CHILE

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miércoles, 30 de octubre de 2013

DEL MATRIMONIO IGUALITARIO A LA IGUALDAD EN EL MATRIMONIO

Ante la apertura del debate sobre matrimonio igualitario parece momento oportuno para abordar la igualdad en el matrimonio en su totalidad, y no solo para referirse al derecho que tienen todas las personas de casarse.
Supongamos, por ejemplo, que dos hombres se casan ¿Quién administraría la sociedad conyugal? En efecto, si dentro del matrimonio al que las personas homosexuales quieren acceder, el régimen patrimonial por defecto sea la sociedad conyugal que administra el marido, en tal caso, ¿Quién sería el marido? Si dejáramos que la pareja decida quien se considera sea el marido, constituye este derecho de dos hombres, una violación flagrante a todas las mujeres inconsultas sobre la posibilidad de administrar la sociedad conyugal que ellas tienen con su marido, un hombre.
Si dos hombres se casaran, y se decidiera que uno de ellos tuviera la administración de la sociedad conyugal, ¿qué sería el otro hombre ante la legislación civil y comercial? ¿Debiera dar, como la mujer casada en sociedad conyugal, su consentimiento para la venta de un bien raíz? Es decir, ¿sería una mujer para ciertas cosas (que lo hacen incapaz civilmente) y hombre para otras?
Ahora bien, si fueran dos las mujeres que quisieran casarse, ¿quién administraría la sociedad conyugal si ninguna es hombre?
El matrimonio mal llamado igualitario, pone más en evidencia el régimen patriarcal del matrimonio mediante sociedad conyugal en Chile ¿Por qué debe administrarla el hombre, aunque sea con todas las limitaciones del caso? Por otra parte, la sociedad conyugal no es solo perjudicial a la mujer por considerarla en los hechos una incapaz, sino que además afecta al hombre en la administración de sus bienes por cuanto siempre requiere del consentimiento de la mujer.
El tema realmente requiere atención porque por hacer un bien, otorgando a dos personas del mismo sexo un reconocimiento de normalidad jurídica de su relación de pareja ante la sociedad, se seguiría violentando o atropellando la posibilidad de las mujeres de poder administrar la sociedad conyugal. Lo que se debe hacer entonces, no es avanzar hacia el matrimonio igualitario sino hacia la igualdad en el matrimonio. Dos personas que quieren celebrar su amor ante el Estado de forma contractual asumiendo todas las obligaciones civiles y comerciales que dicho vínculo implica, sea entre hombre y mujer o dos personas del mismo sexo, obliga necesariamente a que dicha relación importe compartir las responsabilidades y obligaciones. Para ello, el régimen por defecto no debe ser la sociedad conyugal sino el de separación de bienes dejando a las partes la posibilidad de pactar sociedad conyugal libremente y de designar al administrador de la misma, siendo el que no la administra “la otra parte” y no, “la mujer”.
Evidentemente el diseño anterior tiene algunas cosas adicionales que revisar y, por lo mismo, es un debate propicio para revisar en general otros detalles y aspectos patrimoniales del matrimonio y otras obligaciones de familias urgentes como la Ley de Adopción.
No obstante lo anterior y por lo necesario que es abordar el lado patrimonial del matrimonio, no debemos olvidar que el espíritu del mismo es regular los efectos patrimoniales que ha comenzado por una relación de amor declarado ante la sociedad y, por ende, en el centro de esta discusión está la noción de familia, que a todas luces se cambia y modifica a lo largo del tiempo, y el amor.
Por
Carlos Arrué.
Abogado. Encargado Área Legislativa de ical

