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viernes, 1 de mayo de 2015

EDUCA-TV. LA GRAN GUERRA PATRIA

DISCURSO COMPLETO DE LA PDTA DE LA CUT BARBARA FIGUEROA (CUT LLAMA A PLEBISCITO PARA NUEVA CONSTITUCIÓN Y ANUNCIA MOVILIZACIÓN PARA JULIO.)

Más de cien mil trabajadores y trabajadoras marcharon en la convocatoria central de la Central Unitaria de Trabajadores en este Dia Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, en el que la Presidenta de la CUT anunció una movilización nacional en julio para seguir presionando por la reforma laboral. "Estamos pasando a la ofensiva como movimiento sindical, no retándonos de ningún debate” enunció Bárbara Figueroa en su discurso central.

A las 10:45 horas comenzó la marcha por la Alameda de sindicatos, federaciones, confederaciones y asociaciones gremiales convocadas por la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, en el marco del Día Internacional del Trabajador y por la reforma laboral.
Los trabajadores agrupados en la multigremial piden una reforma laboral completa.
En la manifestación estuvieron presentes los diputados comunistas Lautaro Carmona, Camila Vallejo y Karol Cariola; los Ministros Álvaro Elizalde, Ministro Secretario General de la Presidencia, Javiera Blanco Ministra del Trabajo, Claudia Pascual Ministra del Ministerio de la Mujer, el Subsecretario de Previsión Social Marcos Barraza y el Subsecretario del Trabajo Francisco Díaz, entre otros.  
También estuvieron presente el Alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, más el Secretario General del PC, Juan Andrés Lagos, el Presidente del PS, Osvaldo Andrade, el Senador Carlos Montes  y Arturo Barrios, entre otros,  apoyando las demandas de los trabajadores.
Desde la multigremial aseguraron que se está en un escenario inédito, considerando la coyuntura política en torno a los casos de falta a la probidad que involucran al empresariado.
La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, sostuvo que se buscará fortalecer al actor sindical con reformas que se requieren para mejorar las condiciones laborales.
En esa línea, el ministro vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, señaló que es necesario contar con una reforma laboral moderna, que permita el mejor entendimiento entre el empleador y sus trabajadores.
Entre los gremios que llegaron hasta la marcha de este viernes estaban la ANEF, el Colegio de Profesores, el Colegio de Periodistas, Sindicatos de Actores, Pintores, Bailarines y Escultores, los sindicato Interempresas Lider, la multigremial del Hospital San José y del Hospital Salvador y muchos gremios más afiliados a la CUT.
En su discurso, la Presidenta de la CUT señaló:
"Estamos en“la disputa por cambios que profundicen democracia e igualdad y los que no quieren nada, apostamos a que se cumple e ir más allá incluso. Hoy más que nunca debemos romper los candados impuestos por los poderes facticos, hoy debemos avanzar de la mano de la ciudadanía y no seremos ajenos a los grandes debates del país, somos una organización político sindical y seremos aporte”
“No podemos seguir avanzando si no entendemos que es clave el rol de la ciudadanía” expresó y agregó que trabajadores y trabajadoras: “no somos neutrales, estamos en la vereda de los cambios, debemos avanzar con todas y todos".
Figueroa hizo un llamado a la Presidenta Bachelet para que haga un plebiscito que defina el mecanismo para construir la nueva constitución para Chile:
“Los cambios llegaron para quedarse y profundizarse porque ya no resiste más este sistema, ante esta realidad nos rebelamos, actuando para que los cambios se profundicen” afirmó
 Agregó que “la crisis no puede ser aprovechada por los que no quieren cambios. El empresariado ha sido claro, ellos no quieren ninguna reforma y hoy chantajean con la inversión para impedir el debate constitucional.
En cuanto al avance de la reforma laboral, Figueroa anunció que “este mes de julio marcharemos por todas las ciudades del país, para decirle a chile que queremos nueva constitución  y que queremos reforma laboral”.
“El movimiento sindical hoy se pone al servicio de los desafíos país, haremos todo para que nunca mas se vivan estas desigualdades, esperanzados en que es posible en construir un Chile más justo y solidario” concretó.
Discurso de la Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores
Quiero, en primer lugar, saludar la contundente y amplia participación de todos y todas en una nueva conmemoración del 1º de mayo.
Saludar y reconocer la participación de los trabajadores del sector público en sus diversas expresiones, administración centralizada y descentralizada. A los trabajadores del sector privado, los que han podido avanzar en sus procesos de negociación en tiempos como los actuales donde la arremetida empresarial no solo es a través de videos, sino también con presiones en los procesos de negociación en curso. Un especial saludo a los trabajadores de LAN express que culminaron hace pocos días su huelga, a su directorio y su presidente, luís Chavez, consejero nacional de la CUT y en ellos a todos los que hoy enfrentan duros procesos de negociación colectiva con semanas extensas de huelga ante la intransigencia de los empleadores.
A los trabajadores del comercio que han logrado por la vía de una negociación nacional un paso fundamental para sus trabajadores y trabajadoras con la nueva ley de descanso dominical.  Un especial saludo también a los trabajadores del sindicato interempresa líder que ganaron el juicio por multirut y hoy podrán negociar como una sola fuerza, ante un empleador que se escondía tras diversas razones sociales.
Nuestro saludo a los trabajadores formales e  informales, a los trabajadores discapacitados y con necesidades especiales. A las mujeres trabajadoras, muchas de ellas jefas de hogar.
A los trabajadores del mundo de las artes, que viven condiciones de precariedad inexplicables para quienes son la reserva cultural de nuestro país.
Saludar por cierto, a los miles de trabajadores del mundo del subcontrato.
Quiero saludar también la asistencia de los estudiantes, de los futuros trabajadores y de quienes deben esforzarse el doble estudiando y trabajando, de los profesionales jóvenes y de los cesantes ilustrados; los académicos y los trabajadores no calificados, las trabajadoras de casa particular y en domicilio, el trabajador por cuenta propia y el micro y pequeño empresario que con esfuerzo y tesón debe luchar día a día por sacar adelante su fuente de ingreso.
Reconocer y homenajear también a los trabajadores pasivos, los que tras años de entrega hoy deben vivir el peso de retirarse del mundo laboral con pensiones de miseria o simplemente postergan su necesario y justo descanso para poder permitirse una vida en mejores condiciones.
Un especial saludo y reconocimiento a los trabajadores migrantes. En el debate laboral no podemos dejar de lado a los extranjeros que viven en nuestro Pais, trabajadores y trabajadoras somos todas y todos y debemos tener los mismos derechos. Asumimos en este saludo la urgente necesidad que nos han planteado sobre una nueva LEY DE MIGRACION, ya que la actual discrimina sus derechos y obstaculiza la integración que tanto anhelamos. Queremos un Chile sin exclusión de ninguna tipo, es por eso que los invito a todos a romper la frontera mental, esa que nos separa incluso entre chilenos, al calor de la integración. Hoy están marchando junto a nosotros las y los trabajadores extranjeros y sus familias, por que extranjeros y nacionales convivimos y engrandecemos nuestro gran país.
Un gran saludo, por cierto, a nuestras estructuras, a nuestras CUT provinciales y comunales que al calor de esta conmemoración han desarrollado diversos acto a nivel nacional y que hoy nos reúnen a nivel país en cada uno de los actos que a esta hora se están desarrollando en las regiones.
Quiero, además, saludar con especial afecto a los dirigentes y organizaciones de las otras centrales sindicales que nos acompañan y aquellos que no perteneciendo a ninguna, se han sentido llamados a ser parte de esa jornada.
Cómo no saludar además a los trabajadores del área de prensa de la red que el día de ayer fueron despedidos y que deben enfrentar la cesantía en vísperas del primero de mayo y sin tener clara aún una explicación por tan sorpresivo cierre de programas  y de su fuente de trabajo.
Un saludo fraternal y solidario para los trabajadores del norte y sur de nuestro país azotados por las catástrofes naturales, a quienes no sólo han sido damnificados sino también a quienes pese a ser afectados directamente por la catástrofe han estado al servicio de la ciudadanía y sus necesidades. Cómo no reconocer a los trabajadores del sector público, quienes incluso han perdido a colegas por estar a disposición de las urgencias de la población.
La fuerza de la naturaleza nuevamente nos ha golpeado como país, pero tras las perdidas materiales, se esconde aquella devastación invisible, la del desempleo o la imposibilidad de trabajar. Sabemos que las tareas de reconstrucción son primera prioridad, pero tenemos tremenda preocupación por lo que ocurre con el empleo y la subsistencia de los trabajadores, por eso es que entendido que tras la catástrofe se esconden muchas otras necesidades, hacemos votos por poner la mayor atención a la realidad de los trabajadores y trabajadoras, con medidas que permitan enfrentar estos hechos de la mejor manera.
En este sentido creemos urgente evaluar algunas propuestas como establecer una indemnización con cargo al empleador, al seguro de desempleo o al Estado para el caso que se desvincule de una empresa a trabajadores debido a catástrofes. Hoy opera la causa de fuerza mayor, que no da derecho a indemnización alguna. Incluir, además,  en el catálogo de “accidentes del trabajo o enfermedades profesionales” los y las ocurridas directa o indirectamente por causa de estas catástrofes, dando así lugar a todas las prestaciones correspondientes. Hoy se encuentran excluidos según la Ley 16.744. Más fiscalización a las relaciones laborales no formalizadas, que son la causa de que en muchas ocasiones no opere el seguro de cesantía u otras prestaciones como subsidios relacionados con el desempleo o empleo en caso de una catástrofe. Estas medidas, creemos,  que en el corto plazo pueden ayudar a enfrentar el nivel de desempleo que se vivirá en las zonas afectadas.

No obstante, al largo plazo es necesario establecer un sistema de protección al trabajo (subsidios, indemnizaciones, prestaciones, etc.), que opere de forma automática y con gestión descentralizada ante la ocurrencia de catástrofes, con participación de organismos Estatales Permanentes (como la ONEMI por ejemplo) especializados y no cuoteados políticamente.
En períodos de catástrofe, el empleo no es sólo una fuente de ingresos sino también de dignidad humana. Para las personas que perdieron no sólo el trabajo, sino también a sus seres queridos, el trabajo las ayuda no sólo a recuperar un sustento, también a superar el dolor, la desesperación y aporta esperanza.
