CHILE

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martes, 31 de marzo de 2015

BIOGRAFÍA DE FEDERICO GARCÍA LORCA

(Fuente Vaqueros, España, 1898 - Víznar, id., 1936) Poeta y dramaturgo español. Los primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de Almería.
Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo popular.
A partir de 1919, se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso.
En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, con la cual, a pesar de acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico.
Entre 1921 y 1924, al mismo tiempo que trabajaba en Canciones, escribió una obra basada en el folclore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), un libro ya más unitario y madurado, con el que experimenta por primera vez lo que será un rasgo característico de su poética: la identificación con lo popular y su posterior estilización culta, y que llevó a su plena madurez con el Romancero gitano(1928), que obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Formalmente, Lorca consiguió un lenguaje personal, inconfundible, que reside en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas, y con una estilización propia de las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación.
Tras este éxito, Lorca viajó a Nueva York, ciudad en la que residió como becario durante el curso 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se materializaron en Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), un canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y mecanizada de hoy. Las formas tradicionales y populares de sus anteriores obras dejan paso en esta otra a visiones apocalípticas, hechas de imágenes ilógicas y oníricas, que entroncan con la corriente surrealista francesa, aunque siempre dentro de la poética personal de Lorca.
De nuevo en España, en 1932 Federico García Lorca fue nombrado director de La Barraca, compañía de teatro universitario que se proponía llevar a los pueblos de Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Su interés por el teatro, tanto en su vertiente creativa como de difusión, responde a una progresiva evolución hacia lo colectivo y un afán por llegar de la forma más directa posible al pueblo. Así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía:Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la poesía arabigoandaluza, y elLlanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), hermosa elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes de filiación surrealista.
Federico García Lorca con la actriz Margarita Xirgu y 
Cipriano Rivas en la presentación de Yerma (1934)
Las últimas obras de Federico García Lorca son piezas teatrales. Yerma (1934) es una verdadera tragedia al modo clásico, incluido el coro de lavanderas, con su corifeo que dialoga con la protagonista comentando la acción. Parecido es el asunto en Bodas de Sangre (1933), donde un suceso real inspiró el drama de una novia que huye tras su boda con un antiguo novio (Leonardo). La huida, llena de premoniciones, en la que la propia muerte aparece como personaje, presagia un final al que se viene aludiendo desde la primera escena y en el que ambos hombres se matarán, segando así la posibilidad de continuidad de la estirpe por ambas ramas y renovando la muerte del padre del novio a manos de la familia de Leonardo. De esta manera, la pasión y la autobúsqueda concluyen con la destrucción de todo el orden establecido.
Entre toda ellas destaca La Casa de Bernarda Alba (1936), donde la pasión por la vida de la joven Adela, encerrada en su casa junto con sus hermanas a causa del luto de su padre y oprimida bajo el yugo de una madre tiránica, se rebelará sin temor a las últimas consecuencias. De esta manera, su pasión por la vida se estrellará contra el muro de incomprensión de su familia concluyendo todo con su eliminación. Junto con la figura de la protagonista, destaca la serie de retratos femeninos que realiza el autor, desde la propia Bernarda hasta la vieja criada confidente de todas (La Poncia), la hermana amargada y envidiosa (Martirio) o la abuela enloquecida que se opone a la tiranía de Bernarda.
La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido por las fuerzas franquistas y fusilado diez días más tarde, bajo acusaciones poco claras que señalaban hacia su papel de poeta, librepensador y personaje susceptible de alterar el «orden social».

Final de La casa de Bernarda Alba 
en el manuscrito autógrafo de Lorca
BIOGRAFÍAS Y VIDAS

DERECHOS HUMANOS EN EEUU : UNA MATERÍA PENDIENTE

Desde 1976, se ha aplicado la pena de muerte a 1264 personas
La pena de muerte es la última e irreversible negación de los derechos humanos, según declara la organización internacional Amnistía Internacional. Parece que el gobernador del estado de Utah, Gary Herbert, no comparte esta premisa; ya que ha promulgado recientemente que las personas con sentencia de muerte serán ejecutadas por un pelotón de fusilamiento. Explica el gobernador que tendrá que usar este método porque ya no llegan asiduamente los químicos fabricados y comercializados en Europa para realizar la inyección letal.
Es que los europeos se niegan a exportar estos químicos, porque ya saben que uso tendrán. No parece casualidad esta postura en el viejo continente, ya que la mayoría de los países están en contra de la pena de muerte. Si observamos organismos de integración internacionales como el G8, Estados Unidos es el único donde todavía se aplica la pena máxima; en cambio en el G20, esta medida es compartida por China y Arabia Saudita; y dentro de la Organización Para la Seguridad y Cooperación de Europa, solo Bielorrusia acompaña al país del norte en la aplicación de esa condena.
La historia de la ejecución, tiene larga data en la historia de Estados Unidos. La primera sentencia de muerte registrada en las colonias británicas de Norteamérica, se llevó a cabo en 1608. La primera víctima fue el capitán George Kendall, ejecutado por un pelotón de fusilamiento, acusado de espiar para el gobierno español. En 1612, el gobernador de Virginia, Thomas Dale promulgó la Divinidad, Moral y leyes marciales, que conllevaban la pena de muerte por delitos incluso menores como, robo de uvas, matar pollos y comercio con los indios. Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra, pero no todos estaban de acuerdo con estas medidas. Influenciados por el movimiento abolicionista que tenía sus raíces en Montesquieu, Voltaire, Bentham, algunas colonias fueron suprimiendo la pena capital. La primera fue Michigan, en 1846. Durante la guerra civil la oposición a la pena de muerte se desvaneció, ya que el movimiento contra la esclavitud estaba en el centro de atención. Después de la guerra se desarrollaron nuevos métodos de ejecución; como la silla eléctrica, construida en Nueva York en 1888.
Más adelante entre 1920 y 1940, con la revolución rusa, la primera y segunda guerra mundial y la depresión económica con sus conflictos de clase intensos hace que emerjan las luchas de los partidos socialistas desafiando por primera vez al capitalismo. Como contrapartida, la derecha apoyada en el terreno propagandístico, ayuda a incrementar la paranoia y el miedo de la población; y en ese marco avanzan nuevos métodos de ejecuciones, como el uso de gas de cianuro en 1924. El año 1930 fue claro ejemplo de estas pujas políticas y sociales; ya que fue cuando se produjeron más ejecuciones en Estados Unidos que en toda su historia, un promedio de 167 por año, (Bohm, 1999 y Schbas, 1997).

