En estas festividades de fin de año que producen entre todas y todos un movimiento febril, donde se mezclan sentimientos y actividades que tratamos de realizar y cumplir en las ya recargadas agendas de cada uno de nosotros, queremos entregar unas palabras para todas y todos ustedes. La vorágine progresiva y ascendente de un modelo basado en el consumo desenfrenado, nos lleva inevitablemente a darnos cuenta de la distorsión en que estamos inmersos. El mercado nos agobia con tentaciones que permean la sociedad en su conjunto y por cierto nuestro entorno sindical y familiar. Este mismo modelo con toda su apabullante publicidad, no hace sentir culpables si es que no “compramos algo” para regalar. Por lo mismo, queremos compartir con todas y todos ustedes, un saludo lleno de fraternal afecto y de energías, que puedan hacerlo extensivo a toda su familia y entorno laboral. Nuestro trabajo no cesa en cada uno de los 365 días del año y las festividades como éstas no son la excepción. Nuestro trabajo tiene el valor, al igual que en otras labores, de ser continuo y permanente con la característica esencial que de por medio está la atención y preocupación por la vida de la mayor parte de los habitantes del país; es un trabajo generoso y de vocación que no hace diferencia entre credos religiosos, raza, género, condición económica o posición política de quienes atendemos. Las y los trabajadores de la salud, aún en las precarias condiciones en que laboramos, hacemos cada día y noche del año una entrega de cuerpo y alma para prevenir la enfermedad, para aliviar el dolor, asistir en el tratamiento, desplegar todo nuestro saber y experiencia para volver a la vida a quienes encontramos en los accidentes o llegan en condiciones de extrema urgencia donde la oportunidad en la atención es vital. Por esta abnegada actitud que caracteriza el perfil de las y los trabajadores de la salud pública, sean auxiliares, administrativos, técnicos y profesionales, sean titulares, contratas, reemplazos u honorarios, hacemos llegar un cálido abrazo y palabras de orgullo por tener el honor de representarlos, para decirles que el mejor regalo para los que amamos es compartir estos valores que destacamos. Que el amor, la solidaridad y la comprensión sean los mejores regalos que podamos hacer a quienes nos rodean, que nuestros hijos, familia y amigos sepan que sin nosotros y lo que hacemos el país se enferma, sufre y muere. Un saludo especial para todas y todos aquellos que han sufrido la venganza de un gobierno nefasto y represor, que no escatimó esfuerzos para castigar con persecución y descuentos a quienes levantaron la voz exigiendo dignidad y mejores condiciones de vida, para las y los compañeros del Hospital del Tórax, las y los compañeros de los Hospitales de la Quinta región y particularmente para las y los compañeros de la Posta Central, donde la autoridad no conforme con descontar las horas no trabajadas les quitó el pago de la 19.490 y la 19.937 y además el bono de satisfacción usuaria, como una manera de hacer escarnio ejemplificador, para dividirlos, para apagar su lema “Siempre Dignos”; una actitud vil de revanchismo político por las denuncias de irregularidades en sus turbias gestiones que algún día, estamos seguros, verán la luz de la justicia. Seguiremos dando la lucha por el reintegro de los derechos secuestrados y tarde o temprano, estos que hoy son autoridades recibirán el rechazo en cada lugar en que se encuentren. El mejor regalo que nos podemos hacer es seguir unidos y en pie de lucha, el mejor regalo es reconocernos como clase trabajadora y crecer en fuerza y convicción para las tareas y luchas que se avecinan.
Por Directorio Nacional, fraternalmente, Oscar Riveros Araya Presidente Mauricio Ugarte G. Secretario General Confederación
FENATS NACIONAL
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