CHILE

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sábado, 29 de diciembre de 2012

A JOSÉ MIGUEL VARAS



La voz que iluminaba las noches de la Dictadura
Patricia Torres

A fines de marzo, 34 personas habíamos sido relegadas a Pisagua, se había convocado la 1ª marcha del hambre el día 24 de marzo de 1983. A 9 de nosotros la CNI nos impidió participar en ella, sacándonos de nuestros domicilios la noche anterior a la protesta llevándonos a cárceles secretas donde fuimos duramente torturados por largos 6 días; el resto de los 34 habían sido detenido en la marcha. A todos nos juntaron en el cuartel de investigaciones de Santiago. Veníamos de distintos puntos del país de: La Serena, Valparaíso, Concepción, Lota y Santiago, luego del chequeo de identidad nos subieron a un bus y después de casi dos días llegamos en medio de la noche a Pisagua.

Piragua, en aquella época contaba con una población de no mas de 80 personas, vivían cerca de 7 familias, 10 presos comunes que se encontraban cumpliendo condena en la localidad por presentar conducta ejemplar, (se les reducía a la mitad su condena y podían circular por el pueblo), el resto cerca de 50 era población flotante que se quedaba una temporada por motivos de trabajo.

Además estaba la población militar (30 personas), entre marinos personal del ejército y carabineros, dotación –esta última- que había aumentado con la llegada de nosotros.

La localidad de Pisagua en aquella época estaba constituida por una sola calle que iba por la orilla de mar, de ella sólo quedaban algunos vestigios de lo que fuera un prospero puerto a principios del siglo pasado, la decadencia y el abandono era sus rasgos distintivos

Llevábamos cerca de 3 días y aun no terminábamos de organizarnos, los presos comunes en esos primeros días compartían su comida con nosotros. Comíamos en una bandejas que habíamos recuperado de lo que nos sirvieron en el bus, nuestros cubiertos fueron conchas de ostiones y lapas que encontramos en la playa frente a la casona abandonada que iba ser la residencia durante los meses de relegación.

Los únicos visitantes que habíamos tenido eran 2 personas que trabajaban en el arzobispado de Iquique, para ver las condiciones en que nos encontrábamos

Como buenos dirigentes lo primero que constituimos fue la directiva del “Campo de Concentración de Pisagua” (así la llamabamos), la elegimos con las personas que mas conocíamos y que nos daban confianza, ya que desconocíamos quienes eran los 34 relegados, habíamos jóvenes, adultos y adultos mayores, habían estudiantes, obreros y profesionales, habían cristianos, ateos, habían militantes y no militante, había gente que estaba en la protesta y otras que no; en fin, para nosotros esto fue un especie de experimento, y  como se denunció en la época, esta relegación fue el inicio para abrir nuevamente Pisagua como campo de concentración de presos políticos, (mas tarde fueron cientos de relegados que traerían producto de las detenciones masivas que realizaban en los días de las protestas nacionales)

Es así que a 3 días de haber llegado, la mañana del 5 de abril, muy temprano, habíamos salido a correr y mientras nos dábamos un baño en el mar, (porque existían baños y duchas públicas en muy mal estado de conservación y de higiene) un grupo de compañeros llegan gritando que hay una llamada telefónica para Patricia Torres. Era la primera llamada que teníamos, (por eso había causado tanto alboroto), incluso creo que ni teníamos conciencia de la existencia de un teléfono.

Salgo del agua y detrás mío fueron como 5 relegados, entré a la cabina que sólo cabía una persona, por lo que los compañeros que venían junto a mi quedaron afuera.

Al tomar el fono me dicen que me van hablar, oigo unos chasquidos que hacen los antiguos telefonos y dicen:

Soy José Miguel Varas del Programa Escucha Chile de radio Moscú….

…quede impresionada, reconocí inmediatamente la voz, la voz que cada noche escuchábamos por tantos años, me puse un poco nerviosa ya que estaba hablando con él, ¡¡guau¡¡ Me recupere de la impresión y José Miguel continua…

Qué deseaba saber cómo estábamos, en que condiciones nos encontrábamos y le comente que éramos 34 personas 2 mujeres y el resto hombre, que esto era prácticamente un campo de concentración, que estábamos vigilados y que debíamos firmar en la comisaría 4 veces a día, plantee lo importante que había sido la marcha del hambre que habían sido miles -que en distintas ciudades del país- los que habían salido a la calle a mostrar su indignación contra la dictadura, que estas medidas represivas no nos iban a detener, en fin creo que no pare de hablar, entre sus ultimas preguntas José Miguel me dice ¿que le pedirías a los miles de personas que escuchan el programa en todos los países?, yo dije que le pediría continuar con la solidaridad con el pueblo chileno, que una carta de apoyo a todos nos daría mucha fuerza para continuar en esta lucha.

Bueno, dijo esta entrevista saldrá al aire en tres días mas, se despidió y corto.

Cuando salgo de la cabina veo los rostros de curiosidad de mis compañeros que ya eran más de 5

…¿y ¿…–dicen- ¿quien era?,

¡José Miguel Varas de la radio Moscú! –dije-

Repiten: ¿de radio Moscú?,

¡Si! exclamo

Al unísono me dicen: ¡¡chaaa¡¡,  levantado su mano y dándome la espalda, como diciéndome que yo estaba loca al creer que eso ocurrió.