Ejecuciones y Minorías

Las mayores ejecuciones en masa de la historia de este país, se llevaron a cabo contra minorías. En 1862, 38 indios americanos fueron condenados por violación y asesinato y ahorcados simultáneamente en Mankato, Minnesota. En 1917 se ejecutaron a 13 soldados afroamericanos por tomar parte en el motín sucedido en Houston.
La geografía y la raza son factores importantes en las decisiones de pena de muerte
Es interesante como desde épocas tempranas, los castigados eran los mismos, que hoy en día. Según estudios realizado en el año 2003, por la Universidad de Maryland, se llegó a la conclusión que la geografía y la raza son factores importantes en las decisiones de pena de muerte. Los fiscales son más propensos a pedir la pena capital cuando la víctima es de raza blanca y menos propensa cuando la víctima es afroamericana. Estos estudios son reforzados por American Civil Liberties Unión (ACLU), que reporta en Octubre de 2002, que 12 personas han sido ejecutadas; el demandado era blanco, y la victima negra, en comparación con 178 acusados negros ejecutados por asesinatos con victimas blancas.
Desde que la pena de muerte se reinstalo en 1976, hay 1264 personas asesinadas, incluidas 12 mujeres. El 43%, pertenecen a la raza blanca, el 42% afroamericanos, el 3% asiáticos y el 13% latinos. Si tomamos en cuenta que la población negra es de 45 millones, y los blancos 62.6%, proporcionalmente la cantidad de ciudadanos afroamericanos ajusticiados es mayor.
En cuanto a la geografía, de los 32 estados donde se practica las ejecuciones desde 1976, el 82% se ubican en el sur. Siendo los estados con más números de ejecuciones: Texas 522, Oklahoma 112, Virginia 110, Florida 90, Misuri 82, Georgia 57, Alabama 56, Ohio 53, Carolina del Norte 43, Carolina del Sur 43 y Arizona 37. De acuerdo a Amnistía Internacional, hay 103 países en el mundo que han abolido la pena de muerte totalmente, 6 lo aplican en circunstancias excepcionales, 50 solo por delitos comunes, pero no lo han utilizado durante al menos 10 años pero 36 mantienen la pena de muerte en la legislación y en la práctica. Entre los últimos, se encuentra Estados Unidos, que según datos de M.Watt y Juan Ortiz Smykla, desde 1608 hasta 2002, han ejecutaron 15.269 personas. Aunque la población norteamericana, ha ido evolucionando y cambiando su posición sobre este tema, ya que en 1996, el 78% estaba a favor de la aplicación de la pena capital y en 2013, esta cifra se redujo al 55%; organizaciones de suma importancia como The American Bar Association, Catholics Against Capitol Punishment,Episcopal Peace Fellowship, Progressive Jewish Alliance, Amnesty International USA, entre muchas otras, siguen alzando sus voces para que definitivamente se elimine la pena de muerte en este país.
Por Anahi Rubin

FUENTE : CUBADEBATE 

lunes, 30 de marzo de 2015

HUGO CHÁVEZ EN EL CAMINO BOLIVARIANO .

Hugo Chávez es, hasta para sus enemigos, una de las personalidades más significativas de la historia venezolana y del mundo contemporáneo.
Una veintena de años, desde su aparición pública el 4 de febrero de 1992 hasta su prematura muerte en el ejercicio de la presidencia el 5 de marzo de 2013, abarcó su relativamente breve paso por la política si lo comparamos con la mayoría de las personalidades de la política venezolana del siglo XX. Pero la impetuosidad y los resultados de su marcha, especialmente desde su acceso a la más alta magistratura, le valieron en vida un elevado reconocimiento dentro y fuera de su país. Fue, probablemente, el político venezolano más controvertido y más universal del siglo XX y de lo que va del XXI.
Semejante hombre, y las circunstancias en que se desenvolvió y que él mismo contribuyó a desarrollar, han dado lugar a un enorme volumen de textos, no solo a los provocados por las enconadas disputas políticas en torno a sus actos, sino también a una muy elevada cantidad de escritos dedicados a examinar y enjuiciar a su persona y al proceso de la revolución bolivariana desatada bajo su conducción. Y dentro de esa creciente bibliografía no deja de sorprender la cantidad de estudios más o menos extensos y de libros de corte biográfico.
La biografía es hace mucho un género atractivo para los lectores: saber acerca de quienes se destacan en cualquier campo parece ser una cierta necesidad humana. Por eso, la biografía ha cabalgado entre los dominios de la literatura y de la historia, aunque con desmedro de una de las dos con lamentable frecuencia. La precisión de los datos y la rigurosidad del análisis no deben evitar el relato, la narración de la vida del biografiado en su época concreta. De igual modo, la expresión literaria no debe falsear ni sustituir la exactitud informativa sobre el biografiado y su época. No es casual que casi siempre las biografías más populares, tanto al ser publicadas por vez primera como las de mayor permanencia al paso del tiempo, reúnan y armonicen ambos costados, y que cada vez más los practicantes del género busquen conscientemente tales propósitos.
Hugo Chávez y la resurrección de un pueblo , de Germán Sánchez Otero, se mueve por ese camino que pretende no solo informar y examinar sino, además, agradar, brindar el placer de la lectura. Ya este es, pues, su primer tanto a favor, sobre todo porque el autor logra ese objetivo.
Para lo primero, la revisión acerca de la personalidad histórica, Sánchez Otero cuenta con un arma excepcional: su presencia en Venezuela como embajador de Cuba desde 1994 hasta 2009, lo cual le permitió ser un observador y de cierta manera un participante de los acontecimientos que narra, con el provecho informativo que le brindan las estrechas relaciones de Chávez con Fidel Castro y la Revolución cubana al igual que su conocimiento personal de muchos de los protagonistas de esos años y el manejo de los contextos en que se movió el líder venezolano.
Desde el punto de vista literario, ya el autor había demostrado con largura sus cualidades en dos de sus libros: Transparencia de Emmanuel (2008), el relato testimonial que no deja de lado el suspenso acerca de la operación del gobierno chavista y la Cruz Roja Internacional para recibir en plena selva colombiana a los primeros retenidos liberados por las FARC, y El año de todos los sueños (2011), un relato novelado de sus vivencias como brigadista Conrado Benítez durante la campaña de alfabetización cubana de 1961.
Mucho antes, en una docena de títulos de densidad teórica e histórica —y de alguna manera también en los dos mencionados—, Sánchez Otero había ido evidenciando sus capacidades de analista, sobre todo acerca de varios ángulos de la Revolución cubana y hasta en la más seria reflexión escrita en Cuba sobre Economía y sociedad, el clásico libro de sociología de Max Weber.
Estas condicionantes positivas le han permitido entregarnos una biografía de Chávez que cuenta con otros varios puntos a su favor.
En primer lugar, su enfoque de Chávez en su desarrollo y cualidades como ser humano. No hay duda de que el autor ha tenido el propósito esencial de trasmitir la forja del líder político, pero ello ha marchado de la mano de la propia formación de su personalidad. Así, se nos entrega cumplidamente tal proceso de aquella individualidad en que los varios matices dieron lugar a su singularidad, sin alardes de psicologismo ni de sociologismo, pero comprendiendo la necesidad de situar a Chávez en el entorno histórico-social, familiar y de sus propios sueños, ambiciones y contradicciones.
En segundo término, ha sido un acierto fijar límites temporales a esta biografía: la vida de Chávez solo hasta 1999, cuando aún no alcanzaba talla mundial. Es la vida del niño, del jovencito, del oficial desconocido, catapultado hacia la historia venezolana por el movimiento cívico militar del 4 de febrero de 1992. Se trata, pues, de fijar de dónde salió semejante dirigente y cómo emergió el liderazgo, etapas sin las cuales no es posible entender su ejecutoria. Y el autor alcanza plenamente, a mi juicio, la entrega de la compleja hechura de aquel político de asombroso carisma y notable voluntad de servicio y de entrega a los sectores populares, con un enrome sentido de identidad y de amor patrio.
Sánchez Otero quiere brindar la desmedida personalidad de Hugo Chávez para los cánones de la política tradicional venezolana, caracterizada desde el siglo XIX por fenómenos como el caudillismo y el populismo, pero sumida en el marasmo moral y la más escandalosa polarización social durante el boom del alza de los precios del petróleo de los años setenta del pasado siglo y el agotamiento de la llamada democracia bipartidista. El libro sitúa adecuadamente esas coordenadas imprescindibles sin convertirse en una pieza historiográfica.
El tercer punto por destacar es el inteligente uso por parte del autor de los testimonios de Chávez sobre su vida a través de varias entrevistas y de su propia voz. Hay cuidado en la reproducción de informaciones y en la selección de los acontecimientos, juicios y valoraciones provenientes del propio Chávez, sin que dejen de manifestarse en casos necesarios los matices y criterios autorales que hilvanan el relato. Ello permite que los lectores comprendamos la extraordinaria sensibilidad y riqueza espiritual del biografiado, elementos decisivos para explicar tanto su compromiso revolucionario, transformador, como la originalidad de su pensamiento y de sus actos.
Chávez el llanero, el venezolano reyoyo que cantaba, bailaba, se enamoraba; el de origen humilde y profundo sentido de la superación constante; el de responsabilidad ciudadana; el seguidor de Bolívar y excelente conocedor de la historia y las letras nacionales; el protagonista enérgico y decidido de nuevos rumbos para su país y América Latina es la persona trasmitida por Hugo Chávez y la resurrección de un pueblo, este libro de Germán Sánchez Otero que ya nos tiene interesados en su continuidad, que abarcará su etapa presidencial.
fuente : cubadebate

domingo, 29 de marzo de 2015

EDUCA-TV. PARADA, GUERRERO Y NATTINO... PRESENTES.