Nos convocamos este primero de mayo, habiendo cumplido nuestro principal objetivo mencionado en este mismo escenario el año pasado: Hacer del debate laboral un debate necesario para este período, comprendiéndolo como un pilar fundamental para la superación de la desigualdad y constituyendo la reforma laboral en la cuarta reforma estructural para este Gobierno. Lo decíamos con fuerza el 2014, no será posible superar la desigualdad si no asumimos que es imposible ser un país mas justo y equitativo si el tener salario y trabajo no significa que uno deje de ser pobre o si este ingreso no alcanza para cubrir gastos básicos como alimentación, transporte o servicios de primera necesidad.
Para enfrentar esta dolorosa realidad, señalamos, no basta con cubrir por la vía de subsidios o transferencias del Estado los déficit de derechos que hasta ahora no hemos podido recuperar los trabajadores y trabajadoras. Se requería con urgencia dar un paso retrasado por décadas: devolver poder a los trabajadores, para que sea por su fuerza organizada que podamos avanzar en mejores condiciones laborales y salariales. Fortalecimiento de la actividad sindical y fortalecer la negociación colectiva, para garantizar de manera efectiva la redistribución de las ganancias y superar la realidad actual donde el impacto de la negociación  colectiva no llega más allá del 8% de los trabajadores y donde las negociaciones han significado en promedio NO más que el 1% de aumento salarial.
Teniendo claro nuestros objetivos y asumiendo que la lucha por reformas en el ámbito laboral no eran un fin en si mismo sino que un paso más para la superación de la desigualdad, es que iniciamos un camino hace dos año, que nos permitiera concretar parte sustantiva de las demandas anheladas por el movimiento sindical y la CUT. Un camino que no ha sido fácil y que ha demando muchos esfuerzos por nuestra parte.
Hemos construido una estrategia sindical que nos ha permitido avanzar. Iniciamos este proceso haciendo un gran paro nacional el 11 de julio del 2013, señalando con fuerza que cualquier proyecto país que pretendiese enfrentar la desigualdad horrorosa que vivimos, debía hacerlo asumiendo que existía una deuda con los trabajadores y trabajadoras y especialmente con el sindicalismo.
Nos pronunciamos durante el proceso electoral, reuniéndonos con todos los candidatos presidenciales que quisieron escuchar los planteamientos de la Central. Nos pronunciamos en segunda vuelta por el programa que mejor representaba los intereses de los trabajadores y señalamos con claridad que nos pronunciábamos asumiendo que debía cumplirse ese mínimo establecido en el programa. Y una vez que asumió el Gobierno, actuamos con audacia para avanzar en nuestras demandas, poniendo como un punto fundamental en el debate del salario mínimo, la urgencia por devolver poder y derechos a los sindicatos como el mejor y mas efectivo mecanismo que permitiera redistribución de los ingresos en este país.
Y en esto no debemos llevarnos a error, nuestra apuesta es, ha sido y será por y para los trabajadores y  por eso asumimos un debate de salario mínimo ya no sólo como una negociación por un reajuste, sino como una oportunidad para devolver los derechos arrebatados. Apostamos por una negociación de salario mínimo donde se pusiera en el centro el debate sobre una política salarial inexistente en nuestro país hasta ahora y que de una vez enfrentase el problema de la pobreza por la vía del salario y hemos avanzando.
Hoy tenemos un primer informe de la comisión para una política salarial, aspecto relevante si consideramos que de acuerdo a los datos de la Encuesta CASEN 2013, un 7% de los trabajadores asalariados son pobres, cifra que aumenta a 16,7% utilizando la metodología multidimensional y que en un hogar pobre trabaja 0,9 personas en promedio, mientras que en un hogar no pobre, 1,5 personas.
Pero junto con enfrentar este realidad, firmamos la fecha de ingreso para un proyecto que fortaleciera el sindicalismo y la negociación colectiva. Si hoy estamos debatiendo una reforma laboral, es precisamente por este camino y estrategia construidos desde la Central.
Lo hemos demostrado, es posible avanzar en proyectos de ley, escuchando a los actores sociales. Es posible incidir y no ser solo un agente que demanda cambios sin ser un actor protagónico.
No cabe duda que este proceso ha sido complejo, enfrentamos un debate con el ejecutivo donde llevamos todas nuestras propuestas a abordar en un proyecto de este envergadura, algunas de nuestras propuestas fueron acogidas, otras asumidas parcialmente y otras no consideradas, nos enfrentamos incluso a la sorpresa de un proyecto ingresado al parlamento que incorporo materias que no habían sido discutidas con nosotros en el proceso pre-legislativo. Sin embargo, no cerramos la puerta, a diferencia de la actitud que el mundo empresarial a expresado públicamente, nosotros nos propusimos seguir incidiendo para cambiar los aspectos negativos del proyecto de ley. Nos reunimos con el ejecutivo y el parlamento, fuimos a exponer nuestra posición como central a las audiencias de la comisión de trabajo de la cámara de diputados y seguiremos en este proceso en cada paso de avance del proyecto de ley.
Pese a todas las criticas que se puedan señalar, quienes creemos en la urgencia de cambios en nuestra país, no seremos los que cierren la puerta o que por la vía de la critica extrema, terminemos en la vereda de los empresarios o aquellos que rechazan la reforma por defender sus mezquinos intereses. No todos rechazamos la reforma laboral, caer en ese juego sería entregarles en bandeja a los poderosos de siempre, la posibilidad de detener los cambios y especialmente detener esta reforma.
No hemos trabajado y levantado una estrategia para terminar abortando un proyecto de ley. Estamos convencidos de que es posible avanzar más y que podemos cumplir de mejor manera incluso con lo que el programa de gobierno plantea en esta materia. Por eso no estamos ni estaremos en la vereda del rechazo, porque no seremos responsables activos o pasivos de condenar por más años a los trabajadores a vivir negociaciones colectivas con grupos negociadores que les pongan piso y techo a sus aspiraciones, no seremos cómplices pasivos de quienes pretenden impedir el derecho a huelga efectivo terminado con el reemplazo y el descuelgue, no seremos los que le cerremos la puerta a los trabajadores a contar lo antes posible con titularidad en la negociación colectiva y piso mínimo.
Lo dijimos el año pasado y lo repetimos hoy: seremos los más leales con las transformaciones comprometidas para Chile pero también los que más presionaremos por que se cumpla.
Con esa misma convicción y fuerza es que decimos que es posible avanzar más. Hoy es claro que no estamos discutiendo el mismo proyecto de ley que ingresó en diciembre del año pasado. En cinco grandes titulo agrupamos los temas que debían ser sujeto de cambio o eliminados del proyecto de ley: criminalización de la actividad sindical, la mirada temerosa del derecho a huelga, la excesiva injerencia del Estado en la negociación colectiva, la restricción tácita de la negociación a nivel de empresa y las normas que pudieran ser retrocesos para el mundo sindical. Sobre todas estas materias, realizamos indicaciones como Central Unitaria de Trabajadores.
Hoy, es posible sostener que hemos avanzado en el proceso de debate en particular del proyecto de ley. Nos reunimos la semana pasada con el presidente de la comisión de trabajo de la cámara de diputados, Lautaro Carmona, y nos entregaba de primera fuente la información de que hoy ya se ha eliminado la criminalización de la actividad sindical y la excesiva injerencia del Estado en la negociación colectiva y sobre las indicaciones que vienen, la huelga será sin apellido, pues se elimina el concepto pacífico y se acotan los servicios mínimos de tal forma que no alteren el derecho esencial a la huelga; a saber, el detener la producción que es lo que se busca con la paralización. Se incorpora un capitulo especial al proyecto de ley que repone el derecho a negociar de federaciones y confederaciones, eliminando la arbitrariedad de impedir la organización sindical más allá del nivel de empresa. Se repuso el silencio positivo, es decir, si un empleador no responde a la propuesta de contrato colectivo, entonces se dará por aprobada la propuesta del sindicato. Sin embargo y pese a estos avances, aun tenemos pendientes en esta etapa de debate.
Para que esta reforma laboral sea de verdad un instrumento que empareje la cancha, se   requiere asegurar que los servicios mínimos no se constituyan en una treta para que los empresarios terminen imponiendo el reemplazo en la huelga, se requiere que el piso asegure que ningún empleador pueda responder a un sindicato por menos de lo que ya tenía más el IPC. Estamos por sacar por pactos de adaptabilidad porque en chile ya existe demasiada flexibilidad, y por sobre todo se requiere que de una vez por todas dejemos de mirar temerosos la organización sindical, la negociación ramal o supraempresa es un derecho. Si los empresarios pueden organizarse y presionar de manera ramal es tiempo que ello se garantice también para los trabajadores y trabajadoras a través del derecho a negociar para las federaciones y confederaciones.
No tenemos temor al debate parlamentario, pues hemos visto la sintonía que han expresado los parlamentarios con las propuestas de la CUT, especial reconocimiento nos merecen los parlamentarios que han hecho posible este debate, los parlamentarios de la nueva mayoría. De nada habría servido nuestros esfuerzo y trabajo por instalar a 10 meses de llegado este Gobierno un proyecto de reforma laboral, si esta iniciativa se hubiese rechazado en la comisión de trabajo pues eso implicaba no discutir por un año un proyecto como este.
Pero aun cuando sabemos que hay puntos de acuerdos con los parlamentarios, creemos que no podemos bajar la guardia, pues sabemos de las presiones que están ejerciendo grupos de poder como el empresariado para detener los avances y sabemos que estas presiones cada vez serán mayores y serán representadas dentro del parlamento por aquellos que defienden sus intereses de clase.
Se acusa que un proyecto como este va a aumentar las tasas de desempleo, pero este argumento que con tanta liviandad se sostiene por parte de algunos, parte de la precisa que mayores derechos colectivos implican menos ganancia y por tanto, lo que se resguarda ahí es solo cuidar las tasas de ganancias de los empleadores por la vía de reducción de costos, es decir, buscando el despido para dejar de gastar en salarios. Pero más grave aún, es que se pretenda hablar de baja en productividad o desarrollo, cuando lo concreto es que un trabajo con mejores rentas, equivale a un trabajador que gasta y consume en el mercado nacional y por tanto fortalece precisamente a los que se supone afectaría este reforma, a saber, la pequeña y mediana empresa (PYMES).
Es por esto que queremos ser claros, un proyecto como el que estamos debatiendo es de tal relevancia que pese a la intención de algunos por buscar grandes acuerdos y consensos, no podrá contar con la venia de todos y todas. Estamos hablando de un proyecto de ley que busca nivelar las condiciones entre empleadores y trabajadores redistribuyendo el poder y es evidente que ante ello, sectores minoritarios pero poderosos van a buscar todos los medios para detener los avances so pretexto de una mal entendida gobernabilidad y estabilidad.