QUÉ SE ESCONDE TRAS LA ADAPTABILIDAD PACTADA

Es necesario indicar que la flexibilidad es una de las tendencias más importantes que se exhiben actualmente en el mundo del trabajo. Después de la reestructuración del capitalismo en la década del 70, la flexibilidad laboral se nos ha presentado como una virtud del modelo de las “nuevas relaciones laborales”. De esta manera, se ha naturalizado el modo flexible  como la única forma existente para el actual modo de acumulación y a la vez  como  la única forma posible para el trabajo.
Esta es una idea que hay que debatir, en virtud del impacto que provoca la flexibilidad en la vida de mujeres y hombres trabajadores, que se exponen a diario a  menos derechos, a la incertidumbre y a la precariedad, en una sociedad basada en la desigualdad estructural.
Quizás, sería importante recordar que una de las banderas de lucha del movimiento sindical durante todo el siglo XX fue la rebaja de la jornada laboral a 8 horas de trabajo, y en perspectiva de reducirla cada vez más.
De esta demanda casi no queda nada y no porque no sea de suma importancia para avanzar en trabajo dotado de sentido, sino porque para la fase de acumulación capitalista las rigideces del mercado de trabajo y  la  rigidez técnico- organizativa justificarían la necesidad de la flexibilidad. Es decir,  que frente a las fluctuaciones de la demanda, los derechos de los trabajadores se hacen flexibles para así poder disponer de una fuerza de trabajo en función directa de las necesidades del mercado consumidor[i].
Esta es la idea rectora de las relaciones laborales que imperan en Chile, donde se combinan la flexibilidad interna con la externa, expresada en polifuncionalidad en las tareas y organización del trabajo, en los sistemas salariales, en la distribución de los tiempos de trabajo, en la duración de la jornada de trabajo.
De esta forma, el subcontrato campea por donde miremos, de contratación permitiendo la tercerización y cuarterización de las relaciones laborales.  Esta es la llamada flexibilidad externa, que amplia o reduce las plantillas laborales, contratos y despidos.  Los contratos se hacen a tiempo parciales, generando empleo temporal, empleo eventual, empleo estacional, empleo subcontratado por terceros. Pero también abarca las remuneraciones, pues el salario se condiciona a las variaciones de productividad individual y colectiva.
Se nos habla de una flexibilidad interna, referida a la organización del trabajo y a las distintas prácticas laborales que permiten que un trabajador sea polivalente,  rote en las tareas y puestos de trabajo, de esta forma se habla de flexibilidad en las tareas, por ejemplo un vendedor es también cajero y a la vez hace  el aseo de la tienda donde trabaja.
La flexibilidad interna, también se refiere a la organización variable de las horas de trabajo durante el día, la semana o el año, expresada en las horas extras, los turnos, pausas en la jornada diaria de trabajo, jornadas parciales, lo que implica disponibilidad laboral y localización del lugar de trabajo variables.
De esta forma,  se ha naturalizado  peligrosamente  la  Flexibilidad laboral.
El peligro de la flexibilidad como tendencia imperante en las relaciones laborales, es que los trabajadores y trabajadoras nos quedamos sin derechos. El trabajo no es considerado importante, es solo otra actividad más. De esta manera, se invisibiliza que los trabajadores son los creadores de la riqueza y que el trabajo tiene una importancia radical en la vida y constitución de millones de hombres y mujeres.  Los trabajadores no pueden ser una ventaja comparativa del negocio.
Ahora, pactar la flexibilidad interna con los empresarios, en la llamada adaptabilidad laboral, se hace complejo, principalmente porque la organización colectiva de los trabajadores es débil y se desarrolla principalmente en las grandes empresas. De esta forma la condición mayoritaria de los trabajadores chilenos es no pertenecer a un sindicato[ii] y trabajar en empresas medianas, pequeñas y PYMES, donde el sindicato no es parte de su realidad.
Cómo se logrará pactar los tiempos de la jornada de trabajo o pactar la polivalencia funcional  en las lecherías de la región de Los Lagos por ejemplo, donde prevalece una ideología que considera a los trabajadores sólo un factor productivo y no sujetos de derecho.[iii]
Nuevamente se olvida que la normativa jurídica expresada en el Código del Trabajo, enraizado en el Plan Laboral de 1979, no reconoce a los trabajadores sujetos de protección frente a los empresarios, sino que los iguala,  equilibrando falsamente la relación  capital/trabajo,  a través de convertir el contrato laboral en un contrato de derecho civil. Pero lo más grave es que se reafirman los  principios de  individualismo versus de organización colectiva, tan propias del modelo imperante, donde el continuo ideológico neoliberal ve al sindicato como un peligro y  una distorsión del mercado.
De esta manera, pactar la flexibilidad interna implica avanzar y fortalecer la tendencia del “trabajador a libre disposición de la empresa”, donde  la línea  divisoria entre tiempo de trabajo y tiempo de ocio se hace difusa y donde mal que mal,  los trabajadores estarían regalando  ese tiempo al patrón. Así entonces menos derechos, a la familia, al descanso, a la vida.
Por
Katia Molina, Socióloga.
Encargada de Área Laboral, ICAL



[i] Ricardo Antunes
[ii] La tasa de sindicalización es según el INE de 14.6% a diciembre del 2012
[iii] Cuaderno de Investigación Nº44. Tiempos de Trabajo y duración de las jornadas de los ordeñadores en lecherías. 2013
 
 

PRESIDENTES DE LA NUEVA MAYORÍA



 

“EL PROGRAMA DE MICHELLE BACHELET, ES NUESTRO PROGRAMA”.

 

“Es un instrumento que nos une y nos convoca para ser gobierno en el próximo periodo”. Llamado a un esfuerzo unitario en las últimas semanas de campaña para obtener mayoría en el Congreso que permita llevar adelante las propuestas programáticas.

 

28 octubre 2013.

 
Parte del contenido de la conferencia de prensa ofrecida por Osvaldo Andrade, presidente del Partido Socialista, Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista, Ignacio Walker, presidente del Partido Demócrata Cristiano y Víctor Osorio, presidente de Izquierda Ciudadana.

 

Osvaldo Andrade.

 
Hemos tenido la reunión habitual de los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría, se excusaron el senador Alejandro Navarro del MAS, que está en su Circunscripción, el senador José Antonio Gómez que está en una reunión del Partido Radical, y el presidente del PPD, Jaime Quintana, que está en estos momentos con la Ministra de Educación de Finlandia.