29 DE MARZO 1985: TE BESO PAPÁ

En este preciso momento, que en Santiago son pasadas las 08:00 de la mañana, llegaba el 29 de marzo de 1985 al colegio, como todos los días, y vi a mi a papá recibiendo a los niños, pues era profesor.
Conversaba con José Manuel Parada, sociólogo de la Vicaría de Solidaridad, antiguo camarada de la época de la Jota, y apoderado del colegio. Llegué y nos saludamos de beso. Me llevó un momento a un lado y me contó que el día anterior habían secuestrado a un grupo de profesores de su asociación gremial, la AGECH, de la cual era dirigente, y que los aprehensores habían preguntado por él.
Me quedé atónito mirándolo. Tenía catorce años pero eso ya era edad suficiente como para tener la lógica mínima de que si te buscan, y estábamos en pleno estado de sitio, escóndete, ándate del país, qué haces aquí a las puertas de este colegio, a plena luz del día, te van tomar!!!! Se lo planteé, y él, muy pausado y mirándome con una ternura infinita a los ojos, me tomó de las manos y me dijo que no, que éste era su trabajo, éste era su país, que él ya se había ido una vez y que no lo volvería a hacer, que su lugar era junto al pueblo y su lucha para terminar con la dictadura. Buscando argumentos nuevos, que pudieran hacerlo cambiar de opinión, le pregunté si el Partido le había autorizado para irse del país, que en tal caso les hiciera caso. Paciente, se sonrió, y me dijo que pasara lo que pasara jamás culpara al Partido. Que tranquilo, ya veremos cómo salimos de ésta.
Lo último que me preguntó es acerca de la Gigi, que es mi abuela materna, una mujer muy sencilla que perdió cuando muy pequeñita a sus padres en el terremoto de Chillán en la primera mitad del siglo XX, y que llegó como empleada a Santiago. Ella siempre había acogido a mi padre, a pesar que no tenía formación política alguna, y estuvo con nosotros en todas las búsquedas en 1976 por los campos de concentración cuando secuestraron por primera vez a mi padre. Incluso estuvo detenida con nosotros en el Fuerte Silva Palma, en la segunda desaparición de papá ese mismo año. Ahora, en aquel viernes 29 de marzo de 1985, mi papá me contó que la Gigi, días después del Golpe, cuando papá andaba absolutamente clandestino, sucio y hambriento, escondido tratando de reorganizar a la Jota, lo recibió en su casa, corriendo un riesgo altísimo. Le había preparado un baño y comida. Pocas veces se sintió tan acogido por casi una desconocida, por alguien que se entregaba a él por puro amor, por ser el padre de su nieto y esposo de su hija. Mi padre me contó que la tenía siempre presente, y que lamentaba no haber tenido la oportunidad de agradecérselo.
Le di un beso y me fui a clases.
Mi sala daba las espaldas a la calle. A las 8:50, a minutos de lo que ahora escribo, oímos un helicóptero descender casi al techo del colegio. Nos miramos todos extrañados. Luego un freno de un auto, griterío de voces masculinas que denotaban forcejeo, un balazo y silencio.
Tomé el brazo del compañero de banco y le dije: “mi papá”. Él me miró sorprendido, pero preocupado a la vez. Fui muy categórico. Inmediatamente entró Carmen Leiva a la sala, que era miembro del Centro de Alumnos, con los ojos en lágrima y tirándose los dedos de las manos. Le pidió permiso al profesor que impartía la clase para hablar con el estudiante Manuel Guerrero Antequera. Yo me paré en medio de sala de inmediato y le dije: “Se llevaron a mi papá”. Asintió con la cabeza y se puso llorar e intentó darme detalles de lo sucedido.
Salí de la sala y me fui directo al baño. Me miré rápido al espejo y me tomé unos remedios que tenía para la taquicardia de la que padecía hacía un año. Me hablé a mi mismo preguntándome qué haría papá en una situación como ésta. Salí corriendo a inspectoría, pedí el teléfono y llamé a Sergio Campos, amigo de mi padre, que era locutor de Radio Cooperativa, muy escuchado en Chile. Me puso al aire y denuncié que sujetos desconocidos, probablemente de la CNI, habían secuestrado a mi padre junto a José Manuel Parada, y que temía por sus vidas. Llamé a que la ciudadanía se movilizara de inmediato para exigir a las autoridades su búsqueda y liberación.
Salí de inspectoría y fui a la calle a ver qué es lo que había sucedido exactamente. Había una confusión enorme en el colegio. Cuando se los llevaron había un curso completo que en ese momento estaba en clases de educación física y se econtraba trotando alrededor de la manzana en la calle El Vergel con Av. Los Leones. Muchos de ellos vieron el plagio. Ahí me enteré que el tránsito había sido interrumpido, minutos antes del rapto, por Carabineros de tránsito, motorizados y a pie, y que se reanudó apenas se habían llevado a mi padre con José Manuel. Que el helicóptero también era de Carabineros de Chile. Que al tío Leo lo habían baleado y que un profe se lo había llevado de urgencia a una clínica. Que Marcela, una compañera de segundo medio del colegio, intentó quitarles a los secuestradores a mi padre, que alcanzó a tomarle la mano, pero los otros era más fuertes. Que el Pelluco, uno de los dueños del colegio fue encañonado y amenazado, por lo que él pálido, probablemente para proteger a los niños o por temor a lo que ocurría, cerró la reja del colegio, dejando a mi padre y Jose Manuel peleando solos con los secuestradores en la calle, y que ahí llegó corriendo el Leo, que casi recupera a mi padre que no paraba de gritar, son de la CNI!, ayuda!, nos quieren secuestrar!
Me paré en la calle y me bajó la sensación que todo esto ya lo había vivido. Me preocupé absurdamente por mi seguridad, así es que compañeros me cambiaron parte de la ropa, me puse lentes oscuros, un jockey de gorra, y le pedí a Cristóbal, un compañero y amigo de la Jota del colegio, que me sacara de ahí, que yo tenía un papel que cumplir, que no me podía pasar nada.
Cuando nos fuimos a casa de Cristóbal había llegado la Policía de Investigaciones de Chile junto a Carabineros para preguntar qué había pasado… Me irritó el cinismo de nuestras instituciones de Orden y Seguridad y traté de pensar a qué lugar se llevaban a papá en ese momento.
En casa de Cristóbal conversamos qué podíamos hacer. Era todo confuso, me faltaban elementos, papá de seguro sabía lo que estaba ocurriendo, en qué debía fijarme y acordarme para entender con qué y quiénes estábamos tratando… Yo mismo no tenía clara cuál era la función de papá en el Partido, conocía su labor de dirigente público, pero debía haber algo más, pues sino porqué había tanto recurso del Estado comprometido para tomarlo en forma abierta, a la vista de niños y profesores en un colegio.
Desde que papá había llegado de regreso a Chile de su exilio, el 22 de noviembre de 1982, de forma inmediata lo retuvieron en el aeropuerto. Al entregar sus documentos en el mesón de Policía Internacional, el funcionario al leer la tarjeta de embarque, dijo en voz alta “es él”, y acto seguido se lo llevaron a una sala esperando una llamada del “jefe”. Mi padre muy preocupado consultó qué es lo que sucedía y en virtud de qué lo tenían retenido. No hubo respuesta. Después que le revisaron toda la documentación y lo que traía, lo dejaron ir. Un automóvil lo siguió hasta la casa familiar de Maipú, cosa que él de inmediato -¡en su primer día de regreso al país, después de años de distancia!- denunció llamando a las radios. Así de valiente era mi viejo, y así de presente lo tenían los organismos represivos de la dictadura.
En diciembre de 1982 retornamos nosotros, junto a mamá y mi hermana América a Santiago, desde Barcelona. Nos reencontramos con papá quien ya estaba participando en la organización de la primera marcha del hambre que se realizó, convocada por el movimiento sindical. El año 83 fue mágico, pues las protestas nacionales eran masivas, se respiraba mucha esperanza, con actos multitudinarios. Papá se abocó a organizar a los profesores cesantes y a la creación del Movimiento Democrático Popular, MDP, que agrupaba a las fuerzas políticas de izquierda que luchaban por el retorno de la democracia, pero con contenido social. Lo acompañé a muchas manifestaciones y concentraciones. Su energía de trabajo era infinita, y siempre tenía la “película muy clara”, me comentaba la gente con quien interactuaba. Su apuesta eran las políticas de alianzas, la unidad de la oposición, el derrotar a la dictadura, pero en el marco de una transformación simultánea de la economía, de modo que ésta favorieciera a las grandes mayorías, fundamentalmente al mundo trabajador y poblacional que en aquellos años sufrían una situación de cesantía y hambruna real.
Llegó el año 1984, y papá trabajaba junto al Pato Madera, muralista destacado de la época de las Brigadas Ramona Parra, en el Taller Amistad que tenían en la calle San Pablo. Todo muy sencillo, pero lleno de jóvenes y viejos que hacían lienzos, pintaban cuadros, experimentaban formatos distintos de cassettes y revistas, todo con mensajes llamando a la organización y lucha contra la dictadura.
