CHILE

CHILE

jueves, 8 de noviembre de 2012


UN CAMBIO DE GABINETE PARA SALVAR EL FINAL DEL GOBIERNO



La escena podría ser trágica, si no fuera por los elementos pintorescos y absurdos que la componen.
Trágica, porque a los millones de chilenas y chilenos que han sufrido las inclemencias de los últimos decenios y muy en particular de este cuatrienio -“el frío de los gobiernos”, decía la siempre visionaria Violeta Parra- de poco les sirven los cambios y enroques en su gabinete con los que el presidente Piñera espera “salvar” la etapa final de su alicaído gobierno.
Entre lo pintoresco y lo absurdo están las insistentes afirmaciones del bloque oficialista que se empeña en mostrar los resultados del domingo 28 como una “llegada estrecha”, en circunstancias que todas las cifras lo muestran en una completa orfandad con su casi 33% de apoyo en concejales.
Con el apresurado cambio de gabinete se reafirma el papel determinante que juega la UDI, lo que se grafica con el ascenso de Andrés Chadwick como ministro del Interior. De él se asegura que será todo lo que no fue Hinzpeter: un auténtico jefe, coordinador y operador del gabinete. La poco decorosa salida del hombre de confianza y estrecho colaborador del presidente, enviado a reemplazar a Andrés Allamand en Defensa, es una nueva muestra de la orfandad de “cuadros” en la derecha para secundar a un mandatario cuyo margen de maniobra se revela cada vez más estrecho.
La salida de los presidenciables, ante lo evidente de que su permanencia había llegado hasta los extremos de “insubordinación” respecto a su jefe, no hace sino adelantar una carrera presidencial que comenzará a copar todos los espacios del debate político.
La abstinencia de algunos ministros que hasta ayer figuraban como seguros candidatos a diputados y senadores, confirma elocuentemente lo que dice el refrán: “que más vale pájaro en mano (un ministerio) que cien (las bancas parlamentarias) volando”.
¿Algún cambio de fondo en las políticas del gobierno? La respuesta es un categórico “no”. Lo único nuevo es que al parecer La Moneda intentará enfatizar un camino “propio” y paralelo al que emprenderán desde hoy mismo los partidos que lo sustentan, en la que será la dura competencia por llegar cada uno a las presidenciales con su candidato, Allamand por RN y Golborne por la UDI.
En el camino ha quedado el todavía ministro Longueira, el mismo que hace poco aseguraba que le bastaría mover un dedo para ser proclamado candidato presidencial por su partido, la Unión Demócrata Independiente. Allí, se podría hablar de un triunfo del “realismo político” al desechar a uno de los actores que “goza” de los más altos niveles de rechazo, como invariablemente lo han mostrado las encuestas, en beneficio de una “carta nueva” que jugará el papel del delfín “apolítico”, un hombre “de la case media”, cuyas experiencias vitales lo acercarían al grueso de la población. Pero, es claro y nadie se engañará al respecto, aquellas “experiencias vitales” de un “hombre cualquiera”, en el caso de Laurence Golborne han sido notoriamente superadas por sus vivencias posteriores, que lo vinculan decididamente a la gestión de grandes empresas y al servicio de concepciones decididamente neoliberales en la conducción del estado. Como diría el viejo y siempre vigente Carlos Marx, “no es la conciencia la que determina el ser social, sino el ser social el que determina la conciencia”.
La promoción de la hasta ayer intendenta de Santiago, Cecilia Pérez, a la cartera que desempeñaba el nuevo ministro del Interior, garantiza una vocería cuya principal tarea seguirá siendo la de “blindar” a un gobierno conciente de que su etapa final estará marcada por un ascenso de las movilizaciones sociales. Para ello, una funcionaria de probada “mano dura”, debería ser muy útil.
Otros cambios ya se siguen produciendo, particularmente a nivel de subsecretarías e intendencias, porque la batalla electoral, parlamentaria y presidencial de 2013 está lanzada en las filas de la “Alianza”.
Queda por verse cuáles serán las estrategias de los candidatos ya en carrera. A la sombra de qué árbol se arrimarán tanto Golborne como Allamand. Todo hace presumir que no será precisamente al alero de Piñera y su gobierno, pese a que ambos lo sirvieron eficazmente como titulares de carteras ministeriales.

FUENTE :EDITORIAL DE :"EL SIGLO"