CHILE

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viernes, 12 de septiembre de 2014

LO QUE NO DICEN LAS ENCUESTAS

Una nueva arma de lucha está enarbolando por estos días la derecha política y económica: las encuestas.
Si ya es discutible la formulación de las preguntas planteadas a los encuestados, también sería útil conocer los criterios de los “muestreos”. Por ejemplo, quiénes son los convocados a responder y por qué habría que aceptarse, acríticamente, que constituyen un conjunto fiel y representativo de “lo que está pensando la gente”.
Véase, por ejemplo, la pregunta sobre la reforma a la educación: el porcentaje que la rechaza, que no está de acuerdo, ¿lo hace porque le parece “excesiva, extemporánea, injusta”, o tal vez –y no habría por qué descartarlo- porque le parezca “insuficiente”?
Pongamos esto en relación con otro manido argumento: que la Nueva Mayoría –y por cierto, la presidente Michelle Bachelet- no estaría validada y con ello las reformas de su programa, porque un 40% del cuerpo electoral potencial no acudió a las urnas.
Y a ese respecto, ¿no sería pertinente –e incluso más cercano a un análisis riguroso del contexto en que estamos viviendo- el suponer precisamente que ese 40%, constituido mayoritariamente por la población más joven, no fue a votar porque todo le parece “insuficiente”, porque quiere más radicalidad y porque desconfía de los poderes y las instituciones del Estado?
Y que, en consecuencia lógica, no forman parte del “rechazo” por exceso sino de una abstención por insuficiencia.
¿O es que cree la derecha, o quiere hacerle creer al país, que esos “abstinentes” están por la educación municipalizada y el imperio del lucro que creó la derecha amparada en la bota dictatorial?
Es claro que siempre será mejor que esa “minoría – o casi mayoría- silenciosa, a la hora de las urnas se exprese de manera más elocuente, permanente y participativa.
Pero eso no está en el negocio de los poderes que administran y profitan del “modelo”.
También salen a luz en estos días las “prudentes” advertencias respecto a la oportunidad tanto de una reforma tributaria como de una laboral.
Los abnegados patriotas de la derecha están preocupados… por el empleo. No dicen qué tipo de empleo. Como no se atreven a enunciarlo con todas sus letras, apuestan por “postergar” para un momento mejor las discusiones sobre el derecho efectivo a huelga, la negociación colectiva, el “piso” de las negaciones entre los trabajadores y los empleadores. Paternalmente, asumen la defensa de los que “perderán” su trabajo y de todos aquellos que al ir a buscarlo se encontrarán con empresas en dificultades, restricciones o lisa y llanamente “quebradas”, por los excesos de las demandas, la insuficiente aplicación de la sacrosanta flexibilidad laboral, y otros males conexos…
Mientras tanto, la banca ha aumentado geométricamente sus utilidades, los inversionistas criollos salen en busca de mercados extranjeros porque éste les quedó chico para las utilidades que aquí consiguieron, etc., etc.
El glamoroso mundo de las altas finanzas ofrece el espectáculo nauseabundo de sus negociados, sus especulaciones bursátiles, el abuso a los pequeños accionistas, el desvergonzado tramado de sus complicidades. Y “la gente”, esa misma que no es consultada por las encuestas, aunque no se entienda muy bien la enredada madeja de las “Cascadas”, sabe sí una cosa: que para el caso del que fuera “primer yerno” de la dictadura y que como tantos otros se robó parte del patrimonio fiscal -la cacareada “plata de todos los chilenos”- apenas si habrá un proceso de largos años mientras continuará disfrutando de sus riquezas mal habidas. En cuanto a cárcel u otra “pena aflictiva”… ni pensarlo.
En las encuestas por venir, ¿cómo se formulará la pregunta por la indecencia de al menos una parte del gran empresariado chileno?

FUENTE : EDITORIAL DE "EL SIGLO": 

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