Asumió Sergio Onofre Jarpa de Ministro del Interior y de inmediato la CNI fue a casa a buscar a papá para detenerlo. Como él no vivía con nosotros no lo pudieron ubicar, pero dejaron una copia de la orden detención y expulsión del país de papá, junto a Mario Insunza Becker, firmada por el Ministro del Interior, con la leyenda “por orden del Presidente de la República”, es decir, Augusto Pinochet. Aún conservo ese documento, que da testimonio del lugar desde donde venían las órdenes para vigilar, detener y matar.
Papá tuvo que volver a la clandestinidad. Allanaron la casa de la familia Guerrero en Maipú; secuestraron al hermano menor de papá, mi tío Francisco; detuvieron a una hermana de papá, mi tía Esperanza; detuvieron y torturaron al profesor Tolosa de la AGECH preguntando por papá, en fin, la represión era muy fuerte e intensa para dar con su paradero. Mi padre comenzó un exasperante peregrinar de casa en casa.
En aquellos días yo había cumplido los 14 años. Vivía el inicio de mi adolescencia. Rebelde me pelié con mamá y la amenacé con irme a vivir con papá. Ubiqué a mi padre y la comuniqué mi decisión. Él estaba radiante de felicidad, siempre había soñado con volver a compartir conmigo los momentos en que me dormía y despertaba. Quedamos de acuerdo, yo tomé mis textos escolares, un poco de ropa, mi guitarra, y me fui a Maipú a encontrarme con él a tomar once e iniciar nuestra vida juntos. Llegué puntual, pero dieron las siete, las ocho y las once de la noche y papá no llegaba. Ya cuando me estaba durmiendo apareció, con los ojos llorosos. Me dió un gran abrazo y me dijo, con el dolor de su alma, que lamentablemente no podía irme con él, que habían sacado una nueva orden de detención de parte del Ministerio del Interior y ahora tendría que salir de Santiago. No lo podía creer. Me había costado mucho tomar la decisión. Ahora tendría que volver con mi orgullo en el suelo a casa, a mi pieza de niño, cuando estaba a punto de cumplir uno de mis sueños. Pero sus ojos no mentían, estaba verdaderamente preocupado.
De ahí no lo volví a ver durante meses. Llegó el año nuevo con el que comenzaría 1985. Con mi hermana América fuimos a la casa de mis abuelos en Maipú y celebramos contentos, pero con la ausencia de mi padre que en algún lugar, en alguna casa estaría comiendo con una familia ajena. De pronto, noté que mi abuelo se puso muy nervioso y me hablaba como enojado. Había algo raro en el ambiente. Súbitamente entró al patio de la casa el auto de mi tío Francisco, pero en reversa. Estacionó frente a la puerta de la casa, lo que no era usual. Se bajó mi tío y abrió expectante la maletera. Corriendo fuimos con mi hermana y primos a ver qué sucedía. En su interior habían frazadas, que de a poco tomaron vida y comenzaron a moverse, y de pronto, de entre ellas, se asomó el rostro de papá con su risa gigante y luminosa, mirándonos victorioso. Había burlado el seguimiento y, arriesgando su vida, se sumó a la familia para compartir unos momentos junto a nosotros.
Pasé toda la tarde pegado a él, como un pequeño animalito incondicional. Comimos, lavamos los platos juntos, guitarreamos un rato -ambos somos desabridos pero gozamos cantando-, y luego llegó el momento de la despedida. Yo me abracé de mi hermana mientras observábamos como se volvía a introducir a la maletera y se perdía bajo las frazadas. ¿Lo volveríamos a ver?
A principios del año 85 el Ministerio del Interior informó a la familia que a papá le habían levantado la orden de detención y expulsión del país. Apenas lo supo, él aprovechó de inmediato la ocasión para volver a encontrarse con los profesores y juntos pasamos los efectos del terremoto de inicios de marzo de aquel año. Papá criticaba el que los propios profesores cesantes tuvieran que juntar limosnas para repartírsela a los colegas que habían quedado sin hogar producto del sismo. “Le estamos quitando a los que no tienen, y le estamos dando miseria a los que se merecen mucho más. Tenemos que exigirle a las autoridades estatales que asuman ayudar a todos los damnificados. Esto no es una cuestión de caridad, es un problema político desde el cual debemos organizarnos para protestar y buscar unidad de propósitos con amplios sectores”, decía.
En eso estaba cuando el secuestro del 29 de marzo de 1985. Sin embargo esto no podía constituir motivo suficiente para que una institución del Estado secuestrara a tanta gente consultando por papá y luego se lo llevaran de las puertas de un colegio. Ese era mi intución en aquel minuto a pocas horas de ocurrido el secuestro en mi colegio. En casa de Cristóbal, trataba y trataba de dar en mis recuerdos con alguna pista para saber por dónde había que buscarlo para hallarlo vivo y salvarlo de una muerte segura, pero no supe desenrredar la madeja. Me faltó edad, experiencia, y claro, papá realizaba una actividad con mucho sigilo que solo con el tiempo pude ir reconfigurando. Ahí estaba la verdadera clave de su secuestro y posterior degollamiento. Su caso fue utilizado para atormentar a toda la sociedad, de ello no cabe ninguna duda. Pero no era solo eso, había un odio particular hacia él, desde el mismo año 1976 cuando sobrevivió la detención y desaparición, torturas y prisión política…
A fines de 1984, la peridiodista Mónica González de la revista Cauce, de oposición al régimen, había sido contactada por Andrés Valenzuela, alias “El Papudo”, ex agente del Comando Conjunto -organismo que coordinaba distintas ramas de las Fuerzas Armadas con el propósito de reprimir-, quien se encontraba sometido a profundos remordimientos por sus acciones pasadas y valientemente dio el paso a contar su verdad, a riesgo de que se supiera y fuera ultimado por sus propios ex colegas. Mónica González se juntó con él y no podía dar crédito a todo lo que este hombre le relataba: detalles de las detenciones, torturas, ejecuciones y lugares donde habrían dejado los restos de muchos detenidos desaparecidos durante el año 1976, el mismo año en que el Comando Conjunto había tenido detenido desaparecido a mi padre. La periodista dándose cuenta de que se trataba de información extremadamente delicada, antes de su publicación decidió validar la misma, para lo cual contactó a José Manuel Parada, que a la sazón era el encargado de Documentación y Archivos de la Vicaría de la Solidaridad. En Chile habían muy pocas personas que como él manejaban casi toda la información acerca de los aparatos represivos, pues le llegaban a diario los testimonios de los luchadores sociales y sus familiares que habían sido apresados.
José Manuel, al conocer el carácter de la información y antes de entrar en su detalle, le sugirió a la periodista que había una persona, la única persona en realidad, que contaba con toda su confianza y que podía triangular la información con su propia experiencia de detención en manos del Comando Conjunto y lo que indicaba Valenzuela: mi padre. Con la venia de Mónica González, los tres se pusieron a analizar las largas horas de grabación del testimonio y mi padre con José Manuel no podían creer a lo que estaban accediendo: la estructura completa del Comando Conjunto, sus acciones, las fechas de detención de los militantes comunistas detenidos desaparecidos, los sitios en que fueron ultimados, los nombres y alias de los agentes de las distintas ramas de las fuerzas armadas y de civiles que participaban en el Comando. Mi padre, absolutamente impresionado, iba confirmando una a una las informaciones. Estaban frente a una información valiosísima que permitía aclarar muchos casos de violaciones a los derechos humanos y dar con el paradero de los detenidos desaparecidos. Pero al mismo tiempo se dieron cuenta que sus vidas, como la del ex agente, corrían un enorme peligro, pues los agentes seguían activos y harían todo para que tal información no se hiciese pública. Por ello decidieron que la información se publicaría cuando Andrés Valenzuela estuviera a salvo fuera del país y cuando ellos mismos hubieran alcanzado a tomar las medidas de seguridad que evitaran su inminente captura. La decisión era presentar toda la información en un medio de circulación masiva en el extranjero, tipo Washington Post, y una vez fuera conocida, entregarla con detalles a los Tribunales de Justicia chilenos para que investigara los hechos.
Leyendo y releyendo el testimonio del agente Papudo, mi padre se pudo enterar de los detalles de su propia detención en 1976 cuando tenía 27 años de edad, pues Andrés Valenzuela había participado en tal episodio. Ahora comparto con ustedes parte de la información que probablemente llevó mi padre a la muerte, por el terror y cobardía de los agentes a enfrentar la verdad y su responsabilidad en los hechos, que aún siguen impunes:
