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lunes, 17 de agosto de 2015

CTC LOGRÓ MESA DE TRABAJO Y REVISIÓN DE PROTOCOLO

Luego de 22 días de movilización los trabajadores del cobre consiguieron analizar con Codelco sus condiciones laborales. En entrevista, Manuel Ahumada, presidente de la organización, habla de los alcances de las protestas.
 En “estado de alerta” se mantienen los trabajadores asociados a la Confederación de Trabajadores del Cobre (Ctc), luego que suscribieran un protocolo de acuerdo el miércoles 12 de agosto.
Dicho protocolo establece garantías para ambas partes, como la suspensión de las movilizaciones -por parte de los trabajadores-, y la reincorporación de los despedidos -por parte de la Corporación del Cobre (Codelco)-, sin aplicar represalia contra los involucrados en dicha movilización, en lo relativo a despidos o persecuciones de los mismos.
La protesta, que comenzó el 21 de julio a partir de las 05.00 hrs., mantuvo cerrado los accesos a las Divisiones de El Salvador (Diego de Almagro), “Radomiro Tomic”, “El Teniente” y “Andina”.
Los trabajadores iniciaron su movilización en función de ampliar y renovar el Acuerdo Marco firmado durante 2009, 2011 y 2013. Sin embargo, la estatal Codelco “se negó a tomar parte de este nuevo proceso y traspasó la responsabilidad a sus empresas contratistas, demostrando una vez más su nula voluntad al diálogo, de cara a las demandas de las y los trabajadores”.
Palabras de Manuel Ahumada, presidente de la Ctc, quien reitera que el Acuerdo Marco es un instrumento que se ha instalado para generar colchones mínimos para los trabajadores de manera transversal. “Codelco, desde que nosotros hicimos la petición formal el pasado 6 de julio, asumió una posición  soberbia, encabezada por Nelson Pizarro (nuevo Presidente Ejecutivo) quien señaló que no se iban a sentar a negociar con trabajadores tercerizados y que estos debían negociar con sus empresas. Esa actitud fue como un portazo a un proceso que se viene dando desde el 2007 hasta hoy”.
Para el dirigente, la actitud de Codelco es una lógica provocadora que se manifestó quince días antes que se instalara el conflicto. La empresa “fue la que reventó el conflicto, que pasó de ser laboral a uno de tipo social, con características incluso criminales por lo sucedido en El Salvador con el asesinato de Nelson Quinchillao”. 
“Nos llama la atención -dice Ahumada-, el rol que juega el Consejo Minero en el conflicto, que aparece pauteando y respaldando a Codelco y a Pizarro para que no se sienten a conversar”.
Los trabajadores del sector minero reconocen los beneficios que el Acuerdo Marco entrega a las partes en conflicto. En tanto, para la empresa el beneficio se traduce en lograr por medio del diálogo los acuerdos, y para los trabajadores avanzar en el cumplimiento de sus demandas.
Luego de 22 días de movilización, los trabajadores logran que Codelco acceda a la petición inicial y se establece un “protocolo de acuerdo que general condicional básicas y mínimas de conversación”.
Para Manuel Ahumada, éste logro tiene relevancia porque queda graficada la consecuencia que ha tenido el movimiento y la Ctc en mantener una sola posición desde el principio y que  quien ha sido errático ha sido Codelco. 
Los trabajadores, desde el 2007, vienen planteando el “cómo se deben revisar las subcontrataciones, ya que es un mecanismo de precarización laboral, de atomización y adaptabilidad laboral, y también permite que se inflen costos de producción que, en definitiva, lo único que hacen es dañar los intereses soberanos y económicos del país”.
El dirigente indicó que “cuando se inflan esos costos, se generan mayores ganancias y utilidades a las transnacionales y abre la posibilidad de una privatización encubierta que tiene la estatal”.
Lo anterior, en palabras de Manuel Ahumada, queda también develado al interior del mundo político, “por tanto es el momento de iniciar una discusión seria del como se definirá el modelo de desarrollo productivo y la industria del cobre en Chile”. Sostiene que “sin duda van a  aparecer acciones y actitudes que busquen terminar con este instrumento y en eso los trabajadores estamos en disposición de lucha para defender esto a como dé lugar”.
Codelco y la Ctc se encuentran implementando el protocolo de acuerdo que consiste en reconocer primero los actores del diálogo, (Codelco, la CTC y la Cámara Chilena de la Construcción que representa a las empresas subcontratistas), que rayan la cancha por medio de los procesos de licitación que, a juicio de Ahumada, también deben ser revisados.
Lo segundo es la constitución de mesas de trabajo y definir cómo se resuelven los conflictos laborales que “para nosotros es por medio de la negociación, que es la manera en que el resto del mundo lo hace y no instalando o tratando de sofocar al movimiento sindical usando poderes del Estado, con represión o  el poder coercitivo de los Estados para desarticular movimientos”.
Las partes en conflicto han acordado un espacio acotado de tiempo (dos semanas máximo) para sentarse a discutir y elaborar  propuestas definitivas que den solución definitiva al conflicto y también entreguen garantías de no represalias, ni persecución, ni despido contra trabajadores movilizados.
Cumplido ese protocolo e instalada la mesa los trabajadores, quedan en “estado de alerta” (suspensión de la movilización y no fin de ella), atentos a los avances de la misma. “Este logro deja de manifiesto que no era necesario pasar por el estallido de un conflicto ni mucho menos por el asesinato de un trabajador. Bastaba solamente la voluntad de diálogo tal como se hizo en años anteriores”, indicó Manuel Ahumada.