La nueva mayoría cuenta con los votos para aprobar este proyecto y cuando se trata de cumplir lo prometido no se debe tener temor a ejercer las mayorías que la ciudadanía les ha entregado.
Esperamos que bajo esta compresión y responsabilidad con los chilenos y chilenas, con sus trabajadores y trabajadoras, no existan dudas ni matices dentro de la Nueva Mayoría para avanzar e incluso profundizar más aun el proyecto de ley que moderniza las relaciones laborales. Pues de lo que se trata es de eso, simplemente de ponernos a tono con una legislación que tal como existe hoy, ha sometido a una esclavitud moderna a muchos y muchas.
Pero nuestro camino no se agota aquí, estamos avanzando un gran paso en nuestras demandas, pero nuestro horizonte por una nueva institucionalidad laboral sigue intacto. Seguiremos aspirando a construir un código de trabajo en democracia pero también, y de manera urgente, a avanzar en condiciones de dignidad para los trabajadores y trabajadoras del sector público. No olvidamos nuestro compromiso con todas y todos y sabemos que tan necesario como los cambios que hoy discutimos en el código del trabajo, es hacernos cargo del debate por la dignidad del empleo en el Estado.
No podemos imponerle nuevas normas al mundo privado sin asumir que como Estado existe una deuda profunda con sus trabajadores y que ha llegado el tiempo de saldarla. Se ha avanzado en las negociaciones sectoriales, donde nuestro llamado es a cumplir con lo acuerdos adquiridos con las organizaciones y hemos establecido en el marco de la negociación del sector público políticas que no solo se hacen cargo de las demandas reivindicativas económicas, sino también de la estabilidad funcionaria y los trabajadores a honorarios. Pero no es suficiente.
Se requiere desde ya iniciar el debate con las organizaciones sobre los cambios anunciados el 21 de mayo pasado por la presidenta. Es imprescindible que el camino hacia nuevas relaciones laborales en el Estado cuente desde un inicio con la mas activa participación de quienes serán los afectados por estas políticas.
Y permítanme una mención especial a los trabajadores a honorarios, le duele a Chile que funcionarios de trayectoria y por años entregados al servicio público, no cuenten con mínimas garantías y protección por su calidad de empleados de tercera categoría, y el rostro más doloroso de esta figura contractual ha sido no solo el despido sin una mínima retribución por los años servidos a los trabajadores sino también la muerte de los funcionarios que por encontrarse a honorarios o contrata no cuentan con ningún mecanismo de protección a sus familias cuando han fallecido en servicio. De ellos no solo debemos discutir con el Estado, sino que como Central hemos asumido el firme compromiso con sus demandas y estamos trabajando de conjunto con sus organizaciones.
En este mismo camino es que estamos trabajando por que se cumpla con el compromiso de mejores condiciones laborales para los trabajadores del campo, por la vía de un nuevo estatuto del temporero y seguimos trabajando a paso firme por superar las desigualdades dentro del mundo laboral entre hombres y mujeres y recogiendo experiencias sobre incorporación en dignidad de los jóvenes al mundo del trabajo.
Sin duda que el empleo juvenil y el empleo femenino son grandes temas país, pero también es cierto que estos debates no se resuelven solo ampliando la cobertura de empleabilidad. Necesitamos más que eso, se debe avanzar en correcciones a la ley de equidad salarial para garantizar que tengamos acceso a salarios justos y  en igualdad de condiciones que los hombres, pero también romper con las barreras para asumir cargos dentro de los directorios de empresas o empleos de alto nivel de calificación en áreas productivas y en el caso del empleo joven, debemos garantizar condiciones de desarrollo y formación para el trabajo que permita la movilidad de éstos en empleos cada vez más estables y mejor remunerados. Terminar con la proletización de los profesionales jóvenes, que asumen grandes costos familiares para estudiar carreras universitarias que luego derivan en empleos y salarios muy por debajo de la inversión realizada y en áreas que muchas veces nada tiene que ver con su especialización.
Nos importa tanto como a otros, asumir estos debates pero asumirlos más allá de la cuantía de puestos de trabajo, queremos que estos debates sean sobre la dignidad del trabajo, esa que no se compra, sino que se conquista.
Sabemos que en algunos casos, estos debates podemos resolverlos por la vía de mesas de trabajo con los actores involucrados y estableciendo regulaciones y protección a los derechos laborales. Es posible abordar la realidad de los trabajadores del mundo del arte y la cultura por esta vía y lo mismo en el caso de las trabajadores de las comunicaciones y de los medios. Tenemos otras realidades particulares como las trabajadoras en domicilio que también requiere un tratamiento especial por su realidad, pero lo cierto es que todas estas demandas pueden ser abordadas en mesas sectoriales como se logró en su momento con los trabajadores del comercio.
Sin embargo, hay otros aspectos de este debate que no se resuelve con mesas sectoriales y es el problema del desarrollo económico de nuestro país. Mucho se dice hoy sobre los impactos negativos que tendrán las reformas estructurales para el desarrollo económico. Mucho se nos ha chantajeado con que seguir profundizando las reformas puede llevar a un efecto preocupante en la inversión y la macro economía, y ciertamente que ante los debates que estamos llevando a cabo en nuestro país, no podemos creer que el impacto será cero, pero con esa misma claridad es que nuestro llamado es a enfrentar, entonces, el debate sobre el modelo de desarrollo y la estrategia de desarrollo que hemos sostenido por décadas. Avanzar en mas y mejores políticas sociales es un desafío para el país en todos sus ámbitos y  en materia económica el desafío es superar  el actual modelo de crecimiento basado en la exportación bruta del cobre o la economía de servicios y avanzar hacia un estadio de desarrollo superior, hacer eco de la urgencia de avanzar en innovación y uso inteligente de la tecnología para contar con mejores niveles de productividad.
Es evidente que mayores gastos sociales exigen un mercado capaz de hacer frente a este desarrollo con equidad, pero para ello lo que corresponde es asumir con fuerza la agenda de productividad e innovación que se ha propuesto y no pretender detener los avances en políticas sociales a la espera de que se atrevan los empresarios a innovar. De este debate no quiere ser ajeno el movimiento sindical, pues como trabajadores somos el motor de la producción y un puntal fundamental cuando se trata de pensar cambios en el modelo productivo.
Este desafío además, nos lleva inevitablemente a entender el debate en educación desde un nuevo prisma, no solo queremos educación gratuita y de calidad en todos los niveles de formación, desde la educación inicial hasta la educación superior. También queremos que el sentido del sistema educacional este estrechamente vinculado, sobre todo en el ámbito superior, al debate sobre el Chile que queremos construir y que requiere entonces estar estrechamente relacionado con el mundo del trabajo. Fracasaríamos como sociedad si el debate sobre la formación superior solo se restringe al mecanismo de financiamiento y democracia interna, debemos atrevernos sin temor a debatir sobre la relación que tendrá la formación superior con las reales necesidades de nuestro país a futuro para hacer sostenible en el tiempo los derechos que hoy buscamos consagrar. Se requiere debatir con franqueza cómo apostamos no sólo por la formación de profesionales, sino también de trabajadores de alto nivel técnico y el desarrollo de profesionales dedicados a la investigación aplicada. De este debate, en que la educación y el mundo del trabajo no pueden entenderse por separados, como movimiento sindical también seremos actores y estaremos junto a todos los actores del mundo de la educación haciendo causa común por estos cambios, con la mesa social y con nuestro consejo nacional de trabajadores de la educación.
Es tiempo de que el debate educacional dialogue de manera efectiva con la formación para la vida y el trabajo y que en ello se produzcan vínculos estrechos entre el ministerio de educación y del trabajo, para que sea un camino común el del desarrollo en educación superior con la capacitación o formación continua. Es esta comprensión la que tenemos sobre el tema de la capacitación, el primer paso es fortalecer los programas hoy existentes y robustecer instancia tripartitas como Chile valora, pero eso debe transitar a paso firme hacia la relación entre modelo de desarrollo, formación en educación superior y formación continua en el mundo del trabajo.
Tenemos además, un desafío que quizás es de los más relevantes para el mundo trabajo, el debate sobre la seguridad social y dentro de ello, sobre el sistema previsional. Lo dijimos y lo volvemos a repetir: somos partidarios de terminar con el sistema de AFP y construir un nuevo modelo previsional de carácter solidario, con participación del estado y aporte de empleadores y trabajadores, que garantice una tasa de reemplazo o pensión equivalente al 70% de lo que recibía como activo el trabajador. Con estos postulados es que fuimos a exponer a la comisión convocada para debatir sobre el sistema de pensiones en nuestro país y expresamos ahí con claridad nuestras propuestas. Estamos expectantes sobre los resultados de este informe, el que será presentado en el mes de agosto. Como trabajadores no solo estaremos atentos a las conclusiones de dicho informe, sino que alertas para impulsar nuestras propuesta en el debate que se abrirá.
Pero con la misma claridad con que buscaremos incidir en este debate, tenemos claro que ha llegado el momento de debatir sobre estas materias comprendidas como parte de una política nacional de seguridad y salud en el trabajo. La protección del tiempo pasivo de un trabajo y su dignidad no es ajeno al debate sobre las mejores condiciones de seguridad y salud en el periodo activo o los mecanismo de protección en tiempos de cesantía. Cuando hablamos de pensiones, hablamos de garantías y seguridad social y esas deben comprenderse como parte de una única política en todos sus momentos.  
Como pueden ver, estamos pasando a la ofensiva como movimiento sindical, no restándonos de ningún espacio o debate. Estamos al servicio de cambios profundos para nuestro país sin vuelta atrás y con la responsabilidad clara de que no podemos pretender que los cambios avancen, si en este proceso no somos contribuyentes y activos.
Pero tal como señalábamos en otros momentos, este proceso de acción lo enfrentamos en un escenario nacional donde la disputa entre quienes quieren cambios que profundicen la democracia y la igualdad y quienes no están por estos avances, esta en pleno desarrollo y cada vez con más fuerza.  Mientras unos pretenden imponer sus visiones de minoría y exigen que el Gobierno no cumpla con lo prometido a los chilenos y chilenas en la elección presidencial, otros apostamos a cumplir e ir más allá. No queremos ni pretendemos polarizar al país, pero no hemos sido nosotros los que hemos asumidos posiciones ideológicas como nunca antes habíamos visto asumir posiciones al empresariado.
Hoy mas que nunca es necesario cumplir y superar el status quo al que algunos quieren llevar al país. Hoy más que nunca debemos romper con los candados impuestos por los poderes fácticos, que eran los que gobernaban bajo cuerda. Hoy es imperativo avanzar de la mano de la ciudadania para construir ese Chile de todos que anhelamos.