“El operativo fue en el sector de Departamental. Recuerdo que la ‘Pochi”, la agente de la FACH Viviana Ugarte Sandoval, estaba en el lugar con un equipo de radio para avisar su salida. Cuando salió, fue tomado por el “Chico” y “Alex”, agentes de la Marina, y a consecuencia de un pequeño forcejeo, a “Chico” se le disparó el arma, hiriendo a Guerrero en un costado. Fue conducido de inmediato a “La Firma” estando herido. Allá, el “Lolo”, el “Fifo” Palma, “Jano” y “Wally”, lo interrogaron y torturaron poniéndole electricidad directamente en la herida.
A consecuencias de los golpes y electricidad, Guerrero perdió el conocimiento por unos instantes por lo que se llamó al doctor Alejandro Forero “hijo”, hoy cardiólogo en el Hospital de la FACH. El doctor señaló que la herida era grave y que el detenido debía ser trasladado al hospital.
Alrededor de una hora después que se fue el doctor Forero de “La Firma”, se recibió el llamado telefónico de un general, no estoy seguro que fuera de la FACH, y ordenó el traslado de Guerrero al Hospital de Carabineros. Nos causó sorpresa que el general ya estuviera enterado que teníamos a Guerrero. En el hospital estuvo siempre esposado, lo que recuerdo bien ya que varias noches me tocó hacerle guardia.”
Con esta información, ahora quedaba claro porqué el Comando Conjunto había resuelto “entregar” a mi padre a la DINA durante su detención y desaparición en 1976: Mi madre en aquellos meses hizo todo lo humanamente posible para dar con el paradero de mi padre, concurriendo personalmente -embarazada de mi hermana América- a las oficinas del presidente de la Corte Supre ma. Él para calmarla hizo un ejercicio retórico: “Señora, en Chile no hay detenidos desaparecidos. Voy a llamar delante de usted al General Contreras, para que se de cuenta que no hay nadie del nombre de su marido detenido en algún recinto de las Fuerzas Armadas y de Orden”. Y lo hizo. Y sin saberlo o quererlo, esta llamada al despacho del coronel Manuel Contreras, que dirigía la DINA, le salvó en ese momento la vida a mi padre, pues cuando Contreras se enteró que uno de los principales dirigentes de las Juventudes Comunistas, a quien sus hombres buscaban intensamente, se encontraba en poder del Comando Conjunto, o el “Grupo de los 20″ como se hacía llamar, enfureció, porque no estaba informado. Movió todos sus contactos y exigió que el director de la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea, general Enrique Ruiz Bunguer, y el director de la Dirección de Inteligencia de Carabineros, general Rubén Romero Gormaz, le entregaran a mi padre.
La presión del coronel Manuel Contreras se hizo insoportable y la Dirección de Inteligencia de Carabineros (DICAR) debió asumir su detención. El 18 de junio de 1976, estando mi padre ilegalmente detenido y baleado -sin que nadie de nosotros supiera su paradero- en el Hospital de Carabineros, el ge neral Romero debió entregarlo a la DINA a pesar de que la bala seguía enterrada en su axila. Un oficio firmado por el general Rubén Romero Gormaz, y dirigido al director de la DINA, acompañó a mi padre en su ingreso al campo de concentración de Cuatro Alamos, que estaba bajo control de la DINA: “Remito antecedente del dirigente de las Juventudes Comunistas Manuel Guerrero Ceballos, quien fue detenido por personal de Inteligencia y que se encuentra a disposición de la DINA, en el Hospital de Carabineros.”
Siete días permaneció incomunicado mi padre en Cuatro Alamos. La bala la tenía aún clavada en el costado. En esos siete días se decidió su destino, pues el viernes 25 de junio de 1976, el día de su cumpleaños y a la misma hora en que la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el recurso de amparo en favor de él, mi padre fue obligado a levantarse de su camastro en la celda de incomunicación en que fue arrojado. No sabía adonde lo llevarían. Esa misma mañana fue trasladado al campamento del lado, el del tránsito a la libertad, Tres Alamos. Los organismos represivos, por esta lucha entre ellos, habían decidido que viviera, pero no contaban con que mi padre denunciaría por todo el mundo lo que le habían hecho y que había reconocido a uno de los agentes, el traidor Miguel Estay Reino, el “Fanta”.
La información que entregó Valenzuela en su testimonio a Mónica González era una bomba, y en rigor, sigue siendo una bomba. Pues en ella se establece, entre otros aspectos, que Viviana Ugarte Sandoval, alias “La Pochi”, había participado como agente del Comando Conjunto en la detención ilegal de mi padre. Presumiblemente ella es la mujer que relata en un escrito que dejó papá con el nombre “La sesión macabra continua”, donde describe las torturas que le aplicaron, y que en medio de ellas había una mujer que lo acariciaba mientras le aplicaban electricidad.
Sí. Viviana Lucinda Ugarte Sandoval es la esposa del general de la FACH Patricio Campos, quien es la persona nombrada por las Fuerzas Armadas que participó en la Mesa de Diálogo que tenía por objeto recabar información acerca del paradero de los detenidos desaparecidos en Chile… Curiosamente, precisamente la información que correspondía a las víctimas del Comando Conjunto fua alterada, de acuerdo a las declaraciones de Otto Trujillo, “Colmillo Blanco”, otro agente del Comando Conjunto que contó su versión de la verdad al diario La Nación.
Por desgracia, y por razones que aún me cuesta comprender, la entrevista a Andrés Valenzuela fue publicada sin autorización de mi padre y José Manuel en el extranjero, antes que ellos pudieran ponerse a salvo. Los agentes del Comando Conjunto, ahora agrupados en un departamento de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR), con domicilio en calle Dieciocho, en el mismo local de la “Firma” en que tuvieron torturado a mi padre en 1976, apenas se enteraron del testimonio de Valenzuela se pusieron en alerta y decidieron cortar literalmente el problema por la raíz: eliminar a José Manuel y mi padre, para impedir que la verdad circulara por el mundo. Por ello allanaron y secuestraron la imprenta de la Asociación Gremial de Educadores de Chile (AGECH) el 28 de marzo de 1985. Buscaron frenéticos ese lugar pensando que ahí se encontraban los stenciles de publicación del testimonio de Valenzuela sobre el Comando Conjunto. La imprenta estaba a nombre del artista gráfico Santiago Nattino. Esa misma noche lo secuestraron y lo llevaron a calle Diecicho, al local de la DICOMCAR, ex La Firma del Comando Conjunto. Lo esposaron a un parrón y comenzaron su tortura. Una vez que secuestraron, al día siguiente, el 29 de marzo, como hoy, a mi padre y José Manuel, los torturaron a los tres, quemándoles cigarrillos en el cuerpo, sacándoles las uñas, aplicándoles electricidad y quebrándoles los huesos de la frente a culatazos.
Al día siguiente, el 30 de marzo de 1985, dirigidos por el Fanta, con un cuchillo atacameño que le había regalado Moren Brito, los degollaron bajo Estado de Sitio camino a Quilicura y dejaron que sus cuerpos se desangraran. Hoy tres sillas vacías recuerdan a don Santiago y a los Manueles en el lugar en que les dieron muerte.
No quisieron que se supiera la verdad, como ha sido la tónica del silencio de las Fuerzas Armadas y de Orden para no dar con el paradero de los detenidos desaparecidos. Fundamentalmente por cobardía a no enfrentar sus propios actos, sus propias decisiones. Siguen estando en deuda con nosotros, con los hijos, con la sociedad chilena. La mayoría de aquellos agentes y de quienes les dirigían no han sido juzgados, y los médicos que torturaron, los civiles que actuaron, los oficiales que participaron en tan horrendos crímenes, siguen en sus lugares de trabajo como si nada pasara.
Pero sí pasa y no deja de pasar. Tal como mi padre y José Manuel arriesgaron y dieron sus vidas por la verdad y la justicia, nuevas generaciones surgen y dan con creatividad las luchas del presente, vinculados con aquella memoria del crimen, pero también de los compromisos, las militancias por una vida digna.
Por eso hoy los recordaremos en nuestra velatón cultural. Cada uno/a tomará de la mano a don Santiago y a los Manueles, y con ellos a cada uno/a de los/as luchadores/as sociales de nuestro país, de su mundo trabajador, artístico, profesional, intelectual. Somos muchos/as. Honraremos sus vidas y no dejaremos de denunciar y exigir justicia a sus asesinos y al Terrorismo de Estado. Hacemos el esfuerzo diario de seguir enamorados de la vida, como una conquista que no nos pueden ni queremos que nos quiten. Por eso decimos, ¡Con Memoria y Alegría, Adelante por la Vida!
Hoy pondré mi vela por ese último beso que le di a papá, y a quien he dedicado mi modesta vida, junto a mi compañera e hijas. Ahí estaremos, en la calle, codo a codo. Y entre la gente, quiero verte bailar…
Todos los días, toda la vida.

