CHILE

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jueves, 17 de enero de 2013

EL PENSAMIENTO DE LAURENCE O ENTRANDO EN TIERRA " DERECHA"


No es el propósito de esta hora comparar entre sí las candidaturas de “el sector”, como púdicamente se nombran los partidos de la derecha. Pero es el caso que por el canal Red de televisión se pudo conocer más en su intimidad al personaje Laurence Golborne y en profundidad su pensamiento.
Veamos: le presenta el periodista fotografías y entre ellas una de Pinochet. El entrevistado, según las aceptadas reglas de ese juego, debe expresar en pocas palabras sus sentimientos y opiniones sobre el personaje.
Responde Golborne: “Periodo de luces y sombras”. Poco más adelante, reconoce que el régimen de Pinochet fue una “dictadura”. Es más, repite la definición y proclama haber votado “No” en el plebiscito.
Ni una palabra para aclarar -menos aun, delimitar- los territorios de las “luces” y las “sombras”.
De ser riguroso -además de honesto, lo que no estaría demás- debiera consignar el candidato derechista que lo que él clasifica en el territorio de “las luces” se hizo en el marco de lo que él mismo llama las “sombras”. Esto es, bajo estados de excepción, con tropas en las calles, cárceles y campos de concentración, programas del POJH y PEM, despliegue desenfrenado de sus DINA y CNI, sin parlamento y con un poder judicial absolutamente remiso al cumplimiento de sus deberes.
Y, es claro, las “luces” a que se refiere, aunque sin explicitarlo, son el desmantelamiento de las empresas públicas entregadas al saqueo de unos cuantos paniaguados, la hipócrita desnacionalización del cobre, el robo de los ahorros previsionales de millones de trabajadores, las privatizaciones de la salud y la educación. Ente otras tantas hazañas de corte pinochetista.
Le preguntan por una hipotética Asamblea Constituyente, y una vez más aflora el pensamiento profundo de este “hijo de ferretero” que se presenta como el desiderátum del “ascenso social”, algo así como la personificación en versión chilensis del “sueño americano”.
¿Qué responde?: que convocar a una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución Política es una invitación a “partir de cero”. Que eso es muy peligroso y que lo que se debe hacer es continuar el proceso de “cambios” dentro de la actual Constitución.
Lo que está en el fondo de su pensamiento es que una “constituyente” sólo es válida y eficaz si la “constituyen” unos pocos y bien elegidos representantes de los grandes poderes. Como ocurrió con la de 1980, mandos castrenses de ideología fascistoide, grandes grupos empresariales, ideólogos integristas a lo Jaime Guzmán, otro personaje al cual le dedicó alabanzas, aunque hay que reconocer que no con el entusiasmo con que se refirió a su patrón Paulmann, un ejemplo de emprendedor, inteligente y decidido…
Le preguntan por su patrimonio. Responde que lo ha declarado 4 veces, que está en el lugar correspondiente para consulta ciudadana, pero “se corre” cuando el entrevistador le pide derechamente cifras. Eso sí, reconoce que le ha ido bien, que practica la virtud del ahorro y que en este terreno ya “no tiene problemas”.
¿De Piñera?: inteligente, muy inteligente…
¿De su vertiginoso ascenso político?: que efectivamente lo debe fundamentalmente al episodio de “Los 33”, pero que allí todo el país pudo ver que a él “le interesa la gente”.
¿Sobre la UDI?: que él es independiente.
¿Sobre su rival, Andrés Allamand?: muy  poco que decir, al menos –que quede claro- por ahora.
En pocas palabras, si bien parece cierto que Laurence Golborne “hace camino al andar”, también lo es que su matriz ideológica es decididamente neoliberal. Como nueva cara del populismo ultraderechista, queda aun mucho por verle, y lo que resta y se despliegue no será precisamente de signo popular, democrático y respetuoso de la soberanía política y económica del país.

FUENTE : EDITORIAL DE "EL SIGLO"