CHILE

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viernes, 14 de noviembre de 2014

COMUNICADO DE PRENSA DEL PCCH

COMUNICADO
Extracto de palabras del Presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier, sobre la situación del dirigente de la colectividad, Juan Andrés Lagos.
 En el día de ayer en la noche, Juan Andrés Lagos se comunicó conmigo y me solicitó como presidente del Partido Comunista de Chile, dejarle en libertad de acción ante su decisión de poner a disposición su cargo de asesor en el Ministerio del Interior, aduciendo su situación de agobio por la agresión física de la cual fue objeto y por el ataque constante y persecución política hacia su persona por parte de personeros de la UDI. Además de estar recibiendo nuevas amenazas de agresión física.
Me manifestó que no quiere ser instrumento para los ataques destemplados de sectores de la derecha hacia el Ministro del Interior y la Presidenta de la República.
Mi posición como presidente del Partido, es la de respetar y apoyar la opción que tomó Juan Andrés, quien puso de inmediato su cargo a disposición del Ministro, quien como ustedes saben, hoy anunció que aceptaba la renuncia de Juan Andrés Lagos.
Quiero insistir en nuestro más profundo rechazo al brutal ataque y persecución de que ha sido víctima Juan Andrés Lagos.
Lamentamos que la UDI no haya aceptado públicamente las excusas proferidas por él tras sus dichos. Andrés Lagos ha tenido en cuenta que la UDI no ha sido capaz de aceptar sus excusas ni tener un gesto de reciprocidad, por lo que prefiere tener mayor libertad para defenderse de los ataques personales y acusaciones falsas hacia su persona, más aún cuando considera que la agresión física que ha sufrido es en gran medida producto de la campaña anticomunista que ha llevado adelante ese sector político.
Nosotros como comunistas hemos tenido una reacción decente, republicana.
Hemos tenido la capacidad de pedir excusas ante algo que Juan Andrés Lagos dijo involuntariamente en un medio de comunicación, con un adjetivo hacia el diputado Kast. Hemos tenido esa decencia.
Sin embargo, nosotros no vemos ningún tipo de reciprocidad en la UDI, que ha declarado que son un partido por la paz, por la no confrontación, pero vemos que ellos no dan un paso atrás. Ellos nos acusan cuando quieren de ladrones, de que hemos robado plata de la Universidad Arcis, sin ninguna prueba. Absolutamente ninguna. Sólo lo hacen con informaciones de prensa sobre supuestos y documentos aislados, pero ni una prueba de ningún tipo.
Hasta ahora han investigado lo que han querido investigar y no hay ninguna prueba. Entonces, ¿hasta cuándo sigue la UDI? Es como una pared, como una piedra, el señor Kast sobre todo, que uno le demuestra las cosas, pero a él le resbalan. Lo único que quiere es: primero, conseguir hechos como este, que un servidor del Estado tenga que renunciar a su cargo para evitar la persecución política y que ataquen al gobierno. Segundo, lo que quieren es atacar al Partido Comunista y, ojalá, dividir a la Nueva Mayoría para que no pueda seguir adelante el proceso de reformas políticas que lleva adelante el Gobierno. Tercero, quieren que su hunda la Universidad Arcis, para así culpar a los comunistas como los responsables de la crisis de Arcis, lo que no es verdad.
Cuando me preguntan entonces por el clima político, yo digo que son ellos los que ahora tienen que hacer un gesto, porque no han hecho ninguno. Yo les quiero decir que no tengo ninguna esperanza de que hagan algún gesto.
Yo he dicho claramente que no he culpado a la UDI de la golpiza a Juan Andrés Lagos, lo que estoy diciendo es que un sector de la UDI ha encabezado una campaña anticomunista absolutamente abusiva a través de los medios de comunicación que ellos controlan. Aquí hay un control de los medios de comunicación al cual nosotros no tenemos acceso. Ellos pueden decir lo que se les ocurre, nosotros no, porque por lo general se nos distorsiona.
Nosotros hemos pedido disculpas, porque cometió un error y eso mismo él lo ha reconocido. Yo mismo he dicho que tenemos profundas diferencias con la UDI y estamos en una confrontación política, pero eso no es óbice para que se descalifique con un adjetivo.
Pero tomen en cuenta cuántos adjetivos ha realizado la UDI contra nosotros. Aquí se está viendo la conformación de una investigadora Penta, que está creada pero aún no se conforma, la que ya viene con cortapisas que es que no se pueden investigar a privados. Pero en Arcis se investiga al que se quiere y a veces de forma descalificatoria y denigrante, pero nadie dice nada. Pero en el caso de Penta ya se están arreglando las cosas para que haya una investigación profunda acá en la Cámara.
La declaración que se hace en El Dínamo, evidentemente sale de todo contexto de lo que Andrés Lagos ha hecho en cuanto a declaraciones públicas. Él nunca ha utilizado calificativos en otras oportunidades.
Ahora, tanto que se asustan con el calificativo que usó Andrés Lagos, pero cuando la señora Matthei era parlamentaria y nos insultaba acá a los diputados, ¿quién puso el grito en el cielo?, ¿quién le pidió la renuncia? Nadie. Hacen lo que quieren y nadie dice nada. El gesto que hemos hecho nosotros es un gesto que nos enaltece y enaltece a Andrés Lagos el hecho que después de cometer el error, lo reconoce y pide disculpas.
Yo estoy de acuerdo que hay que evitar el clima de crispación, pero ¿será capaz la UDI de hacer un gesto de entendimiento? Esa es mi pregunta.
Yo no haría un símil con lo sucedido con el embajador Eduardo Contreras. Son casos distintos. En este caso, dependía del Ministerio del Interior, en el caso de Contreras, dependía directamente de la Presidenta Bachelet. Es la Presidenta la que manda.
Él me confirmó que aún lo amenazan. Anoche cuando me llamó me señaló que lo amenazan ya no de golpizas, sino que de muerte. Los Twitter él los tiene. Miren la brutalidad. Aquí alguien de la UDI señaló que este clima de confrontación nos recuerdan tiempos anteriores. Y claro, Andrés Lagos, a quien le dan la golpiza, se acuerda de tiempos anteriores cuando hubo degollados y hubo todas estas cosas y algunos de la UDI fueron persecutores de persones o fueron cómplices o cómplices pasivos como dijo el presidente Sebastián Piñera. Entonces resulta que Andrés Lagos ya presentó la querella de agresión física y todas estas amenazas también se están haciendo llegar.
Nosotros vamos a pedir una entrevista a fiscal general, para poder conversar con él y que nos den garantías de que esto se va a investigar hasta el final, porque es muy grave lo que está ocurriendo. Él tiene protección de Carabineros y espero que se mantenga.
Yo nunca he dicho que las amenazas vienen de la UDI. No hagan decir cosas (dirigiéndose a los periodistas) que yo no he dicho. Lo que he dicho es que personeros de la UDI han creado un clima anticomunista que favorece que actores, (a los) que no les gusta la confrontación política como se debe dar en democracia, entonces hacen uso de esta forma de violencia, de agresividad que no tiene nada que ver con el clima de convivencia que esperamos se viva en Chile.
FUENTE :PRENSA PCCH

