CHILE

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domingo, 28 de septiembre de 2014

EL CASO DEL DERRAME DE PETRÓLEO EN QUINTERO

El miércoles 17 de septiembre las costas de las comunas de Quintero y Puchuncaví de la Región de Valparaíso volvieron a hacer noticia producto de una nueva emergencia medioambiental. En esta ocasión, el accidente de la embarcación LR Mimosa que transportaba crudo de petróleo para la refinería ENAP, que generó un derrame de alrededor de 2  mil a 3 mil litros del combustible, según constató la Armada de Chile.
Las comunas de Quintero y Puchuncavi expuestas por años a un constante deterioro ambiental producto de las emisiones de grandes concentraciones de material contaminante por parte de la División Ventanas de Codelco y la refinería de ENAP, consecuencias no deseadas del desarrollo que afectan el entorno natural.
La instalación de diversas industrias y la desregulación en las emisiones contaminantes convierten a la Bahía de Ventanas en una zona saturada, una realidad que impacta negativamente a la biodiversidad y pone en riesgo la continuidad de la pesca artesanal en esta zona frente a la ausencia de recursos marinos producto del daño ocasionado al ecosistema.
Esta situación nos obliga a problematizar la forma en que las autoridades entienden el desarrollo económico-energético y su relación con el cuidado del medioambiente. Escindir ambas dimensiones incrementará las asincronías entre el fortalecimiento de una matriz energética para las grandes industrias y las miles de familias que subsisten gracias a la extracción de recursos naturales en escala artesanal.
Los conflictos que evidencian la zona saturada en la bahía de Ventanas no constituyen una realidad aislada, muy por el contrario, responde a una lógica generalizada en las políticas de desarrollo energético que superan los límites geográficos de nuestro país. En ese sentido, el deterioro medioambiental se sostiene gracias a las prioridades que fijan los Estados en post del desarrollo de sus economías, privilegiando las grandes cifras macroeconómicas y los intereses de los grandes inversionistas que se contraponen al  bienestar común.
Poner al ser humano como una especie más que convive en el entorno natural y extrae sus riquezas a través de actividades económicas particulares -como la pesca artesanal-, significa un paso fundamental para construir un dialogo necesario entre el desarrollo económico y los equilibrios medio ambientales.
Muy lejos aún de este dialogo para avanzar en sustentabilidad y renovación de recursos naturales, el Estado ha hecho vista gorda en materia de regulación, privilegiando los intereses de unos pocos. El progresivo deterioro del medio ambiente es otro aspecto más en donde lo privado se ha privilegiado por sobre lo público, generando una regulación permisiva y poco exacta.
La fragilidad del estado en materia de institucionalidad medio ambiental, es un problema de primer orden que debe asumir con carácter de urgencia el gobierno. Regular al sector privado es una prioridad, fortalecer las instituciones responsables de realizar el seguimiento y la fiscalización. Además de innovar e invertir en tecnologías que nos permitan desarrollar energías sustentables e incorporar la participación ciudadana de forma vinculante. Todas estas medidas son fundamentales para avanzar paulatinamente en soluciones reales.
Finalmente las empresas o sector privado deben asumir un rol responsable con el entorno natural y social que intervine, cuestión que toma mayor relevancia frente al reciente accidente en las costas de la comuna de Quintero y Puchuncaví. El derrame de petróleo sin duda afectará la flora y fauna de la costa de la Región de Valparaíso, principalmente a los recursos bentónicos y pelágicos de la zona, particularmente a los peces de importancia económica.
Los pescadores artesanales ya han sido postergados por la industria en diversos aspectos, hoy ENAP como empresa responsable no sólo debe indemnizar por las pérdidas provocadas, sino que además realizar un manejo que permita mejorar el desastre ambiental producido por el derrame de hidrocarburos en una zona ya saturada.
El gran desarrollo energético no debe generarse a costa del bienestar de todos los ciudadanos. Por lo mismo, es responsabilidad del privado responder frente a las externalidades negativas que generan la rentabilidad y la destrucción del ecosistema de todos los chilenos.

FUENTE : /Tiffany Cataldo/ Biología Marina UV. Programa Institucionalidad Ambiental ICAL.

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