Por eso es que asumiendo que tenemos aún muchos desafíos en el ámbito del trabajo, no seremos ajenos a todos los grandes debates que cruzan a nuestro país. Somos por esencia una organización político sindical y estamos comprometidos con mejores condiciones para todos y todas los chilenos y chilenas y ese mejor chile debemos construirlo entres todas y todos.
Ya no es posible pretender avanzar en reformas o cambios estructurales y que estos no contengan la opinión y decisión de los actores involucrados, no podemos pretender seguir avanzando si no asumimos que es clave el rol de la ciudadanía y de las organizaciones vivas de la sociedad para enfrentar este proceso de cambio y transformación. No somos neutrales como movimiento sindical, estamos en la vereda de los grandes cambios, pero también esperamos que esta disposición expresada sea asumida por el Gobierno como una urgencia: debemos avanzar con todas y todos los que estamos comprometido con un mejor país.
Chile quiere y demanda cambios, lo señaló con claridad el informe del PNUD la semana reciente. los chilenos y chilenas quieren cambios y quieren que estos avancen rápido, pero hay desesperanza aprendida. Pese a querer los cambios y esperar que se cumpla con ellos, hay dudas de que estos cambios se realizarán; la manera de responder a este Chile que clama por mas justicia social es escuchándolos, es invitándolos a participar, es haciéndolos parte de los cambios y actores protagónicos del destino del país. Respaldamos el llamado de la presidenta de la República anunciado en cadena nacional sobre el debate de una nueva constitución, pero queremos que este proceso no solo sea dialogado con el mundo social, llamamos a legislar para que se faculte al presidente de la República a convocar a un plebiscito que defina el mecanismo por el cual construiremos una nueva carta fundamental para nuestro país.
No debemos escatimar esfuerzos por reconstruir la relación entre la política y la ciudadanía y ese proceso, exige que nos atrevamos a superar los limites conocidos hasta ahora y a confiar en la voz de las mayorías. No debemos temer al pronunciamiento de la sociedad y menos cuando se trata de construir entre todos la nueva constitución para Chile. Tenemos hoy los instrumentos, propuestas desarrolladas por el consejo asesor presidencial para la transparencia, conflicto de interés y la corrupción.
Sabemos que no es una tarea fácil avanzar en mas participación, pero es a nuestros ojos, el único y mejor camino para que de verdad podamos hacer de la democracia, una democracia plena, una democracia participativa. No basta con la consulta electoral, es tiempo de superarnos y derrocar desde sus cimientos el legado de la dictadura abriendo las puertas a una verdadera y profunda democratización de Chile. Presidenta, si ese es el camino, cuente con nuestro esfuerzo decidido para avanzar en este objetivo. No seremos de los que hablemos que con esta medidas se busca desviar la atención, sabemos a ciencia cierta que solo de este manera podremos superar la crisis de confianza que atraviesa nuestro país.
Pasos significativos se han dado, estamos avanzando con el cumplimiento de reformas como la creación del ministerio de la mujer, demanda de larga data que hoy al fin se ha concretado, tan necesario a la luz no solo de los femicidios y la mirada objetual de la mujer, sino también por las practicas tan naturalizadas en nuestro país de acoso y violencia contra nosotras. Se ha terminado con el sistema electoral binominal, cómo no vamos a saludar que se acabó la dictadura de las minorías en el parlamento y avanzamos hacia un sistema más inclusivo y representativo en materia electoral, con cuota de género incluida.
Comenzamos el debate en educación de los proyectos de desmunicipalización, carrera docente y educación superior,  despejando el primer nivel del debate: sentarnos a hablar de la calidad de la educación con los verdaderamente comprometidos con la enseñanza, sacando del debate a quienes so pretexto de la calidad solo buscaban proteger sus intereses económicos.
Iniciamos el debate sobre los derechos reproductivos de las mujeres, rompiendo con los candados que impedían hablar de aborto pero que finalmente bajo argumentos de cuestionable moralidad, buscan impedir el legítimo derecho de las mujeres a decidir sobre sus vidas.
Se legisló una reforma tributaria que obliga a los poderosos a pagar los impuestos que corresponden como lo hacemos todos y todas los trabajadores y trabajadoras. Y hoy, se avanza en regular de manera efectiva el control y poder del dinero sobre la esfera de la política y el servicio público. Hemos dado pasos y con esta misma convicción es que esperamos seguir avanzando este año, asumiendo además el debate por una nueva constitución no solo como un nuevo orden social, sino como un nuevo relato para el país, para que nunca más se pueda imponer el poder del dinero sobre todo derecho o labor.
Lo que ha hecho crisis en nuestro país no es solo una manera de concebir la relación entre los negocios y la política, es más profundo que eso: Es una manera de concebir la sociedad donde el que tiene más es el que puede surgir y donde lo que importa no es como se obtiene el dinero sino lo que puedo hacer al tenerlo. Se debe terminar con el imperio del dinero controlando la vida de las personas y eso no se resuelve solo con buenas leyes y regulaciones, es tiempo de que nos atrevamos a decir basta a esta manera de construir sociedad y relacionarnos, donde solo los poderosos de siempre son los que tiene voz y derechos.
Es por esto que como central unitaria de trabajadores no permitiremos que en este tiempo precioso para hacer cambios, unos pocos busquen imponer sus intereses por sobre el conjunto de la sociedad y ante la ofensiva y arremetida del mundo empresarial, nosotros comenzaremos desde ahora a organizar una gran movilización para la primera quincena de Julio donde diremos con fuerza: Que nadie detenga los avances!!.
Los cambios llegaron para quedarse y profundizarse, porque ya no resistimos más vivir bajo las reglas del juego actual. Han sido décadas de agobio y dolor por no tener como educar a nuestros hijos, por no contar con una salud pública fortalecida, por no poder enfermar por el alto costo de los medicamentos, por no contar con un sistema de transporte publico que piense en los usuarios antes que nada,  por no tener mas que para comprar lo esencial para alimentarnos y poder llegar a fin de mes. Ante esta realidad nos revelamos, pero nos revelamos actuando para que los cambios se profundicen y se hagan con nosotros. Por eso nos movilizamos en julio, para que terminemos con los candados que impiden ese Chile más justo que todas y todos soñamos.
Podrán existir cientos de matices y diferencias, pero en este periodo de la historia nacional la linea divisoria es muy clara: Los que lucharemos por los cambios que nos permitan acumular más y más fuerza y los que buscarán por la vía de la critica a todo, dejar las cosas tal como están hoy. Que todo cambie para que nada cambie. Como CUT nos jugaremos en la vereda de los cambios y la acumulación. La crisis no puede ser aprovechada por los que no quieren cambios, por eso nos jugamos por la movilización de julio, para mostrar donde están las mayorías en este país. El empresariado ha sido claro, ellos no quieren ninguna reforma, se han opuesto a todos los cambios propuesto y hoy chantajean con la inversión para detener el debate constitucional. No podemos quedar impávidos ante esta realidad, es el tiempo preciso para despertar y levantar nuestras banderas por los cambios.
Este mes de julio, marcharemos por todas las ciudades del país, para decirle a quienes chantajean con las inversión y la productividad que Chile quiere una nueva constitución discutida en democracia y no impuesta bajo el control de la metralleta, para decirle que los trabajadores estamos por una reforma laboral y que nos organizamos en sindicatos para negociar mejores condiciones salariales y de trabajo y por tanto también le decimos a los legisladores que queremos negociación ramal.
Chile esta abriendo las puertas a la democracia, Chile esta lentamente abriendo las puertas a mecanismos que superen las desigualdades, pero los trabajadores queremos que se abran de par en par. Por eso reafirmamos presidenta, que junto con iniciar en septiembre el proceso de discusión constitucional, envíe lo antes posible un proyecto de ley que otorgue a los presidentes la facultad para convocar a plebiscitos. Los trabajadores no le tenemos miedo a la mayoría popular, los trabajadores están cansados que todo sea discusiones de alturas sin consultar la soberanía nacional, los trabajadores no tenemos ningún miedo a la democracia.
Trabajadores y trabajadoras, estudiantes, organizaciones sociales, partidos políticos que hoy nos acompañan, el movimiento sindical agrupado en la Central Unitaria de Trabajadores hoy se pone la servicio de los desafíos país. Hoy le decimos a los chilenos y chilenas que vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que nunca más en Chile tengamos que volver a vivir las desigualdades e injusticias que hemos vivido durante estos años, le hablamos a todas y todos para comprometer todas nuestras fuerzas y energías por levantar nuestro país en el norte y en el sur. Le hablamos a todas aquellos esperanzados en que es posible construir un chile más justo y solidario y nos comprometemos con ellos, con nuestros hijos y nietos a no desfallecer en la tarea imperiosa de devolverle el derecho a soñar a cada uno de ustedes y sus familias.
Vamos a ensanchar las alamedas por donde transite el hombre y mujer libres y dueños de su destino. El movimiento sindical avanza y seguirá avanzando para superar todos los enclaves autoritarios que persisten en nuestro país y lo haremos en unidad, lo haremos de conjunto con todos y todas, lo haremos con solidaridad de clase y asumiendo que estamos llamados a actuar hoy más que nunca por el futuro nuestro y los que vienen. No es solo tiempo de soñar, porque hoy nuestros sueños pueden ser la realidad anhelada, es tiempo de actuar y de avanzar. Ni un paso  atrás por nuestras luchas y un mejor Chile!!

Mil veces venceremos!!
Bárbara Figueroa Sandoval
Presidenta Central Unitaria de Trabajadores de Chile
FUENTE : DIARIOREDDIGITAL

PORQUE EL 1° DE MAYO ? , DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR.

Casi 80 años de lucha de la clase trabajadora en los Estados Unidos por la mejora de las condiciones de trabajo y la reducción de la jornada laboral sumada a la masiva convocatoria que tuvo la gran huelga general del 1° de mayo de 1886, hicieron que los capitalistas temieran que fuera el principio de una revolución social. Por eso persiguieron a dirigentes obreros y armaron un juicio que condenaría a los mártires de Chicago. No es extraño que en este país y en Canadá no se celebre esta fecha.
Los orígenes de la lucha por las 8 hs.
En 1817 el socialista utópico inglés Robert Owen formuló el objetivo de la jornada de 8 hs., dejando el lema de ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación, ocho horas de descanso.
La Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) en su primer congreso en Ginebra en septiembre de 1866, reanudó la discusión de las 8 hs. como objetivo inmediato. En el Concejo General de Londres Los representantes de Marx propusieron:
1. El congreso considera la reducción de las horas de trabajo como el primer paso en vista de la emancipación obrera.
2. En principio, el trabajo de 8 hs. diarias debe ser considerado suficiente.
3. No habrá trabajo nocturno, salvo en casos previstos por la ley.
El III Congreso de la Internacional en Bruselas de septiembre de 1868 se pronunciará unánimemente en favor de la disminución legal de las horas de trabajo.
La lucha en Estados Unidos
Los primeros movimientos en favor de la reducción de la jornada de trabajo en Estados Unidos se dieron a principios de 1800. En 1803 triunfaron los carpinteros de ribera y en 1806 los carpinteros de construcciones urbanas de Nueva York. Pero en 1832 en Boston, la primera huelga en favor de las 10 hs por los calafateadores y carpinteros fracasó.
En 1845-46, las huelgas se repitieron continuamente en los Estados de Nueva Inglaterra, Nueva York y Pensilvania. A fines de 1845 en Nueva York se celebró el primer Congreso obrero acordando la organización de una sociedad secreta. Después del Congreso industrial celebrado en Chicago en 1850, muchas ciudades se organizaron en agrupaciones para obtener la jornada de 10 hs. por medio de la huelga. Lentamente los obreros conseguían lo que pretendían. En algunos Estados se promulgó la legalidad de las 10 hs. Desde entonces, los obreros norteamericanos consagraron todos sus esfuerzos a obtener la reducción de la jornada de trabajo a 8 hs.
A partir de 1868 hubo cientos de huelgas por las 8 hs, animando a los obreros a inclinarse cada vez más a las ideas socialistas. De 1870 a 1871 los alemanes residentes en EE.UU. empezaron a organizar las primeras fuerzas de la AIT (la I Internacional ). De 1873 a 1876 se registraron huelgas en los Estados de Nueva Inglaterra, Pensilvania, Illinois, Indiana, Misuri, Maryland, Ohio y Nueva York. Todas fueron reprimidas a balazos, golpes y prisión. En 1880 quedó organizada la Federación de los trabajadores de los Estados Unidos y Canadá, que en octubre de 1884 llamó a luchar por la jornada de 8 hs.. La reduccion de la jornada laboral debía hacerse efectiva el 1º de mayo de 1886.
Primero de Mayo de 1886 
En Chicago, una asociación por las 8 hs con grupos socialistas y anarquistas celebraba reuniones al aire libre, para preparar la huelga del 1° de mayo.
Albert Parsons haría en The Alarm, el órgano de los anarquistas norteamericanos, una enérgica campaña. Arbeiter Zeitung, era el órgano más importante de los anarquistas alemanes. Ambos periódicos agitaron la opinión de tal manera que se preveía que la lucha iba a ser terrible. Los oradores anarquistas que más se distinguieron en los mítines fueron: Parsons, August Spies, Samuel Fielden y George Engel.
A medida que se aproximaba el 1° de mayo, los capitalistas empezaron a temer, y decidieron organizarse para resistir la lucha de los obreros. El primer conflicto entre patrones y obreros fue en la fábrica McCormick, donde fueron despedidos 2.100 obreros por negarse a abandonar sus respectivas organizaciones.
El 1° de mayo miles de trabajadores proclamaron la jornada de 8 hs La paralización de los trabajos se generalizó. En unos cuantos días los huelguistas habían llegado a más de 65.000. Las reuniones se multiplicaron. Seiscientas mujeres pertenecientes al ramo de sastrería se sumaron a las manifestaciones. 
El 2 de mayo hubo un mitín de los despedidos de la fábrica McCormick. Los oradores fueron Parsons y Schwab. El 3 se celebró un importante mitín cerca de McCormick. A las cuatro sonó la campana de McCormick y empezaron a salir los obreros que continuaban trabajando. Una gran parte de los reunidos se dirigieron hacia McCormick, empezaron a arrojar piedras a la fábrica, pidiendo la paralización de los trabajos. Cuando intentaron frenar la entrada de esquiroles, dos obreros fueron asesinados por la policía.
Aquella misma noche se reunieron socialistas y anarquistas. Se convocó un mitín en la plaza Haymarket, en el sur de Chicago para la noche siguiente, a fin de protestar contra la brutalidad policial.
El 4 de mayo concurrieron más de 3.000 trabajadores al mitín en Haymarket. Samuel Fielden ya terminaba su discurso, cuando unos 180 policías interrumpieron con las armas preparadas. El capitán ordenó disolver el mitín y sus subordinados fueron avanzando en actitud amenazadora. Cuando era inminente el ataque de la policía, cayó una bomba entre la primera y segunda compañía. Cayeron más de 60 policías heridos y 7 muertos.
La policía disparó sobre el pueblo, que huyó en todas direcciones. Perseguidos a tiros por la policía, unos 38 obreros murieron y otros 115 fueron heridos.
Comenzó una terrible persecución. Se hicieron allanamientos donde arrestaron a pacíficos ciudadanos sin causa alguna. El Arbeiter Zeitung fue suprimido y todos sus impresores y editores detenidos; los oradores de Haymarket fueron detenidos (menos Parsons que se había ausentado) y los mitines fueron prohibidos en todo el país, decretando el estado de sitio.
Circulaban rumores absurdos de supuestas conspiraciones contra la propiedad y la vida de los ciudadanos. Los medios de comunicación burgueses pedían la horca contra los perpetradores del crimen de Haymarket.
El 5 de mayo en Milwaukee, la policía respondió con una masacre sangrienta en un mitín de trabajadores, acribillaron a ocho trabajadores polacos y un alemán por violar la ley marcial. En Chicago, se llenaron las cárceles de miles de revolucionarios y huelguistas.
El juicio a los mártires de Chicago
En junio comenzó el juicio, Grinnell fiscal del Estado, fundaba la acusación en que los procesados pertenecían a una sociedad secreta que se proponía hacer la revolución social y destruir por medio de bombas el orden establecido.
Los testimonios no pudieron probar nada. Para comprobar el delito de conspiración, el fiscal acudió a la prensa anarquista, presentando trozos de artículos y discursos de los procesados. El objeto era aterrorizar a los jurados, ya mal predispuestos. Se llegó al punto de exhibir armas, dinamita y ropas ensangrentadas que decían ser pertenecientes a los asesinados.
La teoría del representante del Estado quedó completamente destruida, no se pudo establecer una relación entre la bomba arrojada en Haymarket y los anarquistas procesados. 
El 20 de agosto se hizo público el veredicto del jurado. Spies, Parsons, Fischer, Engel y Lingg, fueron condenados a muerte; Schwab y Fielden a reclusión perpetua y Neebe a reclusión por 15 años.
Segunda Internacional de 1889 en París
El impacto internacional que tuvo el juicio a los “mártires de Chicago” duró muchos años. En 1889 la II Internacional resuelve instaurar un dia por la lucha internacional por las 8 horas.
La fecha acordada fue el 1° de mayo de 1890, siguiendo una decisión de la American Federation of Labour, enlazándola simbólicamente con la huelga del 1° de Mayo de 1886 en EEUU y en honor a los mártires de Chicago.

DISCURSO DEL PDTE SALVADOR ALLENDE EN EL DÍA DEL TRABAJADOR 1971

Trabajadores de Chile:
Éste no es un día de fiesta; éste es un día de recuerdo, de rememoración. Un día para mirar hacia atrás, más allá y dentro de la frontera de la patria y rendir un homenaje a todos aquellos que, en distintas latitudes, cayeron luchando por hacer más digna la vida del hombre y conquistar la auténtica libertad.
Hoy termina una semana en la que, por mi intermedio, el Gobierno del pueblo ha dialogado con los más diversos sectores nacionales. Hemos conversado con los jóvenes de la Unidad Popular; con los médicos recién graduados para señalares la responsabilidad que implica el ejercicio de su profesión; hemos estado en un organismo de la importancia de la CEPAL para llevar el pensamiento nuestro y destacar la realidad de los países pequeños, en vías de desarrollo, frente a los países industriales, para señalar, una vez más, la dura explotación a la que hemos sido y somos sometidos, y para reclamar el derecho a la autodeterminación y a la no intervención. Y, otra vez, no como político, pero sí como Generalísimo, título que me otorga la Constitución Política, he dialogado con los representantes de las Fuerzas Armadas, en este caso con la guarnición de Santiago. Junto con reafirmar como respetamos el cometido profesional de nuestras Fuerzas Armadas y de Carabineros, como son respetuosos de la Constitución y la ley, destacamos también que ellos no pueden ser una parcela independiente al margen del gran proceso de transformaciones que Chile encara en lo económico, en lo social y en lo cultural, para hacer más digna y justa la vida del hombre de nuestra tierra. Estuve dialogando, además, con la comunidad universitaria en la Universidad Técnica del Estado; con los dirigentes sindicales de Yarur, y con los trabajadores que vinieron de Panguipulli para contarme el drama de los que laboran en la madera y en los aserraderos. Hoy con este acto culmina esta semana; con este 1 de mayo tan distinto a otros primeros de mayo del pasado.
Estamos aquí en este día que tiene una profunda y honda significación; que es trascendente porque están aquí ustedes, trabajadores de Chile, junto con nosotros; porque estamos aquí Gobierno y pueblo, porque el pueblo es Gobierno, y, por serlo, interpreta las ansias y los anhelos de las grandes mayorías. Hemos llegado al Gobierno y avanzamos a la conquista del poder. La diferencia con el pasado es notoria, no sólo por la concentración multitudinaria que desde aquí diviso, que triplica y quizás aumente en cantidad superior a los actos realizados otros años, sino porque veo a miles y miles de mujeres. A ellas les rindo homenaje en dos ancianas que hace más de una hora estoy observando, y que han llegado con su cansancio de siempre a decirnos con su ejemplo cómo sienten y apoyan al Gobierno Popular.
Saludo a los representantes que han venido de otros países en su calidad de dirigentes sindicales, trayendo a los nuestros su palabra solidaria. Saludo a los personeros de países amigos, diplomáticos o jefes de misiones comerciales, y destaco la presencia en esta tribuna del jefe de la Iglesia chilena, cardenal Silva Henríquez. Ella implica un hecho de profundo contenido, porque él tiene conciencia de que en el Gobierno del pueblo han sido y serán respetadas todas las creencias. Siendo mayoritaria la Iglesia Católica chilena, recibe el cariño popular porque cada vez su verbo está más cerca del pensamiento de Cristo.