"UN DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL Y UNA CAUSA NOBLE“

“El Estado es a la vez garante y regulador de la educación, que es un derecho humano fundamental y una causa noble. Ofrecer educación básica gratuita no es sólo una obligación fundamental de los estados, sino también es un imperativo moral. Los gobiernos deben hacer todo lo posible para fortalecer sus sistemas de educación pública, en lugar de permitir o apoyar a los proveedores privados; la educación con fines lucrativos no se debería permitir, a fin de salvaguardar la causa noble de la educación”, afirmó la semana pasada el Relator Especial sobre el derecho a la educación, Kishore Singh, en su informe ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (pág. 25 de esta edición de ES).Se puede no concordar con la totalidad de estas conclusiones, pero es muy difícil que alguien confiese su rechazo a reconocer a la educación como “un derecho humano fundamental y una causa noble”.
También sería muy extraño que alguien, reconociendo esa condición de derecho humano fundamental, se negara a aceptar el carácter de “garante” que debe tener el Estado.
La curiosa argumentación de los detractores de la Reforma Educacional en marcha, que acusan de “ideologismo” sus premisas y proposiciones, no resiste un análisis más o menos serio. Esto, porque si algo incurre en el terreno de la ideología es, por su naturaleza, la educación, en todos sus niveles. Y ello, precisamente porque se trata de la formación de conciencias críticas y basadas en valores tan fundamentales –tan “humanos”- como una lograda identidad personal, la adhesión a valores tan positivos como el respeto mutuo y la solidaridad, y la aceptación y práctica de normas libremente pactadas en comunidad.
Una ideología es el conjunto de representaciones, individuales o colectivas, de la realidad, y es a la vez, inseparablemente de lo anterior el conjunto de ideas en que se cimenta la crítica de un orden de cosas existente y se propician los cambios que se estime necesarios para una mejor convivencia en la sociedad.
Llama la atención, a este respecto, que un columnista tan sagaz como Carlos Peña objete, en El Mercurio, cualquier “cambio cultural”, con el argumento de que no sería lícito “actuar contra lo que la gente espontáneamente cree”. ¿Espontáneamente? Cualquiera que se asome aunque sea al pasar por los quioscos de diarios y revistas o la parrilla televisiva, se sorprenderá de la liviandad que supone tal recurso a la espontaneidad.
Es en esa misma línea que continúan las agotadoras listas de adherentes a página completa (El Mercurio, 9 de noviembre) que en forma grosera falsifican la historia y ofrecen su dudoso aval a cifras de “caídos” por “una ideología errada”. En fin, cuestión de ideologías y de bolsillerías.

ACLARACIÓN
Pidiendo las disculpas del caso, aclaramos que en el Editorial de la semana pasada del semanario, la cita que dice “El integrismo es precisamente la pretensión de imponer la doctrina cristiana como regla de la argumentación” pertenece a Rocco Buttiglione, líder de la Unión Demócrata Cristiana Italiana, entrevistado por El Mercurio (2 de noviembre 2014, página 10 del cuerpo D, Reportajes).
fuente : editorial de "el siglo "