 

Queremos decir, en primer lugar, que hemos ratificado formalmente nuestra convicción de que el programa de gobierno entregado por nuestra candidata presidencial, la doctora Michelle Bachelet, es nuestro programa, lo asumimos en su totalidad, en la convicción de que es un instrumento que nos une y nos convoca para ser gobierno en el próximo periodo.

 

Sobre esa base, queremos hacer un llamado de unidad a todas las fuerzas que se identifican con la Nueva Mayoría y que esa unidad se traduzca en un esfuerzo adicional en lo que queda de tiempo de campaña para que la interpelación que nos hace la doctora Bachelet a través de este programa, se traduzca en una mayoría parlamentaria tanto en diputados como senadores, que acompañe este esfuerzo programático.

 

Tenemos buenos fundamentos, buenos antecedentes, para estimar que hay condiciones políticas y electorales que nos permitirán construir una mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados y además, que estamos en condiciones de asumir el desafío de obtener un triunfo en la primera vuelta presidencial el 17 de noviembre.

 

Por esa razón nos parece que, teniendo un liderazgo nítido, claro, que ganó una primaria, un programa de gobierno que nos satisface y nos convoca, y que hemos hecho nuestro plenamente, y con un tiempo que falta para el desenlace electoral, el esfuerzo en que debemos concentrar nuestra acción, es en constituir la mayoría en la Cámara y en el Senado y que permitirá que este programa se pueda materializar.

 

Queremos formalizar un llamado a la unidad y a un esfuerzo final para obtener esta mayoría que acompañe al programa de Michelle Bachelet.

 
No esperábamos otra cosa que críticas de parte del oficialismo, pero tenemos la convicción de que este es un programa completo, serio, responsable, con financiamiento claro, con invocaciones a generar los debates que sean pertinentes en la sociedad chilena.

 

Los programas son una carta de navegación y pensamos que esta es una carta de navegación clara y nítida…Que reconoce la diversidad de nuestra coalición y es respetuosa de esa diversidad.

 
Ignacio Walker.

 
Sentimos como nuestro y hacemos nuestro el programa de gobierno de Michelle Bachelet, que es nuestra candidata y de la Nueva Mayoría, que es nuestro acuerdo electoral. 620 expertos, en 40 áreas temáticas, en 33 comisiones, hicieron posible este programa de gobierno para los próximos cuatro años.

 

El programa debe entenderse como una carta de navegación, no como una camisa de fuerza. Es una orientación programática, una hoja de ruta, con compromisos claros, especialmente en reforma educacional, reforma tributaria y reforma político.

 

Yo celebro que Michelle Bachelet nos haya invitado a un debate amplio y participativo sobre temas como, por ejemplo, el matrimonio igualitario, que está instalado en la sociedad chilena y que cruza transversalmente a todos los partidos políticos. No hay temas vedados, no hay vetos, hay que sincerar las posiciones.

 
Estamos viviendo un proceso histórico, de creciente unidad y convergencia, en torno de una agenda social contra la desigualdad y el abuso. 

 

Guillermo Teillier.

 
Nosotros estamos satisfechos con el programa expuesto por Michelle Bachelet y lo vamos a apoyar decididamente. Creemos que están los aspectos fundamentales que requiere el país y que demanda el movimiento social.

 

Sobre el tema laboral estamos conformes en como quedó planteado en el programa, porque están tratados los puntos principales que me parecen han manifestado desde el sector laboral.

 

Además, abre la posibilidad de seguir discutiendo el tema. Eso es muy importante, porque tiene que ver con discutirlo con los trabajadores, con los empresarios, con el gobierno, que es lo que va a permitir avanzar, porque el mundo laboral es muy diverso, no se puede encasillar a todo el mundo laboral en un par de propuestas de programa.

 

El punto de partida está, está claramente expresado, y hay reformas inmediatas que son importantes y concuerdan con lo que están planteando los movimientos sindicales.

 
También estamos conformes con lo planteado de reforma Constitucional, porque el planteamiento principal es que vamos a cambiar la Constitución. Sobre el método, creo que hemos concordado todos que es mejor esperar el resultado de las elecciones, eso es un factor importante para determinar cómo se puedan cumplir con los compromisos, que es la votación que alcance tanto la candidata presidencial, como la que alcancemos los candidatos a parlamentarios. Por eso lo mejor es conversarlo después del 17 de noviembre.

 
Lo claro es que no se desecha ningún camino, está todo abierto y me deja conforme que la participación ciudadana está expresada como un elemento importante en cuanto a la discusión y la sanción política.

 
Todavía no decidimos lo de la incorporación del Partido Comunista al gobierno de Michelle Bachelet, porque somos un partido ordenado, disciplinado, tenemos nuestros métodos, y hemos acordado discutirlo después de las elecciones en un Pleno del Comité Central del Partido.

 
Este programa para nosotros es un factor muy importante y será considerado en su mérito, indudablemente.

FUENTE : PRENSA