CHILE

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viernes, 28 de septiembre de 2012

LITIO: UNA RADIOGRAFIA DE LA DERECHA DURA

De manera al menos desvergonzada, el gobierno de la derecha ha infligido un nuevo daño a esa misma patria que celebraron durante estas interminables “fiestas patrias”. Enarbolando chichas en cacho, “terremotos” y pies de cueca en medio de las caballerías del ejército “jamás vencido”, los gobernantes avivaban el coro de los estruendosos “¡Viva, Chile!” de ramadas y escenarios públicos.
Por dentro, se preparaba un esquinazo de signo totalmente diferente: la entrega del litio, una riqueza básica protegida por leyes de signo soberano, a la voracidad empresarial.
Y comenzaron a salir de las sombras algunos de los pro hombres de la dictadura: un yerno de Pinochet, favorecido en su momento con la entrega, en un hecho delictual característico de la dictadura, de riquezas que integraban el patrimonio nacional. Un ex ministro del mismo Pinochet, y candidato presidencial que tuvo como “generalísimo” al actual presidente de la república.
Y, de paso y como para no desmentir que los “conflictos de interés” entre familiares y asociados son inevitables y de diaria  ocurrencia en este gobierno de “los excelentes”, la presencia entre los negociadores y favorecidos de nada menos que un hermano del ministro del ramo –en este caso, Minería- que no halló nada mejor que absolverse de toda sospecha declarando que había sido “prescindente” en las negociaciones. Lo que cabe sostener es que si efectivamente lo hubiera sido, habría  abandonado su cargo, pues se trataba de un asunto del más alto interés nacional y lo menos que se puede esperar de un titular de cartera ministerial es que se haga cargo de lo esencial de sus funciones.
Ahora estamos en la etapa “comunicacional”: que el litio no es un mineral “estratégico”, que nuestra incidencia en el mercado mundial es menor de lo que se ha sostenido, que la ley dice “así” pero el gobierno puede “asá”. Y que Chile debe “venderse” bien en la feria de subastas planetarias, como lo ha sostenido de forma poco feliz el presidenciable Longueira.
Se ha procedido pinochescamente, entregando parte importante de nuestras riquezas básicas. En términos estrictos, se ha metido la mano en el bolsillo a 17 millones de chilenas y chilenos, los mismos entre los cuales se cuentan aquellos a quienes se les negara hace poco un salario mínimo decente.
Es claro también que, para no pecar de inexactos y faltos de rigor, hay que reconocer que la derecha pura y dura que hoy gobierna nuestro país no estaba esperando a un Pinochet para desplegar sus habilidades especulativas. Faltos de patria, sin otro norte que… los dólares con que los recompensan desde el Norte, Pinochet no fue más que su criatura, tal vez incluso un poco más siniestra que como algunos la hubieran querido, pero muy eficaz a la hora de cautelar sus intereses y facilitar sus latrocinios.
Y por eso, hoy es el litio, como ayer fue el cobre y lo fueron todas las empresas de servicio público y todo lugar en donde se sospeche el brillo del oro.
Hipócritas, desvergonzados, deshonestos, frescos… Es la vieja y dura y pura derecha. La misma que aspira a mantener sus poderes locales, copar una vez más el parlamento a favor de la martingala binominal y, por qué no, instalarse por otros 4 años en La Moneda para seguir haciendo su juego de ruleta y cabaret.
Para evitarlo, no es ciertamente la repetición de fórmulas gastadas lo que se impone desde las mayorías nacionales, sino una espléndida campaña de conciencias movilizadas tras un “proyecto” nacional de desarrollo con soberanía.

FUENTE :EDITORIAL DE  " EL SIGLO" 

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