MANUEL GUERRERO ANTEQUERA 
SOCIÓLOGO ,ACADÉMICO.

FUENTE : EL MOSTRADOR

"¡ Y QUÉ FUE , Y QUÉ FUE ...!"

 “El rumbo estratégico del gobierno no se detiene”, aseveró el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, en el saludo que tuvo la gentileza de entregar al Pleno del Comité Central del Partido Comunista que se realizó el pasado fin de semana.
No es una novedad, ciertamente, pero no por ello menos significativa. Es que más allá de los oleajes que tienden a distraer la atención de lo central, lo sustantivo es esa decisión “republicana” de cumplir las promesas programáticas sobre las que la ciudadanía se pronunció en las elecciones presidenciales que llevaron a La Moneda, una vez más, a Michelle Bachelet.
Ese mismo espíritu fue lo que se reflejó en la masiva conmemoración de los 10 años transcurridos desde el fallecimiento de la líder comunista Gladys Marín, y de la que esta edición del semanario informa ampliamente.
Ocasión que no es exagerado calificar de “histórica”, al subrayar en ese marco de homenaje a la gran dirigente y luchadora la importancia de las reformas emprendidas por la Nueva Mayoría y que, junto a otras materias igualmente relevantes, fueron la tónica del discurso del presidente de la colectividad comunista, Guillermo Teillier.
En un escenario multitudinario que mezclaba fervor y madurez política, ante miles de militantes y amigos provenientes de regiones y comunas incluso muy lejanas, el Partido Comunista desplegó sus argumentos unitarios y trazó las que, en su opinión, son “las vigas maestras” del quehacer popular para los próximos tiempos, a la vez que abogó por la continuidad y profundización de los caminos elegidos para las grandes transformaciones que el país necesita y la ciudadanía activamente demanda.
Una “transfusión” de energías provenientes de las filas de su destacamento juvenil, garantiza al partido de Recabarren la continuidad de su ya centenaria trayectoria de servicio a los trabajadores y al pueblo, lo que es decir a todo Chile.
Un centenar de lúcidos y aguerridos militantes de las Juventudes Comunistas recibieron sus credenciales de militantes del destacamento de “los viejos”, y se disponen a aportar su “alegre rebeldía” para el mejor cumplimiento de sus ideales. En la emotiva ceremonia que tuvo lugar en el escenario del tradicional Teatro Caupolicán, destacaba como un símbolo de estos tiempos el “pase” al partido de una diputada de la república, la emblemática luchadora por la educación pública Camila Vallejo. Conciencia de sus valeres y aportes, así como modestia, características de este valioso contingente y de sus compañeras y compañeros que toman su relevo en las filas amaranto, para la imprescindible continuidad de un historial del que pueden legítimamente sentirse orgullosos.
Con ese acto, el Partido Comunista dio inicio a las labores que culminarán en su XXV Congreso Nacional, el que deberá asumir la responsabilidad de marcar las líneas de continuidad y profundización que se han denotado justas.
Una mirada solidaria y comprometida con las luchas de pueblos hermanos, marcó también el discurso central de la actividad realizada en la capital del país, de la que no estuvo ausente la exigencia de iniciativas descentralizadoras en el orden político, económico y administrativo que deberán aportar la necesaria cuota de racionalidad en la institucionalidad nacional.
Las demandas cada vez más activas y argumentadas por los derechos de las mujeres, de los pueblos originarios, de todas las llamadas “minorías”, de los jóvenes; y de los que aún se mantienen anclados, por motivos que por lo general escapan a sus propios deseos, en sus lugares de exilio.
Una mirada en profundidad al llamado “mundo del trabajo”, con la exigencia de una Reforma Laboral que ataque el corazón mismo del Plan Laboral de la dictadura, ocupó igualmente un lugar central en la exposición de los comunistas ante el pueblo de Chile.
La reafirmación de la necesidad de una observancia sin excusas ni omisiones de las más estrictas normas de la ética política, fue igualmente subrayada y asumida como un compromiso irrenunciable, siguiendo en ello sin vacilaciones la limpia trayectoria de las organizaciones sociales y políticas de los trabajadores y el pueblo chilenos.
Un mensaje de reafirmación y de esperanzas, para continuar allegando argumentos y recursos de masas a la anhelada apertura de esas “grandes alamedas” que en sus últimas palabras anticipara Salvador Allende.
Una mirada emocionada y de profunda gratitud a todos quienes aportaron desde las filas comunistas y, mucho más allá de ellas desde el ancho caudal del pueblo, a la defensa y promoción de los derechos de las amplias mayorías. Homenaje a los héroes, desprecio a los traidores. Reafirmación de una vigencia que simbolizó el presidente del Partido Comunista en ese ya legendario grito que más de una vez ha resonado en calles y plazas de Chile cada vez que en conjunto con el pueblo se han dado pasos en la reconquista de la democracia: “¡Y qué fue, y qué fue: aquí estamos otra vez!”

