Por medio de la presente, en mi calidad de socia activa del gremio, quiero expresar mi más profunda solidaridad con los miembros del directorio del Regional Metropolitano Jorge Abedrapo, Washington León y Paulina Cartagena, a quienes conozco desde hace años, frente a la grave acusación que ha sido formulada por una de sus integrantes, doña Bery De la Fuente a través de las redes sociales.
En efecto, me parece que sus dichos contravienen los estatutos de nuestra institución y los principios más elementales de la ética sindical. Afirmo esto porque definitivamente me parece inaceptable que la señora De la Fuente dé cuenta antojadiza de las deliberaciones del directorio del que forma parte. Todo dirigente gremial sabe o debe saber que las sesiones de directorio son públicas en el marco de sus actas y que las diferencias que se produzcan deben resolverse en el mismo espacio.
Desde luego, no tengo dudas en inferir que la carta es también injuriosa, toda vez que formula acusaciones que irrogan perjuicio al honor de los dirigentes. Como afiliada al colegio no me opondría a que las personas injustamente acusadas ejercieran acciones criminales por el delito de injurias con publicidad. Tampoco me opondría a que los afectados ejercieran acciones legales por violación de la integridad psíquica, considerando el calibre de los calificativos que la Señora usa (“malnacido”, “grosero”, “tonto”).
Lamento que no esté funcionando la Comisión de Ética, instrumento que debiera cautelar conductas gremiales y que fue resuelto de manera democrática, porque la señora De la Fuente ha enlodado sistemáticamente al Gremio, atacando con mentiras que ha publicitado por medio de las redes sociales, a su directorio democráticamente electo. Su conducta es digna de una sanción por violación de nuestros Estatutos y nuestro Código de Ética.
Demás está decir que el apoyo del señor Aucapan es todavía más evidente en su carácter delictivo criminal. Aquello porque el profesor nunca estuvo ahí y por tanto nada de lo que comenta De la Fuente le consta. Entonces sus agresiones son bastante más injustificadas y, bastante más fuertes también, por lo que creo que el señor debe ser llevado ante la justicia.
Que quienes se sientan minoría ejerzan su posición como quieran, pero sin saltarse la institucionalidad que tanto esfuerzo nos ha costado. Lo que De La Fuente ha hecho es inaceptable, tanto desde el punto de vista ético como jurídico. Las minorías o mayorías son consecuencia de adhesión voluntaria de los socios, que se manifiestan de manera periódica a través de las urnas, que a la larga resultan ser los indicadores más claros de reconocimiento a los dirigentes que han representado efectivamente a los socios y socias, no son tipificaciones permanentes y son resultado de la justa proporcionalidad de adhesión que en los directorios se expresan, y por tanto no son asignaciones antojadizas de quienes han obtenido mayor representatividad, y por cierto en el ejercicio democrático la voluntad mayor superará siempre a la voluntad menor en situaciones de disenso.
No termina el primer mes del año y ya se comienza a ensuciar el trabajo gremial y los avances que va consiguiendo el magisterio, pretendiendo retrasar nuevamente los cambios que el país requiere en materia educacional, considerando que las profesoras y profesores son importantes agentes en tal dirección.
Los adjetivos usados hacia nuestro presidente Jorge Abedrapo y el dirigente Washington León y la caricaturización de dos valiosos dirigentes como Paulina y Cristian Cartagena reflejan una odiosidad a la cual se debe poner término.
No podemos permitir que este año se siga ocupando las redes sociales para esparcir suciedad y mentiras.
Basta sólo el mirar las trayectorias de los dirigentes validados por el gremio, Jorge Abedrapo, Washington León, Cristian y Paulina Cartagena para darse cuenta la tremenda diferencia que existe entre los que por una parte, trabajan por las profesoras y profesores, y por otra parte, los que se dedican solo a usufructuar con sus cargos, siendo capaces incluso de presionar a colegas de lista para que le cedan el cargo.
Jorge, Washington, Paulina, Cristian, reciban mi solidaridad y abrazo. Estoy segura que a esta carta se sumaran muchos y muchos más, ustedes no están solos y no volveremos a dejar que estos infundios queden impunes.
Desde luego, no tengo dudas en inferir que la carta es también injuriosa, toda vez que formula acusaciones que irrogan perjuicio al honor de los dirigentes. Como afiliada al colegio no me opondría a que las personas injustamente acusadas ejercieran acciones criminales por el delito de injurias con publicidad. Tampoco me opondría a que los afectados ejercieran acciones legales por violación de la integridad psíquica, considerando el calibre de los calificativos que la Señora usa (“malnacido”, “grosero”, “tonto”).
Lamento que no esté funcionando la Comisión de Ética, instrumento que debiera cautelar conductas gremiales y que fue resuelto de manera democrática, porque la señora De la Fuente ha enlodado sistemáticamente al Gremio, atacando con mentiras que ha publicitado por medio de las redes sociales, a su directorio democráticamente electo. Su conducta es digna de una sanción por violación de nuestros Estatutos y nuestro Código de Ética.
Demás está decir que el apoyo del señor Aucapan es todavía más evidente en su carácter delictivo criminal. Aquello porque el profesor nunca estuvo ahí y por tanto nada de lo que comenta De la Fuente le consta. Entonces sus agresiones son bastante más injustificadas y, bastante más fuertes también, por lo que creo que el señor debe ser llevado ante la justicia.
Que quienes se sientan minoría ejerzan su posición como quieran, pero sin saltarse la institucionalidad que tanto esfuerzo nos ha costado. Lo que De La Fuente ha hecho es inaceptable, tanto desde el punto de vista ético como jurídico. Las minorías o mayorías son consecuencia de adhesión voluntaria de los socios, que se manifiestan de manera periódica a través de las urnas, que a la larga resultan ser los indicadores más claros de reconocimiento a los dirigentes que han representado efectivamente a los socios y socias, no son tipificaciones permanentes y son resultado de la justa proporcionalidad de adhesión que en los directorios se expresan, y por tanto no son asignaciones antojadizas de quienes han obtenido mayor representatividad, y por cierto en el ejercicio democrático la voluntad mayor superará siempre a la voluntad menor en situaciones de disenso.
No termina el primer mes del año y ya se comienza a ensuciar el trabajo gremial y los avances que va consiguiendo el magisterio, pretendiendo retrasar nuevamente los cambios que el país requiere en materia educacional, considerando que las profesoras y profesores son importantes agentes en tal dirección.
Los adjetivos usados hacia nuestro presidente Jorge Abedrapo y el dirigente Washington León y la caricaturización de dos valiosos dirigentes como Paulina y Cristian Cartagena reflejan una odiosidad a la cual se debe poner término.
No podemos permitir que este año se siga ocupando las redes sociales para esparcir suciedad y mentiras.
Basta sólo el mirar las trayectorias de los dirigentes validados por el gremio, Jorge Abedrapo, Washington León, Cristian y Paulina Cartagena para darse cuenta la tremenda diferencia que existe entre los que por una parte, trabajan por las profesoras y profesores, y por otra parte, los que se dedican solo a usufructuar con sus cargos, siendo capaces incluso de presionar a colegas de lista para que le cedan el cargo.
Jorge, Washington, Paulina, Cristian, reciban mi solidaridad y abrazo. Estoy segura que a esta carta se sumaran muchos y muchos más, ustedes no están solos y no volveremos a dejar que estos infundios queden impunes.
ILSIA IBACACHE GONZÁLEZ
PROFESORA
PROFESORA
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