Durante los tres días que esperamos que pasaran el programa, yo y todos nos logramos convencer que esto había sido una maniobra de los agentes de la dictadura, para obtener información de nuestra situación. Aunque en fondo todos esperabamos que esto fuera verdad y mostrara lo poderoso que era el Partido y los soviéticos.

Después de 3 largos días empieza el programa y pasan la entrevista, todos estábamos emocionados nos sentíamos parte de una osadía que se realizaba en las narices de la dictadura

Una semana después de esta llamada, llega desde Santiago un grupo de la vicaria de la solidaridad entre ellos venia un periodista de la agencia  France Press, quien nos entrevistó y una de sus preguntas fue si habíamos recibido apoyo solidario de organizaciones o personas, y le contamos que habíamos recibido una llamada de José Miguel Varas de la radio Moscú dijo ¡¡que!!, si de la radio Moscú, creo que en ese instante por la expresión que puso el periodista- supimos lo que esto significaba, de ahí en adelante no paro en preguntar los detalles.

Al día siguiente sale en todos los medios de comunicación y no paraban de llamar a Pisagua, muchos periodistas empezaron a llegar para a saber sobre esta llamada y les contábamos que efectivamente el programa Escucha Chile y la radio Moscú fue el primer medio que realmente se preocupó por la suerte de un grupo de chilenos que arbitrariamente los habían detenido, torturados y enviados a esta prisión natural.

Tomamos conciencia de los miles de escuchas que el programa tenía, cuando empiezan a llegar cientos de miles de tarjetas, cartas, de todas partes del mundo dándonos apoyo y solidaridad, cada relegado tenia una maleta de tarjetas, al comienzo empezamos a contestarlas, con tarjetas que nosotros realizamos, después cuando aparecen miles y miles, no hubo tiempo ni recursos para poder responder a todas ellas: Suecia, Suiza, Alemania, la URSS, Canadá, América Latina toda, Francia, Inglaterra, Bulgaria, España, Yugoslavia, Hungría, entre otros y de todas partes de Chile, fueron los que acogieron el llamado realizado por la radio.

Esta historia tiene un epilogo.. unos años mas tarde, mientras me encontraba en el local de la coordinadora de pobladores, buscando a su presidente, la secretaria pregunta de parte de quien y yo digo de Patricia Torres, había una persona tras mío  y me dice si era la misma persona que había sido relegada años atrás, yo digo que si, me dice yo soy la telefonista que estaba  en Iquique y que paso la llamada a Pisagua

Me cuenta que ese día estaba en turno cuando recibe la llamada desde Moscú, que hace intentos por comunicarse a Pisagua cuando al fin lo logra, hubo que esperar mucho tiempo para que yo accediera al teléfono, por lo menos a ella le pareció eterno.

Contó que después de ese día, la empresa telefónica puso expresamente entre sus normas la prohibición de pasar llamadas desde Moscú, ya que antes, estas no estaban explicitas, y cuando la cuestionaron se limitaba a decir que ella no sabia que estaba prohibido.

Obviamente desde esa fecha no hubo mas llamadas desde la URSS a pesar de los intentos que realizaban, información que supimos años mas tarde.

De vuelta a Chile, José Miguel comentaría con el humor que lo caracterizaba “lo que pasa es que esta era una dictadura muy poco seria que permitía que una relegada hablara con Moscú”

Este testimonio fue un día de los mas de 6 mil que trasmitió las radio ininterrumpidamente, muchos de nosotros estábamos ajenos a los esfuerzos que el equipo de Escucha Chile tenia que desarrollar, para estar noche a noche informándonos de lo que aquí pasaba.

Al leer y recordar algunos de sus programas, me hizo tener una mejor compresión del porqué con tanta saña fue atacada la emisora, fue la voz de los trabajadores que reclamaban por una mayor justicia social y económica, fue la voz de las familias y organizaciones que luchaban por el respeto a los derechos humanos, fue la voz de los pobladores que exigían una vivienda digna, fue la voz de los que peleaban por un ambiente limpio, por la paz mundial, fue la voz que no trepidó en denunciar con un lenguaje claro a los asesinos y torturadores, a los ladrones que saqueaban el país, a los vende patria que se escudaban en falsos patriotismos.

No sólo nos acompañó e informó en los días mas oscuros que nos toco vivir, sino que además fue capaz de ir concitando la solidaridad y apoyo a la causa democrática, identificándonos y sintiéndonos parte no sólo de este país sino de una comunidad internacional que luchaba por la democracia, la libertad y la paz.

Radio Moscú con su Programa Escucha Chile y la voz de José Miguel Varas junto a la de Katia eran una misma cosa, en la lejanía del norte, esta sonaba por todos los rincones de la casa abandonada que nos había acogido a los 34 relegados en Pisagua, cada noche a las 10 u 11 de la noche en una mesa que habíamos improvisado con los escombros que recogimos de las viviendas que se derrumbaban por todo el pueblo, todos en actitud atenta, casi religiosa nos reuníamos ha escuchar la radio

Nos falta hoy esa radio y echamos de menos esa voz, que hoy no trepidaría  en denunciar los actos de corrupción del sistema universitario, la voz que estaría con las luchas estudiantiles, la que denunciaría la entrega de nuestros recurso marítimos a 7 corruptos e inmorales empresarios, la voz que estaría con los ciudadanos de Puerto Aisen, esa radio que no se andaría con tapujos en decir las cosas por su nombre

Queremos devuelta: las noticias que el sistema que dejo la Junta esconde y prohíbe
Lo que ocurre dentro de Chile y La voz de la solidaridad del mundo

¡Escucha Chile!

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