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jueves, 23 de mayo de 2013

MENSAJE COHERENTE: NEOLIBERALISMO Y DESPRECIO AL PUEBLO


Hace su balance de gobierno el presidente saliente, si bien le restan aun varios meses de ejercicio del poder. Si algo cabía esperar del último mensaje de un inquilino de La Moneda, era una mirada al menos desapasionada a la realidad del país que gobierna.
“Desapasionada” no es lo mismo, necesariamente, que “objetiva”. Pero es, al menos, un requisito del mínimo rigor esperable de tan alta autoridad. Al contrario de ello, el país presenció con estupor un extenso ejercicio de cifras, buenas intenciones y proyectos cuya sola presentación y aprobación sobrepasa con mucho el tiempo de que dispone el mandatario para convertirlos en leyes y, lo que es mucho más importante, llevarlos a la realidad.
Mensaje “ideológico” por antonomasia, éste postrero de Sebastián Piñera sólo puede ser comprendido “en clave” –como se dice en estos días- de su pensamiento integrista.
Nada que no pudiera ser refrendado por lo más oscuro y “post moderno” de una ideología que se resiste a resignarse en retirada ni aun ante la evidencia de su fracaso en cada lugar del mundo en donde haya sido aplicada “consecuentemente”.
Educación-mercancía, salud-mercancía son apenas algunas de las manifestaciones más evidentes de un pensamiento trabado y coherente: mercado-más mercado. Pero “mercado desregulado”, no “mercado con competencia”. Lo que hay en ese pensamiento sin fisuras es un mercado totalitario en donde todo es objeto de lucro -“mercancía”- salvo aquello que –delicias de la doctrina del Estado subsidiario- no permita una tasa de ganancia compatible con la voracidad del gran empresariado.
Capítulo “reconstrucción”: al igual que en el de “pleno empleo”, manipulación de cifras, ausencia flagrante de cualquiera forma de “excelencia”.
Capítulo salud: ningún intento por comprender a cabalidad la seriedad del problema y su dramatismo al nivel de las vivencias de una mayoría de la población para la cual el solo hecho de concurrir a un servicio público es una experiencia humillante, y traumática y sin destino. Pero, ¡qué saben ellos de esa realidad!
Kínder y educación básica y media “obligatorias”, sin que quien así lo dispone y echa con ello una carga sobre los hombros de la población se haga cargo de lo que a cualquiera mirada es lo mínimo indispensable: proveerla de las condiciones para que puedan “cumplir” con el deber impuesto por un  Estado ausente.
¿Se harán cargo las candidaturas del “sector” de los contenidos profundos de este Mensaje? ¿Estarán dispuestos a llevar sobre sus hombros la pesada herencia de un balance sin futuro?
Pero, no nos engañemos: las lealtades de clase radicadas en las pesadas estructuras de los partidos pinochetistas suelen imponerse y, así, más allá del “fuego amigo” que seguirá produciéndose en estos días pre primarias presidenciales, todo indica que, Longueira o Allamand, la derecha cerrará filas en su intento –legítimo, por cierto-de prolongar una permanencia, esta vez sí legítima en términos de una “democracia formal”, a la cabeza del poder ejecutivo.
¿Mensaje a quién?: no, por cierto, a las grandes mayorías: estudiantes y luchadores por un educación desde y para la democracia, aspirantes a una vivienda con mínima dignidad, trabajadores despojados de sus derechos por “los desconocidos de siempre”; usuarios de un sistema de la salud que más los tiene, en tanto clientes “sin solvencia”, en condiciones indignas de “un país de la OCDE”. Y etcétera, etc. y etc.
Y de lo que vendrá dará cuenta un pueblo ya “curado de los espantos” de la demagogia el clientelismo y “el terror”. Alerta, señores del privilegio: ¡el tiempo ya cumplió su tarea!

FUENTE : EDITORIAL DE  "EL SIGLO"

 

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