fuente : editorial de " el siglo"

EDUCA-TV . DIP. KAROL CARIOLA " SOMOS LA ÚNICA BANCADA QUE NO TIENE APORTES RESERVADOS "

COMUNICADO DE LA CELAC EN SOLIDARIDAD CON LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA .



La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) expresa su rechazo a  la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al Derecho Internacional. 
La CELAC reafirma su compromiso con la plena vigencia del Derecho Internacional, la Solución Pacífica de Controversias y el principio de No Intervención.
La CELAC ratifica los postulados de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, acordada en la II Cumbre, celebrada en La Habana, en enero de 2014
La CELAC reitera el contenido del Comunicado Especial aprobado en el marco de la III Cumbre de la CELAC en Belén, el 29 de enero de 2015 y en el Comunicado Especial de fecha 12 de febrero de 2015.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) manifiesta su rechazo el Decreto Ejecutivo del Gobierno de los Estados Unidos de América, aprobado el 9 de marzo de 2015 y considera que este Decreto Ejecutivo sea revertido.
De igual manera, la CELAC hace un llamado al gobierno de los Estados Unidos de América y al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para que inicien un diálogo, bajo los principios de respeto a la soberanía, la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, la autodeterminación de los pueblos y el orden democrático e institucional en consonancia con el Derecho Internacional.
La CELAC invoca a que se reabra el diálogo y hace un llamado a las fuerzas democráticas en Venezuela para que se haga uso de los mecanismos constitucionales en la solución de las diferencias existentes. 
fuente : granma 

http://pc-educacionregionalsur.blogspot.com/

sábado, 28 de marzo de 2015

EDUCA-TV . CHILE HASTA CUANDO ?

LA LÁMPARA EN LA TIERRA AMOR AMÉRICA (1400) CANTO GENERAL



LA LÁMPARA EN LA TIERRA

AMOR AMÉRICA (1400)
ANTES de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.

El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha, 
copa imperial o sílice araucana. 
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido, 
las iniciales de la tierra estaban
escritas.
             Nadie pudo
recordarlas después: el viento 
las olvidó, el idioma del agua 
fue enterrado, las claves se perdieron 
o se inundaron de silencio o sangre.

No se perdió la vida, hermanos pastorales. 
Pero como una rosa salvaje
cayó una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.

Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío, 
joven guerrero de tiniebla y cobre
oh tú, planta nupcial, cabellera indomable, 
madre caimán, metálica paloma.

Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
Quién
me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado, 
y era la sombra como un párpado verde.

Tierra mía sin nombre, sin América, 
estambre equinoccial, lanza de púrpura, 
tu aroma me trepó por las raíces 
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada 
palabra aún no nacida de mi boca.

PABLO NERUDA 

viernes, 27 de marzo de 2015

BIOGRAFÍA DE GLADYS MARÍN M.