Y saludo a todos los dirigentes sindicales chilenos, a mis compañeros dirigentes de la CUT. Y rindo homenaje a aquellos que, si bien ya cumplieron con su deber, nunca dejaron de estar junto a los trabajadores, en la persona del primer presidente de la Central Única, mi estimado amigo Clotario Blest.
Hemos venido a hablarle al pueblo; a hablarle de sus derechos, de sus deberes fundamentales, de sus responsabilidades. Yo quiero que ustedes mediten el alcance y el contenido de mis palabras. Algo grande y trascendente ha sucedido en la patria con la victoria del 4 de septiembre. No ha sido un hecho casual; ha sido el esfuerzo sacrificado y anónimo de millares y millares de chilenos que tuvieron fe en ellos mismos, que creyeron en los partidos populares y que entendieron la gran tarea histórica que debemos cumplir. Éste ha sido el fervor de generaciones y generaciones que supieron de la cárcel, del destierro y de la muerte, para darnos la posibilidad de llegar al Gobierno y conquistar el poder. Pero la victoria alcanzada en las urnas implica una gran responsabilidad, y yo quiero que se entienda muy bien, muy claramente. Desde luego, que se sepa, que se aprecie, que se medite lo que significa que un pueblo por vez primera en la historia, dentro de los cauces legales y de las leyes de la democracia burguesa, haya alcanzado el Gobierno para trasformar la sociedad e ir abriendo camino a las profundas transformaciones estructurales que conduzcan al socialismo. Reitero: es la primera vez que esto acontece. Queremos que las libertades políticas así conquistadas se transformen en libertades sociales. Queremos que cada trabajador comprenda que la teoría revolucionaria establece que no se destruye absoluta y totalmente un régimen o un sistema para construir otro; se toma lo positivo para superarlo, para utilizar esas conquistas y ampliarlas. Es conveniente que eso se entienda y se adentre en la conciencia de cada uno de ustedes. Las conquistas políticas las mantendremos, porque el pueblo las alcanzó en sus luchas y las consagraron las leyes y la Constitución chilenas. Y los logros positivos en el orden económico, derivados del Gobierno Popular de Pedro Aguirre Cerda y expresados en el acero, en el transporte, en energía, combustibles y electricidad, serán puntos de apoyo, para extenderlos y organizar el capital social de que tanto hemos hablado.
En otro sentido, es conveniente no olvidar jamás que tenemos un compromiso y que lo vamos a cumplir: acatar el derecho de opinión, el derecho a crítica. Y de aquí les contesto a los jóvenes de la Universidad Católica -tan inquietos- que el Gobierno del pueblo respetará a los que disientan de él. No nos inquieta la crítica, lo único que exigimos es que ella se realice dentro del contexto jurídico que nosotros estamos observando.
Quiero reiterar que, por primera vez en la historia, un pueblo conscientemente ha buscado el camino de la revolución con el menor costo social. Y ese hecho es indispensable que se entienda: con el respeto a todas las ideas, con el irrestricto respeto a todas las creencias.
Quiero recordarles que tenemos un programa y que vamos a cumplirlo cualesquiera sean las dificultades que tengamos que vencer. Para que Chile rompa el retraso, la cesantía, la inflación, la miseria moral y fisiológica; para que el niño tenga futuro y el anciano tranquilidad, debemos aprovechar los excedentes que producen economías e invertirlos planificadamente en el desarrollo económico y social de nuestro país. Por eso es que son fundamentales las nacionalizaciones para fortalecer el área de la economía social de la que habla nuestro programa. Por eso vamos a nacionalizar las riquezas fundamentales en manos del capital foráneo, así como a los monopolios que actualmente también detenta el capital extranjero o el gran capital nacional.
Queremos hacerlo en función de las necesidades de Chile y su pueblo, de nuestra capacidad técnica para mantener las empresas estratégicas, no en iguales sino en más altos niveles de producción. Es esencial entender esto y también darse cuenta de que es el Gobierno el que debe acelerar o detener este proceso de acuerdo con la realidad. Y yo apelo a la conciencia de los trabajadores para que entiendan que es su Gobierno el que fija la técnica y los métodos de cómo proceder y que deben dispensarle la confianza necesaria para que pueda alcanzar las metas que se ha trazado.
Estamos abriendo en Chile un nuevo horizonte para ustedes. En los sectores social y mixto de la economía los trabajadores dejarán de ser simples asalariados. Óiganlo bien, van a dejar de ser simples asalariados para integrarse, junto a los representantes del Estado -que son ustedes mismos-, a la dirección de esas empresas, respetando la organización sindical, que tiene una actividad diferente. Si planteamos eso respecto del área social y del área mixta, debe entenderse que es fundamental que en las empresas privadas funcionen comités de producción. Hay en el país más de 35.000 empresas, y nosotros, en esta etapa, tan solo vamos a nacionalizar menos del uno por ciento -oigan bien- , y en Chile existen 35.000. Por lo tanto, debe comprenderse que la actividad de las empresas no nacionalizadas, las empresas medianas y pequeñas, es indispensable en el proceso del desarrollo económico. Queremos que en ellas haya comités de producción, porque el trabajador no es una máquina; es un ser humano que piensa, sufre, tiene esperanzas y puede contribuir al mejoramiento de la producción, aun en esas organizaciones.
El compañero Víctor Díaz, cuyo documentado discurso era necesario para que los obreros tuvieran conciencia de la realidad que confrontamos, ha señalado que el Gobierno, por mi intermedio, ha resuelto entregar el canal de la Radio Balmaceda a la CUT. Al respecto yo les digo: ¿conocían los trabajadores, los periodistas, los comentaristas, los que allí laboran, la realidad de esa empresa? Se lo voy a decir. En primer lugar, hace más de dos años que está caducada la concesión de su frecuencia de onda larga. El Gobierno demócrata - cristiano no le otorgó una nueva concesión y esa Radio Balmaceda, con un capital de 300 millones, debe 3800 millones de pesos. Y 2.800 millones los ha obtenido del Banco de Crédito e Inversiones sin ningún respaldo, y ha conseguido 700 millones más sobre la base de letras para responder a este enorme pasivo. Yo no creo, y lo digo claramente, que haga bien la Democracia Cristiana en querer adquirir esa radio, ya que implica -si no un compromiso- un hecho extraño para un partido político. Esa emisora ha perdido diez veces su capital; esa radio debe ser de los trabajadores, porque yo no la he entregado ni a los trabajadores socialistas ni a los radicales ni a los comunistas: se ha entregado a la Central Única, donde también, y por suerte, hay trabajadores cristianos, hay trabajadores de la Democracia Cristiana.
He dicho que en las empresas privadas y públicas debe haber comités de producción porque nuestra necesidad fundamental, nuestra prioridad básica, es aumentar la producción. Tantas veces lo he dicho y tantas y tantas lo volveré a decir: los pueblos progresan sólo trabajando, produciendo más, estudiando más. pero es muy distinto -y esto lo entienden y lo saben- trabajar para una minoría que producir para Chile y para todos. Por eso yo recalco e insisto que es fundamental el mayor esfuerzo, el mayor sacrificio y el mayor empeño patriótico de ustedes para trabajar y producir más, porque al hacerlo estarán asegurando el futuro de la patria y demostrando a los que conspiran contra ella y el Gobierno que se han dado. Por eso destaco que ha hecho bien el compañero Víctor Díaz en realzar lo que representa el esfuerzo de los obreros del carbón, de Purina, del salitre o de otros sectores textiles nacionalizados. Ello es demostración de una conciencia que es útil destacar y un ejemplo que hay que imitar. También es conveniente saber que el nuevo sentido del trabajo implica nuevas obligaciones. Antes, cuando el Estado estaba al servicio de los capitalistas, los trabajadores del sector público o privado adoptaban necesariamente una actitud requeritiva, postulando aumentos de sueldos y salarios frente al alza del costo de la vida. Es decir, luchaban reivindicativamente. Hoy, tienen que entenderlo, los trabajadores son Gobierno; el pueblo es Gobierno. El sector público no está financiando a una minoría. Está poniendo los excedentes económicos al servicio de ustedes, al servicio del pueblo y de Chile. Por eso es necesario mirar desde otro lado de la barricada, para asumir la responsabilidad, la enorme, la trascendente responsabilidad que implica ser Gobierno.
Una parte del Estado está en manos de los trabajadores a través de los partidos populares y de la Central Única, que representa todos los niveles de la organización sindical. Y si digo una parte del Estado es porque hay otros poderes independientes, como el Judicial o como el Legislativo, donde no tenemos mayoría. Por eso debe entenderse que, junto con las dificultades inherentes a esta realidad, hoy tenemos que fijarnos objetivos distintos. El primero de todos: consolidar el poder político. El segundo, ampliar ese poder político, el poder popular. Y hacer esto en la forma más efectiva y realista, de acuerdo a las condiciones chilenas. Cuando yo hablo de ampliar el poder político, pienso que más allá de los límites de la Unidad Popular hay miles y miles de ciudadanos que pueden estar junto a nosotros; hay cientos y miles sin domicilio político, y hay otros que, teniéndolo, no pueden olvidar ni los principios, ni las ideas, y por eso yo los llamo fraternalmente, limpiamente, a trabajar por el Chile nuevo y por la patria mejor que queremos para todos los chilenos.
Consolidar y ampliar el poder popular supone vitalizar los partidos políticos, sobre loa base de hacer efectiva la unidad, para mantener un diálogo ideológico, polémico, crítico, pero con lealtad y no mirando la parcela partidaria, sino la gran responsabilidad común que enfrentamos.
Fortalecer el poder popular y consolidarlo significa hacer más poderosos los sindicatos con una nueva conciencia, la conciencia de que son un pilar fundamental del Gobierno, pero que no están dominados por él, sino que, conscientemente, participan, apoyan, ayudan y critican su acción.
Significa fortalecer el poder popular, organizar la movilización del pueblo, pero no tan solo para los eventos electorales; movilizarlo diariamente, a todas horas, minuto a minuto. Y hay que tener conciencia de ello.
Un pueblo disciplinado, organizado, consciente, es, junto a la limpia lealtad de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, la mejor defensa del Gobierno Popular y del futuro de la patria.
