CHILE

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jueves, 10 de marzo de 2016

EL PPD , LA CÀMARA DE DIPUTADOS , LA DEMOCRACIA Y LOS DDHH .

Hace algunas semanas, el presidente de la Cámara de Diputados de Chile, el Diputado PPD Marco Antonio Nuñez, realizó una visita oficial al Estado de Israel y en el marco de la misma declaró que dicho Estado es un ejemplo que muestra cómo construir una sociedad democrática que promueve la paz y los DDHH
.  Lo anterior no puede pasar inadvertido ni dejar indiferente a quienes poseen un compromiso férreo con la paz, la justicia, la democracia y los DDHH y menos en nuestro país que por su propia y amarga experiencia sabe de estos temas lo suficiente como para no aceptar mensajes confusos que puedan comprometer nuestra dignidad como nación.
De hecho, salvo quien tenga algún interés particular en asumir la defensa del Estado de Israel o quien haya decidido actuar conscientemente como agente del mismo en algún lugar del planeta, nadie puede desconocer que dicho Estado, en las últimas seis décadas ha sido, junto al Chile de Pinochet y al Apartheid Sudafricano, el país más condenado en el mundo por sus sistemáticas y permanentes violaciones a los Derechos Humanos; por su desprecio absoluto al Derecho Internacional; por el desarrollo de una política de exterminio físico y político del pueblo palestino y por la práctica sistemática, de las ya habituales invasiones y bombardeos indiscriminados sobre poblaciones civiles, tanto en los territorios que ocupa ilegalmente hace décadas como en aquellos que mantiene cercados y bajo bloqueo.
Como si fuera poco, el mismo Estado ha sido denunciado por la construcción de asentamientos ilegales en los territorios palestinos; por la utilización del castigo colectivo a través de las demoliciones de casas y aldeas completas; por la mantención de miles de presos políticos incluidos menores de edad; por el desvío ilegal de los cursos de agua; por el uso de la tortura en sus cárceles; por las ejecuciones extrajudiciales; por la utilización de armas prohibidas y por la mantención del único arsenal de armas nucleares de la región, entre otras denuncias que podrían contradecir fácilmente las declaraciones de nuestro flamante Presidente de los diputados chilenos.
Durante su visita el Sr. Núñez ni siquiera pidió reunirse con los representantes de la comunidad palestina, ciudadanos árabes de Israel, que representan prácticamente un 20% de la población, quienes sobrevivieron la catástrofe, Nakba, de 1948 donde el 70% de los palestinos fue expulsado de sus aldeas y que, a pesar de permanecer en el lugar que han habitado por milenios, son tratados como extranjeros en la tierra a la que pertenecen. 
Seguramente el diputado Marco Antonio Núñez tampoco debe saber que, según el mismo Departamento de Estado norteamericano, en Israel existen más de 50 leyes que discriminan abiertamente contra la población palestina, lo que ha sido definido por EEUU como una “discriminación institucionalizada”contra la población no judía.
Probablemente el Partido Por la Democracia no sea responsable de los dichos de uno de sus más connotados Diputados.
Probablemente muchos diputados de la República tampoco compartan los increíbles juicios de quien es hoy su Presidente y por lo mismo, no estaría de más una aclaración institucional de ambos sobre el particular, al menos para que la ciudadanía chilena y sobre todo los chilenos de origen palestino y los innumerables amigos y amigas de la causa palestina, pudiéramos tomar nota acerca de la postura oficial de ambas instituciones antes de las próximas elecciones, de modo tal de evitar apoyar a quienes en materias tan sensibles como las acá tratadas, definitivamente no tienen ninguna posibilidad de representarnos porque han decidido actuar, más que como representantes del pueblo chileno, como representantes y agentes de la ocupación ilegal y del terrorismo de Estado Israelí.
Por : Daniel Jadue 
fuente : radio cooperativa 

LAS MUJERES CHILENAS Y SUS DESAFÍOS



No se trata de una excepcionalidad, ni de una concesión, ni mucho menos de un tema circunscrito a un debate político parcial. Se trata de un tema de derechos, de justicia, de dignidad, de igualdad y de equidad.
 En Chile aún falta para consagrar los derechos de las mujeres, de todas. Hay todavía un trecho largo que recorrer en materia de equidad de género. 
Ello debe ser un pilar constitutivo de una sociedad con justicia y equidad, de un país realmente democrático, de oportunidades y participativo. 
No se trata de una excepcionalidad, ni de una concesión, ni mucho menos de un tema circunscrito a un debate político parcial. Se trata de un tema de derechos, de justicia, de dignidad, de igualdad y de equidad.
Avanzar en la promoción y defensa de los derechos de las mujeres significa lograr objetivos profundos y concretos en materia legislativa, laboral, educacional, cultural, política y de derechos reproductivos. En ese marco, será fundamental lo que una nueva Constitución consagre respecto al sector femenino de la sociedad.
El país -mujeres y hombres, jóvenes y adultos-, debe intensificar esfuerzos y luchas en favor de los derechos y oportunidades de las mujeres. 
En ello cobra cardinal importancia las condiciones de las trabajadoras, que cada día cumplen un rol más determinante para el desarrollo del país, que no se condice con la realidad que viven en el plano laboral y salarial. 
En estos años se dieron pasos importantes. Se consagró una representación femenina mínima en las candidaturas al Parlamento, se consiguieron mejoras en las condiciones laborales, se presentó el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en tres causales, se avanzó en la protección de mujeres víctimas de la violencia, se instalaron reflexiones y debates sobre los derechos femeninos, se aprobó la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, se visibilizaron aún más las realidades y problemas de las mujeres.
Todo eso no se puede opacar o desconocer, sin dejar de reconocer que aún persisten déficit y desafíos enormes para lograr pleno y amplio cumplimiento de derechos y oportunidades.
No se puede dejar de reconocer y admirar luchas históricas de las chilenas por la independencia, por la defensa de los pueblos originarios, por el desarrollo democrático del país, en contra de las dictaduras y gobiernos corruptos, por los derechos humanos, en contra de la discriminación y el autoritarismo, por el acceso a la educación y la salud, por una mayor participación y representatividad política, por derechos laborales, por derechos sexuales y reproductivos, por la defensa del medio ambiente, por viviendas dignas y salarios equitativos.
Las mujeres continúan cumpliendo un papel trascendental en el sector público, en el ámbito académico y científico, en la cultura y el deporte, en tareas de Estado, en el rubro empresarial y de emprendimiento, y avanzan en la promoción de un sentido equitativo en el cuidado de las hijas y los hijos, con un pensamiento progresista y maduro del concepto de familia. 
Las mujeres gravitan en la lucha por las reformas, por una democracia de mayor calidad, por la justicia social y la equidad económica. 
Es constructivo y fundamental que se pueda afirmar hoy que las luchas de las mujeres chilenas no están estancadas. Continúan con perseverancia. Este año se materializarán logros y los avances tendrán que seguir llegando. 
Las chilenas, en cada rincón, en cada familia, en cada centro de trabajo, en cada escuela, en cada lugar que estén presentes, tienen que ser protagonistas de la defensa y promoción de sus derechos, tienen que estar en la primera línea de luchar contra la violencia y la discriminación, tienen que exigir consecuencia y coherencia, y tienen  que ser parte de las lucha sociales, sindicales, estudiantiles, políticas e indígenas para que Chile avance hacia una sociedad más justa y democrática. 
fuente : el siglo