Gladys Marín Millie, nació en la Ciudad de Curepto, en la VII Región, cerca de Curicó. Sus padres fueron Adriana Millie y Heraclio Marín. Él era campesino y ella una profesora primaria. El padre abandonó el hogar, ante lo cual, su madre debió hacerse cargo de criar a sus cuatro hijas.
Cuando Gladys Marín tenía 4 años, la familia emigró al pueblo de Sarmiento y más tarde a Talagante, lugar donde Gladys fue a la escuela primaria. Participó activamente en movimientos juveniles cristianos donde llegó a ser presidenta de la Acción Católica de Talagante.
A la edad de 11 años llegó a vivir sola a Santiago, a una pensión de la calle Recoleta.  Estudió primero en el Liceo 5 de niñas y luego comenzó su formación como profesora en la Escuela Normal # 2.
Aquí Gladys comienza a asistir a las reuniones de la Federación de Estudiantes Normalistas, donde conoció a Rosendo Rojas, dirigente de las Juventudes Comunistas de Chile (JJ.CC.). Luego de un tiempo le proponen ingresar a las Juventudes Comunistas lo que ella aceptó sin vacilar, recibiendo su carnet de militante el año 1958.
Después de eso fue elegida Presidenta de la Federación de Estudiantes Normalistas, que tenía como reivindicación principal la lucha por modificar los vetustos criterios pedagógicos de las Escuelas Normales.
En 1957 recibió su título de maestra y es destinada a la Escuela N° 130 para niños con deficiencias mentales, la que funcionaba en el interior del Hospital Psiquiátrico en la Avenida Santos Dumont.
Para entonces, Gladys Marín era miembro del Comité Regional Capital de las Juventudes Comunistas, donde cumple tareas en la Comisión Femenina y además estaba ligada a la organización de maestros de la Sexta Comuna.
En 1960 es elegida en el Comité Central de las JJ.CC.
En esa época el Partido Comunista(PC) de Chile venía saliendo de 10 años de ilegalidad producto de la “Ley de Defensa de la Democracia”, más conocida como “Ley Maldita”, que fuera impuesta por Gabriel González Videla, por lo que las Juventudes Comunistas buscaban convertirse en un destacamento de masas, que vibrara con las inquietudes de los jóvenes.
En 1963, Gladys Marín asume como dirigente del Comando Juvenil de Salvador Allende, impulsando múltiples iniciativas, como la construcción de parques infantiles en muchas ciudades del país, canchas deportivas, lugares para pasear o bailar. Se organizaron también las primeras brigadas de muralistas, antecedente inmediato de lo que más tarde serian las Brigadas Ramona Parra.  En esas elecciones resulta elegido Eduardo Frei Montalva.
En el mismo año Gladys Marín se casa con Jorge Muñoz, entonces estudiante de ingeniería, de este matrimonio nacen sus dos hijos, Álvaro y Rodrigo.
El año 1963, después de una Conferencia Nacional de las JJ.CC., Gladys Marín es elegida Secretaria General de dicha organización, sucediendo en el cargo a Mario Zamorano.
En 1965 es elegida Diputada por el segundo distrito de Santiago, el que en ese entonces comprendía las comunas de Renca, Conchalí, Recoleta, Independencia, Colina, Til Til,  Talagante, Curacaví, Quinta Normal y Barrancas, todas de clara composición proletaria.  Posteriormente es reelegida con una alta votación pero su mandato es abruptamente interrumpido por el Golpe Militar de 1973.
Durante el periodo en que Gladys encabeza las Juventudes Comunistas se desarrolla un fuerte movimiento estudiantil bajo la consigna de la Reforma Universitaria y las JJ.CC. se colocan a la cabeza de esas luchas.  Es en ese tiempo cuando el Comité Central, tras reiterados cambios de opinión, resuelve lanzar como símbolo de la Jota la camisa amaranto.
Ese es también el tiempo de la solidaridad con Vietnam. La movilización solidaria alcanzó enormes proporciones, una cantidad importante de jóvenes adquiere, al calor de ella, una fuerte conciencia anti imperialista. Se donaba sangre, se recolectó dinero para un hospital en Vietnam, se realizaran dos marchas por Vietnam desde Valparaíso a Santiago, la primera el año 1967 y la segunda el año 1969, alcanzando esta última una gran masividad.
Surge la Unidad Popular, que levanta como su abanderado a Salvador Allende, candidato con el que triunfa el 04 de septiembre de 1970.
La juventud chilena se convierte en protagonista de ese tiempo: las Brigadas de Trabajo Voluntario se comprometen en tareas como la construcción de canales de regadío, de balnearios populares y la participación en la distribución de productos de primera necesidad.  Se realizó la marcha de Arica a Magallanes contra el Fascismo y contra la guerra civil.
En 1973 se produce el golpe militar y Gladys Marín debe pasar a la clandestinidad. En diciembre de 1973, por decisión del Partido y contra su voluntad,  se asila en la embajada de Holanda en Santiago, allí permaneció 8 meses debido a que la Junta le negaba el salvo conducto.
En el exilio asume las tareas de la solidaridad con la causa chilena. Recorre distintos lugares denunciando los crímenes que en Chile se cometen.
En 1976, cae detenido en Chile su esposo Jorge Muñoz, quien era miembro de la Comisión Política del Partido, ella conoce la noticia mientras se encuentra en Costa Rica en actividades de solidaridad con Chile. Hasta ahora no se conoce el paradero de Jorge Muñoz.
Al inicio del año 1978 regresa clandestinamente al país y encabeza el trabajo de dirección en el interior.
En 1984 asume como Sub Secretaria del Partido. Después del XX Congreso del Partido Comunista, realizado en el año 1994, Gladys Marín es elegida Secretaria General de este Partido, marcando historia como la única mujer en obtener el mayor cargo en un Partido Comunista en el mundo.
En 1997 es candidata a senadora por la circunscripción senatorial poniente de Santiago, donde obtiene una votación que la ubica en el octavo lugar en el ámbito nacional, pero no sale elegida como resultado del antidemocrático sistema binominal imperante en Chile, que apunta a evitar que las fuerzas de izquierda tengan representación parlamentaria.
El 12 de enero de 1998, Gladys Marín presentó ante la Corte de Apelaciones de Santiago la primera querella criminal en contra del ex dictador Augusto Pinochet Hiriart y de todos quienes resultaran responsables en su calidad de autores, cómplices o encubridores de varios delitos, entre ellos genocidio, homicidio, secuestro y asociación ilícita.
En junio de 1998 es proclamada candidata a la Presidencia de la República, instalándose en la historia como la primera mujer en inscribir su postulación a la presidencia de este país. Se trata de una candidatura de la izquierda chilena, que busca, como objetivo principal, el instalar en Chile la existencia de una alternativa al sistema; se trata de crear, de organizar, de lograr que se exprese un movimiento social y político por los cambios de fondo que Chile requiere.
En el año 2002 se celebró el XXII Congreso del PC, en el que se modifican los estatutos del PC para que Gladys Marín pudiera asumir un tercer mandato en esa colectividad. De esta manera, el 3 de noviembre fue elegida presidenta del PC, con lo cual asumió un tercer período consecutivo a la cabeza de la agrupación política.
En los próximos años Gladys encabezará algunas de las principales reivindicaciones del mundo social y político, instalándose a la cabeza de la defensa de los Derechos Humanos, de la causa de los pueblos originarios y de las minorías sexuales, en la defensa por la Paz del mundo y la libertad de los pueblos. Así se transforma en una de los más importantes lideres de opinión del último tiempo, logrando tener un importante espacio en la historia de Chile.
El 25 de septiembre de 2003 Gladys es internada en la Clínica Tabancura, donde el equipo médico del doctor neurólogo Eduardo Larraechea le diagnostica la presencia de un tumor cerebral. El 1 de octubre viaja a Estocolmo, Suecia, para ser intervenida quirúrgicamente el día 8 en la clínica Karolinska por el doctor Inti Peredo.
El 15 de octubre se informa que el tumor es un glioblastoma multiforme, lo que significa, según el diagnostico médico, que volvería a crecer inexorablemente en la misma zona.
El 19 de octubre viaja a La Habana, Cuba, luego de recibir una invitación expresa del Comandante Fidel Castro para iniciar un proceso de rehabilitación en la Isla. El tratamiento es realizado por el equipo médico que encabeza el doctor Javier Figueredo.
El 14 de marzo de 2004 regresa a Santiago y es recibida en un gran acto en la ex Estación Mapocho de la capital chilena, en donde centenares de miles de personas se reúnen para expresar su apoyo incondicional a la líder comunista.
El 4 de septiembre de 2004 es operada por segunda vez en La Habana de una necrosis de tejidos. En octubre vuelve a Santiago hasta el 7 de noviembre que regresa a La Habana, para retornar definitivamente a su país natal en diciembre del mismo año.
Gladys Marín pasa sus días en su residencia ubicada en calle Las Perdices 7026 de la comuna de La Florida, acompañada de su familia, amigos y dirigentes del Partido Comunista de Chile.
Tras ir perdiendo poco a poco sus capacidades, el sábado 5 de marzo de 2005 entra en coma y fallece a la 1 de la madrugada del domingo 6 de marzo. Sus restos son trasladados al ex Congreso Nacional en la capital del país, donde son multitudinariamente velados. El Presidente Ricardo Lagos decreta dos días de duelo nacional.
El martes 8, Día Internacional de la Mujer, se realizan sus funerales y sus restos cremados. La marcha fúnebre que despide a Gladys Marín hacia su último descanso reúne a cerca de un millón de personas, en la más grande de las manifestaciones que se recuerde en este país.
Numerosas delegaciones de gobiernos, partidos políticos, organizaciones sociales y culturales se hacen presentes en sus exequias, destacando la participación de los representantes de Cuba, Venezuela, Uruguay Estados Unidos, entre otros.
En el país incluso sus más acérrimos adversarios asisten a despedirla, en reconocimiento al gran legado de una mujer consecuente y leal con sus principios hasta el último momento. Gladys Marín se levanta como una de las más importantes luchadoras de Chile, representante fiel de los más destacados valores comunistas.

fuente : pcch