Fortalecer, ampliar y consolidar el poder popular significa ganar la batalla de la producción. Óiganlo bien, compañeros trabajadores: ganar la batalla de la producción. Tengo aquí para ustedes, a mano, un resumen de un documento publicado en Estados Unidos por un semanario financiero. No reproducen los diarios chilenos lo que aquí se publica. ¿Pero qué dice? ¿Qué señala? ¿Qué se pretende entre líneas? Se afirma que los préstamos del Banco Mundial no están directamente bajo el control de los Estados Unidos, pero que gran parte del capital viene de la Tesorería de ese país, y que, con seguridad Washington puede influir en la decisión. Quieren cerrarnos los créditos, pretenden iniciar ese camino. Dice que cada actividad, y se refiere a los préstamos, parecería ser contraria a la legislación existente, que, interpretada por cualquier criterio sensato, parecería prohibir la ayuda de Estados Unidos a Chile. Y agrega, con la mejor voluntad del mundo, que los Estados Unidos podían hacer poco o nada para salvar a Chile del desastre. ¡Qué piadosos y compasivos están con nosotros! ¿no? Porque, según ellos, los trabajadores chilenos tienen menos y mucho menos que comprar ahora. Y agregan que en Chile no habrá producción. Y dicen: "Los trabajadores tienen poco tiempo para su trabajo". El ausentismo en Valparaíso promedia un 25% al día de las faenas portuarias y agregan con ironía, "salvo el día lunes, que alcanza a un 40%". Esto no se ha publicado aún en Chile, pero refleja un propósito que el pueblo debe atisbar: empezar ya a crearnos dificultades económicas que repercuten sobre las bases políticas en que se afianza el Gobierno. Los diarios nuestros, los diarios que reclaman libertad, mientras tanto publican lo que se les ocurre y reproducen artículos que, por desgracia, en muchas capitales latinoamericanas y de Europa, escriben en contra nuestra, desfigurando lo que somos, lo que queremos y a donde vamos. Pero al lado de eso, que sabíamos iba a ocurrir, está la amplia solidaridad, está la actitud de respeto de Gobiernos que, sin compartir la orientación nuestra, tienen concepciones de principio afines en cuanto a la autodeterminación y a la no intervención; está la presencia de los trabajadores, que han manifestado su adhesión a Chile en los países industriales del capitalismo y en los países industriales del socialismo; está la actitud de los trabajadores latinoamericanos, cuya solidaridad sentimos tan de cerca, porque sabemos que es leal, porque la historia de ayer y la de hoy hará posible la lucha cada vez más intima, más profunda de nuestros pueblos.
Y quiero destacar, como un hecho de gran significación moral y solidaria: la palabra de Cuba. Hace poco se realizó en La Habana una monstruosa concentración, porque era el aniversario de la victoria del pueblo en Playa Girón. Chile estuvo presente en la palabra del senador de la Unidad Popular, compañero y amigo Volodia Teitelbom. Fidel Castro, junto con hacer una síntesis histórica de las luchas de los pueblos latinoamericanos y del pueblo cubano, tuvo frases para Chile que reflejan su amplio y grande espíritu solidario, trasunto del fraternal espíritu del pueblo de Cuba por nosotros. ¿Qué dijo Fidel Castro, cuyo discurso ha sido tan solo publicado parcialmente y tergiversando, extrayendo párrafos de él para comentarlo a su sabor por los sectores reaccionarios? ¿Qué dijo Fidel Castro refiriéndose a nosotros?
"Lógicamente, nosotros estamos de todo corazón junto al pueblo chileno y estamos dispuestos a mostrar nuestra solidaridad en cualquier campo. Nosotros, por ejemplo, ahora hemos restablecido el comercio con Chile. Le enviamos azúcar, que es un producto importante del consumo popular chileno. Ellos nos mandan frijoles, ajo, cebollas.
Mientras los chilenos puedan retribuirnos nuestra azúcar y nos puedan mandar alimentos y nos puedan mandar madera, recibiremos alimentos y recibiremos maderas; pero si como consecuencia de las maniobras contrarrevolucionarias del imperialismo y de la contrarrevolución interna sabotean la producción de alimentos de Chile y el día de mañana no nos pudieran mandar ni ajos, ni cebollas, ni frijoles, no importa, no por eso dejaremos nosotros de mandar nuestra azúcar al pueblo de Chile."
Y agrega: "Al pueblo hermano de Chile, al Gobierno de la Unidad Popular, al Presidente Allende le decimos: al pueblo de Chile no le faltará azúcar, haremos lo que sea necesario, con más producción, hasta nuestro propio consumo". Y termina:
"Expreso al pueblo de Chile, desinteresadamente, fraternalmente, con el espíritu de Girón, que cuando lo necesiten pueden contar con nuestra sangre: que cuando lo necesiten pueden contar con nuestras vidas". Ésa es solidaridad, ése es un concepto de la revolución sin fronteras.
Aquí se ha pretendido decir que, a través del ofrecimiento de las vidas de los hombres de Cuba, hubiera pensado Fidel que no tenía Chile en sus Fuerzas Armadas o en Carabineros o en su pueblo la capacidad de resistencia frente a una amenaza. No. Basta recordarles a aquellos que desfiguran la palabra de Fidel Castro que nuestros pueblos nacieron a la independencia política porque hombres nacidos en patrias distintas levantaron la común bandera, y Bolívar y Sucre y San Martín y Martí y O'Higgins fueron latinoamericanos para luchar con las armas por su independencia.
Por eso, no vengan a desfigurar ni la historia ni la raíz del contenido fraterno que tienen que tener los pueblos para nuestro Gobierno y para las luchas nuestras. Pero, reitero, el gran combate, la gran batalla de Chile es ahora y será siempre la producción. La producción, que lo entiendan, que se lo graben aquí y para siempre, que se lo graben aquí en el cerebro y en el corazón, repito, la batalla de ahora y de siempre es la batalla de la producción. Hay que producir más. Y para aumentar la producción a largo plazo necesitamos también aumentar las inversiones, los excedentes, óiganlo bien, los excedentes de las empresas. Las utilidades de las empresas servirán, en parte, para mejorar los sueldos y salarios de los que allí trabajan, pero el más alto porcentaje de esas utilidades y esos excedentes deben ser invertidos para crear nuevas fuentes de trabajo, nuevas empresas, para movilizar la capacidad ociosa de muchas de ellas. Por eso ha hecho muy bien el compañero Víctor Díaz en señalar que no puede haber pliegos de peticiones exagerados. Que no se les vuelva a pasar el tejo, porque no se lo vamos a aceptar. Éste no es un simple juego de rayuela, aquí se esta jugando el destino de Chile; aquí no puede haber sectores privilegiados, aquí no puede haber aristocracia de obreros o empleados o técnicos, aquí todos tenemos que amarrarnos el cinturón. Compañeros, si las empresas del sector público no tienen utilidades, ¡imagínense ustedes!, si todo lo gastáramos en sueldos y salarios, ¿que sucedería, como podríamos avanzar? Las llevaríamos directamente a la quiebra y a la ruina. Y eso deben entenderlo muy claramente las empresas del sector mixto, las del sector social no les pertenecen a ellos. La CAP no es de los trabajadores del acero. Chuquicamata, El Salvador y El Teniente no son de los trabajadores del cobre. Son de los trabajadores de la patria. Y los obreros del cobre y del acero deben estar orgullosos de laborar para ellos, pero, sobre todo, de hacerlo para el resto de sus hermanos de clase, para Chile entero. Por eso, deseo citar dos ejemplos, y quiero que pongan atención. (Es bastante tarde, van a llegar con apetito a sus casas y la mayoría de las viejitas no les van a tener almuerzo) Quiero poner dos ejemplos: cobre y tierra. Y escuchen, compañeros. Cobre: el cobre es el sueldo de Chile. Y deben entenderlo también el Gobierno y el pueblo norteamericanos. Cuando nosotros planteamos nacionalizar nuestras minas no lo hacemos para agredir a los inversionistas de Estados Unidos. Si fueran japoneses, soviéticos, franceses o españoles, igual lo haríamos. Es que necesitamos el cobre para Chile. Necesitamos lo que sale más allá de nuestras fronteras como utilidad de esas compañías, para poder impulsar el desarrollo de la nación, junto al hierro, el salitre y a las empresas nacionalizadas. Recuerden que en algo más de 50 años han salido del país, por concepto de utilidades del cobre, más de 3000 millones de dólares. Ahora, con la nacionalización, anualmente debemos retener 90 millones adicionales de dólares. Eso significara, en los próximos 20 años, al precio de 50 centavos la libra, 1830 millones de dólares. Si el precio promedio llegara a 55 centavos la libra, serían 2114 millones de dólares. Este excedente, este mayor ingreso, lo necesitamos para poner en marcha los planes de desarrollo económico de Chile, junto a los excedentes de otras empresas o industrias en manos del Estado, junto a los tributos y a los impuestos que pagamos todos, absolutamente todos los chilenos. De allí entonces que sea fundamental que se entienda la importancia que tiene el cobre y por qué nosotros debemos entender y hacer que el pueblo entienda lo que representa de responsabilidad para los obreros, para los técnicos, para los profesionales chilenos.
Se han ido, se van de Chuquicamata 240 técnicos norteamericanos. No los hemos echado pero se van. Tenemos que reemplazarlos por técnicos y obreros nuestros, tenemos que reemplazarlos por nuestros profesionales, tenemos que improvisar la técnica cueste lo que cueste, y tenemos que hacer producir más a Chuquicamata. Tendrán que sudar cobre los chilenos que allí trabajan para defender a Chile. Y tendrán que hacerlo, porque nosotros, el pueblo, se lo estamos pidiendo y exigiendo.
Ayer en la mañana tuve horas amargas, compañeros. Me dijeron que se habían parado en la semana tres secciones de Chuquicamata, sin razón justificada alguna. Y esto ocurre ahora, cuando hay obreros en la dirección de esas empresas. Me dijeron que estaban exigiendo que se pagara indemnización a todos los trabajadores, para ser recontratados después cuando nosotros tomemos definitivamente las compañías. Me golpeaba mi conciencia y me dolía como revolucionario que esto fuera cierto. Esta mañana me llamaron desde Antofagasta y me dijeron que la asamblea gremial rechazó esa proposición que habían hecho, en mala hora, algunos trabajadores, y, lo que es peor, algunos dirigentes políticos que andan a la caza de votos. Eso demuestra la conciencia de los compañeros de Chuquicamata y desde aquí los saludo, porque su actitud también representa un aporte esencial para la patria.
