que existen en el mundo actual. Será también indicio y anuncio de un tiempo que tendrá que venir, en el que la política no “atenderá” a la cultura, sino que será una de las formas de la cultura.

Tengamos conciencia política del momento histórico en que vivimos y lo que se juega en él. Cada día somos más y adquirimos más conciencia, en esta hora de Cuba, y podemos ir condensando nuestras ideas, sentimientos y prácticas en la formación de un bloque intergeneracional. Entre innumerables tanteos, puede ser que estemos participando en las primeras etapas de la puesta en marcha, desde muchos lugares diferentes, de lo que mañana llegará a ser un nuevo bloque histórico.

Unas palabras finales acerca del pensamiento y del marxismo, como les prometí al inicio.

Resulta obvio que en Cuba es necesario y urgente un pensamiento que sea idóneo para analizar en toda su complejidad la situación actual y las tendencias que pugnan en ella, los instrumentos, las estrategias y tácticas, el rumbo a seguir y el proyecto.

Ese pensamiento es uno de los elementos indispensables para que se mantenga la manera de vivir que construimos con tantas creaciones y tantos esfuerzos y sacrificios, y lo haga del único modo que en última instancia le es posible al socialismo: mediante el despliegue de sus fuerzas propias y sus potencialidades, y la capacidad dialéctica de revolucionarse a sí mismo una y otra vez. Sería suicida suponer que un pragmatismo afortunado nos salvará: la sociedad socialista está obligada a ser intencionada, organizada y, si es posible, planeada. En la acera de enfrente, hasta el sentido común es burgués. Nosotros tenemos que combinar bien el realismo terco con la imaginación.

Necesitamos ser capaces de elaborar una economía política al servicio del socialismo para la Cuba actual y la previsible, y desarrollar en todos sus aspectos un pensamiento social crítico y aportador, capaz de participar con eficacia en la decisiva batalla cultural que se está librando. Ese pensamiento tendrá que ser socialista, es decir, superior a la mera reproducción esperable de la vida social, y si sabe utilizar el marxismo tendrá a su favor el instrumento más avanzado con que puede pensarse la liberación humana y social.

Entre el final de los años ochenta y los primeros noventa, el tiempo del proceso de rectificación, la gran crisis económica y el desprestigio mundial del socialismo, no solo naufragó en Cuba el mal llamado marxismo-leninismo: se produjo un alejamiento bastante generalizado de todo el marxismo. La historia de las dos décadas siguientes ha registrado una gran diversidad en ese campo. Minorías sumamente valiosas y esforzadas han estudiado, hecho docencia, expuesto, utilizado y publicado marxismo, en una labor de rescate y desarrollo muy difícil, porque en la mayor parte del sistema de enseñanza y de la divulgación que hacen algunos medios tiene en su contra el conservatismo, la rutina o la inercia, esta última un mal nacional actual que ya es comparable al burocratismo en su alcance nefasto.

El marxismo ha recibido muy escasa atención en el trabajo, el lenguaje y los medios políticos e ideológicos, y seguramente le ha parecido de mal gusto mencionarlo a los que no se arriesgan a nada que no se les oriente o les parezca aprobado previamente, y a las víctimas o los seguidores de la avalancha de productos culturales que padecemos, propagadores del modo de vida, los sentimientos, los valores y los pensamientos, de la cultura, en suma, del capitalismo.

Nos ha favorecido mucho el soplo de aire fresco en el terreno teórico que acompañó a la rectificación y al desastre, y el ambiente de permisividad en ese campo que se implantó a continuación. Pero ahora que cada vez lo necesitaremos más, no podemos cometer el error de asumir cualquier cosa que se presente como marxismo.

Me extendí un poco al caracterizar aquel tiempo del pensamiento en que fue necesario y se logró asumir una filosofía para la Revolución cubana, porque hoy se vuelve necesario repetir aquel logro, y nada que sea menor nos servirá.

Como sucede siempre, tendrá que ser muy creativo y muy abierto y receptivo a las opiniones diversas, pero será de otro modo, enfrentará otros problemas, utilizará otros instrumentos, elaborará nuevas tesis y desempeñará papeles mayores que los de entonces en la elaboración cultural de un socialismo que considerará al del siglo XX como un socialismo primitivo. Si alcanzo a verlo, me sentiré muy feliz.

Notas

[1] El 10 de enero de 2014 hablé sobre el tema del título en el espacio Catalejo, de la Unión de Periodistas de Cuba, a un grupo numeroso de miembros, presididos por Antonio Moltó. Estoy muy agradecido por los criterios y las preguntas tan valiosos vertidos por los participantes, y las gentilezas y el espíritu fraternal de aquella tarde. Redacté y agregué algunos párrafos a mis palabras, en modesta retribución a los que trabajan tanto, conscientes de la importancia que tienen sus tareas para nuestra sociedad..

[2] El primero sucedió en los años veinte-treinta, en los tiempos de la Internacional Comunista.

[3] Fernando Martínez Heredia: “Contra el capitalismo”, 1º de septiembre de 2011. Fue publicado en medios digitales.
FUENTE : DIERIO RED DIGITAL