LA QUERELLAS CONTRA TRABAJADORES MOVILIZADOS.

Codelco amenazó con querellas a trabajadores que participaron en las movilizaciones. Frente a eso, el máximo dirigente de la Ctc dice que “eso ha sido una amenaza constante por parte de la empresa, aquí hemos visto todo lo que se pueda imaginar en el uso de las malas prácticas y lo que no se debe hacer frente a un conflicto”.
Agregó que “hay represión, intentos de paralelismo sindical, desprestigio sindical, operaciones internas para tratar de fraccionar el movimiento, pero a eso hemos puesto la simpleza, la justeza y la lógica de nuestras demandas, y necesariamente ellos caen en una contradicción que les derriba el andamiaje construido para ir en contra del movimiento”.
Para el presidente de la Ctc -pese a que la organización no tiene los recursos que tiene Codelco para instalar estrategias comunicacionales-, “los trabajadores se han parado de igual a igual en la argumentación y lograron derribar los mitos instalados como la desaceleración económica, que impediría avanzar en temas de reformas impulsadas por el gobierno”. Y agrega que es “lamentable que Codelco use la misma herramienta del gran empresariado y de las transnacionales y se olviden que ellos son una empresa estatal”.
El discurso de las grandes empresas y de un sector político de Chile es que el bajo precio del cobre es factor decisivo para cumplir o no con el programa de reformas. Ahumada afirma que “históricamente cuando baja el precio del cobre, sube el precio del dólar,  los sueldos de los trabajadores nunca se han pagado en dólares, por tanto, no sé de qué pérdida hablamos. Se le miente al país y no se sinceran las cifras”.
Manifestó que “el cobre sigue siendo la principal independencia económica que tiene Chile, los trabajadores estamos convencidos de eso, y esto que fue a principios de los 70 una certeza transversal, se ha ido desdibujado” en las últimas décadas.

EL ROL DEL EJECUTIVO EN EL CONFLICTO.

Manuel Ahumada, en entrevista, dice que “el Ejecutivo se ha visto bastante lejano (en el conflicto que acaba de ocurrir), para el Ejecutivo este conflicto ha sido una piedra caliente. No sé qué gestiones habrá hecho, nosotros hemos denunciado esto en los espacios que hemos podido, estuvimos con el presidente de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados (Lautaro Carmona), con la Ministra del Trabajo (Ximena Rincón), a quienes relatamos el conflicto. No fuimos al Ministerio del Interior porque éste es un conflicto laboral y no lo vamos a sacar de ese contexto. En cambio, Codelco desde el principio del conflicto acude al Ministerio del Interior para sofocar la movilización vía represión. En la mesa de protocolo ha quedado claro que estos conflictos no se resuelven vía Ministerio del Interior porque eso sólo agudiza la situación”.
El presidente de la Ctc indica que “este conflicto debe ser un aprendizaje, debe ser de interés nacional”. Apunta que “es lamentable que haya enlutado a la Confederación, por la muerte de Nelson Quinchillao,  pero desgraciadamente es parte de una historia que se repite en el  movimiento obrero en Chile, y demuestra que no hemos aprendido de los errores del pasado”. Agrega que “para los trabajadores del cobre, la llamada paz social sólo le logra con protección social”. 
La próxima semana debería comenzar la mesa de trabajo y esperan que en estos días se levanten los contingentes policiales de Fuerzas Especiales de Carabineros instalados en “El Salvador” y “Diego de Almagro”. Advierte Ahumada que por la muerte de Nelson Quinchillao, exigen una investigación y justicia plena, y que sienten que “hubo una planificación represiva en la que los trabajadores fueron vistos como enemigos internos, donde se armó una operación al tipo ‘comando’ en contra de trabajadores que generan la principal riqueza para Chile”. Enfatiza que “deberán asumirse las responsabilidades policiales y políticas que correspondan”.
Los trabajadores solicitaron Ministro del Interior, Jorge Burgos, que se investigue a fondo la muerte del trabajador y se harán parte de las demandas que emanen de la indagación.
Finalmente, Manuel Ahumada hace un llamado a los trabajadores de la Confederación a mantenerse “en estado de alerta, estar atentos a lo que vaya surgiendo, mantenerse vigilantes y atentos a la propuesta final que pueda emanar de la mesa de trabajo”.
Llama también a los trabajadores del país a tener  presente que “somos nosotros los que generamos las riquezas del país, somos  los sujetos de  cambios y que hay que dejar de lado las pequeñeces y hay que organizarse”.
fuente : el siglo