He dicho que, junto al cobre, está el problema de la tierra. Y tienen que entenderlo ustedes. Ustedes que trabajan en Santiago, la mayoría de ustedes que están aquí en esta gran concentración, que no son campesinos. Pero a lo largo de Chile, me oyen, seguramente trabajadores del agro. Éste es un problema muy serio. Si el cobre es el sueldo de Chile, la tierra es el alimento para el hambre, y no puede seguir produciendo lo que hasta ahora ha producido. Por eso se ha impulsado la reforma agraria; por eso se ha modificado la propiedad de la tierra; por eso hay que cambiar los métodos de explotación; por eso hay que poner el crédito, la semilla, el abono y la ayuda técnica junto al campesino, al pequeño y mediado agricultor; por eso hay que terminar con el minifundio, y por eso hay que terminar con el latifundio. Fíjense, compañeros que me escuchan a lo largo de Chile: todos los años nacen 300000 o más chilenos. Y a pesar de la alta mortalidad infantil, son muchas nuevas bocas las que hay que alimentar. Si la producción se mantuviera en los niveles que hoy alcanza, y que sólo representa un incremento de 1,8% mientras la población crece en 2,5 a 2,7% al año, nos encontraríamos el año 2000 (año al cual ustedes van a llegar, y yo también, ¿ah?) con que el año 2000 tendríamos que importar, óiganlo bien, 1000 millones de dólares en carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite. Hoy importamos 180 a 200 millones de dólares al año. Y el 2000 tendríamos que importar 1000 millones de dólares. Toda la exportación chilena alcanza a 1050 millones de dólares. Calculen ustedes el drama que tenemos por delante y la tremenda responsabilidad que implica la reforma agraria. Por eso les digo muy claro; por eso le he dicho al pueblo de Chile; se lo he dicho a los trabajadores de la tierra; se lo he gritado con pasión para que me entiendan en Cautín y en Valdivia, en Osorno y en Llanquihue, en las provincias agrarias del centro y del norte: vamos a terminar con el latifundio. Este año expropiaremos 1000 predios que están más allá de la reserva legal y terminaremos con el minifundio. Pero no basta expropiar, hay que hacer producir la tierra y tenemos que respetar la ley. No podemos aceptar que se atropelle al propietario que tiene derecho frente a la ley. No podemos crear el caos en la producción. No podemos apropiarnos de tierras y dejarlas sin producir. El Gobierno tiene que respetar la determinación y la planificación del ejecutivo.
Yo les digo a ustedes, y se los digo a los funcionarios de INDAP y de CORA: no pueden traspasar la ley. ¿Qué haría un hombre, que haría yo, si hubiera sido agricultor durante cuarenta o cincuenta años de mi vida, si no tuviera más que mi casa y el pan para mis hijos, si la ley me da un derecho y llegan funcionarios que no respetan la ley? ¿Qué hace ese hombre que no puede a su edad encontrar otro trabajo? ¿Por qué nosotros no vamos a tener un sentido humano y justo? Yo reclamo del pueblo que trabaja en la tierra, yo reclamo de los campesinos, que tengan confianza, que para eso hemos creado el Consejo Campesino. No se salvará ni un latifundio en Chile, pero el propietario mediano y pequeño contará con nuestro apoyo, con nuestra ayuda, con los técnicos necesarios, con la semilla y con el abono para cumplir con los planes de producción indispensables para alimentar al pueblo, camaradas.
Por eso tenemos que tener conciencia: la revolución no se hace en las palabras, compañeros, se hace en los hechos. Y hacer la revolución no es tan fácil, si no ya la habrían realizado otros pueblos, en otras latitudes o en este continente.
Se necesita tener el nivel político, la responsabilidad necesaria para entenderlo; no basta hablar de la revolución. Hay que hacer la revolución interior, que le dé autoridad a uno para poder exigirles a los demás, y por eso les hablo así el día 1º de Mayo, con pasión, frente a la responsabilidad que tenemos nosotros ante Chile y ante la historia: Nuevas metas, más organización, más disciplina, desprendimiento, no egoísmo; superar el horizonte pequeño de cada empresa, industria o de cada cerco para mirar el problema de clases en su conjunto, sean campesinos, obreros, empleados, técnicos o profesionales. Por eso debo decirles a ustedes que he leído con inquietud un documento publicado en el diario La Prensa, el 29 de abril, en que se hace una entrevista a un dirigente campesino, compañero de apellido Fuentes. No ha sido desmentido, por eso lo comento. ¿Qué dice este dirigente? Dice que está con el Gobierno, pero que si el Gobierno se queda a mitad de camino, continuará adelante. Dicen que tienen autonomía para hacer las cosas que quieran, dicen que a pesar de que el Gobierno no expropiará todos los predios, ellos piensan que es necesario y que por eso lo hacen y lo harán, y agregan, «porque hay que pararle el carro al compañero Allende y al compañero Baytelman».
Camaradas, el compañero Víctor Díaz dijo: «compañero Allende, échele para adelante». Yo le voy a echar para adelante; no le voy a poner el pie al freno, camaradas. Pero que lo sepan de una vez por todas, sobre todo los militantes de la Unidad Popular: aquí hay un Gobierno y un Presidente, y si yo le echo para adelante, es porque tengo los pantalones bien amarrados y no acepto... (Y perdón, señor cardenal Silva Henríquez, por esta expresión, pero yo sé que usted me entiende y la comparte.)
Pues bien, he puesto este ejemplo parque si cada cual toma el camino que se le ocurra, aquí se va a producir el caos, compañeros, y eso es lo que ellos quieren: que no se produzca en la tierra; que no se produzca en las industrias; que haya dificultades. El poder de compra que ustedes tienen ahora ha hecho que se venda coma nunca antes. Pero hay que reponer ciertas cosas. Dentro de 15 días o dos meses se acaban los stocks, y si las industrias no producen, Chile no está acostumbrado a racionamientos y no los queremos. Por eso hay que producir en el campo, en las industrias, compañeros. y por eso quiero, también muy tranquilamente, como compañero de ustedes, decirles lo siguiente: traigo un informe del señor Contralor General de la República, hecho a pedido mío. Se estudian en él dos empresas fiscales, sobre todo una de ellas, y aquí están las cifras que marcan el porcentaje de ausentismo de sus trabajadores y empleados. (Esto es lo que publicaba con tanta alegría el semanario americano a que hice referencia.) Y lo que es peor, en este informe de la Contraloría se confirma lo que yo le dije al pueblo allí en la otra plaza, hace muy pocos días. Les dije que por desgracia faltaban a su trabajo empleados y obreros simulando estar enfermos, y agregué que, lamentablemente, también había algunos profesionales médicos que no teniendo sentido de su responsabilidad, que no comprendiendo el juramento hipocrático, se prestaban para dar certificados que en el fondo son falsos. Obreros y empleados que ganan más no trabajando, porque la ley es absurda, y médicos que reciben un porcentaje por cada certificado que den. Ha habido algunos que han obtenido así 50, 60, 80 millones de pesos al mes. Se lo he expresado al Colegio Médico de Chile. yo he sido presidente de ese Colegio durante cinco años, tengo autoridad moral para decirlo, porque esa ley la hice yo, al igual que la que creó el Servicio Nacional de Salud, al igual que el Estatuto del Médico Funcionario: jamás la profesión médica en este país ha podido caer a los niveles morales a que algunos han querido llevarla. No podemos aceptar la colusión entre obreros y empleados y médicos para estafar al Fisco, al pueblo y al propio Chile, camaradas.
Para terminar (es que no me gusta la explotación del hombre por el hombre), ustedes ya saben lo que el Gobierno ha hecho y lo detalló recién el compañero Víctor Díaz. Desde el medio litro de leche hasta controlar el 53 por ciento de las acciones bancarias y hasta entregar a los bancos nacionalizados el mercado del dólar. Desde la nacionalización de empresas monopólicas, hasta la reconquista de las riquezas básicas en manos del capital extranjero. Hemos hecho y haremos todo el esfuerzo necesario para detener la inflación, para disminuir la cesantía. Pero no se detiene la inflación si no se produce más, camaradas. Porque genera mayor demanda y no habiendo como respuesta mayor producción, suben los precios, y las consecuencias ¿las pagan quiénes?, ustedes. Y, sobre todo, los pensionados, los jubilados, las montepiadas, los que viven de ingresos rígidos, sueldos o salarios. El Gobierno hace, cumple, realiza, pero la responsabilidad no la tiene sólo él. La tienen ustedes también. Fundamentalmente, la tienen los trabajadores. Cuando hablo de trabajadores, hablo de campesinos, obreros, empleados, técnicos, intelectuales, profesionales. Hablo de pequeños, medianos empresarios, industriales y comerciantes. La responsabilidad la tienen los trabajadores. Lo que debilita y divide a los trabajadores, debilita al Gobierno, y tienen que entenderlo. Lo que fortalezca a los trabajadores, fortalece al Gobierno, y tienen que entenderlo. El futuro de la revolución chilena está, hoy más que nunca, en manos de los que trabajan. De ustedes depende que ganemos la gran batalla de la producción. El Gobierno, día a día, muestra lo que es capaz de hacer. Pero no podrá realizar más si no contamos con el apoyo, la voluntad consciente y revolucionaria de ustedes, compañeros trabajadores.
Por eso -como decía- hay que vitalizar los movimientos, los sindicatos, los partidos populares, y, sobre todo, deben tener conciencia de su responsabilidad los campesinos y los obreros. La revolución, el destino, el futuro de Chile están en manos de ustedes. Si fracasamos en el campo económico, fracasaremos en el campo político, y será la decepción y la amargura para millones de chilenos y para millones de hermanos de otros continentes que nos miran y que nos apoyan. Tenemos que darnos cuenta de que más allá de nuestras fronteras, desde África y de Asia, y aquí en el corazón de América Latina, hombres y mujeres miran, con apasionado y fraterno interés, lo que estamos haciendo nosotros. Piensen, compañeros, que en otras partes se levantaron los pueblos para hacer su revolución y que la contrarrevolución los aplastó. Torrentes de sangre, cárceles y muerte marcan la lucha de muchos pueblos, en muchos continentes, y, aun en aquellos países en donde la revolución triunfó, el costo social ha sido alto, costo social en vidas que no tienen precio, camaradas. Costo social en existencias humanas de niños, hombres y mujeres que no podemos medir por el dinero. Aun en aquellos países en donde la revolución triunfó hubo que superar el caos económico que crearon la lucha y el drama del combate o de la guerra civil .Aquí podemos hacer la revolución por los cauces que Chile ha buscado, con el menor costo social, sin sacrificar vidas y sin desorganizar la producción. Yo los llamo con pasión, los llamo con cariño, los llamo como un hermano mayor a entender nuestra responsabilidad; les hablo como el compañero Presidente para defender el futuro de Chile, que está en manos de ustedes, trabajadores de mi patria.
pdte salvador allende g