CHILE

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jueves, 3 de abril de 2014

LA CAJA DE PANDORA O LA "COPIA IN - FELIZ DEL EDÉN "

Mitología griega: al recibir la Caja, Pandora recibió una orden de Zeus: jamás abrirla. Pero, como se sabe, más puede la curiosidad y un día quiso saber qué contenía. Cuando la abrió, comprendió su grave error y rápidamente la cerró. Pero era demasiado tarde: todos los males habían sido liberados. Hasta aquí, los griegos.

En nuestros días, abrir la “Caja de Pandora” puede acarrear consecuencias impredecibles.

Llama a nuestro país el Himno Nacional, “Copia feliz del Edén”. Veámoslo. Y hagámoslo, pues en el dirimir entre el “feliz” del himno y el “infeliz” de la realidad, hay mucho de Pandora…

Discutimos, en espera entre vigilante y esperanzada- sí, ésa es la realidad- sobre los textos enviados y por enviar al Congreso Nacional por el nuevo Ejecutivo.

Y en medio de la discusión, los enfoques, opiniones, denuncias y develaciones, despiertan de su letargo datos al menos estremecedores, como si la vieja Pandora hubiera vuelto a abrir la reservada cajita y las llagas y manchas, indignadas y rebeladas, ya no aceptaran un tratamiento de “Secreto de Estado”, o de vergüenzas familiares a ocultar bajo de las alfombras o en lo profundo de patios y pasillos interiores.

Un pudor colectivo nos recorre, y pone a prueba las consistencias de nuestro orgullo nacional, aquello que nos había convencido de ser “la copia feliz…”.

Resulta, pues, que la tal “equidad” no era tal en educación, ni su “jornada completa” algo digno de su nombre. Y que las pruebas de selección académica y la “estricta” observancia de los principios de no discriminación en el ingreso a los colegios, desde su más incipiente nivel, no eran otra cosa que las “verduras de las eras” a que aludía con dolor el inmortal Jorge Manríquez. Y todo eso, también y por cierto, en el terreno de la salud, entre muchos otros

Que para ingresar al selecto grupo de los educandos, en muchos colegios, incluyendo a los de pelaje de mediano a nada… hay que estar bautizado, ser hijo de padres casados, etc., etc.

Que las orgullosas y solemnotas universidades privadas no eran más que fachadas “lectivas” que ocultaban el simple y rotundo dato de ser sujetos de inversiones fraudulentas, trampas tributarias, enjambres de intereses y, sobre todo –sí, sobre todo- un bien tramado andamiaje para capturar incautos y estafar a familias esperanzadas en un “ascenso social” que resultaría de haber enviado a uno de los suyos a las aulas ilustradas. Ciertamente, no todas la ues privadas caben en esta síntesis, y bien lo sabe todo el país.

Y que tras más de un decenio de litigar ante los tribunales de Justicia (sic), centenares de víctimas de una estafa habitacional alcanzaban apenas -y sólo los sobrevivientes- un remedo de compensación.

Que si usted es rico y pertenece a los “estratos altos”, con residencia en comunas convidadoras de prestigios y respetabilidades presuntas, usted a lo más será noticiado de una sentencia inicial de “prisión domiciliaria” o reclusión nocturna… mientras que si se llama usted de otra manera, y/o vive en las comunas y regiones de la periferia, será fotografiado a rostro descubierto y presentado como un peligro para la sociedad y encarcelado por semanas y meses mientras se prolongue el “procedimiento de rigor”.

Y todo esto viene a cuento de que una muy otra Pandora ha entrado en el juego de nuestra sociedad chilensis. Que ya no es la mítica Pandora la que abre sus cajitas, ni su curiosidad la que da vía libre al conocimiento de los males de este estrecho mundo nuestro. Que muy pero mucho al contrario, la vieja y encantadora Pandora son hoy el pueblo, los jóvenes y otros hasta ayer “marginales” los que abren la vieja caja de las inequidades… Pero no ya por descuido o curiosidad, sino por conciencia.

Y ello marca una gran diferencia.

Ya no son “males de este mundo” los que salen a la superficie, interrogan e imprecan. Son las más cotidianas y terrenas inequidades, injusticias, abusos, los que han sido desnudados en las plazas públicas y que, todos lo saben y sabemos, lejos de responder a mitos se refieren de manera simple y rotunda a males que tienen domicilios y hechores, responsables y beneficiarios conocidos. Muy conocidos.

Cuando se arriba a tales evidencias, no hacen falta instrumentos más acerados que la conciencia y la movilización colectivas para que avancen la razón y el derecho. Lejos de postular un cierre de esta actualizadora Caja de Pandora, dejemos que circulen libremente, en gira de denuncia, los males que encerraba. Y no los combatamos devolviéndolas a su encierro, sino que hagamos de ellos estandartes de los cambios que, juntos, una porción importante de nuestra sociedad ha privilegiado como programa de cambios.

FUENTE : EDITORIAL DE " EL SIGLO "

EDUCA-TV .DIPUTADA KAROL CARIOLA SOBRE EL DERECHO A VITO EN EL EXTERIOR.